El mate, la más argentina de las tradiciones, celebra su día

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Cada 30 de noviembre se celebra el “Día del Mate”. En 2013, el Congreso lo declaró “Infusión Nacional” a través de la Ley 26.871. Es en homenaje al nacimiento del caudillo Andresito Guacurarí.

Tomar mate implica mucho más que beber una infusión. Tomar mate es un gesto de amistad, de cordialidad; un sinónimo de encuentro que trasciende edades y estratos sociales. Además, gracias a sus reconocidas propiedades antioxidantes y energizantes, tomar mate también implica incorporar al cuerpo una serie de beneficios para la salud.

Fue precisamente esta combinación de valores sociales, culturales y saludables la que llevó al Congreso de la Nación a sancionar en diciembre de 2014 la Ley 27.117, disponiendo que el día 30 de noviembre de cada año se celebre el “Día Nacional del Mate”, en conmemoración al caudillo Andrés Guacurarí y Artigas, más conocido como “Andresito”. De familia guaraní, “Andresito” nació el 30 de noviembre de 1.778 en Santo Tomé (Corrientes) y gobernó la denominada Provincia Grande de las Misiones.

La norma fue publicada en el Boletín Oficial en febrero del 2015. Y este no es un dato menor, ya que mediante esa legislación se promueve que en todos los eventos y actividades oficiales de índole cultural, se promocione el consumo de mate y por supuesto, también se haga hincapié en la bebida como representativa de las tradiciones nacionales.

Los orígenes del mate

Los orígenes del mate se remontan a la cultura de la etnia guaraní. Las hojas de la planta de yerba mate (Ilex paraguariensis) eran utilizadas por los aborígenes como bebida, y eran objeto de culto y ritual, y moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos: los incas, los charrúas y aún los araucanos a través de los pampas, recibían yerba elaborada de manos de los guaraníes.


Caá en lengua guaraní significa “yerba”, pero también significa planta y selva. Para el guaraní, el árbol de la yerba es el árbol por excelencia, un regalo de los dioses. Tomar la savia de sus hojas era para ellos beber la selva misma.


Los conquistadores aprendieron de los guaraníes el uso y las virtudes de la yerba mate, e hicieron que su consumo se difundiera en forma extraordinaria al punto de organizarse un intenso tráfico desde su zona de origen a todo el Virreinato del Río de la Plata.

Más tarde los religiosos jesuitas introdujeron el cultivo en las reducciones distribuidas en el norte de la Argentina, y Sur de Paraguay y Sudoeste brasileño. Fueron los grandes responsables de dar a conocer la yerba mate en otros continentes como Europa, donde llegó a conocérsela como el “té de los jesuitas”.


Recién en 1903 en Santa Ana (provincia de Misiones) se realiza la primera plantación de yerba mate. Hasta entonces y aún por muchos años, la yerba que se consumía provenía de la selva, de plantas silvestres que crecían en manchones con gran densidad de árboles, llamadas islas.

A consecuencia de la tala de los árboles fue moneda corriente por siglos, se terminó insumiendo por completo el recurso que parecía inagotable. Sólo con las plantaciones sistemáticas, el cultivo de yerba volvió a hallar su lugar en la historia.
La costumbre del mate ha permanecido inalterada desde tiempos remotos y por cinco siglos de historia, arraigándose cada vez más en los usos del sur de Sudamérica y extendiéndose a otros continentes.

Infusión Nacional y muy saludable

El mate es, por lejos, la infusión con más arraigo en el país y por este motivo en el año 2013 el Congreso Nacional la declaró como “Infusión Nacional”. Durante el año pasado los argentinos consumimos más 275 millones de kilos de yerba mate.
Los estudios encargados por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) revelaron que la yerba mate está presente en más del 90% de los hogares y que su consumo – bajo la forma de mate tradicional- aporta al organismo gran cantidad polifenoles, vitaminas del complejo B, potasio, magnesio y xantinas. Los polifenoles actúan como un poderoso antioxidante, que ayudan a aumentar las defensas y a disminuir el envejecimiento celular.

