PBI

La actividad económica cayó 2,7% en julio

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El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INdEC) informó que la actividad económica cayó 2,7% en julio respecto al mismo mes del 2017, acumulando así su cuarta caída consecutiva. La semana pasada, el organismo oficial informó que la economía argentina se contrajo un 4,2% en el segundo trimestre de 2018 frente a mismo período de 2017. Así, el PBI quebró un ciclo de 7 trimestres consecutivos de aumento respecto de los 3 meses precedentes.
Según informó este miércoles (26/09) el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INdEC), la actividad económica cayó 2,7% en julio respecto al mismo mes del 2017. De este modo, se comprueba el derrumbe de la economía en los últimos meses, ya que este indicador acumula su cuarta caída consecutiva.
En tanto, el indicador desestacionalizado creció 1,4% respecto a junio de 2018.
Las ramas de actividad de mayor incidencia en la contracción interanual del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) correspondiente a julio de 2018 son “Industriamanufacturera”, “Comercio mayorista, minorista y reparaciones” y “Agricultura, ganadería, caza y silvicultura”.
En contraposición “Intermediación financiera”, “Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler”, y “Electrici dad, gas y agua” son los sectores con mayor incidencia positiva.
Vale destacar que este número fue mejor al esperado por analistas privados. Por caso, un sondeo realizado por Reuters proyectaba una merma en la actividad de un 3,8% interanual para el EMAE del séptimo mes del año.
La actividad económica registró el primer descenso del año interanual en abril (0,9%) y de esa manera anotó la primera baja luego de trece meses de alza continua, como consecuencia de un fuerte descenso de la agricultura por la sequía. Consecuentemente continuó el derrumbe en mayo pasado (5,8%) respecto a igual mes de 2017. En esa línea, junio cerró con un retroceso de 6,7% interanual, la mayor caída en el Gobierno de Mauricio Macri.
Las ramas de actividad de mayor incidencia en la contracción interanual del EMAE correspondiente a ese mes fueron “Agricultura, ganadería, caza y silvicultura”, “Industria manufacturera” y “Comercio mayorista, minori sta y reparaciones”.
En contraposición, “Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler”, “Intermediación financiera” y “Explotación de minas y canteras” fueron los sectores de mayor incidencia positiva.
Recordemos que la semana pasada, el organismo oficial informó que la economía argentina se contrajo un 4,2% en el segundo trimestre de 2018 frente a mismo período de 2017. De este modo, el PBI quebró un ciclo de 7 trimestres consecutivos de aumento respecto de los 3 meses precedentes.

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Como pasar del “ajuste” a “políticas de Estado” para lograr un crecimiento sostenido

