Rio Grande do Sul recibirá millonaria inversión forestoindustrial chilena

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Detalles del mega proyecto forestal de más de US$4.500 millones que “La Papelera”  Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC) quiere levantar en Brasil. De concretarse, se trataría de la mayor inversión de una empresa chilena en el exterior.

Mientras acusa un “repliegue” de la industria forestal en Chile debido a los incendios, robos, usurpaciones e inseguridad, para CMPC la realidad en Brasil es completamente distinta y las estratosféricas cifras que rondan en la cabeza de la empresa para invertir en el gigante sudamericano así lo demuestran. Es que ayer, cuando la Región del Biobío en Chile -fuerte en materia forestal- vivía el luto del atentado fatal contra tres carabineros, la compañía ligada al grupo Matte entraba en escena en Brasil anunciando el inicio de la evaluación de un plan de más de US$4.500 millones para crecer en producción en el país al cual arribó en 2009 y donde, a la fecha, ha invertido US$6 mil millones.

En un hecho esencial enviado a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), CMPC indicó que acordó con el estado de Rio Grande do Sul un protocolo de intenciones para avanzar en una evaluación de un proyecto integral bautizado “Natureza” y que incluirá una nueva planta de celulosa, que se ubicaría a 15 kilómetros de la ciudad de Barra do Ribeiro y se convertiría en la mayor inversión chilena en el extranjero.

“Natureza”, detalló la compañía, tiene una concepción integral que reúne industrialización, infraestructura vial y portuaria, forestación asociativa sustentable, conservación y promoción cultural. Así, se sumaría a la actual fábrica de celulosa de CMPC en Guaíba, que se encuentra a solo 34 kilómetros donde se emplazaría la nueva iniciativa de la compañía.

Implica la construcción de una fábrica para producir hasta 2,5 millones de toneladas anuales de celulosa kraft blanqueada de fibra corta (BHKP), con posibilidad de posterior ampliación.

En caso de concretarse el proyecto, implicaría una inversión de US$4 mil millones para la nueva unidad industrial, US$420 millones en distintas obras de infraestructura vial y US$150 millones para el desarrollo de una nueva terminal portuaria en Rio Grande, así como también una ampliación en el Puerto de Pelotas. Además, contempla, en su fase de construcción, más de 12 mil empleos, prioritariamente locales.

Según Luis Felipe Gazitúa, presidente de Empresas CMPC, “estamos iniciando un proceso de evaluación para un gran proyecto que se inserta en la estrategia de internacionalización que CMPC inició hace más de tres décadas” y que hoy tiene presencia industrial en 9 países de América”.

En tanto, el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, afirmó que “nuestro estado de Río Grande del Sur ofrece y da certezas y seguridad para que inversiones tan relevantes como estas puedan desarrollarse”. Y agregó: “Realizamos cambios a nuestro código de Medio Ambiente para que las inversiones puedan desarrollarse adecuadamente y sin descuidar nuestro entorno (…) además, ampliamos las áreas en que la silvicultura puede ejecutarse y crecer en el estado”.

Diversos ejecutivos del sector forestal chileno han destacado desde hace años el apoyo que los estados brasileños entregan a las inversiones que les interesa impulsar. Ello, independiente del gobierno central que esté al mando del país. A la vez, destacan el potencial forestal que tiene ese país y las amplias diferencias con Chile en cuanto a seguridad, particularmente en materia de quemas intencionales de bosques, que en Brasil no son foco de preocupación para las empresas.

En su última carta a accionistas, Gazitúa destacó el crecimiento en Brasil y sostuvo que el positivo panorama internacional “contrasta dramáticamente con la situación por la que atraviesa el conjunto de la industria forestal en Chile”.

Hace algunos días, en una entrevista al diario El Sur, Gazitúa manifestó que “somos una compañía global, y si en Chile no están las condiciones, bueno, las buscaremos en otro lugar”. Luego, tras la junta de accionistas de la papelera el jueves pasado, el presidente abordó las dudas respecto a si sus palabras anticipaban un eventual éxodo de CMPC de Chile y afirmó que “somos una compañía chilena profundamente comprometida desde hace 104 años con nuestros querido país, y eso no está en nuestros planes”.

