Campaña de largada

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Envalentonado por el apoyo de la marcha en defensa del Gobierno que se hizo el 1 de abril, el presidente Mauricio Macri decidió redoblar la apuesta a la polarización en la carrera hacia las elecciones legislativas que se harán el 22 de octubre.

La movilización no fue masiva y quedó pequeña en comparación con las marchas previas en contra de las políticas económicas actuales. Sin embargo, le dio al Gobierno la certeza de que hay un nucleo duro que se mantiene leal e inconmovible. Y que pide más. Concentrado en Capital Federal y el centro del país, ese respaldo le dio aires a Macri para enfrentar el primer paro nacional de su gestión.

El paro, que fue casi total por la adhesión de los gremios del transporte y camioneros, le dio una excusa perfecta para fortalecerse en ese nucleo duro.

Por eso, Macri no se amilanó ante la huelga ni los piquetes. Y desafió al anquilosado sindicalismo. “Siento que no paró el país, al contrario, diría yo que fue un activador del cambio, porque vimos una toma de conciencia, una profundización del debate de qué es lo que sirve para construir futuro. Los que pararon, los que no pararon, todos queremos una Argentina con más oportunidades. ¿Y dónde vamos a dirimir las cosas en las que sigamos teniendo diferencias? En la elecciones de octubre. Y creo que cada vez más se ve con claridad quienes queremos construir un futuro y quienes se aferran a un pasado que no nos dio respuestas ni a la pobreza, ni al desarrollo, ni a la mejora de la calidad de la educación pública. Entonces ratifico que creo en lo que estamos haciendo”, dijo, palabras más, palabras menos, el Presidente. Algo así como “armen un partido” y ganen las elecciones.

Son “ellos o nosotros”. “O los mafiosos van presos o nos voltean”, dice que les dijo a sus ministros. La amenaza latente de que la ex presidenta Cristina Fernández vaya presa, encaja perfectamente en la estrategia. Esa dicotomía le sirve para hacer política.

Una apuesta tan alta conlleva el riesgo de perder todo. Pero Macri acostumbra a plantear metas demasiado elevadas aunque después terminen siendo un boomerang.

Ellos o nosotros es yo o el abismo. Ese abismo puede ser perder las elecciones, un escenario que el mismo Presidente define como “un fracaso”, aunque al mismo tiempo espera que aumente la presencia de Cambiemos en el Congreso en 20 por ciento.

Por eso admite que “no hay plan B” para la economía. Su fortaleza está en sostener el rumbo para retener al votante que lo eligió convencido. Con el radicalismo sumiso y el peronismo desperdigado, la opción no es mala. Puede quedarse con un tercio de los espacios de poder en juego. 

Ningún análisis puede caer en la ingenuidad de pretender que el Presidente “no ve la realidad”. La ve, la interpreta y toma posición. Hace política, algo que muchos le endilgan no conocer.

El nucleo duro no quiere torcer el rumbo ni se siente demasiado afectado por la recesión que no cede, los tarifazos ni la inflación. Es el sector más bajo de la pirámide social el que sufre los embates del ajuste. Y es éste el que sale a la calle y el que nutrió el paro de la CGT. Pero ya no lo había votado –mayoritariamente- en 2015. ¿Por qué lo haría ahora? Macri ganó pese a la “calle ganada” del kirchnerismo, que ahora, además, está fragmentado y es mala palabra para algunos sectores.

Como hace dos años, Macri debe convencer de que el camino es el correcto para que lleguen “inversiones” y se produzca algún derrame. Los dos primeros semestres de su gestión pasaron sin grandes novedades.

El Foro Económico Mundial sobre América Latina que se realizó en Buenos Aires, sirvió para repetir el ruego de que los grandes grupos económicos miren a la Argentina como destino de sus dólares. Aunque sean efímeros. “Para aquellos que vengan a invertir en nuestro país, sepan que se pueden llevar el dinero cuando lo decidan, confiando todos los argentinos en que vamos a crecer tanto y durante tantos años, que siempre van a continuar reinvirtiendo”, aseguró Macri. Una confianza demasiado excesiva a la luz de la experiencia. Capitales golondrina y un alto nivel de endeudamiento no suelen ser una buena combinación.

Pero Macri tiene los elogios que busca. David Lipton, subdirector del Fondo Monetario Internacional, consideró que “ya hay indicios de que las políticas están siendo eficaces”.

“Para este año y el próximo prevemos un repunte de la economía, y que la inflación continúe disminuyendo”, aseguró Lipton en sus referencias a la situación económica en el país.