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Un informe de la Fundación Mediterranea – IERAL, a cargo de Marcelo Capello y Agustín Cugno, plantea las medidas fiscales para la emergencia, que deberían ceder paso en el futuro a políticas de estado, para asegurar el crecimiento de largo plazo
Apuntando al déficit cero para el resultado primario (antes de intereses) de 2019, el gobierno anunció un ajuste fiscal que implica un recorte de gasto de 1,6 % del PIB y un aumento de los recursos de 1,2 %. La merma en las erogaciones se logra en un 55 % por ajuste del gasto corriente, pero en un 45 % por menor inversión pública
De cumplirse el objetivo oficial, en 2019 el sector público nacional habrá logrado llevar a terreno positivo el ahorro corriente (0,9 % del PIB), luego de cinco años de desequilibrios en este indicador. Esto significa que la Argentina dejará de tomar deuda para pagar gasto corriente. El desafío a futuro es mantener el equilibrio fiscal pero, al mismo tiempo, reemplazar el impuesto a las exportaciones y controlar el gasto corriente, de modo de evitar que el ajuste recaiga sobre la inversión
En 2019, el gasto primario se ubicaría en 20,4 % del PIB, casi 4 puntos porcentuales por debajo del máximo marcado en 2016 (24,1 %), pero todavía muy por encima de guarismos como el de 2007 (15,4 % del PIB). Además, buena parte del ajuste reciente ha recaído sobre el gasto de capital, que está pasando de 2,9 % del PIB en 2014 a 0,9 % en 2019, aunque la merma sería menos significativa en términos físicos
Dado que los dos grandes problemas económicos existentes desde el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner a la actualidad, son el muy alto nivel de déficit fiscal y de cuenta corriente, la combinación óptima de políticas debería haber sido tal que reduzca el déficit fiscal y mejore el resultado de la cuenta corriente, incentivando mayores exportaciones.
Imponer mayores Derechos de Exportación (DE) va en línea con el primer objetivo, pero no con el segundo. Lo óptimo hubiera sido reducir el peso del gasto público más rápidamente en los últimos dos años (especialmente el gasto corriente), lo cual hubiera incidido favorablemente sobre ambos objetivos.
En la actual coyuntura, con un tipo de cambio ya muy depreciado como consecuencia de la nueva corrida cambiaria de las últimas semanas y, ante la necesidad de asegurar solvencia fiscal para el actual año y el próximo, la estrategia del gobierno apunta a bajar a cero el déficit primario en 2019, a través de un ajuste del gasto por 1,6% del PIB, y de un aumento en la recaudación del 1,2%, en este caso aumentando los DE (inclusive a sectores que había antes desgravado) y suspendiendo las rebajas en materia de aportes patronales que correspondía al año 2019. Está claro que en el gobierno deben suponer, para lograr mejorar los resultados fiscales y de  cuenta corriente en forma simultánea, que aún luego de esas medidas, el nivel de rentabilidad para los exportadores primarios, industriales y de servicios resultará mayor que el existente previo a la suba del tipo de cambio en estos últimos meses, con los impuestos vigentes en ese momento.
¿Cómo se puede explicar lo anterior? Ocurre que la fuerte depreciación del peso operada en los últimos meses bajará inicialmente, y en forma importante, el peso de los costos que se derivan de los bienes y servicios no transables (entre ellos el salario), sobre los ingresos de los sectores transables de la economía (los que exportan y compiten con las importaciones), de modo que para éstos últimos podría ocurrir que aún con la aplicación de mayores DE aumente inicialmente la rentabilidad, dada la baja en sus costos resultante de la licuación salarial y de otros costos no transables (no se mueven a la par del dólar). Se tratará de una mejora en la rentabilidad por unidad producida, y medida en moneda local, a valores constantes. La caída en las ventas, no obstante, podría generar pérdidas netas en sectores que dependen más del mercado interno, dado que podrán trasladar parcialmente a precios la suba del tipo de cambio.
Claro que se debe tener en cuenta que suele resultar normal que, luego de una fuerte suba del tipo de cambio real y de la rentabilidad en la producción de bienes transables, tras la estabilización y progresiva normalización de la economía, la inflación le gane al
dólar por algún tiempo, con lo que el tipo de cambio real comienza nuevamente a apreciarse, y así se podría terminar nuevamente en un problema de competitividad y de cuenta corriente, si a la par no se reducen los nuevos tributos aplicados.
Quizá por la anterior razón, los nuevos DE se han definido como montos fijos por cada dólar exportado, de manera que en la medida que el tipo de cambio nominal se siga deslizando al alza en el tiempo (en un país con inflación todavía alta, ello debería tender a ocurrir, en términos nominales), el peso relativo de los DE caerá en el futuro, medido sobre el monto de exportaciones, sin necesidad de decisiones burocráticas al respecto. Esta medida seguramente fue pensada de ese modo para dar sensación de “transitoriedad” a los nuevos DE, aunque también podría concebir un riesgo: si el plan anunciado funciona, y el tipo de cambio nominal, tras el overshooting de las últimas semanas, tiende a bajar, el peso relativo de los DE podría subir por arriba de los niveles iniciales, en lugar de bajar. En este caso, el sector transable quedaría con mayores impuestos y ya no habría tanta licuación de costos vía salarios y otros costos no transables, lo que podría generar problemas al sector exportador, que paga DE más altos.
Si bien se trata de un plan de emergencia, en la urgencia de contener una corrida cambiaria, en que se apunta a resolver el problema fiscal y de cuenta corriente con instrumentos heterodoxos y en algunos casos transitorios, se debe remarcar que, si se hubiese actuado a tiempo, con un mayor ajuste en el gasto público nacional y provincial, podríamos haber evitado esta situación.
A largo plazo, se requiere una política de estado en materia de equilibrio fiscal e incentivos a las exportaciones. Aplicar nuevamente DE no ayuda para ese objetivo. Por ende, debería tratarse de una solución transitoria, que luego vaya mutando hacia otro tipo de estrategia, con incentivos más claros, efectivos y duraderos para la inserción externa de Argentina, una vez superado el actual trance económico y financiero.
Debe partirse de la idea de que, aun teniendo éxito el paquete de medidas anunciado, y se logre contener el tipo de cambio y asegurar la capacidad de pago de Argentina, luego sobrevendrá un período con alguna apreciación cambiaria, de modo que, si los DE no bajan adicionalmente, podría sobrevenir nuevamente un problema de competitividad, generando dudas respecto a la estrategia exportadora que Argentina necesita a largo plazo.


