Del rebote al camino: Posadas y la oportunidad de consolidar mejoras

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La publicación que realizó el INDEC esta semana respecto a la incidencia de la pobreza e indigencia, correspondiente al segundo semestre 2024, dejó mucha tela por cortar. Del informe se destaca la muy importante baja que tuvo este indicador no solo respecto al semestre anterior, sino también por ubicarse, en el caso del dato nacional, por debajo incluso de los niveles de finales del 2022. De un lado, se escucharon elogios al programa de gobierno del presidente Milei por haber hecho posible este descenso; del otro, las críticas a la poca representatividad (o incluso, credibilidad) del dato en un marco donde la situación social todavía muestra ciertas debilidades o recuperaciones todavía no alcanzadas. 

Aunque parezca muy difícil, porque de hecho lo es, es absolutamente imprescindible separar el dato técnico de pobreza (que surge de una metodología con consenso internacional) de las percepciones personales e incluso colectivas de las condiciones de vida de las personas. ¿Es posible una baja de la pobreza cuando todavía se verifica en el escenario social altísimas dificultades de las familias de hacer frente a sus gastos elementales? La respuesta es que sí, pero ello nos lleva necesariamente a analizar con mayor profundidad, entender el fenómeno y plantear, incluso, algunos interrogantes más. 

El hecho concreto es que la incidencia de la pobreza pasó del 52,9% al 38,1% en la totalidad de aglomerados urbanos de la Argentina y una buena parte de esa explicación se encuentra en la evolución de los ingresos respecto a las canastas básicas: el promedio nacional muestra que mientras la Canasta Básica Alimentaria creció 22,2% semestral y 163,1% interanual y la Canasta Básica Total lo hizo en 26,7% semestral y 177,9%, el Ingreso Per Cápita Familiar lo hizo en 63,6% semestral y 206,0% interanual y el Ingreso Total de los Hogares se incrementó en 64,5% semestral y 208,9% interanual, con subas mayores en los ingresos de origen laboral que los de origen no laboral. 

Por ende, vemos que hay un alza de ingresos muy superior a la evolución de las canastas. Aquí encontramos dos fenómenos: por un lado, una paulatina recuperación de los ingresos que se dio durante el segundo semestre del año tras haber tocado un piso en los primeros seis meses. Pero además, una mejora en el mercado de trabajo que permitió incorporar (o recuperar) ingresos en un hogar. Aún suponiendo que una persona no tuvo un alza de ingresos suficiente, el hecho de que otro adulto de ese mismo hogar haya podido obtener (o recuperar) un empleo, suma un ingreso más al hogar y ello eleva los niveles de ingresos en el mismo. 

Pero también no hay que dejar de ver la cuestión de la distribución: no es lo mismo un alza de los ingresos totales de los hogares si está concentrado solo en el sector más acomodado que si se distribuye de manera algo más equilibrada entre los diferentes segmentos poblaciones. En ese marco, la brecha promedio del ingreso per cápita familiar entre el decil 10 (los de mayores ingresos) respecto al decil 1 (los de menores ingresos) se achicó de 18 en el cuarto trimestre 2023 al 17 del cuarto trimestre 2024, una baja que parece menor pero que parecía ser significativamente en el contexto. En consecuencia, en ese mismo periodo el Coeficiente de Gini pasó de 0,435 a 0,430, ratificando un proceso de mejora de la distribución en un escenario de crecimiento de los ingresos, lo cual no es para nada irrelevante.

Más allá de que hay una discusión muy válida respecto a ciertas falencias de la medición, principalmente en lo relativo al cálculo de los valores de la Canasta Básica por tener subponderados a gastos hoy muy relevante en un hogar como tarifa de servicios públicos y alquileres, entre otros, hay una situación generalizada de mejora de los indicadores sociales que permiten mostrar este resultado. Pero a su vez, debe tenerse en cuenta algo no menor: en procesos tan volátiles como los que tuvimos durante el 2024, a una suba muy exagerada por fuerte empeoramiento del escenario económico (primer semestre 2024) podría acompañarle una baja muy exagerada ante la mejora y/o estabilización de ese mismo escenario (segundo semestre 2024). Podría decir que ni estábamos tan mal en los primeros seis meses ni tampoco estuvimos tan bien durante el segundo. 