Las vitaminas del complejo B ayudan a aprovechar mejor la energía de los alimentos ingeridos. El potasio y el magnesio son sustancias indispensables para el correcto funcionamiento del corazón.
Las xantinas (cafeína, teobromina) son compuestos que estimulan el Sistema Nervioso Central; es decir, apuntalan al esfuerzo físico e intelectual.

El Mate en el Mundo

Con cinco siglos de historia y más de cien años de cultivo sistemático, la infusión se arraigó, se extendió a lugares impensados.

De la mano de actuales “embajadores” de la talla de Lionel Messi, el Papa Francisco y su influencia en los medios y redes sociales, el mate comenzó a ser conocido a escala planetaria.
Durante el 2022 se despachó yerba mate argentina hacia más de 40 países, con embarques que totalizaron más de 40 millones de kilos. El caso más emblemático, y curioso a la vez, es Siria que concentra el 78% de las exportaciones y consume mate cebado. En Chile, con el 10,8% de las exportaciones, también se consume mate cebado; mientras que el resto de los despachos se destinan a Líbano (1,8%), Estados Unidos (1,6%) y Francia (1,2%) y varios países más, donde básicamente se abastece el “mercado nostálgico” de los argentinos y latinos consumidores de yerba mate radicados en el exterior.

Los secretos de un buen mate

Además de la yerba preferida, el otro elemento fundamental para comenzar un buen mate es el agua; más específicamente la temperatura del agua.

Por eso, si se pretende una mateada que rinda y con sabor sostenido lo mejor es arrancar los primeros mates con agua tibia, mojando solo la parte de la yerba donde colocamos la bombilla. Después de tres o cuatro cebadas, ya se puede comenzar con al gua más caliente, a unos 75° C a 80° C. En las cebadas posteriores se va mojando el resto de la yerba y así tendremos una mateada rendidora, con todo el sabor de la yerba que elegimos.

La gran familia yerbatera

La producción de yerba mate tiene su origen en la cuenca que comprende 209.000 hectáreas cultivadas, de las cuales el 86,9 % se encuentran en la provincia de Misiones y el 13,1% en la región nordeste de Corrientes.

Antes de llegar a los hogares, la materia prima transita un proceso de producción y elaboración que involucra a unos 13.000 productores, 15.000 cosecheros, 197 secaderos, y 102 molinos y molinos – fraccionadores.

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Yerbal Viejo: una marca con visión al futuro

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Misiones es crisol de razas, de la tierra pujante y vasta que supo ofrecer tierra fértil a los que la forjaron desde sus principios y que dio valor a la producción. Los inmigrantes y sus hijos vinieron a instalarse a la tierra colorada e iniciaron su vida de la mano de la yerba mate. La yerba, noble producto, llena de selva, que ayudó a crecer la economía y así, la vida de los llegados  a este lugar gracias al oro verde. Esa misma yerba que hoy se proyecta hacia el futuro como una parábola, volviendo a los orígenes.

Una de estas familias rescató la historia y vio, en este cultivo, la posibilidad de un futuro de vida. Poder trascender lo cultural, y seguir la tradición está en el ADN de la familia Sand que, como tantas a lo largo y ancho de Misiones, fue un ejemplo de lucha y progreso.

La producción de yerba dentro de esta cuna familiar ya lleva varias generaciones. Inmigrantes suecos y finlandeses que desembarcaron en Bonpland en 1906  y se asentaron la zona. Pero la tierra ahí, como cuentan los actores de esta historia, no era  fértil para para el cultivo de yerba, algo que se buscaba producir durante los primeros procesos de colonización de Misiones.

Por este motivo, una parte de esta familia siguió la ruta de la inmigración, se acercó hacia el centro de la colonia de Misiones, en lo que fueron los inicios de una comunidad que viró hacia la Colonia de Yerbal Viejo, una región de yerbales silvestres y en el que vieron un suelo que les dejaría producir.

Hacia 1912 una comitiva de Yerbal Viejo llegó desde Bonpland y se a asentó. En 1914 se instalaron, en Colonia Guaraní, a unos cinco kilómetros de Oberá, en la en la chacra donde hoy viven los tataranietos de aquellos inmigrantes. En la década del 30´ empezaron a cultivar yerba mate, una producción que se fue replantando pero que mantiene los cultivos originales.