El tipo de cambio real contra el dólar en niveles de 2007 
Con los valores actuales del dólar, el Tipo de Cambio Real (TCR) de Argentina contra dicha moneda se ubica en 1,72, a valores de diciembre de 2001. Se trata prácticamente del TCR bilateral que existía en el año 2007, y no muy lejos del TCR promedio entre 1950 y 2018 (1,92 pesos por dólar).
Vale recordar que en el año 2007 existían algunas variables económicas en niveles muy razonables para la economía argentina, como un superávit primario (Nación más provincias) de 2,9% del PIB, y 0,7% de superávit en la cuenta corriente de la Balanza de Pagos.
Claro que dicha situación resultó un derivado de la fuerte devaluación del peso ocurrida en 2002 y de los altos precios de las commodities observados desde 2003, mientras que en la actual situación el ajuste cambiario y en el gasto público debió realizarlo la misma administración actualmente en gobierno (con el desgaste político que ello supone), y los precios de las commodities ya no son los existentes hace una década atrás.
Luego de 2007, las variables económicas fundamentales fueron empeorando en forma sostenida, perdiendo sustentabilidad en materia fiscal y de competitividad, error que debe evitarse en las actuales circunstancias.
El ajuste fiscal anunciado esta semana en contexto histórico Las nuevas medidas fiscales anunciadas por el gobierno nacional apuntan a lograr el equilibrio fiscal primario en 2019 (en lugar de 2020, como era la meta anterior), apostando con ello a que el FMI apruebe adelantar total o parcialmente para 2019, los fondos que por el acuerdo vigente recibiría en 2020 y 2021, para así despejar cualquier duda sobre la capacidad del gobierno para cumplir con los compromisos por deudas en 2018 y 2019. Con tal fin, se anunció un ajuste fiscal que consta de un recorte del gasto equivalente a 1,6% del PIB en 2019, y de un aumento en los recursos por 1,2% del PIB, que incluye los mencionados aumentos en los Derechos de Exportación, así como la suspensión en la baja del peso de los aportes patronales el próximo año. El recorte en el gasto, a su vez, se efectuará en un 45% por menor gasto de capital, y 55% por ajuste en el gasto corriente. Si se considera el ajuste fiscal total para 2019, incluyendo la suba de impuestos, ascenderá a 2,8% del PIB, el cual se logrará en un 43% por suba de tributos, 39% por reducción de gasto corriente y 18% por recorte en el gasto de capital.

A continuación, se evalúan los números fiscales anunciados para 2019 con una visión a más largo plazo, de modo de comparar con la situación en el período 2007 – 2019. En primer lugar, puede decirse que, si se cumplen los pronósticos fiscales para 2019, se habrá recuperado el ahorro corriente en el sector público (+0,9% del PIB), tras cinco años de desequilibrio corriente en el sector público nacional. Esto significa que dejaremos de tomar deuda para pagar gasto corriente. No obstante, aun se estará lejos del superávit corriente que se observaba en 2007 (4,8%).