El elogio endulza los oídos del Gobierno, pero contrasta con los propios análisis del FMI. El organismo financiero en enero había pronosticado que el PBI del país crecerá este año 2,2% en lugar de 2,7% como había previsto en octubre último y bastante abajo del 3,5% que planteó el Gobierno en el Presupuesto 2017.

También adelantó que la inflación terminará por encima de la meta del Banco Central y que la recesión fue más grave a lo previsto.

Hace apenas unos días, el director del FMI para occidente, Alejandro Wernes dijo que creía que el Gobierno fue “muy optimista” en cuanto a la velocidad de reacción de los inversores. El funcionario celebró el gradualismo, pero pidió “acelerar el ritmo antes de un eventual cambio en las condiciones financieras internacionales”. No habrá muchas mejoras, pero el FMI aplaude.

La Fundación Mediterránea advierte que “alcanzar la meta de déficit fiscal de 2017 exigirá una importante moderación en el gasto en lo que resta del año”.

Si el ajuste no llega antes de las elecciones, para no dañar las chances electorales del oficialismo, llegará apenas después.

El Gobierno viene fallando con sus propias metas. En 2016, se cumplió la meta de déficit primario de 4,6 % del PIB, pero fueron determinantes los ingresos extraordinarios del último trimestre, originados en el Sinceramiento Fiscal. Sin ese aporte, el déficit se habría ubicado en torno a 5,8 % del PIB. En el primer trimestre de 2017, los ingresos fiscales subieron 36,9 % interanual, pero sin computar las multas del blanqueo, el aumento habría sido de 27,3 % interanual. Mientras tanto, el gasto primario subió en enero-febrero a un ritmo interanual de 38,5 por ciento.

El ministro de Economía, Nicolás Dujovne, ratificó que “bajar el déficit fiscal” no es negociable. Así que en algún momento se profundizará el ajuste. Probablemente sea después de las elecciones.

Sin embargo, las cuentas públicas registraron en febrero un déficit presupuestario primario sin rentas financieras de 26.747 millones de pesos, lo que muestra un incremento del 60,7% en comparación con igual mes de 2016.

El blanqueo disimula un poco el rojo. Pero el récord alcanzado no se traduce en un impacto directo en la economía real ni en las inversiones. Los analistas anticipan que se moverán los mercados inmobiliarios y de automóviles, pero no mucho más en inversión directa. Es que buena parte de los 116 mil millones sigue en el exterior. Peor aún, para la economía misionera, los dólares que ingresen no harán más que fortalecer el tipo de cambio, lo que significará extender las asimetrías en el tiempo.

El resultado del blanqueo representa casi exactamente la mitad de los u$s 232.411 millones que los argentinos tienen en el exterior como dinero no declarado, según informó el Indec el año pasado.

Mientras tanto, la economía real tambalea. Los brotes verdes celebrados no son demasiados. Y los datos que empiezan a aparecer de Macri versus Macri, son desalentadores. La industria cayó  6 por ciento en febrero y la construcción bajó 3,4 por ciento. Y, según el Indec, el uso de la capacidad instalada de la industria se contrajo al nivel más bajo en los últimos catorce años al retroceder al 60 por ciento.  El sector automotriz fue el peor posicionado con 31,5% en el uso de sus posibilidades de producción, seguido por el de la metalmecánica (excepto automotores), con un 42,1%.

El indicador de la Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria había alcanzado el 60,6% en enero pasado, y el 64,2% en febrero de 2016. El declive sigue.

Este es el escenario en el que transcurrirá el tiempo de ir a las urnas. Seguramente se moverá más la obra pública, lo que sería una bendición para las provincias, pero no habrá muchos cambios sustanciales.

El Gobierno de Cambiemos se pondrá a prueba con sus propias recetas, aquellas que se sabía antes, iba a aplicar, pero de las que renegaba en público como una supuesta “campaña del miedo”. Deberá, sin embargo, conquistar a sus propios desencantados, que van apareciendo tímidamente y ordenar una tropa política que, salvo el circulo más cercano, pelea sus propias batallas por espacios de poder. La renuncia del embajador de Estados Unidos, Martín Lousteau abre un interrogante sobre el resultado en la Capital Federal, donde el enrulado según algunas encuestas, tiene una imagen positiva superior al 60 por ciento, incluso superando a Elisa Carrió, la carta “ganadora” de Cambiemos para el distrito gobernado por Horacio Rodríguez Larreta. Lousteau estuvo a punto de derrotar a Rodríguez Larreta en las elecciones pasadas, lo que podría haber desmoronado todo el armado PRO. ¿Podrá ahora? ¿Irá por afuera o planteará internas?

Del otro lado hay una mayor fragmentación que en 2015 y eso puede jugarle a favor al Gobierno. El kirchnerismo, enredado en inncontables causas judiciales, tiene a su favor la “mística”, pero cada vez menos dirigentes se animan a describirse como tales.  