Fuente Emol.com

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Ysyry Cuatiá, la fábrica de pasta celulósica de empresarios misioneros y correntinos, avanza en negociaciones con inversores de Estados Unidos y Europa

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En la Argentina, cuando se habla de una inversión de 1.000 millones de dólares de capitales locales para instalar una moderna fábrica  sólo cabe pensar en menos de una decena de grupos empresarios: YPF, Arcor, Techint, Pan American Energy, Grupo Pampa y quizás algún nombre más.
Pero la historia de Ysyry Cuatiá -el proyecto para instalar una planta de pasta celulósica y papel kraft en Ituzaingó-, puede romper esa lógica y devolverle a la Argentina la capacidad de que sus empresarios puedan crecer y soñar en grande, con una mirada puesta en el desarrollo local que siempre será distinta al de un grupo multinacional.
Ysyry Cuatiá es el proyecto que nació de un grupo de seis empresarios misioneros y correntinos y en los últimos dos meses avanzó mucho en las negociaciones con dos grupos de inversores de Estados Unidos y Europa.
El proyecto para instalar una planta con capacidad para producir 500.000 toneladas al año de pasta celulósica de pino y/o papel kraftilner (el marrón que recubre el corrugado para hacer cajas de embalaje) requiere de una inversión de entre 800 y 1.000 millones de dólares. Semejante inversión en un país como la Argentina solo está al alcance de las multinacionales o esa pequeña elite de grupos empresarios locales mencionados más arriba.
Para hacer una comparación, Arauco Argentina, la pastera más grande del país, tiene capacidad para 350.000 toneladas al año. Ysyry Cuatiá (“río de papel” en guaraní) es una de las mayores inversiones industriales proyectadas en la era de Mauricio Macri, ya que demandaría un desembolso de entre 800 y 1.000 millones de dólares.
“El monto final depende de la configuración final de la planta, explicó, Gustavo Cetrángolo, el ideólogo y principal impulsor, quien visitó la redacción de Economis para relatar la evolución de este proyecto.
Este consultor forestal logró reunir en 2011 a un heterogéneo grupo de empresarios y profesionales que se entusiasmaron, vieron el potencial y aportaron trabajo y capital para contratar a la finlandesa Pöyry, la consultora forestal más grande del mundo, que terminó avalando el plan tras un exhaustivo estudio.
Acá hay una posibilidad de negocio, hay materia prima, hay mercado y los números del negocio cierran: concluyó la consultora finlandesa. Si lo dice Pöyry, los inversores empiezan a sacar cuentas y a interesarse en el negocio.
“Los proyectos avalados por Pöyry son lo que en la jerga se denomina bankable, es decir, son sujetos de crédito para organismos financieros multilaterales como el Banco Mundial o el BID, este es un aval importante”, explicó Cetrángolo.
El grupo de seis socios-fundadores o impulsores de la idea lo completan Ralf Frank y Mario Plotz, médico obereño. Ambos son socios de Cetrángolo en Agroforestal Oberá, una pequeña planta que exporta resina de pino. Cuenta también con dos empresarios importantes en sus sectores: Stuart Navajas y Marcos Pereda, del Grupo Bermejo (ganadería) y Potrero San Lorenzo (forestaciones en Entre Rios). Completa el sexteto, el abogado Marcelo Subizar, quien se encarga del armado legal de la inversión.
Vinieron los inversores
“Hace unas semanas estuvo de visita uno de los tres grupos interesados en asociarse, de origen norteamericano y del sector celulósico y papelero, los recibimos el supermartes de las Lebacs”, comentó. “Obviamente miran con atención las turbulencias financieras, aunque esta es una inversión a largo plazo”, agregó.
El segundo grupo interesado lo forman dos firmas de origen europeo. “La que lleva la voz cantante en ese segundo grupo produce cajas y papel para cajas, el otro es del sector celulósico”, dijo Cetrángolo. Los europeos ya hicieron pruebas satisfactorias de la calidad de la madera.
El rol del Estado en una inversión de envergadura
“Tenemos en claro que cualquiera de esas fórmulas nos dejaría con una minoría accionaria, pero aún así queremos avanzar, las papeleras y las fábricas de pasta se hicieron en los 70 y 80 con aportes de los estados nacionales y provinciales en la Argentina y la participación de empresarios más chicos. Papel Prensa se hizo con el entusiasmo emprendedor de Roberto Civita, fundador de editorial Abril, que tampoco tenía el capital, pero tenía la idea”, explicó Cetrángolo.
“Civita se asoció con el Estado, ninguno de estos proyectos se hacen sin que el Estado participe de alguna manera”, comentó Cetrángolo, quien se reunió varias veces con gobernadores, funcionarios de todo tipo.
La última fábrica de pasta celulósica que se inauguró en la Argentina fue Alto Paraná en 1983 y se realizó con aportes del estado nacional. “Todas las plantas de papel o pasta se hicieron en los 70 u 80 con un fuerte impulso del Estado, el Estado en proyectos de semejante envergadura tiene un rol fundamental”, explicó el consultor forestal y ex ejecutivo de Pérez Companc.
Cetrángolo no pide que el Estado aporte capital, necesariamente. Sino que contemple alternativas, como créditos a largo plazo o avales para presentar ante bancos privados. Hasta los 80, el Estado tenía al desaparecido BANADE (Banco Nacional de Desarrollo) que cumplía este rol. Como los brasileños tiene al poderoso BNDES, que sigue cumpliendo un rol primordial para apuntalar los grandes proyectos industriales de capitales brasileños.
En Corrientes y Misiones hay 1,2 millón de hectáraes de bosques listos para ser cultivados. La demanda actual no alcanza a absorber semejante oferta. “Hay un excedente de 5 millones de toneladas al año en Misiones y unos 7 u 8 millones más en Corrientes”, calcula Juan Gauto, subsecretario de desarrollo forestal de Misiones.
“A veces en algunos reuniones que tenemos con funcionarios nacionales parecería que a esta administración no le hace mucha diferencia que seamos un grupo de empresarios locales o un grupo multinacional, se focaliza en que se concrete la inversión, aspiramos a que en algún momento vean la diferencia”, dijo Cetrángolo.
“Pero para nosotros sí, tenemos un compromiso distinto con la comunidad donde vivimos y trabajamos, y estamos todos los días”, consideró el principal gestor e impulsor de este “Río de papel”.

