REFORMA DEL ESTADO

Javier Milei centraliza el sistema de inteligencia

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El Gobierno aprobó la nueva Política de Inteligencia Nacional y redefine el sistema de seguridad estratégica del Estado

El Gobierno nacional oficializó este 4 de diciembre la aprobación de la Política de Inteligencia Nacional, un documento rector que fija por primera vez en más de veinte años los lineamientos estratégicos para la producción de inteligencia en la Argentina. La medida —establecida mediante el Decreto 864/2025, firmado por el Presidente Milei— redefine la arquitectura institucional del sistema, otorga poder orgánico a la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) y marca un giro hacia un modelo de gestión centralizado, tecnificado y con proyección internacional.

El texto justifica la decisión en la “degradación paulatina del Sistema de Inteligencia Nacional”, resultado —según la fundamentación oficial— de la falta de lineamientos estratégicos durante “más de dos décadas”, pese a estar previstos en la Ley 25.520 de Inteligencia Nacional.

Reconfiguración institucional: disolución de la AFI y creación de nuevos organismos

La aprobación de la Política de Inteligencia Nacional está directamente vinculada con la reestructuración ejecutada meses atrás mediante el Decreto 614/2024, que rediseñó por completo el Sistema de Inteligencia Nacional.

Ese decreto dispuso la disolución de la entonces Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y su reemplazo por un esquema verticalizado bajo la órbita de la SIDE, que pasó a ser el organismo superior del sistema.

Dentro de esa estructura se crearon cuatro organismos desconcentrados:

  • Servicio de Inteligencia Argentino (SIA)
  • Agencia de Seguridad Nacional (ASN)
  • Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC)
  • División de Asuntos Internos (DAI)

Según el Decreto 864/2025, esta reconfiguración busca “lograr eficiencia y efectividad”, garantizar “autonomía técnica y funcional” y “jerarquizar las funciones del sistema” frente a un contexto internacional que el Ejecutivo describe como “difuso, fragmentado y complejo”.

La nueva Política de Inteligencia establece lineamientos para la producción de inteligencia y contrainteligencia orientados a: identificar anticipadamente riesgos y amenazas, sistematizar y analizar información estratégica, coordinar acciones entre organismos estatales, y profundizar la cooperación internacional en materia de inteligencia.

Qué implica la nueva Política de Inteligencia y qué pasos vienen

Con la aprobación del documento estratégico, la SIDE queda instruida a elaborar la Estrategia de Inteligencia Nacional, que definirá los “cursos de acción” para adecuar el funcionamiento del sistema al escenario geopolítico vigente.

De acuerdo con el texto del decreto: “La Estrategia de Inteligencia Nacional determinará los cursos de acción para adecuar las actividades del Sistema de Inteligencia Nacional al contexto estratégico al cual se enfrente la República Argentina”.

Esa estrategia deberá contemplar: los objetivos y metas del Estado nacional, el desarrollo del capital humano especializado, la incorporación de tecnología de punta, la definición de prioridades de riesgo, la coordinación con organismos de inteligencia extranjeros “en función de intereses comunes”.

El Ejecutivo sostiene que esta actualización normativa es condición necesaria para “convertir a la República Argentina en una potencia moderna, soberana y fundada en los valores de la libertad”.

La medida entra en vigencia a partir de su publicación en el Boletín Oficial, según establece el artículo 3 del decreto.

Fortalecimiento del poder presidencial y nuevo mapa de inteligencia

La aprobación de la Política de Inteligencia implica un reordenamiento significativo del sector público nacional. Analistas del sistema coinciden en que la SIDE —dependiente directamente del Presidente— emerge como un actor reforzado, con más atribuciones de supervisión y coordinación sobre todas las agencias.

Esta centralización puede generar reacciones en tres planos:

Poder Ejecutivo y conducción política del sistema

El Presidente concentra la fijación de objetivos estratégicos y la conducción del sistema conforme al artículo 12 de la Ley 25.520, reforzando su rol como autoridad superior en materia de inteligencia.