Este fue el origen del nombre Yerbal Viejo, en homenaje a los antecesores y también a las otras familias de agricultores que apostaron y que establecieron la fundación de Oberá, que en 1928 dejó de nombrarse la Colonia de Yerbal viejo y pasó a llamarse como hoy se la conoce.

A pesar de que la yerba mate fue un producto muy valorado en todo Misiones, la zona centro fue el epicentro de la producción yerbatera, debido a que  posibilitó la generación de muchas cooperativas y  asociaciones de productores. Es por ello que gran parte de la historia de Oberá y sus alrededores está vinculada con la producción del, entonces conocido, “oro verde”.

En aquellos años, los productores y sus familias formaron cooperativas para poder llevar a cabo las  distintas producciones y fue necesario, casi urgente, asociarse para llevar adelante la cosecha, entre otras partes del proceso productivo.

“Los momentos históricos fueron clave para llevar adelante esas trasformaciones sociales”. Con esta frase describen la lucha yerbatera y el asentamiento de las familias en todo el territorio provincial, lucha que se mantuvo desde siempre, hasta la protesta yerbatera con el “Tractorazo” que tuvo lugar durante los años 2001 y 2002 y del que Hugo Sand fue uno de los protagonistas.

Hoy los Sand tienen 24 hectáreas de tierra, con ocho de yerba y el resto es producción de té, monte nativo  y otros cultivos. De esta manera, mantienen la chacra diversificada, un recurso recurrente en las producciones rurales misioneras y que les permite a las familias mantener redituables sus unidades productivas.

 “Yerbal Viejo, es una marca que  comienza a gestarse a finales de la década de los 90´ con mi padre. Luego, se comenzó a comercializar muy incipientemente, pero con la crisis del 2001 se paralizó todo. De cualquier manera, se mantuvo el nombre, a pesar de que se dejó de producir, pero se  seguía cosechando”, expresó Johann Sand, heredero del legado de esta familia de productores.

Johann contó a Economis que todo comenzó en un proceso que llevó mucho tiempo hasta su finalización. “Costó mucho llegar a donde están hoy; con una marca registrada y con una mejor producción en marcha”, señaló Johann.

Luego de que la crisis económica del 2001 empieza a “pasar”, la familia Sand llevó la producción a una cooperativa en Guaraní, pero todavía no se comercializaba bajo el nombre con el que hoy se conoce.

Pasaron poco menos de 20 años, y en 2018, surgió la  propuesta de  reactivar la marca en lo comercial y ver nuevos nichos de mercado.  “Se buscaba ver cómo  poner en funcionamiento la marca, utilizar el sello y venderla primero a muy baja escala, menos de 100 kilos por mes a conocidos y familiares; luego establecimos relaciones con organizaciones de acá y  de otras provincias, mercados y ferias”, señaló Johann quien agregó que esta producción, a pesar de ser mínima, les permite seguir viviendo bien.

El joven productor contó que, este año, comenzaron con los trámites para conformar una cooperativa dentro de la propia familia. La figura de las cooperativas, sostuvo, les permite a acceder a créditos y financiamiento para mantener un crecimiento sostenido.

“En este momento vendemos para el mercado interno, a las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Corrientes, donde trabajan con cooperativas que traccionan la producción local. Dentro de Misiones venden a un  precio accesible en ferias de barrios de Oberá, además de a organizaciones sociales, como así también en las localidades de Posadas y Puerto Iguazú.

“Buscamos fortalecer el mercado local y nacional y más adelante poder llegar a más lugares, hacer crecer la comercialización”, expresó. Los yerbales son de la familia, donde todos nacieron y entre los hermanos y padres se dividen las tareas, para levar a cabo este proyecto.

Una de las características de la chacra de la familia Sand es la producción de yerbales bajo sombra, algo que les permitió sobrellevar la sequía de mejor manera que otras chacras. “Hace muchos años que tenemos los yerbales bajo monte, donde hay yerba, hay árboles nativos que permiten, en los días de mucho sol, generar sombra y mantener la humedad del suelo”.