Sergio Massa está desaparecido de la acción política desde hace más de un mes y parece haber perdido el crédito como “sucesor”. La irrupción de Florencio Randazzo puede volver a modificar el escenario peronista, donde también pretenden competir Daniel Scioli y posiblemente Cristina Fernández.

En esa lógica, el misionerismo se consolida como opción política que no dependa de las decisiones tomadas en un sillón de Buenos Aires. El gobernador Hugo Passalacqua ratificó que en el tiempo electoral se marcarán las diferencias con el Gobierno nacional, disimuladas hasta ahora en pos de la gobernabilidad. Pero lo cierto es que hasta ahora no hubo demasiados beneficios por sostener el acompañamiento.

La estrategia de la Renovación será sostener el modelo con un mensaje claro que ya bajó a las primeras y segundas líneas: lo importante es el equipo y el rumbo. Aparecerán caras nuevas en la oferta electoral legislativa, matizadas con la experiencia de quienes ya tienen carrera hecha. Pero los nombres más firmes se conocerán más o menos en un mes. El oficialismo tiene el mérito de la gestión y por eso puede esconder sus cartas hasta último momento.

“No es momento de vanidades. La gente está en serias dificultades y hay que estar cerca de la gente. Hay dificultades para llenar la olla y para recaudar. Y así y todo estamos haciendo obras, con acuerdos de gobernabilidad con la Nación, con Paraguay, con Brasil”, explicó Passalacqua.

El mandatario sostuvo que Misiones seguirá dando gobernabilidad al Gobierno nacional aunque en tiempos electorales marcarán las diferencias. “No somos del mismo color político y cuando vengan las elecciones en octubre, iremos con nuestras listas. Pero queremos dar gobernabilidad”, afirmó el mandatario.

Passalacqua aseguró que pese a la crisis por la que atraviesa el país, “el error que nunca voy a cometer es alejarme de la gente”.

En la oposición, en cambio, ya aparecen algunas definiciones. La alianza Cambiemos ofrecerá a Humberto Schiavoni como candidato a senador y buscará la ratificación de Luis Pastori como diputado nacional.

El problema está en el deseo de un sector del radicalismo de pelear cargos en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Gustavo González es uno de los que quiere dar el salto al Congreso nacional y los jóvenes que terminan sus mandatos en el Concejo Deliberante posadeño, quieren convertirse por lo menos en diputados provinciales.

Si la UCR obliga a unas internas, en el PRO no disimularán su fastidio. El macrismo quiere marcar el territorio y fortalecer a los propios. Alex Ziegler, quien también tenía aspiraciones de repetir en su banca, está con un pie afuera de Cambiemos y para seguir perteneciendo deberá conformarse con apenas una banca como diputado provincial. Lo más probable es que protagonice una nueva ruptura, como la que lo alejó de la Renovación. El vicepresidente del partido del Colorado, Libertad; Valores y Cambio, Sergio Peñalva, salió con los tapones de punta contra Schiavoni. “El marketing electoral, no nos interesa; nosotros somos verdaderamente el cambio y continuamos representando la voluntad del electorado misionero. Seremos una alternativa electoral en las próximas elecciones”, disparó. 

En la Legislatura misionera está puesta la gran atención de los otros partidos locales. El partido Agrario confirmó que teje una alianza con el massismo y los radicales de Vanguardia. Si se concreta y los votos acompañan, el objetivo es transformarse en la segunda fuerza parlamentaria, desplazando a la suma del PRO  y la UCR.

En cambio, el peronismo y el Frente Grande ratificaron su integración al Frente Renovador de la Concordia, con un mensaje claro: las políticas que hay que enfrentar son las que bajan de la Nación.

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Bárbaro confirmó que negocia un acuerdo con el massismo y los radicales de Vanguardia

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El Partido Agrario y Social realizó un Encuentro Provincial en el Cámping Municipal Maruñak de Aristóbulo, con la presencia de legisladores, concejales, dirigentes, militantes y referentes del PAyS y del Movimiento Evita Misiones de Posadas, Garupá, Candelaria, Oberá, Jardín América, Eldorado, Iguazú, Libertad, Esperanza, Andresito y San Antonio, entre otras localidades.
El objetivo del encuentro que tuvo lugar el sábado, fue analizar el trabajo que viene desarrollando el PAyS, y la posibilidad del armado de un Frente electoral para competir en las elecciones legislativas de octubre de este año.