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Ratifican respaldo para la instalación de una papelera en Ituzaingó

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“Este será un centro de desarrollo de la industria forestal para Corrientes y Ar­gen­ti­na”, y por ello, anunció que “pedí al Presidente (Mauricio Ma­cri) unas 500 hec­tá­re­as donde tiene que ser el puerto de Itu­zain­gó, se instale una fábrica de papel cartón que ge­ne­ra­rá mi­les de pues­tos de tra­ba­jo”.
Valdés destacó inversiones en recorrida por Isla Apipé e Ituzaingó, donde planteó fo­men­tar el po­ten­cial fo­res­tal de esa par­te de Corrientes, me­dian­te la ra­di­ca­ción de in­dus­trias..
El Gobernador resaltó el potencial forestal de la región y ventiló su intención de radicar industrias vinculadas a la actividad maderera. Además ponderó las obras en ejecución y las proyectadas para ambas localidades, junto a la central hidroeléctrica Yacyretá.
Val­dés ase­gu­ró que “to­dos los in­di­ca­do­res na­cio­na­les de fo­res­toi­dus­tria apun­tan a que Itu­zain­gó se­rá un cen­tro de de­sa­rro­llo de la in­dus­tria fo­res­tal pa­ra Co­rrien­tes y Ar­gen­ti­na”, y por ello, anun­ció que “pe­dí al Pre­si­den­te (Mau­ri­cio Ma­cri) unas 500 hec­tá­re­as don­de tie­ne que ser el puer­to de itu­zain­gó, se ins­ta­le una fá­bri­ca de pa­pel car­tón que ge­ne­ra­rá mi­les de pues­tos de tra­ba­jo”, sos­tu­vo, y agre­gó que “tam­bién es­ta­mos cer­ca de lo­grar la zo­na fran­ca pa­ra Itu­zain­gó”.
“El gran de­sa­fío es ge­ne­rar el par­que in­dus­trial”, pun­tua­li­zó Val­dés, y es­ti­mó que por ello “es­tos cua­tro años de ges­tión se­rán in­ten­sos y de­be­mos ha­cer­lo jun­tos”.
“El de­sa­fío que te­ne­mos es enor­me, sa­len unos 150 ca­mio­nes con ro­lli­zos por el Sur pro­vin­cial, otros se van a Mi­sio­nes y así se va la po­si­bi­li­dad de ge­ne­rar fuen­tes de tra­ba­jo pa­ra los co­rren­ti­nos”, con­si­de­ró. “Por ello apun­ta­mos a in­dus­tria­li­zar nues­tros pro­duc­tos y que la ri­que­za que­de en Co­rrien­tes”, sos­tu­vo, “si no, siem­pre se­re­mos los gran­des pro­duc­to­res y nun­ca los in­dus­tria­les”, con­clu­yó el Man­da­ta­rio.
Fuente DiarioÉpoca