“Nos dimos cuenta de que la yerba sintió el calor y la falta de agua pero, en comparación con otras chacras, las plantas soportaron bien las altas temperaturas y la escasez de agua. Se cuidaron las cubiertas verdes, las vertientes, lo que sin duda ayudó mucho”, relató.

En la actualidad, la empresa produce de manera orgánica. Utilizan biofertilizantes, abonos orgánicos que los producen en la misma chacra lo que es muy redituable, ya que se evitan tener que comprar, además producir de forma sustentable.

“Esto es experimental, ya que todo apunta a que es positivo, porque la producción de yerba de manera agroecológica tiene sus grandes beneficios. No se produce a gran escala, pero se pueden generar, por ejemplo, 8 mil kilos por hectárea de manera constante. Si bien, con la producción sintética se puede producir 20 mil kilos por hectárea, se debe mantener la cantidad de agrotóxicos que se agregó en un principio para que la producción no caiga”, explicó Sand.

“Cuando uno plantea un nuevo modelo productivo, agroecológico, los nutrientes sintéticos se convierten en costos, en problemas de salud, que a su vez se se traducen en costos para el sistema de salud, en muerte y también en problemas sociales”, sostuvo. El joven Sand expresó además que la mecanización del trabajo traerá miseria e inestabilidad en los sectores productivos ya que más de 15.000 mil productores y sus tareferos dejarían de comer.

“¿Qué va a pasar con la propiedad de la tierra, a dónde irán a parar esas familias si no tienen trabajo en la chacra? Muchos colonos tendrán que vender su chacra, porque no le es redituable y, de hecho, ya lo están haciendo”, reflexionó. “El sistema hegemónico de producción no lo está viendo”, cuestionó.

La familia Sand cosecha la yerba que se lleva a una cooperativa en Guaraní donde hacen el primer proceso, la yerba canchada De esta manera, una parte se estaciona unos meses para llevarlo a otro molino, luego se envasa y, de ahí,  a la comercialización.
Estamos buscando la certificación agroecológica para que podamos certificar un producto de calidad, de esta forma podremos llevar a secaderos certificados y diferenciarlas con otras yerbas agroecológicas”, adelantó Johann.

Para fines de este año esperan contar con el sistema de certificación participativa, en la cual se busca la vinculación de producción sustentable y en lo que están articulados varios actores: los  consumidores y el Estado provincial, a través de Ley de Fomento Agroecológico, con universidades, ingenieros agrónomos y científicos. Todo este grupo de actores certifican que la producción es agro ecológica, tanto la yerba, como el té, la miel e inclusive los biofertilizantes que se producen.

“Nos da una trazabilidad, y vos sabes de donde viene lo que estas consumiendo  a través de un precio justo, y nos permite a acceder a mercados diferenciados, trabajando un producto en base a muchos criterios, éticos y científicos, mucho más sustentable”, señaló.

Una forma y estilo de vida, la producción sustentable. Nuevas formas, un cambio de paradigma no sólo en la yerba mate, sino también, en todos los sectores productivos, tan diversos  como lo es la tierra misionera.

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El futuro ya llegó a la yerba mate: presentaron una cosechadora mecánica hecha en Misiones

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La empresa metalúrgica Lory, de Oberá presentó hoy su primera cosechadora de yerba mate, un paso hacia la mecanización de la zafra del oro verde misionero.

Con mecánica simple, el sistema de corte se coloca en una cosechadora de té y permite cosechar hasta 2.000 kilos de hoja verde por hora. Las pruebas se realizaron en la chacra de Manuel Holobate en San José.

Allí David y Jorge Lory presentaron su nueva innovación que comenzaron a pensarla hace tres años, aún es un prototipo y la presentación sirvió para un rico intercambio con productores de la zona sobre como optimizar la máquina.

Se trata de un implemento de barra de corte adaptable a una cosechadora de té, que viene siendo probado en distintas chacras de San José, la idea es producirla para la industria yerbatera misionera.

El ingeniero electromecánico David Lory, explicó a Economis que es una adaptación de un implemento de corte a una cosechadora de té. La familia Lory hace tres generaciones viene trabajando en la fabricación de maquinaria de té y otras producciones agrícolas en Oberá.