Organismos descentralizados y fuerzas de seguridad

La nueva arquitectura exige adaptar procedimientos, sistemas de información y estructuras jerárquicas para compatibilizar funciones, especialmente en áreas sensibles como ciberseguridad y contrainteligencia.

Sistema político y Congreso

Aunque el decreto no modifica los mecanismos de control parlamentario establecidos en la Ley 25.520, sí redefine el mapa institucional sobre el cual dicho control deberá actuar. Se espera debate político sobre: la centralización en la SIDE, la eliminación de la AFI, el rol de la AFC en un contexto global de amenazas cibernéticas, y la articulación con organismos de defensa y seguridad.

Cooperación internacional y seguridad estratégica

El Gobierno enfatiza que la inteligencia es un pilar para anticipar amenazas en un contexto geopolítico volátil. La Política de Inteligencia busca potenciar: el intercambio de información con agencias extranjeras, la capacidad de análisis estratégico, la detección de ciberamenazas, la protección de los “intereses estratégicos de la Nación”.

La creación de la AFC como organismo especializado refleja la prioridad otorgada a la ciberseguridad, una de las áreas más dinámicas y críticas del escenario internacional actual.

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El Gobierno nacional reglamentó los planes de retiro voluntario en el Estado

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El Gobierno reglamentó los planes de retiros voluntarios en la Administración Pública Nacional: Economía y Transformación del Estado controlarán cada programa antes de su aprobación

La resolución conjunta fija el procedimiento obligatorio para toda dependencia estatal que impulse planes de retiro voluntario o desvinculación. Busca garantizar la sustentabilidad fiscal y la coherencia con la política de reforma y desregulación del Estado.

Mediante la Resolución Conjunta 50/2025, publicada en el Boletín Oficial, la Secretaría de Transformación del Estado y Función Pública —dependiente del Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado— y la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía establecieron un nuevo procedimiento obligatorio para la implementación de planes de retiros voluntarios o otras formas de desvinculación laboral voluntaria en la Administración Pública Nacional y en las empresas con participación estatal.

El objetivo central de la medida es ordenar y fiscalizar los procesos de reducción de personal en el sector público, garantizando que cada iniciativa cuente con viabilidad económica, previsión presupuestaria y justificación funcional, en el marco de la política de reforma del Estado y reducción del gasto público que impulsa el Poder Ejecutivo Nacional.

Supervisión dual: control presupuestario y modernización administrativa

La normativa dispone que ningún organismo descentralizado, entidad estatal o empresa con mayoría accionaria del Estado podrá implementar planes de retiro voluntario o mecanismos similares sin la intervención previa y favorable de dos áreas clave: La Subsecretaría de Presupuesto de la Secretaría de Hacienda (Ministerio de Economía), encargada de evaluar el impacto presupuestario. La Subsecretaría de Desarrollo y Modernización del Empleo Público de la Secretaría de Transformación del Estado y Función Pública, responsable de analizar la viabilidad organizacional y la coherencia con las políticas de recursos humanos del Estado.

En el caso de la Administración Pública Nacional centralizada, la resolución establece que el diseño y aprobación de los regímenes de retiro voluntario quedarán bajo la órbita directa de la Secretaría de Transformación del Estado y Función Pública, con la participación de la Secretaría de Hacienda en materia presupuestaria.

De esta manera, el Gobierno busca evitar la proliferación de programas aislados o discrecionales, alineando cada medida de reducción de personal con los lineamientos de la reforma estructural del Estado y el control del gasto salarial, uno de los componentes centrales del ajuste fiscal previsto para 2025-2026.

Requisitos estrictos y trazabilidad administrativa

El artículo 3° de la resolución detalla la información mínima que deberá incluirse en los expedientes antes de aprobar un plan de retiros voluntarios. Cada propuesta deberá incorporar:

  • La fundamentación técnica y económica de la medida.
  • El detalle de la dotación alcanzada, condiciones de acceso y modalidad de pago.
  • La base de cálculo utilizada para determinar los montos, beneficios adicionales y estimaciones de costo total.
  • La certificación de suficiencia presupuestaria emitida por el área competente del Ministerio de Economía.