Como se anticipó, en 2019 se volvería al equilibrio primario, situación que no existía desde el año 2009. En cambio, se observará aun déficit financiero por 3,2% del PIB, similar al existente en el año 2012.

Luego de una baja en la presión tributaria en los primeros dos años de la administración actual, con las modificaciones tributarias anunciadas, los ingresos corrientes del sector público nacional ascenderán a 20,4% del PIB en 2019, ratio superior al observado en los años previos. Como se adelantó, una vez que se hayan resuelto las urgencias macroeconómicas, debe retomarse el sendero de reducción de la presión tributaria, y compensar con mayor ahorro en las erogaciones corrientes del estado.

El gasto primario se ubicará en 20,4% del PIB en 2019, cerca de 4 puntos inferior al máximo observado en 2016 (24,1%), pero todavía bastante por arriba del gasto primario que se observaba en 2007 (15,4%). No obstante, no se trataría tanto de un ahorro en erogaciones corrientes, como de un ajuste en el gasto de capital, que pasará de 2,9% del PIB en 2014, a 0,9% en 2019 (caída a un tercio de aquel nivel), aunque probablemente la reducción resultará menos importante en términos físicos.


El gasto en subsidios económicos, que se realiza para disminuir el impacto sobre las tarifas de energía, transporte y agua, entre otros servicios, resultará de 1,7% del PIB en 2019, contra un máximo de 3,9% en 2014.

Junto a las erogaciones de capital, en 2019 se verificará un fuerte ajuste en las transferencias discrecionales a provincias, cuando dichos envíos serán equivalentes a 0,4% del PIB el año entrante, contra 2,4% que representaban en 2010. En este concepto, el ajuste es transmitido a los gobiernos provinciales.

En definitiva, si se cumplen las proyecciones del gobierno, en 2019 se alcanzará equilibrio primario en el sector público nacional, lo cual resultaría un elemento imprescindible para el logro de la sustentabilidad fiscal y macroeconómica de Argentina, pero se lo conseguirá con algunas medidas económicas que realizarán un buen aporte con ese objetivo en el corto plazo, pero que deberán ser reemplazadas por otras decisiones de mejor calidad en el largo plazo, cuando el tipo de cambio real ya no resulte tan alto como el actual. Existirá un gran desafío a futuro: mantener el equilibrio fiscal, pero ir reemplazando los DE y la caída en el gasto de capital por mayor ajuste en el gasto corriente y otras reformas pendientes, de modo de ir compensando la previsible caída en el TCR que se producirá en los próximos meses, con otras medidas que sostengan la competitividad estructural, así asegurar sustentabilidad en los números fiscales y en la cuenta corriente.

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Informe de coyuntura de Agosto