“La idea nació con un productor de San José, él fue adaptando una herramienta de corte y nosotros hace dos años que venimos trabajando en mejoras. Es un implemento muy económico, las primeras pruebas finales las hacemos esta semana y la idea es que esté disponible a partir de marzo”, agregó Lory.

“Tenemos muchas empresas que tienen cultivo de té, donde ya se avanzó con la mecanización de la cosecha y nos venían pidiendo mecanizar los procesos de cosecha de yerba mate. Así que nos pusimos a trabajar en el desarrollo de un elemento adaptable a lo que ya tienen las chacras misioneras y así se baja el costo final del producto”, comentó.

El costo estimado del implemento de corte es de 600 mil pesos. Una cosechadora completa cuesta alrededor de un millón y medio de pesos.

La mecanización nace en un cambio de paradigma

Para poder llevar adelante la mecanización de la cosecha hay que hacer un cambio cultural en la producción yerbatera.

Las plantaciones del oro verde tienen una densidad de entre 2000 a 4000 plantas por hectárea, con una distribución entre líneas de plantación (liños) de 2,8 a 3 metros y entre plantas de 1,5 metros.

Con este nuevo paradigma de cosecha mecanizada Holobate plantó en diferentes parcelas hasta 7000 plantas por hectárea con liños dobles, donde la distribución de las plantas es de 80 centímetros entre cada plata, un metro entre par de plantas y la distancia entre líneas de plantas es de 2,5 metros.

Esta mayor densidad de plantas permitirá una cobertura completa de la planta en los liños. Así se logra una cobertura de hojas similar a la plantación del té.

Plantación nueva de mayor densidad

Holobate también ha incursionado en modificar plantaciones viejas. “Tengo parcelas con plantas de hace 30 años” explicó el productor a Economis. En ellos hizo un rebaje de las plantas hasta 50 centímetros, para eliminar los troncos y ramas gruesas. A través de sucesivas podas se forma la planta para que se adapte a la cosecha mecanizada.

El productor explicó que en estos yerbales añosos no es conveniente incorporar plantas nuevas porque “son competencia” y las plantas nuevas no son una inversión. “Es mejor tumbar toda la parcela e incorporar plantas totalmente nuevas”, dijo.

Sobre cómo es la cosecha mecanizada, Holobate explicó que en el año se hacen dos cortes y un viruteo. Las zafras son en junio o julio y otra en diciembre. Luego del corte de mediados de año se hace el viruteo que es a mano para dar forma a la planta previendo el rebrote.

Aclaró que la “cosecha mecanizada está en una etapa muy incipiente”, donde lo importante es el trabajo en las plantaciones. Desde los rebajes en las plantaciones existentes a la planificación y plantaciones de parcelas nuevas o recambio de plantas.

Esta mayor densidad de plantas por hectárea, exige un cuidado en el suelo, en cuanto a la mayor demanda del suelo de fertilizantes. Según el productor también se reduce el uso de agentes químicos para el control de malezas, porque con mayor densidad de plantas de yerba hay poco espacio para la proliferación de malezas.

La atenta mirada de los productores

La jornada de prueba contó con una veintena de productores que se acercaron a conocer la maquinaria y los yerbales. Todos se acercaban desde el principio a la cosechadora a mirarla desde todos los ángulos evaluando posibilidades y perspectivas.

“Esto llevaría el costo de cosecha a un valor muy bajo”, destacaron algunos productores expectantes. Conscientes de que deben buscarle una vuelta a una producción que tiene que ser repensada para poder seguir brindando ganancias.

Luego de la explicación de Jorge Lory la cosechadora comenzó a trabajar en una parcela nueva, adaptada a la cosecha mecanizada. Allí la alta densidad de plantas funcionaba y permitía un efectivo levantamiento de la hoja verde.

Apenas avanzó la máquina, los productores se acercaban a las plantas a ver el tipo de corte, como levantaba las hojas y si quedaba cubierta verde en la planta o si había muchos sobrantes. Opiniones varias comenzaron a surgir viendo el paralelismo de esta cosecha con la del té, una que varios de ellos hacen a la par de la producción yerbatera.