Además, no debe dejarse de lado una cuestión trascendental para entender con mayor precisión este fenómeno: en muchas zonas del país (la mayoría), la población que está muy pegada a la línea de pobreza (ya sea por arriba o por abajo) es muy voluminosa. Por ende, fluctúan sistemáticamente:  con crisis caen rápido por debajo de la línea, con recuperación suben rápidamente. 

En este marco, bien podríamos intentar analizar qué pasó en Posadas, que dejó algunos datos que requieren ciertas reflexiones. La incidencia de la pobreza en el aglomerado misionero fue del 43,4%, por debajo de la media NEA (47,0%) y por encima de la media nacional (38,1%). A su vez, la indigencia se ubicó en 7,7%, también por debajo del NEA (11,6%) pero en este caso también por debajo de la media nacional (8,2%).

¿Cómo varió la pobreza en Posadas? Respecto al semestre anterior, la tasa de pobreza cayó en 12,5 puntos. Esto generó que las personas en condición de pobreza pasen de 217.204 a 169.626: un descenso de 47.578 personas. A su vez, la indigencia cayó en 10,6 puntos y las personas indigentes pasaron de 71.339 a 29.948: una merma de 41.391 en seis meses. En este contexto, cabe señalar una aclaración no siempre difundida y conocida: pobres e indigentes no son dos grupos de personas por separado, sino que parte de un solo grupo. Por ello, hay que distinguir que aquellos que están por debajo de la línea de indigencia se les llama “pobres indigentes” y aquellos que están por encima de la línea de indigencia pero por debajo de la línea de pobreza son “pobres no indigentes”. Esto se menciona en la colocación del detalle anterior respecto a la cantidad de personas que dejaron de ser pobres. Si somos técnicamente rigurosos: los pobres indigentes disminuyeron en 41.391 personas y los pobres no indigentes lo hicieron en -6.187 personas: esto no da un total de 47.578 personas que dejaron de ser pobres, como se informó anteriormente. 

¿A qué se debe esta explicación? Como se observa, la cantidad de personas que dejaron de ser indigentes fue muy superior respecto a los que dejaron de pobres no indigentes, y esto encuentra explicación en la situación de los ingresos: en Posadas, en el segundo semestre respecto al primero, el Ingreso Per Cápita Familiar creció 62,1% y el Ingreso Total Familiar lo hizo en 61,3%, incrementos muy por encima de la variación que tuvieron las canastas básicas correspondientes a la región del NEA: la alimentaria lo hizo en 21,9% y la Total 26,3%. Entonces, como puede observarse, el hecho de que los ingresos hayan crecido más respecto a la canasta de alimentos (que determina niveles de indigencia) y crecido también, aunque en menor nivel, respecto a la canasta de alimentos (que determina niveles de pobreza en sentido amplio), lo que sugiere que los hogares en situación de vulnerabilidad crítica fueron los que más sintieron el impacto positivo de la recuperación de ingresos. En conclusión, el solo movimiento de ingresos vs. canastas explica la mejor contundente que tuvo la pobreza e indigencia en Posadas respecto al semestre anterior. 

Sin embargo, si vemos la comparación interanual, es decir, contra el segundo semestre de 2023, el escenario es distinto. La tasa de pobreza creció 5 puntos interanual: del 38,4% al 43,4%, provocando que haya 21.222 personas que pasaron a estar por debajo de la línea de pobreza. En cambio, la indigencia cayó de 9,6% al 7,7%, una merma de 1,9 puntos que provocó que haya 7.022 que dejaron de ser indigentes. ¿Qué pasa cuando descomponemos la población pobre? Tal como hicimos en el ejercicio semestral, vemos la variación según tipo de pobreza. Como ya lo dijimos, las personas consideradas pobres indigentes cayeron en 7.022, mejorando así esa tasa, pero los pobres no indigentes se incrementaron en 28.244 personas: el saldo de ambos segmentos da como resultado los 21.222 nuevos pobres mencionados antes. 