Bajo un enorme tinglado, los referentes políticos trazaron los lineamientos del trabajo territorial y legislativo que realiza el PAyS desde hace varios años, y que creció desde el 2016 con la asunción de Martín Sereno como legislador provincial.
“Hasta ahora cada vez que hubo elecciones teníamos que acordar con quienes tenían sellos de goma, y ceder en algunas cuestiones, porque no teníamos la herramienta con la que contamos y es la conformación como partido de Distrito”.
Al principio, “como partido chico, sin muchos recursos ni estructuras, hacíamos alianzas. Pero también evaluamos no seguir dando ventajas porque estamos en condiciones de ir como partido de Distrito, y eso significa un enorme esfuerzo de todos nuestros militantes que están trabajando incansablemente con las adhesiones y las afiliaciones, y a los que felicitamos por esa tarea”, destacó el diputado Héctor “Cacho” Bárbaro, junto a Martín Sereno; los presidentes del PAyS, Isaac Lenguaza; de ACTIM, Carlos “Cali” Goring, los concejales Alfredo Frayd (San Pedro), Clelia Carballo (San Vicente), Evelyn Pellizzer (Dos Arroyos), Jorge Sosa (El Soberbio), Jorge Vieira (Arroyo del Medio) Adriano Matter (Andresito), Alejandro Cavalli (San Antonio), Jorge Villalba (Almafuerte) y Luis Sawicki (Mojón Grande), entre otros. 
 
El adversario central radica en las políticas de Macri
Bárbaro agregó que aún teniendo la posibilidad de encarar solos las elecciones de octubre de este año, el PAyS no pierde de vista el probable armado de un Frente porque “tenemos un adversario central y ese es Mauricio Mauricio, y sus políticas en contra de los trabajadores y de los sectores más vulnerables que implementa Cambiemos”.
Desde ahí barajan la idea del Frente y en ese camino por ahora están hablando con el secretario general del Sindicato de Camioneros, Adolfo Velázquez, del Partido SET (Salud, Educación y Trabajo) y los referentes del Radicalismo Vanguardia, María Losada y Hugo Escalada.
 
Bárbaro remarcó que a la mesa de discusión con los integrantes del posible Frente, va con la postulación de Martín Sereno como primer diputado nacional, haciendo valer el trabajo territorial militante y los votos que tiene el PAyS. “Los votos de nuestro Partido no son votos comprados sino militados, y en ese sentido queremos encabezar tanto la lista de diputados nacionales como como ocupar los primeros lugares en la lista provincial. No vamos a sentarnos a discutir para bajar las negociaciones en contra del PAyS, y si no acordamos, iremos solos, porque como producto de nuestro trabajo, en cada lugar contamos con un referente del Partido Agrario y Social que antes no teníamos, e indudablemente para ganarles a estos liberales hay que ir construyendo mayoría, porque si bien es cierto que crecimos, seguimos siendo un Partido minoritario”, admitió.
En el Encuentro además se debatió la situación de los municipios en los que se eligen concejales, y en el caso de Arroyo del Medio, después de la destitución del ahora ex jefe comunal, Cristóbal Barboza, también habrá elección para intendente, y el PAyS apuesta a la candidatura del concejal, Jorge Vieira.
 
 
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Dinosaurios vivos

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“La ciudad evoluciona. Hay que adaptarse”, describió con frialdad el empresario y dirigente del PRO, Diego Barrios. Respondía así a una noticia sobre el cierre de 254 comercios en Posadas durante el primer año de gobierno de Mauricio Macri. La opinión contradice abiertamente a la postura de la Cámara de Comercio, que supo presidir, que desde hace tiempo reclama de la Nación un abordaje distinto para que Misiones pueda hacer frente a la caída del consumo, la inflación y los tarifazos que no hicieron más que profundizar las asimetrías con Encarnación.

Los 254  comercios que bajaron las persianas son menos empleo y menos recursos circulando. Solo el año pasado se perdieron más de dos mil puestos de trabajo formales en Posadas según los datos oficiales del Gobierno nacional. La Confederación Económica de Misiones sostiene que Posadas es apenas un ejemplo de la situación que se vive en toda la provincia por la recesión y la caída del consumo. Estima que son muchos más los locales que se vaciaron en las principales ciudades. La CEM encara también ingentes esfuerzos en conjunto con el Gobierno provincial para que las demandas de la Provincia sean atendidas por la Nación.

La teoría darwinista expresada por Barrios no es propia ni original. Es sostenida por el ministro de Producción, Francisco Cabrera y el de Trabajo, Jorge Triaca. Respondieron así al cierre de empresas en el resto del país.

La idea de evolución de Darwin es clara. Las especies que no se adaptan, perecen, desaparecen o mutan en otra cosa. Sustentó después la concepción del capitalismo más salvaje, en el que sólo los poderosos tienen la posibilidad de crecer y expandirse. Los que no se adaptan, quedan fuera del sistema. Bajan las persianas, cierran, quedan desempleados. En la pobreza. En la miseria.