Asimismo, el artículo 4° impone un régimen de información y seguimiento obligatorio. Todos los organismos deberán notificar en un plazo máximo de cinco días hábiles la aprobación de cada plan a la Dirección Nacional de Sistemas y Estadísticas de Empleo Público y a la Dirección Nacional de Seguimiento de la Inversión en Capital Humano del Sector Público Nacional.

Deberán además remitir —en formato electrónico— los datos detallados de cada agente adherente, incluyendo nombre, CUIL, categoría, antigüedad, monto total, cuotas de pago y fecha efectiva del retiro, garantizando la trazabilidad y control estadístico de cada desvinculación.

Reforma del Estado: racionalización del empleo público y control del gasto

La resolución se enmarca en el proceso de reorganización y redimensionamiento del Estado Nacional, orientado a reducir estructuras administrativas, eliminar superposiciones y optimizar recursos humanos.

Según el texto oficial, el Poder Ejecutivo promueve “medidas tendientes a la simplificación y reducción del Estado, asegurando la concreción de los objetivos impuestos y la mejora sustancial en la calidad de vida de los argentinos”.

El documento también señala que los planes de retiro voluntario constituyen “una herramienta transversal y articulada para alcanzar un nivel adecuado y racional de dotación en la Administración Pública Nacional”.

Con este nuevo marco normativo, el Gobierno busca compatibilizar los objetivos de modernización administrativa con la consolidación fiscal, garantizando que toda política de reducción de personal sea evaluada técnica y financieramente antes de su implementación, tanto en el sector público central como en empresas estatales y sociedades mixtas.

La medida implica un reordenamiento del circuito decisorio en materia de recursos humanos del Estado, centralizando la supervisión técnica en el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado y el control fiscal en el Ministerio de Economía.

En la práctica, los organismos públicos y empresas estatales que pretendan implementar planes de retiros voluntarios deberán someter sus propuestas a doble evaluación, lo que podría ralentizar la aprobación de programas individuales, pero al mismo tiempo asegurar coherencia, previsibilidad presupuestaria y transparencia administrativa.

El nuevo esquema también permitirá al Estado construir una base unificada de datos sobre las desvinculaciones laborales, herramienta clave para el seguimiento del impacto de las políticas de reforma y ajuste en el empleo público nacional.

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Autorizan privatización parcial de Nucleoeléctrica con control del 51% en manos del Estado

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El Gobierno autoriza la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina: se venderá 44% de acciones y lanzará un Programa de Propiedad Participada.

El Poder Ejecutivo, a través del Decreto 695/2025, autorizó la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), empresa responsable de la operación de las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse. La medida establece la venta del 44% del capital accionario mediante licitación pública nacional e internacional, mientras que otro 5% será destinado a un Programa de Propiedad Participada. El Estado Nacional conservará el control mayoritario con el 51% de las acciones, a través de la Secretaría de Energía y la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Actualmente, el capital social de NASA se compone de un 79% en manos del Estado Nacional, un 20% de la Comisión Nacional de Energía Atómica y un 1% de ENARSA. El decreto instruye además transferencias accionarias internas para consolidar la participación estatal antes del proceso de privatización: ENARSA deberá ceder el 1% de su participación al Estado Nacional, y NASA deberá transferir el 0,01% del capital social de ENARSA.

El Gobierno justificó la decisión en la necesidad de atraer capital privado para financiar proyectos estratégicos, entre ellos la Extensión de Vida de Atucha I, que prevé su reingreso al mercado eléctrico en 2027, y el Almacenamiento en Seco de Elementos Combustibles Gastados II (ASECG II), esencial para la continuidad operativa de Atucha II.