En esta comparación interanual, ¿qué pasó con los ingresos en Posadas? Se incrementaron en un 166,8%, por encima de la suba de la canasta básica alimentaria regional (160,7%) pero se ubicaron por debajo del incremento de la canasta básica total (175,3%). A simple vista, ya se observa entonces que los hogares más vulnerables pudieron haber tenido una mejora de ingresos tal que les permitió salir de esa condición pero no lograron dar el siguiente salto y por ende siguieron siendo pobres (aunque en este caso ya no indigente). A su vez, las personas que superan el umbral de la indigencia no logran dar el salto sobre la línea de pobreza e incluso algunas personas que estaban muy cerca de esa línea, por encima, pasaron a ubicarse por debajo. 

Entonces, si tomamos a la población más vulnerable de Posadas y la desagregamos en vulnerabilidad crítica (para los pobres indigentes) y vulnerabilidad moderada (para los pobres no indigentes), los críticos tuvieron una mejora mucho más marcada, aunque insuficiente aún en el contexto. 

En síntesis, la mejora en los ingresos y la baja de la indigencia son señales alentadoras, pero también ponen sobre la mesa un desafío estructural: cómo transformar estas recuperaciones de corto plazo en procesos sostenidos que permitan a más personas salir (y mantenerse fuera) de la pobreza. Al mismo tiempo, nos obliga a repensar el rol de la distribución del ingreso: no alcanza con crecer, si ese crecimiento no llega a todos. La verdadera prueba está en construir un piso social que no vuelva a ceder ante la próxima crisis.

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La pobreza bajó al 34,9% en febrero último, según una proyección de la Universidad Di Tella

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Por José Calero / NA – El dato fue destacado por el presidente Milei. La reducción de la inflación jugó un rol clave.

La pobreza cayó al 34,9% en febrero último, como consecuencia de la baja de la inflación y del costo de la canasta básica, según un informe de la Universidad Di Tella.

Representa un descenso de doce puntos porcentuales en el semestre que va de septiembre de 2024 -cuando se estimaba en 47%– y febrero último.

En la comparación con respecto al mismo semestre del año anterior, la tasa de indigencia cayó 7,1 puntos porcentuales, pasando de 15,8 a 8,7 por ciento, mientras que la tasa de pobreza descendió de 47% a 34,9%.

El dato fue celebrado por el presidente Javier Milei en redes sociales.

X de Javier Milei

En el mismo período la variación de las canastas que marcan el umbral de la pobreza y la indigencia aumentaron 99 y 114 por ciento, respectivamente, en comparacion con un aumento de alrededor de 168 por ciento en la suma del ITF total y de 171 por ciento para la suma del ITF de estratos bajos.

El denominado “nowcast” de la Di Tella, a cargo del especialista Martín González-Rozada -director de la maestría de Econometría del Departamento de Economía de la Di Tella-, la tasa de pobreza fue estimada en 34,9% para el semestre septiembre 2024-febrero 2025, con un intervalo del 95% de confianza (entre 33.4%, 36.3%). 

X de Martin Rozada

La Canasta Básica Total promedio de la región del Gran Buenos Aires (GBA) para el semestre de referencia se estimó en $327.332 por adulto equivalente. 

Esto representa un aumento interanual de 113.8 por ciento. 

La proyección para el semestre de referencia arrojó un incremento interanual de 167.4 por ciento. 

Con estos datos y la simulación de los microdatos de la EPH de los trimestres tres y cuatro de 2024 y el primer trimestre de 2025 se proyectó la tasa de pobreza.

“Esta proyección sugiere que alrededor del 35 por ciento de las personas viven en hogares urbanos pobres. La EPH es una encuesta representativa de una población urbana que en el semestre de referencia se estimó en 29.6 millones de personas, lo que implica que alrededor de 10.4 millones viven en hogares urbanos pobres”, indicó el reporte.

Evolución de la pobreza en el último semestre (septiembre 2024-febrero 2025).

Evolución de los índices de pobreza semestre a semestre.