La contracara es la inclusión. De todos, del más pobre, a través de una mejor -nunca es igual-, distribución de la riqueza. Es la presencia del Estado como ordenador de las tensiones económicas, inclinando la balanza hacia el más débil. El último ejemplo es la lucha yerbatera por el cumplimiento de los precios de la materia prima. El gobernador Hugo Passalacqua dejó claro desde un principio que el Gobierno estaba del lado de los eslabones más débiles de la cadena productiva, los pequeños productores y los tareferos. Bajo esa premisa la Renovación se hizo fuerte en la última década, en coincidencia con un modelo político nacional que iba en paralelo.

La defensa del misionerismo es intensa ahora y lo fue antes. Los nuevos valores que regirán a la yerba mate, que se conocieron extraoficialmente en la noche del viernes, no son los que quería la Provincia y mucho menos, el sector productivo. Para la hoja verde apenas se arañó los seis pesos, bastante por debajo de los 50 centavos de dólar pretendidos como precio ideal por el Gobierno provincial. Para la canchada, se alcanzaron los 22 pesos, por debajo de los costos estimados por el sector industrial, que no puede competir con precios imposibles del producto en las góndolas de Buenos Aires. Dos marcas líderes tienen la yerba de un kilo a 24 pesos, 25 por ciento por debajo de cualquier empresa tradicional de Misiones. Es decir, lejos de alcanzar una solución, los nuevos valores extienden una agonía que agobia por igual a pequeños productores y a las grandes industrias. “Temo por la permanencia en el mercado de nuestras empresas”, contó preocupado un ejecutivo de una firma yerbatera.

Mientras tanto, los grandes problemas del sector siguen sin resolverse. Apenas se dilataron.

En diciembre de 2015 llegó el “sinceramiento” de la economía. El ajuste apuntó a los subsidios que alimentaban el consumo  y el empleo. La economía entró en una profunda recesión de la que no sale y las caídas, comparadas ya con los primeros meses del propio Macri, son más profundas. Sin embargo, el déficit fiscal siguió en aumento, la deuda externa se multiplicó y la fuga de divisas se hizo incontenible. En febrero, comparado con el primer febrero de Macri, la industria se contrajo seis por ciento y la construcción, cayó 3,4 por ciento.

La enfermedad se agravó a la espera de una milagrosa cura que no aparece. Como en toda “evolución”, hay quienes salen incluso más fortalecidos. Los sectores financieros, algunos industriales y la patria sojera, son los claros ganadores de los primeros doce meses del cambio. “La economía todavía no arrancó para mucha gente”, admitió el propio Mauricio Macri.

La economía no arranca porque se desmanteló el mercado interno y hay una brutal caída del consumo y del poder adquisitivo. El Gobierno no ha tenido hasta aquí una política clara para que haya una reactivación, sino que, por el contrario, cada medida profundizó un poco más la caída, como los tarifazos eléctricos o la nueva suba del gas, que aumentará 400 por ciento en relación con el invierno pasado. Los precios “transparentes”, eliminando la financiación en cuotas a través de las tarjetas de crédito no hicieron más que profundizar el desplome. Tanto que hubo que dar marcha atrás y reimplantar el programa heredado del kirchnerismo, en doce, seis y tres cuotas sin interés. Pero así no se genera confianza. Las cuotas sin interés, no eran, como se ve, una estafa.

Tampoco hay un volumen suficiente para hablar de reactivación del crédito hipotecario, en otro de los programas que sobreviven al cambio. El Procrear fue relanzado con cambios y distintas modalidades. “Hasta ahora hay más marketing que realidad. Pocos son los que cumplen con todos los requisitos”, coincidieron fuentes bancarias que operan en Misiones. Es que, como también sucedía durante el kirchnerismo, los créditos están pensados para un núcleo duro del país central, con ingresos mucho más elevados que los que se perciben en el norte argentino.

Se observa que dos de los programas emblemáticos del kirchnerismo sobreviven. No hubo ideas nuevas ni mejores.

Los dinosaurios se extinguieron hace 65 millones de años. Pero están vivos en la imaginación de miles de chicos y grandes que desde esta semana disfrutan de Tecnópolis en Posadas. La megamuestra heredada y transformada, al fin en federal por el gobierno nacional, exhibe lo mejor de la ciencia y la tecnología al alcance de la mano. Obviamente, los enormes monstruos de la prehistoria son el atractivo principal para los más pequeños, llegados desde todos los rincones de Misiones, muchos de los cuáles tienen una doble felicidad: es la primera vez que salen de la colonia y llegan hasta “la capital” y pueden ser protagonistas de un evento que garantiza el asombro.