Luego se pasó a cosechar en un yerbal de 30 años adaptado para la cosechadora. Allí si se observó que la distancia entre plantas es una cuestión a ser resuelta. Algunos productores hablaron de poner más paletas de corte (de 4 a 6), otros sugirieron cambiar la inclinación de las cuchillas, y otros de hacer dos pasadas por liños (uno en cada sentido) para poder optimizar el levantamiento de la hoja verde.

Un debate sin dudas interesante para una de las producciones madres de la provincia. Un debate que se viene y siempre deja la misma pregunta, si la incorporación de tecnología reduce la necesidad de personas en la tarea, ¿Qué haremos con esa mano de obra, que quedará ociosa?

Lory Maquinas está ubicada en Av. Don Bosco 489, Oberá, Misiónes

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El hallazgo de un barbacuá de piedra permitiría comprender la explotación de los yerbales en el siglo XIX

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La pequeña comuna de Mártires ubicada en la zona centro de la provincia, busca comprender su pasado histórico. El hallazgo de añejo barbacuá de piedra sería el primer paso para comprender como era la explotación del oro verde de la explotación yerbatera de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.
Cubierto bajo el manto vegetal se encontraron vestigios arqueológicos en diferentes chacras de Mártires, en el departamento Candelaria, a tan sólo 70 kilómetros de Posadas. Uno de ellos el más importante está en la propiedad de Ciro Mann de Mendonca, a metros del arroyo Yabebirí.
El productor encontró los vestigios hace unos 15 años, sabiendo que era algo importante atinó a cercar el predio y esperó con paciencia despertar el interés de las personas adecuadas. Y en Evangelina Domínguez, actual directora de cultura municipal halló a la persona que buscaba, luego de mostrarle lo que guardaba su tierra.
Ahora el municipio trabaja en forma denodada para resguardar estas construcciones y avanzar en un proyecto de conservación. Actualmente la investigación está a cargo de la arqueóloga Lorena Salvatelli, de reconocida trayectoria en la provincia.
Luego de un año de hacerse público el hallazgo arqueológico subterráneo, el equipo de investigación formado por la Doctora Lorena Salvatelli (Subsecretaría de Cultura Misiones), la Doctora María Victoria Roca (Conicet) y la estudiante avanzada de Antropología Arqueológica, Mónica Leyria (Estación Vía Cultural), llegó a las primeras conclusiones funcionales en cuanto a la estructura lítica encontrada.