En este escenario, la incidencia de la pobreza además cayó 8 puntos porcentuales entre el primer semestre del año y el semestre abril-septiembre de 2024 pasando de 52.9 a 44.9 por ciento.

Esta disminución en la tasa de pobreza se produjo por una caída de casi 15 puntos porcentuales explicada por un aumento del valor real del ingreso per capita familiar, medido con respecto a la inflación de la canasta básica total y una distribución del ingreso más igualitaria entre esos dos semestres. 

El efecto crecimiento y distribución del ingreso se vio amortiguado por un aumento de casi 7 puntos porcentuales en la tasa de pobreza entre semestres producido por el incremento del valor real del umbral con que se mide la pobreza, la canasta básica total per capita.

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El derecho a soñar

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Escribe Andreas Adriano / F&D FMI – Después de salir de la pobreza y llegar al parlamento, el presidente de Brasil, Tabata Amaral, quiere que los futuros prodigios tengan éxito gracias a las políticas más que a la suerte.

“Si estoy aquí hoy, es por las olimpiadas de matemáticas de las escuelas públicas”, dice Tabata Amaral. Con “aquí” se refiere a su oficina en la Cámara de Representantes de Brasil, donde la mujer de 31 años, que ya cumple un segundo mandato, encontró tiempo para hablar con F&D en una entrevista en video el mismo día en que se sometió a votación el presupuesto federal de ese país para 2025.

Como niño prodigio de la ciencia convertido en activista de la educación y estrella política en ascenso, la vida de Amaral ejemplifica tanto las posibilidades de la brillantez individual como los desafíos de la vida real para desarrollar talento, especialmente para los niños de orígenes humildes: antes de gastar en laboratorios y becas, comienza con ampliar sus horizontes, o lograr “el derecho a soñar”, como dice Amaral. “Si ni siquiera sabes que algo existe, ¿cómo vas a soñar con ello?”

Hija de una empleada doméstica y un agente de venta de boletos de autobús, Amaral nació en un barrio pobre en las afueras de São Paulo, la ciudad más grande, rica y muy desigual de Brasil. Estudiante brillante desde temprana edad, a los 11 años ganó su primera medalla en la olimpiada matemática de la escuela pública brasileña. El premio consistía en unirse a un curso complementario de fin de semana, y venía con un pequeño estipendio de dinero de bolsillo. “Esto me demostró, a los 11 años, que el mundo era grande”, lo que en ese momento significaba poder ir a los barrios acomodados de la ciudad por primera vez. “Me dio el derecho a soñar con un futuro diferente”.

Ganó más de 40 medallas en olimpiadas de matemáticas, química, robótica, astronomía y astrofísica, en Brasil y en el extranjero (siempre como la única niña en el equipo nacional), y una beca completa para una escuela secundaria de élite. Se convirtió en la primera de su familia en terminar la escuela secundaria. Poco después de ingresar a la universidad más prestigiosa de Brasil para estudiar física, ganó becas completas para el Instituto de Tecnología de California y para las universidades de Columbia, Harvard, Princeton, Pensilvania y Yale.

Eligió astrofísica en Harvard. Cuatro días después de enterarse de que había sido aceptada, su padre, que tenía un historial de problemas de salud mental y abuso de drogas, se suicidó. Sintiéndose culpable por haber dejado atrás a su afligida familia, consideró abandonar la escuela. “Sentí que la vida me decía que dejara de ser una tonta y volviera a donde realmente pertenecía”. Ella le da crédito a los antiguos maestros por haberla vuelto a encarrilar. “Dijeron que si renunciaba, esa oportunidad nunca más le volvería a suceder a una chica pobre de Brasil”.

Punto de inflexión

En su tercer semestre en Harvard, como parte de los requisitos de educación general, se inscribió en un curso sobre política comparada en América Latina. Fue un punto de inflexión. “Es como si fuera sobre mi vida, la desigualdad en América Latina. ¿Por qué estoy aquí y otros no?El profesor de esa clase bromeó diciendo que Amaral, que había estudiado alrededor de un año y medio de inglés antes de asistir a Harvard, tenía “el peor inglés y las mejores preguntas”. A pesar de la pila de medallas de ciencias, cambió de carrera de astrofísica a ciencias políticas y se graduó magna cum laude con una tesis sobre la efectividad de las reformas educativas en Brasil, todo mientras trabajaba en varios trabajos para mantener a su familia.