Tecnópolis es una forma de inclusión social, política y educativa muy importante”, destacó Passalacqua durante la inauguración de la megamuestra. Misiones es la primera provincia en recibir a Tecnópolis durante 2017 y se espera superar los 700 mil visitantes, un número incluso mayor al de Salta, durante el año pasado. Y es probable. Después del turno escolar, miles de familias disfrutaron el sábado de cada punto de la enorme feria de ciencias, distribuida en el Parque del Conocimiento, una perla de la evolución misionera de los últimos años.

Así como los dinosaurios, las prácticas autoritarias de la política, se pensaba, estaban extinguidas. Sin embargo, todavía se perciben signos de que resta mucho por hacer para fortalecer la democracia.

El mundo se escandalizó por el fallo del Tribunal Supremo de Venezuela, que anuló la inmunidad de los legisladores y se arrogó poderes del Legislativo. Los principales gobiernos de la región denunciaron un autogolpe de Nicolás Maduro, el denostado heredero de Hugo Chávez. Le acusan, entre otras cosas, de desconocer las leyes y la propia Constitución. De gobernar por decreto. Y tienen razón, Mauricio Macri, Michel Temer, Donald Trump y varios otros.

Maduro ha logrado descomponer un poderío político y económico que fue reconstruido por Chávez y perdió todo el respeto internacional. Mucho de eso fue producto de los embates de una derecha internacional que no cesa en sus ataques y de la propia oposición interna, conformada por los ricos petroleros que perdieron sus privilegios y que se apoderó del Poder Legislativo bloqueando las principales decisiones del Ejecutivo.

Maduro no es Chávez y el poder no se hereda. Muchos consideran que en Venezuela se vive un Fujimorazo, el recordado autogolpe de Estado de Alberto Fujimori en Perú, cuando disolvió el Parlamento e intervino el Poder Judicial con respaldo de las Fuerzas Armadas.

Y tiene sus paralelos. En Perú cerca del 80 por ciento de la población apoyó la jugada por el desprestigio del Poder Legislativo. En Venezuela, la población no salió a las calles en contra de Maduro.

El oficialismo venezolano sostiene en su defensa que lo que el Tribunal Supremo evitó, fue justamente que la oposición inicie un “golpe blando”, como el que logró destituir a Dilma Rousseff en Brasil o el que tumbó a Fernando Lugo en Paraguay. La “opinión publicada” no hace referencia a la otra cara del conflicto, que, obviamente, es repudiable. Por suerte –para Maduro y Venezuela-, tras la presión internacional, el Tribunal decidió “no asumir” los poderes de la asamblea.

Curiosamente fue Michael Temer uno de los que repudió el “golpe” en Venezuela, pese a que asumió a través de un impeachment cuestionado desde su raíz contra Dilma Rousseff. Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados y principal promotor de la caída de la presidenta, fue sentenciado a quince años de prisión por hechos de corrupción que no pudieron probarle a Dilma.

Lugo no se pronunció sobre Venezuela, más preocupado por los avances de la enmienda constitucional que teje junto a su rival, el presidente Horacio Cartes. El apuro por contar con la reforma constitucional que permitiría la reelección del segundo y la nueva postulación del ex obispo, desató una batalla campal en Asunción, que dejó al menos un muerto y el Congreso destrozado por los manifestantes. En Paraguay también se desconoció la letra constitucional, con una reforma amañada a puertas cerradas por parlamentarios del oficialismo y sus aliados que permite avanzar con la idea de reelección. Un símbolo: la enmienda fue aceptada en una de las oficinas del Frente Guazú, que lidera Lugo. Afuera, se vivía otro Marzo Paraguayo, similar a aquel de la última semana de marzo de 1999 cuando siete jóvenes que protestaban por el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña, fueron masacrados presuntamente por orden del presidente Raúl Cubas y la complicidad del general Lino Oviedo, quien terminó refugiado en la Argentina de Carlos Menem.

El proyecto de reforma constitucional aprobado en Paraguay establece que los presidentes y vicepresidentes del país podrán buscar un periodo más, sea de manera continua o alternada. El partido de Lugo respalda la enmienda para que el ex obispo pueda presentarse a las elecciones de 2018, y el gubernamental Partido Colorado, para que lo haga el presidente paraguayo, Horacio Cartes.

Cartes no habló al país tras los incidentes. Apenas escribió unas líneas que difundió a través de redes sociales en las que acusó a la oposición de querer destruir la democracia. Raro. Parte de la oposición, lo acompaña en la búsqueda de la reelección.