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PANORAMA POLÍTICO. Un tema económico que busca resolverse desde los político. Un factor que iluminó la aparición de la crisis en la Argentina fue el rápido crecimiento de la deuda pública, la cual, con su contracara de ingresos de capitales golondrina y sumada a las altísimas tasas de interés en pesos determinó la actual situación de estar en la antesala de la cesación de pagos, que solo puede ser evitada, hasta el momento, merced al acuerdo con el FMI.
Para el economista Walter Graziano, este acuerdo es solo un arma transitoria: su primer desembolso de U$s.15.000 millones a mediados de junio fue voluminoso y permite que el BCRA venda divisas prestadas a un ritmo de U$s.100 millones diarios. Pero desde el próximo desembolso, el ingreso de dólares del FMI va a ser notablemente mucho más escaso., pues van a ingresar U$s. 3.000 millones por desembolso, a un ritmo de 1.000 millones mensuales, lo que no va a alcanzar para pagar los vencimientos de la deuda pública totales.
El Estado ha ingresado en una en una muy precaria zona de solvencia: a duras penas puede renovar una parte de las letes que vencen pagando rendimientos de casi el doble de lo que se pagaba hace solo meses atrás. El sector privado no está exsento de las dificultades del sector público. Desde 2015 a 2018, el  endeudamiento del sector privado en pesos creció un 140%, mientras que el dólar aumentó un 13 6% en el mismo periodo, y si bien el crédito en moneda extranjera se multiplicó por diez entre 2015 y 2018 en el sistema financiero , el total a enero de este año solo  llegaba a U$s.15.500 millones, reflejando la capacidad prestable de los argen-dólares a empresas relacionadas con la exportación.
Existe un efecto pinzas que reduce el margen de rentabilidad hasta ser en muchos caos negativo debido al efecto del alza de la tasa de interés de su deuda y a la paralización de ventas que ya está comenzando a experimentar la economía.
PANORAMA ECONÓMICO. Contrabando de cigarrillos. En Argentina se consumen al año3.100millones de cigarrillos producidos en el país en fábricas semi-clandestinas. Y otros 2.600 millones que llegan de contrabando desde Paraguay. Por esos 5.700 millones de cigarrillos de origen ilegal que se consume anualmente en el país, la AFIP pierde de recaudar más de $8.000 millones al año, de acuerdo a estudios realizados para la industria tabacalera.
EMPRENDEDORES. El presidente del Banco Nación Javier Gonzalez Fraga encabezó el lanzamiento de la 10ª Edición del Concurso Emprendimientos Innovadores Banco Nación, organizado por la Fundación Empretec Argentina. El Concurso distribuirá este año $ 1 millón en 5 premios y 5 menciones especiales, para los emprendimientos orientados al desarrollo sostenible.
RECESIÓN CORTA O LARGA: ¿de qué depende?. Jorge Vasconcelos, Economista del IERAL de la Fundación Mediterránea, manifiesta que tradicionalmente las devaluaciones en la Argentina han estado asociadas a traumáticos procesos recesivos debido a la caída del consumo y la inversión, sin que las exportaciones hayan reaccionado lo suficiente, en buena medida porque las mejoras del tipo de cambio real no han sido duraderas. Si esto fuera el escenario de 2018, entonces la retomada del nivel de actividad sería un objetivo lejano. El riesgo existe y no puede ser ignorado. Sin embargo, esta crisis se encamina hacía un cambio persistente de precios relativos, habrán de aparecer vectores que permitirán una recuperación no tan distante en el tiempo. Aunque el consumo está sufriendo una caída, los indicadores de producción no necesariamente tienen que mermar en igual proporción, porque habría una salida por parte de las exportaciones o por la sustitución temporal de importaciones.
Además una inflación finalmente bajo control pondría un piso al deterioro de la demanda interna. En realidad, el fiel de la balanza está en la dinámica de las inversiones, hoy frenadas por las turbulencias, pero con capacidad de reaccionar en la medida que baje el riesgo país y que el nuevo set de precios relativos se consolide. Hoy existe un cambio de estructura en la economía. La importancia que ahora han cobrado actividades de servicios como el turismo y el rol que pueden jugar los movimientos de capitales. Obsérvese que existe una exportación de carnes vacuna: un incremento del 60% interanual en los volúmenes exportados, está siendo  acompañado de un aumento de la oferta interna superior al 5%, por los cortes que no tienen demanda en el exterior. El segundo trimestre ha sido afectado por la sequía, que le quitó más de 3 puntos porcentuales en la variación interanual de PBI del periodo. En la campaña 2018/2019 se espera la “revancha de los chacareros”. Hay una serie de supuesto que deben cumplirse. ¿El principal? Que la desconfianza en el peso de los propios argentinos comience a ceder….”
FUERTE CAÍDA DE LA ECONOMÍA EN MAYO. La economía argentina mostró en mayo los peores números de los últimos 9 años, incluyendo toda la gestión de Mauricio Macri, al informar el INDEC un derrumbe en mayo de 5,8% respecto a igual mes del año pasado. La devaluación del peso, las altas tasas de interés, la crisis interna en Brasil y especialmente los efectos devastadores de la sequía en el país provocaron una tormenta perfecta que trajeron los peores datos del Estimador Mensual de Actividades Económicas (EMAE). La principal causa de la caída fue el desplome del 35,2% de la actividad agropecuaria, producto de la sequía que afectó este
año a amplias regiones de la Argentina. También cayeron la pesca, un 29,2 por ciento, y transporte y comunicaciones, un 4,9 por ciento. Como siempre, el sector privilegiado de la intermediación financiera, creció un 10,8 por ciento.
Las expectativas de inflación no ceden y se mantienen en 30% según el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella, al divulgar sus expectativas y la volatilidad de las divisas en las economías emergentes afectaron en mayor proporción a la Argentina y Turquía que poseen mayores desequilibrios, donde en la plaza local el dólar trepó un 44,7% que terminó generando un traslado a precios que repercute en el proceso de desinflación del Banco Central. A este fenómeno hay que su darle los aumentos de tarifas para reducir el déficit fiscal y las distorsiones de precios relativos y una base monetaria creciendo al orden del 30% en la primera mitad del año.