Leyria, Salvatelli y Roca

Si bien en la zona de trabajo hay unas cinco estructuras, se trabajó solo en el más importante. Se trata de un secadero de yerba con sistema barbacuá de 15 metros. Además, hallaron más conductos en un radio de unos siete kilómetros.
Este no es el único sitio de explotación yerbatera detectado. Pero es muy importante para comprender como era el proceso de cosecha, sapecado y traslado de la hoja hasta los molinos ubicados en las zonas urbanas.
El equipo técnico de Salvatelli explicó que cuando Ciro Mann de Mendonca, difundió el tesoro con el que convivía hace años. Intervino el municipio y luego el Equipo Científico de la Subsecretaría de Cultura, que se hizo presente en el lugar e inició las tareas arqueológicas.
“El año pasado hicimos un primer acercamiento para ver de qué estructura estábamos hablando y este año logramos llegar al primer trabajo de campo. Llegamos a la conclusión de que se trata de un barbacuá de los primeros períodos de utilización, confeccionado en piedra itacurú”, afirmó Salvatelli.
Lo primero que hicieron fue dilucidar que era la estructura mayor, porque lo único que se veía era un conducto. Tras las primeras excavaciones determinaron que no se trata de un túnel -en el sentido de una vía de comunicación o de escape- sino de un conducto en forma de Y, construido específicamente para la elaboración de la yerba mate de unos 15 metros. Además describieron que en uno de los lados hay una especie de pavimento o planchada donde se acomodaba la yerba y un muro de piedras para nivelar el suelo.
El barbacuá tiene unos 7 metros rectos y de ahí se bifurca en dos conductos con sus vías de salida del calor. Hay una parte de la construcción que corre riesgo de derrumbe por eso no puede ser excavado. La obra está realizado con piedra itacurú.
María Victoria Roca, comentó que “la piedra itacurú es un material que tiene propiedades refractables, es decir, que conducía el calor hacia la yerba. El calor entraba por la boca del conducto subterráneo y salía por las dos boquillas, lo que contribuía con el proceso de secado de la yerba mate”. Comentó que los restos encontrados muestran un uso continúo del predio a lo largo del tiempo.
Mónica Leyria, otra de las investigadoras, dijo que “es un trabajo muy metodológico en el que cada intervención es documentada, registrada y analizada”. Si bien no se hizo una excavación profunda, se realizó más bien una limpieza y un relevamiento de aquello que iban encontrando, mediante fotos, mediciones, análisis de los materiales e interpretación a través de los documentos.
“Hicimos perfiles estratigráficos viendo las capas de ceniza y la ocupación de esa estructura desde esa funcionalidad de quema de materiales. Hay un montón de indicadores que llevan a la conclusión de la funcionalidad”, precisó Leyria. Sin embargo, la temporalidad de la estructura aún no pudieron determinarla. “Podemos decir que fue hace mucho tiempo, pero necesitamos trabajar mucho más para saber con exactitud” aclararon las tres investigadoras.
Adelantaron que ahora están en una etapa de trabajo en laboratorio, estudiando las muestras que relevaron y buscando información bibliografica y documental sobre el periodo estimado de funcionamiento del barbacuá.

Si bien en principio se pensó en restos de la etapa jesuita, las investigadoras aclaran que desde el punto de vista social y cultural, este descubrimiento es muy importante para la comunidad de Mártires. “Es un rescate patrimonial, de tradiciones y cuestiones identitarias”, planteó Roca.
“La relevancia de este lugar es la yerba mate, nosotros aportamos nuestros conocimientos desde la arqueología, pero es un producto que se remonta a los guaraníes, estamos hablando de muchos años de consumo con diferentes modalidades y procesos de producción que permitió el sustento del sistema reduccional de los guaraníes”, dijo Roca.
Además resaltaron la importancia del uso comercial que le dieron los primeros colonos que llegaron al lugar. Desde este punto de vista, el foco de la investigación está no solamente en la cuestión arqueológica sino en el rescate de antiguos saberes y cultura de la región.
“Ahora enviamos material para analizar en la Universidad Tecnológica Nacional de Rosario, a un equipo especialista en análisis de metales y vamos a ver qué resultados nos da eso. Pero la conclusión final puede llevar meses o años”, concluyó Salvatelli.
Además las investigadoras buscan financiamiento para volver a trabajar en el predio. Por ello en el aniversario del municipio, ayer viernes (09 de noviembre) participaron del segundo Fogón Intercultural en Mártires, donde presentaron su investigación.

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El radicalismo considera “ilusorio” que la hoja verde de yerba valga 50 centavos de dólar

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En medio del conflicto yerbatero por el reclamo de incumplimiento de precios y cuando todavía debe definirse el laudo para definir los valores de esta cosecha, el bloque de diputados de la Unión Cívica Radical, parte de la alianza Cambiemos, desalentó las esperanzas de los productores de buscar mejores valores. La bancada radical consideró “ilusoria” la propuesta del Gobierno provincial de fijar el precio de la hoja verde en 50 centavos de dólar, “cuando ni los propios productores proponen esa cifra”. 

En la misma línea, desmintieron a los productores que hace un par de semanas habían anunciado la promesa del presidente Mauricio Macri, expresada en la voz del “Momo” Venegas, de un fondo de 1.500 millones de pesos para financiar la cosecha de yerba mate. “El anuncio de los supuestos $1.500.000.000 que vendrían a la provincia para ser destinados a financiar el pago del producto y que permitirían que se pagara de contado el precio de la materia prima, nunca fue efectuado por algún funcionario del Gobierno nacional, razón por la cual no ha existido promesa incumplida“, aseguraron los diputados liderados por Germán Bordón.