El nuevo Marzo Paraguayo dejó en evidencia las diversas varas con las que se mide. A diferencia de Venezuela, ningún país salió a cuestionar que se vulnere la letra constitucional entre gallos y medianoche. Ningún presidente condenó la brutal represión de la Policía que dejó decenas de heridos –entre ellos el presidente del Senado, que se opone a la enmienda y el presidente del opositor Partido Liberal, Efraín Alegre- y al menos un muerto.  No hubo reunión de urgencia de los cancilleres ni mensajes de los Jefes de Estado. Pero Paraguay arde, como Latinoamérica que después de una década comenzó un lento viraje político. Ecuador será hoy la ratificación de ese giro o la excepción en la región. A través de su delfín, Lenin Moreno, Rafael Correa pone a prueba la continuidad de sus políticas.

En la Argentina el nuevo modelo cruje y enfrenta a la calle que se moviliza constantemente. El 6 de abril la tímida CGT hará un paro nacional. Son pocos los que se animan a salir a la calle en defensa del Gobierno. La marcha de la tarde del sábado dejó en evidencia que el voto PRO quizás no haya sido por amor, sino por hastío. Pero sostienen al Presidente y sus políticas un núcleo duro que permanece leal. Es el mismo corte de la sociedad que apuró a Cristina desde la 125 y que hizo fuerte a Cambiemos.

Uno de los pocos motivos para celebrar que tiene el Gobierno es el resultado del blanqueo. Se alcanzaron los 115 mil millones de dólares. Una cifra superior a la esperada. Sin embargo, esa noticia no necesariamente es buena para Misiones. El volumen declarado solo hará más firme el atraso cambiario, con la profundización de las asimetrías como consecuencia directa. En la provincia también se hizo un blanqueo, cuyos resultados todavía son difíciles de estimar, pero que pueden traer aparejado el traslado de esos recursos a la compra de bienes o vehículos, lo que reactivará la economía.

Como los dinosaurios, los jueces eternos también se extinguirán en la Argentina. El fallo de la Corte que pone un límite de 75 años a los cortesanos y jueces inferiores abre una enorme caja de Pandora. La jueza Romilda Servini de Cubría, una piedra en el zapato del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, cree que el fallo apunta a excluirla a ella, después de que haya quedado firme la continuidad de Elena Higthon de Nolasco. En realidad, hay cerca de una treintena de jueces federales que está al borde de la jubilación forzosa. Son cargos que podrá cubrir a gusto el Presidente. Una Justicia a su medida.

La continuidad de los jueces de más de 75 dependerá del aval del Congreso y del visto bueno presidencial, lo que echa por tierra un precepto básico de la independencia de los magistrados: si quieren seguir, deberán agradar al poder de turno.  Por caso, Elisa Carrió ya pidió por la continuidad de Leopoldo Schiffrin, uno de los que debe dejar su despacho. Más allá de los pergaminos, un juez amigo del poder. 

A través de una carta enviada a Macri, la socia fundadora de la alianza Cambiemos consideró que la decisión de ratificar la edad límite para los jueces en 75 años, como lo fijó la Convención que reformó la Constitución en 1994, está “digitada” en contra de los magistrados Servini de Cubría y Schiffrin y que Lorenzetti tiene “razones de lo más espurias” para promover ese fallo.

Pero el fallo ya comenzó a generar movimientos en la Justicia. El Superior Tribunal de Justicia comenzó a analizar el impacto en Misiones. “El impacto será beneficioso, porque asegurará el recambio en una estructura envejecida y permitirá la incorporación de una nueva generación de magistrados con nuevos bríos”, contó un ministro que analiza la adecuación local. Evolución.

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Advierten que en Misiones se perdieron más de 27 mil puestos de trabajo desde diciembre de 2015

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El titular del Sindicato de Camioneros de Misiones, Adolfo Velázquez, aseguró que asumió Mauricio Macri, en Misiones se perdieron más de 27 mil puestos de trabajo y calificó como “importante” que el Gobierno provincial abra una instancia de diálogo con los gremios nucleados en la Confederación General del Trabajo Regional Misiones. Además el dirigente criticó los aumentos en los servicios públicos y aseguró que desde hace años los trabajadores pelean para recuperar su poder adquisitivo.

“Me parece importante que el Gobierno tome la iniciativa. Estamos pasando por una situación económica difícil que tiene que ver con el mundo del trabajo. La precarización y la falta de trabajo llevan a que los sindicatos se empiecen a organizar a través de la CGT y en buena hora si el gobierno convoca para discutir la situación laboral”, reflexionó el dirigente luego de la reunión que el miércoles tuvieron la CGT Misiones y el Gobierno provincial, representado por el ministro de Trabajo, Juan Carlos Agulla.