Según la consultora de Orlando Ferreres, la actividad industrial se contrajo un 5% en junio, donde influyeron negativamente las caídas en producción de automotores (-13,4%), y en alimentos y bebidas (-6,8%). Los datos corresponden a junio, adelantando así un  mes complicado para el EMAE de ese mes que el INDEC presentará en agosto y donde habría nueva baja. Por otro lado, Miguel Ángel Broda mostró su versión más crítica al considerar que el presidente Macri subestimó la política macroeconómica y fue  extraordinariamente optimista lo que le da chances al populismo de volver en el 2019. “Macri fue extraordinariamente optimista y hoy tenemos que Cristina Kirchner sube en las encuestas. ¿hay algo más triste para salir de la decadencia?. No creo. Hoy tiene chances de volver el anti crecimiento económico, no integrarnos al mundo y no ser un país normal”. El ranking de cr3ecimiento pasó a ser liderado por la siderurgia que acumula en el periodo enero/junio un avance de 13,2% en comparación
con el mismo periodo de 2017.
LA CRÍSIS CAMBIARIA MEJORÓ EN JUNIO EL DEFICIT COMERCIAL. El rojo alcanzó los U$s.382 millones debido a que las importaciones(-7,5%) cayeron menos que las exportaciones (-1,4%) producto de una suba en los precios (+9,8%) y una baja en las cantidades(-10,2%).. Las ventas de productos primarios cayeron 25,7% inter- anual, mientras que las manufacturas de origen industrial (MOI) subieron 10,4% al tiempo que la de combustibles y energía se dispararon 96,2%. Gran parte del peor desempeño en las ventas al exterior responde a la sequía que afectó a diversas regiones del país repercutiendo negativamente en el complejo sojero, que anotó una merma del 16,5% en lo que va del año.
FUERTE PROTAGONISMO DE LAS BRICS. La sigla BRICS se refiere a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, todos ellos considerados economías emergentes, con un gran potencial, que pueden llegar a estar entre las economías dominantes a mediados de siglo. Son países que se caracterizan por estar entre los más grandes, con Rusia a la cabeza, y más poblados del planeta. Todos ellos son ricos en recursos naturales y su producto interior bruto (PIB) ha crecido mucho en los últimos años.
País –            Población            -PIB anual                 PIB per cápita
Brasil           209.288.278       1.819514ME               8.694Euros
China           1.390.080.000   10.832.699ME          7.793.Euros
India            1.339.080.000   2.299.275ME             1.717Euros
Rusia           143.990.000       1.396.410ME              9.698Euros
Sudáfrica    56.522.000          No datos                     No datos
En cuanto al PIB Per cápita es útil para comparar el nivel de vida de sus habitantes, Brasil se encuentra en el segundo puesto, precedido por Rusia que con 9.698E, lidera el ranking. En último lugar se encuentra Sudáfrica, cuyos habitantes tienen un nivel de vida 6 veces menor que el de Rusia.
PROBLEMAS PARA LAS AUTOMOTRICES. Defensa del consumidor alerta sobre fallas mecánicas de vehículos de Fiat-Chrysler y Volkwagen. Se trata de las camionetas RAM 1500 y 2500 de Fiat- Chrysler y el todo-terreno Tiguan Allspace de Volkwagen. Dichos vehículos deben ser llevados a los talleres habilitados por dichas firmas para su reparación en forma gratuita.
NOVEDADES EN EL AGRO SE ESTÁ GESTANDO LA MAYOR COMPAÑÍA DE SEMILLAS Y FITOSANITARIOS DEL MUNDO. La
compañía alemana Bayer afirma que sus negociaciones con Monsanto han avanzado y que está dispuesta a ofrecer más de 65.000 millones de dólares para adquirir la mayor compañía de semillas del mundo.
CRISIS DE EMPRESAS. Moño Azul, la tradicional frutícola está en manos de un grupo inversor italiano desde 2008. Está envuelta en rumores de ventas, que fuentes del sector señalan que pasaría a manos de uno de sus principales rivales en el negocio de peras y manzanas del Alto Valle de Río Negro, afronta una profunda crisis y las empresas empacadoras no son ajenas. Un sinfín de productores abandonaron la actividad en la última década y en los últimos meses el negocio se resintió aún más por la suba de las  tarifas energéticas, la baja de la rentabilidad y la fuerte importación del producto que inundó el mercado interno. La empresa atraviesa una situación preocupante. Según el BCRA, a la fecha posee una deuda bancaria de $191 millones y con otros Bancos, también tiene deudas.
Según la Afip, la empresa no está realizando los aportes patronales a sus empleados desde Junio del año pasado. También  perdió  mucha participación en el mercado, en 2005 llegó a exportar poco más de 39.000 toneladas de fruta fresca y durante el año pasado esa cifra apenas rozó las 11.900 toneladas. En el sector señalan que busca algún tipo de asociación con su competidora PFT o en caso contrario concretar la venta de sus activos más valiosos que cuenta la compañía. Es función del gobierno buscar las soluciones.
EN VENTA EL FRIGORIFICO AVÍCOLA AVEX-. El grupo BRF, de capitales brasileños, ejecutará despidos masivos en el frigorífico avícola Avex con el claro objetivo de achicar su estructura en búsqueda de tentar un comprador para sus activos. En total serían 160 trabajadores desvinculados de la empresa ubicada en la localidad cordobesa de Río Cuarto. Más otros 40 contratados que no obtendrían renovación sobre una plantilla de 500 personas. Básicamente BRF plantea la retirada de sus actividades en Argentina en un plan global de ajuste que focaliza su negocio en Brasil. No solo busca compradores para su frigorífico de pollos, sino también dos
plantas dedicadas a la elaboración de hamburguesas (Paty) lidera en este segmento con una participación de mercado de alrededor de dos tercios y en salchichas con la marca Vienísima, posee alrededor de un tercio y a su vez las exportaciones de carne vacuna representan alrededor de apenas 18 por ciento de sus ingresos. El grupo busca achicar lo más posible su estructura operativa para encontrar un inversor dispuesto a desembolsar entre U$s.400 y 600 millones por sus dos plantas de producción ubicadas en la provincia de Santa Fe-San Jorge y Arroyo Seco y otra en la localidad bonaerense de Baradero. Los números tampoco juegan a su favor. En el 2017 tuvo que afrontar una pérdida de $742 millones y en ese contexto, su casa matriz BRF Brasil, le realizó a Quickfood Argentina un aporte de capital irrevocable de U$s.49,7 millones para evitar una cesación de pagos y un eventual default. Es una realidad la retirada de BRF de Argentina.
Miguel Schmalko-consejero y ex presidente de FEBAP y CACEXMI (Federación Económica Brasil-Argentina-Paraguay y Cámara de Comercio Exterior de Misiones)