Al regresar a casa en 2014, primero fundó una organización de defensa de la educación, que pronto ganó premios y fondos internacionales. En 2018, con 25 años, se postuló para el Congreso y recibió el sexto mayor número de votos entre los 70 legisladores elegidos en São Paulo, el estado más poblado del país. En 2022 fue reelegida con un tercio más de votos que la primera vez. El año pasado, se postuló para la alcaldía de la ciudad de São Paulo. Aunque terminó cuarta en una contienda muy reñida, casi duplicó sus votos con respecto a la elección anterior.

Una vez en el Congreso, una de las primeras prioridades de Amaral fue asegurar fondos para las olimpiadas de matemáticas que le dieron una primera visión de un mundo más grande. Creado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología del país en 2004, el año en que ganó la primera de muchas medallas, el programa ha sufrido profundos recortes presupuestarios a lo largo de los años, a pesar de la evidencia que sugiere que cuando los estudiantes ganan una medalla de ciencias, toda su escuela ve menos ausentismo escolar y mayor asistencia a la universidad más tarde. Estos programas son “una política barata y efectiva”, dice.

Mantener vivos los concursos de matemáticas puede tener un significado más profundo y personal para Amaral. El ministro que los hizo posibles resulta ser el padre de su novio de cinco años, João Campos, también un joven político en ascenso, a quien conoció como colega legislador y que el año pasado ganó fácilmente la reelección como alcalde de Recife, capital del estado de Pernambuco, en el noreste de Brasil.


Tabata Amaral (derecha), con su madre, María. Crédito: Cortesía Tabata Amaral.

“Mi trayectoria es un milagro estadístico. Muchas cosas podrían haber salido mal, y he tenido mucha suerte”, reconoce Amaral. Por lo tanto, se enfoca en crear mecanismos que permitan a otros estudiantes superdotados confiar en las políticas en lugar del destino. La primera parte consiste en ampliar sus horizontes y ayudarles a desarrollar la capacidad de soñar. “Cuando eres pobre, creces sin referentes ni modelos a seguir. Ni siquiera sabes cómo entrar a la universidad. Tenemos que mostrar a los niños que el mundo es grande y que se puede experimentar a través de la educación, el deporte y la cultura”.

Sus propuestas educativas para la alcaldía incluían educación a tiempo completo, programas públicos de idiomas extranjeros y programas de intercambio en el extranjero para jóvenes. “Es más barato enviar a un niño al extranjero durante seis meses que tener que mantenerlo en la cárcel durante la misma cantidad de tiempo más adelante”, dice, y agrega que esta es una comparación fáctica, no retórica.

Si llevar a los niños a la escuela es difícil, mantenerlos allí hasta la graduación presenta un conjunto diferente de desafíos. Un programa que Amaral redactó estableció dos fondos para estudiantes secundarios de bajos ingresos: un estipendio mensual de dinero de bolsillo y un fondo de ahorros accesible solo después de graduarse de la escuela secundaria. Ella sabe de primera mano cómo incluso una pequeña cantidad de dinero puede cambiar la dura realidad de los niños que abandonan la escuela para buscar trabajo y ayuda en casa. “Cuando conseguí ese primer pequeño sueldo, a los 11 años, le demostré a mi familia que podía ganar dinero mientras estudiaba. Fue muy simbólico”, dice.

Soñar en grande

Trabajó con un grupo de economistas para diseñar el proyecto, basado en evidencia que mostraba que el ausentismo escolar y los niveles educativos más bajos finalmente cuestan más a los gobiernos. “Un estudiante que abandona la escuela secundaria tiene una esperanza de vida hasta cuatro años más corta, es menos productivo y tiene más probabilidades de ir a la cárcel o enfermarse gravemente”, dice, citando una investigación del economista Ricardo Paes de Barros, quien estimó el costo total del ausentismo escolar para la sociedad en 3 por ciento del PIB. Vigente desde marzo de 2024, el programa nacional ya beneficia a más de 3 millones de estudiantes.