Velázquez aseguró que durante 2016 solo en la construcción se perdieron 15 mil puestos de trabajo, en el sector privado más de 8 mil y que en lo que va del año ya se calcula que hay más de 5 mil puestos de trabajo los que se han perdido.

Inflación y paritarias

El dirigente cuestionó los últimos aumentos en los servicios públicos con especial énfasis en las subas dispuestas en la tarifa eléctrica. “El gobierno provincial puso un techo a las paritarias del 18% pero cuando uno agarra la boleta de luz se encuentra con aumentos de entre el 60 y el 75%”, sostuvo Velázquez y pidió que las paritarias sean libres para que cada sector pueda negociar.

En ese sentido Velázquez dijo que el principal responsable de buscar el bienestar de los trabajadores de Misiones es el gobierno que asumió el 10 de diciembre de 2015. “Los que tienen la responsabilidad de gobernar la provincia son los que tienen la obligación de buscar mecanismos y alternativas para generar herramientas”, aseguró y agregó que la Renovación de Misiones y el gobierno nacional son lo mismo. “Cada vez que el presidente viene, se reúne con la conducción del gobierno provincial, ellos son parte del gobierno nacional”, concluyó.

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El PJ afina la estrategia 2017 para retener las bancas en el Senado

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En la reunión de ayer del Consejo Nacional repasaron las alianzas de cada provincia. Hubo un documento crítico, un respaldo al paro de la CGT y se evitó hablar de “Cristina candidata”

Mientras la mesa chica del Partido Justicialista nacional repasaba la realidad misionera, José Luis Gioja levantó la voz: “No hay que buscar una renovación. No necesitamos modelitos de candidatos. Somos peronistas: tenemos que ir por la reconstrucción del partido“.

El veterano dirigente sanjuanino no sólo hablaba por él, explicaron luego. Más bien fue una reinterpretación del devenir justicialista post-derrota ante la UCR de 1983 la que quiso trazar el actual presidente del PJ para este 2017: más que caras nuevas, se necesita contener a todos.

Por eso, luego del convite, minutos antes del olvidable partido de la selección argentina en La Paz, en conferencia de prensa evitaron lo que ya habían esquivado en privado: la eventual candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. Como a propósito, a la misma hora, la ex Presidenta difundía por las redes una foto entrando a su Instituto Patria, a menos de 10 cuadras de distancia.

Como conclusión, el PJ resolvió que en las elecciones de 2017 apuntará a fortalecer su presencia institucional en todos los distritos y niveles de gobierno, en particular Misiones, uno de los ocho distritos que renuevan bancas en el Senado Nacional. Este año además se renueva la mitad de la Cámara de Diputados de la Nación y varias legislaturas provinciales y autoridades municipales, además de las gobernaciones de Corrientes y Santiago del Estero.

El senador Juan Manuel Irrazábal concurrió a la reunión en su carácter de consejero titular junto a Marta Gauna, también representante por Misiones en el Consejo, e informó sobre el escenario electoral de la Provincia, destacando la normalización del partido y su rol central dentro del Frente para la Victoria, “dejando atrás una dirigencia que supo estar al servicio del proyecto neoliberal y que ahora forma parte del gobierno de Macri”.

Luego del informe de Irrazábal, el gobernador formoseño Gildo Insfrán instó al Consejo a trabajar para fortalecer la representación legislativa del justicialismo misionero.

 

Más allá de hipótesis electorales, con el kirchnerismo, el randazzismo y hasta el massismo como variables, la reunión de los dos tercios del Consejo (50 asistentes de 74), el reencuentro a puertas cerradas en la sede de Matheu al 100 sirvió para motorizar la principal preocupación pejotista para las venideras legislativas: el objetivo de mantener el poderío en el Senado hasta 2019, controlado por el bloque de Miguel Angel Pichetto, uno de los primeros en irse ayer.

En los comicios que arrancan el 13 de agosto con las PASO se renuevan 24 senadores en 8 provincias: Buenos Aires, Misiones, Formosa, Jujuy, La Rioja, San Juan, San Luis y Santa Cruz; tres en cada una. Un informante detalló el estado de situación de cada distrito. Un foco estuvo puesto en Jujuy, que tiene al ex gobernador mendocino Celso Jaque de interventor tras apartar al vicegobernador Carlos Haquim por massista.

Como estaba previsto, la cumbre cerró con un documento de apoyo a la marcha cegetista del 6A (con cambio en el texto original que hablaba de “centrales obreras” hasta que los sindicalistas acotaron que CGT hay una sola) y de tono crítica a la administración de Mauricio Macri: “Que el gobierno nacional corrija el rumbo y tenga como eje la recuperación del empleo nacional“, le reclaman, entre otras cosas.

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