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Con un nivel de inversión del 15% del PBI el crecimiento de la economía al 3% en el corto plazo es insostenible

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Desde la consultora Invenómica alertan que aún con el crecimiento del 2,8 por ciento en 2017, confirmado por el Indec, con los niveles de inversión en torno al 15% del PBI es insostenible registrar un crecimiento sustentable de la economía en el corto plazo.
Atraer inversiones ha sido uno de los ejes más importantes de la política económica del gobierno y los funcionarios no pierden oportunidad alguna para fomentar la inversión en Argentina. Las reiteradas giras en el exterior tienen un fuerte foco en destacar los cambios realizados en la economía desde diciembre de 2015 en adelante.
A pesar de los cambios en materia económica los inversores aun perciben que la rentabilidad no es la esperada respecto al riesgo, y la lluvia de dólares en inversiones es aún un anhelo.
No hay dudas de que la inversión es clave para acelerar el crecimiento de la economía y la Argentina necesita imperiosamente de un mayor nivel de inversión. De acuerdo a cifras del Fondo Monetario Internacional, en el periodo 1998-2017 la Argentina registra (con excepción de Paraguay) la tasa de inversión en relación al PBI más baja de América Latina con un 16.8%. Esto se traduce en el menor crecimiento (anualizado) del periodo en la región con tan solo el 1.9%.