A continuación, quiere ampliar el programa para estudiantes universitarios de bajos ingresos, sabiendo bien que muchos de los mismos problemas se agravan en la siguiente fase. Los estudiantes pobres necesitan superar las barreras sociales y los estigmas —”Escuché tantas veces que probablemente terminaría siendo un drogadicto como mi papá”— así como obstáculos financieros desconocidos para alguien de la clase media. “Cuando ese niño finalmente comienza a soñar en grande, puede ser muy trabajador y tener objetivos claros”, dice. “Pero al final del día, si no tienes dinero para el pasaje del autobús, se acabó”.

Andreas Adriano

ANDREAS ADRIANO forma parte de la plantilla de Finanzas y Desarrollo.

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Aunque el último dato marcó 52,9%, Milei afirmó que la pobreza bajó a 33% en los últimos meses

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El presidente Javier Milei inaugura el 143° periodo legislativo en un recinto semivacío. Entre otros temas económicos, en su discurso se refirió a la pobreza en la Argentina y citó las mediciones de la Universidad Di Tella y otros centros privados: “El índice bajó del 56% al 33% de acuerdo al último dato trimestral. En cantidad de habitantes, se traduce en 10 millones de personas que salieron de la línea de la pobreza”.

Y agregó: “¿Quieren terminar con la pobreza? Terminen con el curro de la política. Esta caída se vio impulsada por la baja de la inflación, el aumento sostenido de los salarios reales y las jubilaciones, y el aumento de la AUH en términos reales y del Plan Alimentar”.

La pobreza llegó al 52,9% en el primer semestre de 2024, según publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). De esta manera, el nivel de pobreza subió 11,2 puntos porcentuales con respecto del último semestre de 2023 y afectó a casi 25 millones de personas. Por su parte, el nivel de indigencia alcanzó el 18,1% e impactó sobre 8,5 millones de personas en junio de 2024.

Al cierre de 2023, en el final del gobierno de Alberto Fernández, la pobreza había sido de 41,7%, alcanzando a 19,5 millones de ciudadanos. Por lo tanto, si los datos que anticipó Milei se corroboran a fines de marzo, cuando el INDEC publique las cifras oficiales, la pobreza sería el mejor dato desde el segundo semestre de 2018, cuando el indicador había llegado a 32%.

“Probablemente la sociedad argentina sea una de las más familiarizadas con la frustración política de la historia moderna”, comenzó Milei. Según el mandatario, Argentina pasó de tener un 5% de pobreza en 1974 a casi un 50% en 2023, mientras que el mundo redujo la pobreza del 50% al 10% en el mismo período. “Es una aberración fruto de la casta política”, sentenció.

Para Milei, la historia económica del país ha sido una “larga agonía con pequeños intervalos de crecimiento”, interrumpidos por “brutos masazos de realidad”. Señaló que el fracaso de la dirigencia política generó una sensación de “ciclotimia política argentina”, donde la sociedad se ilusiona con cada nuevo gobierno solo para terminar desencantada.

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La Canasta Básica Alimentaria aumentó 107,2% en el 2024

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En diciembre, la suba intermensual fue del 1,5% y si se comparan los valores con el Salario Mínimo Vital y Móvil, este alcanza para 20 días de alimentos básicos.

La Fundación COLSECOR presentó el informe de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que contempla precios registrados en 30 localidades medianas y pequeñas de 7  provincias del interior de nuestro país. 

De este trabajo, que se realiza desde el 2021 y cuya frecuencia es mensual, se desprende que en diciembre un adulto necesitó $134.254 para cubrir sus necesidades básicas alimentarias. Ese valor determina la línea de indigencia. La suba intermensual fue de 1,5%, mientras que el acumulado en el año fue de 107,2%. 

El proyecto es realizado junto a Cooperativas de Servicios Públicos y los resultados indicaron que para una familia tipo (cuatro integrantes), la Canasta Básica fue de $414.846, mientras que en el caso de un núcleo familiar integrado por dos y tres personas, los valores ascendieron a $201.382 y a $330.266 respectivamente. Para hogares conformados por cinco individuos, el total ascendió a $436.327.