También contradicen a los productores que apuntan a algunos sectores industriales como los grandes ganadores de la crisis yerbatera. Para el radicalismo, “como en todas las producciones agropecuarias, los grandes ganadores son los intermediarios y comercializadores, que adoptan políticas que empujan a la cadena productiva a no obtener la justa retribución por su aporte en la elaboración del producto”.

En defensa de la industria, el bloque “lamenta” que el Instituto Nacional de la Yerba Mate no defina el precio de la salida de molino “lo que permitiría tener un precio de referencia para el producto final y de esa forma poder acordar y cumplir con el precio de los demás eslabones de la cadena de la yerba, dándole a cada sector una justa retribución, dado que sin su intervención, no existiría el producto”.

Para el radicalismo, ante “el recurrente problema de los productores, y sobre todo de los pequeños, resulta urgente la puesta en funcionamiento del Mercado Consignatario de Yerba Mate, lo que permitirá el cumplimiento estricto de los precios fijados”.

“Sin perjuicio de ello, también es necesario que se continúe con los planes encarados por el INYM para hacer más productivos los viejos yerbales, que por su escaso rendimiento hacen absolutamente desventajosa la producción de algunos, respecto de otros yerbales que producen hasta 2 y 3 veces más por hectárea”, explican. 

Los diputados defienden al INYM, conducido por el radical Alberto Ré porque “en los últimos meses ha avanzado en decisiones complejas y difíciles de tomar como la prohibición (fue solo una sugerencia) temporaria de plantar yerba mate, para equilibrar las variables del mercado. Estas decisiones, difíciles de controlar y muchas veces resistidas, son coyunturales, pero deben ser acompañadas de otras medidas que tiendan a ampliar los mercados para la yerba mate, con nuevos productos derivados de nuestro oro verde. En esta tarea deben unirse aquellos que producen la yerba, los encargados de regular la actividad y los distintos estamentos gubernamentales, para lograr que nuestra producción madre, siga siendo el sostén de la economía familiar de muchos productores misioneros, muchas familias ligadas a la actividad y la economía en general de Misiones, la que sin la actividad yerbatera, sería muy distinta”, argumentan.

 

De nada sirven las ilusorias pretensiones expresadas por el Gobierno de Misiones de fijar el precio de la hoja verde en cincuenta centavos de dólar, cuando ni los propios productores proponen esa cifra, en el marco de la ronda de precios del INYM. Actitudes como las del Gobierno provincial solo tienden a recalentar un conflicto que tiene muchas aristas, y que solo lleva a enfrentamientos estériles, de aquellos que justamente reclaman el precio y las condiciones de pago de sus productos”, aseguran.

Para el radicalismo, un aporte a la solución sería “disminuir la alta presión tributaria existente en la Provincia”, aunque la producción primaria no paga Ingresos Brutos.

Por su parte, el diputado nacional Luis Pastori, quien ayer recibió a los productores como integrante de la comisión de Economías Regionales, también negó que el Gobierno nacional haya prometido recursos para financiar la cosecha. “Más allá de la confusión que se originó en torno a los supuestos 1.500 millones de pesos que aportaría el FONAGRO (Fondo Nacional de Agroindustria), todos tenemos que hacer un esfuerzo para resolver el conflicto. Cuando digo todos me refiero al gobierno nacional, y también al gobierno provincial, y por supuesto a los actores de la cadena productiva. Tenemos que buscar y poner en marcha mecanismos viables que garanticen el pago de la yerba al precio oficial y justo, y el pago al contado”, indicó.

Con respecto al acampe de un sector de productores en frente a la sede del INYM en la ciudad de Posadas, Pastori manifestó que “estamos muy preocupados por la situación de toda la cadena yerbatera, por eso estamos haciendo todo lo posible para arribar a una solución satisfactoria”. 

 

Finalmente Pastori destacó un aspecto positivo “en los últimos meses el INYM ha avanzado en decisiones complejas y difíciles de tomar, como la prohibición temporaria de plantar yerba mate. Esta medida tiene el objetivo de reequilibrar un mercado sobreofertado que  no hace otra cosa que empujar el precio de la materia prima hacia abajo”.

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