Cuadro 1. Indicadores Macroeconómicos

De acuerdo a las últimas cifras disponibles del INDEC, al tercer trimestre de 2017 la inversión apenas representa el 15% del PBI estimado en precios corrientes, tasa similar a la registrada en el 2016.
Para poder crecer a “tasas chinas” –del orden del 6-7% anual- esta relación debería ser no menos del 25%, es decir aún faltan 10 puntos porcentuales equivalente a USD 56.000 millones respecto a los niveles actuales. Mientras que para alcanzar un crecimiento sustentable en torno al 3%, la relación Inversión-PBI debería ser del 20%, precisamente el promedio de América Latina en los últimos 20 años y equivalente a un nivel de inversión de USD 100.000 millones anuales (respecto a los niveles actuales faltarían unos USD 26.000 millones).
La Argentina se encuentra en una meseta desde el 2011 y tal como se observa en el Grafico 1, tomando como base el año 1998 la performance de la economía estuvo muy lejos del resto de los países de la región. Sin dudas las inversiones son claves para revertir esta situación, pero evidentemente los cambios realizados en materia económica en los últimos dos años fueron necesarios pero no suficientes para dinamizar las inversiones en el país.
Grafico 1. Evolución del PBI real. Base 1998 = 100

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La economía de Misiones fue una de las que menos cayó en 2016

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El año pasado la economía argentina cayó en recesión con un Producto Bruto Interno que cayó 2,3% según el INDEC.

Dentro de esta caída, la contracción de la economía en cada una de las 24 provincias del país fue dispar, incluso hubo cinco distritos que registraron distintos niveles de crecimientos en 2016.

En este contexto, el Producto Bruto de Misiones se contrajo 1,1% el año pasado, con algunos sectores que fueron claramente los que se llevaron la peor parte como la construcción, afectada por el parate en la obra pública y el comercio, que padeció como pocos las asimetrías con Paraguay y en menor medida Brasil.

Según un informe de la consultora Economía y Regiones, el PBG de la provincia (equivale al PBI del país) fue el cuarto que menos cayó detras de Tucumán (-0,1%), Chaco (-0,2%) y Corrientes (-0,7%). Si se toman los distritos que también registraron alguna expansión de su economía, Misiones fue la 8º provincia por la performance de su economía.

Las cuatro donde hubo crecimiento fueron La Pampa, Santiago del Estero, Catamarca y Tierra del Fuego (ver cuadro).

El reporte de Economía & Regiones incluye un análisis del desempeño de la economía por regiones. “El NEA presentó una contracción del -0,7% a/a en 2016 por bajas en comercio (-3,7%), construcción (-11%) e Industria (-2,6%)”, explica.

MB

 

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