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En cuatro años se pondría en marcha una mega fábrica de celulosa y papel en Ituzaingó

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Las III Jornadas Celulósico-Papeleras dan por confirmado del proyecto “Ysyry Cuatiá” de fábrica de celulosa y papel en Ituzaingó, Corrientes. Podría empezar a funcionar en cuatro años y generaría 800 toneladas de producción y estaría entre las diez más grandes del mundo. La firma de capitales misioneros AgroForestal Oberá está en el top ten de proyectos de inversión para los próximos cuatro años en la Argentina. La compañía que ahora tiene sede en Ituzaingó se codea con gigantes como Siemens, First Quantum, Telecom, Quilmes o el Banco Santander. Con un proyecto de inversión de mil millones de dólares está apenas por debajo de las petroleras Axion Energy, Pan American Energy y Shell y la minera Vale.

 Se trata de la nueva fábrica integrada de celulosa kraft sin blanquear de coníferas y kraftliner que se prevé instalar en la provincia de Corrientes, según aseguró Fernando Correa, representante de Pöyry Management Consulting, en las recientes III Jornadas Celulósico-Papeleras, según lo informa la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel de la Argentina (AFCP).
La capacidad de producción sería de 500.000 toneladas anuales de USKP y de 300.000 de kraftliner, además de 12 megavatios de bionergía.

La fábrica de celulosa planificada para la localidad correntina de Ituzaingó estaría entre las diez más grandes del mundo en capacidad de producción. De acuerdo con el especialista, los socios de la iniciativa ya iniciaron el proceso para llevar a cabo la ingeniería conceptual, el estudio de impacto ambiental y otros análisis necesarios para la concesión de permisos. Se prevé, indicó, una duración de tres a cuatro años desde el comienzo hasta el inicio de las operaciones.

Según los fundamentos del proyecto Ysyry Cuatiá, en guaraní “río de papel”, Corrientes presenta todas las condiciones básicas para hospedar una fábrica: proximidad a plantaciones existentes, disponibilidad de fibra de otras industrias, disponibilidad de micro-sitios alternativos, transporte fluvial y por carretera, red vial existente, infraestructura energética, cauda suficiente y regular del río, disponibilidad de agua y no tiene restricciones medioambientales.

También se cuenta con dispobilidad de mano de obra y no existe una postura reaccionaria de ONG y la sociedad.

Corrientes tiene la mayor tasa de establecimiento de plantaciones adicionales netas en Argentina, la distribución de edades regular de las plantaciones que asegura una disponibilidad de madera en forma consistente para la industria.

Los principales departamentos en términos de recursos forestales son Ituzaingó, Santo Tomé y San Martín.

El proyecto contempla la compra de madera de raleo y trozas de diámetros inferiores, lo que agrega valor al mercado actual de madera industrial de la región.

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