La Canasta Básica medida por la Fundación COLSECOR también es comparada con la evolución del Salario Mínimo Vital y Móvil, lo que permite realizar un seguimiento de la cantidad de días de alimentación básica de una familia cubierta por el salario. En este sentido el SMVM continúa alcanzado para alimentar 20 días a un núcleo familiar de cuatro personas. Lo que significa que sólo teniendo en cuenta los alimentos necesarios para no cruzar la línea de indigencia, una familia no llegó a alimentarse todo el mes con un SMVM.

Al analizar el comportamiento intermensual, el economista Gerardo Sánchez, asesor de la Fundación COLSECOR indicó que “el crecimiento de 1,5%, luego de dos meses seguidos por debajo del 1%, se explicó por una compensación entre la suba de la carne vacuna y la baja en la verdura y frutas. La carne aumentó en promedio un 8,8% y las verduras y frutas bajaron un 5,6% (explicado en gran parte por el fuerte descenso del tomate y de la papa).  Sin la baja del precio de estos alimentos, la suba final se hubiese situado por encima de 2%”. 

Por otro lado, el especialista analizó el comportamiento del valor de la Canasta Básica durante el 2024 y destacó que “en relación al valor de los productos, el bloque de alimentos que más subió en el año fue el de los lácteos (163% en promedio) liderados por los quesos que tuvieron subas por encima del 200%. Mientras que los dulces fueron los que menos aumentaron (40%) debido a la baja en el precio del azúcar del 10% en el año, producto del reacomodamiento en el mercado internacional de esta materia prima. La carne vacuna, principal bloque de la CBA, termina con un aumento de 103%, cifra cercana al promedio”. 

Sánchez indicó además que “otra cuestión que estuvo presente en los debates económicos es si el costo de la CBA medida en dólares creció (o no). Según nuestras estimaciones, durante el 2024 la CBA subió un 30% en dólares, pero si la comparamos con los valores previos a la devaluación de diciembre, se encuentra en los mismos valores en dólares que registró en septiembre y octubre del 2023”.

cba- DICIEMBRE - SMVM
 

El informe que presenta mensualmente la Fundación COLSECOR compara también los resultados con otras mediciones de la Canasta Básica que se realizan en nuestro país. Esta se efectúa al mes anterior, para contar con todos los datos. De esta forma, en noviembre, la Canasta Básica presentada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para un adulto equivalente fue de $197.257, mientras que en el Gran Buenos Aires fue de $142.149 (INDEC). La medición de la Fundación COLSECOR ese mes fue de $132.306, en Tucumán registró un total de $125.992 y en Mendoza $114.290″.

 La diferencia entre el valor promedio de las localidades medidas por Fundación COLSECOR con la del Instituto Nacional de Estadística y Censos en noviembre fue del 5,5% más caro en el INDEC.  

 

Canasta Básica Alimentaria

El proyecto que impulsa la Fundación COLSECOR desde junio del 2021, se propone generar información y profundizar el conocimiento sobre pequeñas y medianas localidades de nuestro país. A través de la iniciativa que es coordinada por la socióloga Natalia Calcagno, cada lugar conoce el nivel de ingresos que necesita un habitante para cubrir las necesidades básicas, valor que determina la línea de indigencia. Para medir la Canasta Básica Alimentaria se registran los precios del conjunto de alimentos que establece el INDEC. La medida de referencia utilizada por el instituto se define por los requerimientos calóricos mensuales de un adulto equivalente, hombre de 30 a 60 años de actividad moderada. 

Fundación COLSECOR

La Fundación COLSECOR nació en 2018 con el fin de promover a la Economía Social como factor de desarrollo para las localidades donde las cooperativas de prestación de servicios audiovisuales y digitales se encuentran insertas. Su presidente honorario es José “Pepe” Mujica.

COLSECOR es una integración de cooperativas y pymes, que desde 1995 reúne a entidades que prestan servicios de televisión por cable y telecomunicaciones en 300 comunidades de Argentina. 

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