León XIV, el Papa del centro
Pasó un cónclave más en la iglesia católica, con el fin de elegir a un nuevo Papa, el número 267 en su larga historia. León XIV es el nombre que eligió el norteamericano-peruano Robert Francis Prevost Martínez para ser reconocido ante los ojos del mundo como el sucesor de Francisco en El Vaticano. Su figura, más allá de ser vital y clave para el pueblo católico, también es digna de analizar en clave política, sobre todo entendiendo los tiempos que corren en el tablero geopolítico global.
León XIV y la “rosca” política de Francisco
Es cierto que Prevost fue ordenado como cardenal bajo el mandato del papa argentino, con varias características que son visibles y entendibles del por qué Francisco lo eligió en su momento. Prevost se considera un misionero y un sacerdote muy cercano a la gente.
De la orden de los agustinos, el actual papa León XIV es originario de Chicago, Estados Unidos, pero tuvo muchos años de su vida destinado a la lectura del evangelio y la prédica religiosa en Perú, más específicamente en la diócesis de Chiclayo.
Su conocimiento del pueblo latinoamericano y la cercanía hacia los que menos tienen son los puntos que Francisco vio en su momento como posibilidad certera para que sea cardenal, y vaya si cumplió con creces, ya que terminó siendo su sucesor.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que si bien, tanto en el discurso inicial como en las primeras lecturas uno encuentra ciertas similitudes, también hay que ver las diferencias.
Algunas posturas como la homosexualidad y la participación de la mujer en la iglesia hacen ruido en el seno más progresista de los cardenales, aunque claro, está fue una elección estratégica.
León XIV es un papa centrista, pensado como sucesor de Francisco para intentar mantener la línea del Papa argentino pero que pueda contar con cierto apoyo del centro-conservador. Es así, que la lectura de León XIV deberá ser la del conciliador en lo religioso y diplomático en lo político.
De hecho, la lectura de un mundo multipolar requiere de un mando capaz de comprender las diversas posiciones de las potencias y los intereses que hay en juego, tomando posicionamiento estratégico que pueda mediar entre lo político y lo eclesiástico.
Los grandes desafíos geopolíticos de León XIV son las guerras. Conflictos como Ucrania, Gaza y el subcontinente indio, son las preocupaciones mayores y hay mucha expectativa por su posicionamiento, sobre todo por su origen estadounidense. Sin embargo, lo que más pesa o más ruido hace es la disputa hegemónica entre Estados Unidos y China. Un enfrentamiento indirecto que tiene a la economía como rehén. ¿Será capaz León XIV de lograr que los pueblos postergados no sufran el daño colateral de este choque de titanes?
Por otro lado, la duda es si continuará con la línea de Francisco en el marco del crecimiento y reconocimiento del catolicismo en China.
Paralelamente a ello, León XIV deberá enfrentar otras cuestiones relacionadas a la crisis migratoria, el hambre y el cambio climático. Temas en donde Francisco había sido tajante en cuanto a su postura.
El descontento de la curia romana es evidente como así también la desconfianza de los conservadores, y en un mundo multipolar es más que necesario tener a un centrista y diplomático en el cargo. Francisco no solo lo pensó de manera religiosa o apegada a las doctrinas, sino también con una lectura política tan asertiva como delicada. Será León XIV el Papa del centro o, parafraseando al peronismo, el de la “tercera posición”.
León XIV y la política global
“Hola a todos, yo soy el león, rugió la bestia en medio de la avenida”. Así arranca “Panic Show” de La Renga, canción que Javier Milei supo apropiarse para su campaña e imagen política. Obviamente que el presidente argentino hizo esta relación entre el nombre del Papa y la canción, sin embargo, habría que pensar qué posible relación política llegue a existir, entendiendo los antecedentes de Robert Prevost.
Antes de ser el Sumo Pontífice, tuvo comentarios encontrados acerca de políticas de Donald Trump las cuales criticaba. Puntos claves como la migración han sido materia de rechazo de Prevost hacia Trump. Es una relación compleja, ya que el presidente estadounidense celebró su triunfo pero, claramente, no era su favorito dentro del cónclave, y León XIV deberá responder como líder espiritual y de la manera más pragmática posible como líder político. Cabe destacar que también tuvo sus dichos con el vicepresidente Vance por priorizar el amor de unos grupos sobre otros, diciendo Prevost que el amor debe ser algo por igual. Un mensaje que en tono político es evidente.
Su relación con Perú también guarda ribetes políticos dignos de analizar. Prevost, siendo el líder de la diócesis de Chiclayo fue un crítico constante durante el Fujimoriato, siendo un constante denunciante de los delitos de lesa humanidad que tuvieron lugar en Perú, principalmente en la década de los 90, en especial, el atropellamiento del Grupo Colina. Asimismo, fue una persona importante en la comunidad que no se cansó de marcar evidentes casos de corrupción durante la era Fujimori. También fue esencialmente crítico cuando salió a la luz el indulto al ex presidente peruano, siendo un férreo opositor a que esto suceda por los marcados crímenes y secuestros bajo el régimen de Fujimori.
Una postura humana más que política pareciera colarse en el archivo de León XIV antes de ser papa. Sin embargo, es posible leer esto de la manera más política posible, siendo un defensor de la doctrina social de la iglesia y un denunciante de las desigualdades en el mundo. Un hombre con esas características y en un mundo que requiere de pragmatismo y diplomacia parece ser el indicado para llevar las riendas que dejó Francisco. León XIV, un Papa tan político como su predecesor.