La medida se inscribe en la política de reducción del déficit fiscal y achicamiento del aparato estatal, con la intención de que la empresa gane competitividad bajo un esquema mixto. Según los fundamentos oficiales, la intervención estatal exclusiva “no ha dado los resultados esperados” y la participación privada se considera “el medio más idóneo” para garantizar eficiencia y rentabilidad.

Antecedentes y marco legal

La privatización parcial se apoya en el artículo 8° de la Ley 27.742 de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, que declaró a NASA “sujeta a privatización” bajo los lineamientos de la Ley 23.696 de Reforma del Estado.

Cabe recordar que NASA fue creada en 1994 por el Decreto 1540, que transfirió a la sociedad la operación de Atucha I y Embalse, además de la construcción de Atucha II. Desde entonces, la empresa ha registrado hitos en generación: en 2024 alcanzó un récord histórico de 10.449.015 MWh netos, con un factor de carga del 73,3%, cifras que la colocan en estándares internacionales de eficiencia operativa.

El proceso deberá pasar por la Comisión Bicameral del Congreso, como prevé la Ley 23.696, y contará con la intervención de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas del Ministerio de Economía, encargada de definir los términos de la licitación.

La privatización parcial de Nucleoeléctrica abre un debate político y económico en torno al rol del Estado en sectores estratégicos como la energía nuclear. El Gobierno asegura que el Estado conservará el control mayoritario y la capacidad de decisión, pero la apertura al capital privado podría modificar los equilibrios en la gestión de inversiones y en la definición de prioridades tecnológicas.

Sectores sindicales y legislativos podrían cuestionar el esquema, especialmente en lo referido al Programa de Propiedad Participada del 5%, que requerirá aprobación de la Secretaría de Trabajo para su implementación. A nivel internacional, la licitación promete atraer a fondos especializados en energía y empresas del sector nuclear interesadas en acceder a un mercado con proyectos de largo plazo.

El impacto sobre la política energética será significativo: el Estado buscará descargar parte del costo de financiamiento en inversores privados, mientras asegura su control estratégico en la operación de las centrales. En paralelo, la medida se alinea con los compromisos de equilibrio fiscal y con la estrategia de mostrar al mercado internacional señales de apertura a la inversión extranjera en sectores de alta sensibilidad.

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El Gobierno redefine el Ministerio de Justicia: foco en víctimas de trata y traspaso de registros clave

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El presidente Javier Milei firmó el Decreto 605/2025, publicado el 25 de agosto en el Boletín Oficial, que introduce cambios significativos en la estructura del Ministerio de Justicia. La medida redefine competencias en materia de política criminal, derechos humanos y registros públicos, y se enmarca en el proceso de reorganización del Estado iniciado a fines de 2023.

El decreto, firmado también por el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, busca ajustar funciones, suprimir organismos ya disueltos y fortalecer áreas vinculadas a la asistencia a víctimas de trata de personas y de violencia institucional. Según el texto oficial, “la medida no implica un incremento en la cantidad de unidades organizativas de la Administración Pública Nacional”.

Ejes centrales de la reforma

1. Refuerzo en la lucha contra la trata de personas

Uno de los cambios más relevantes es la modificación de objetivos de la Subsecretaría de Política Criminal. Ahora, además de asistir en políticas judiciales, tendrá como función prioritaria “asistir en el rescate, asistencia y acompañamiento de las personas damnificadas por el delito de trata”, coordinando con organismos nacionales e internacionales, provincias, la Ciudad de Buenos Aires, el sector privado y organizaciones civiles.

En paralelo, se crea la Coordinación de Asistencia y Restitución de Derechos a Víctimas de Trata, que tendrá a su cargo acciones de restitución de derechos, protocolos de asistencia y convenios interjurisdiccionales. Este nuevo organismo reemplaza a la histórica Coordinación Nacional de Rescate y Acompañamiento, con un enfoque más integral en la reinserción y protección de las víctimas.

2. Traspaso de registros estratégicos

El decreto transfiere al Ministerio de Seguridad Nacional la Dirección del Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos contra la integridad sexual, que hasta ahora dependía de la Secretaría de Justicia. La transferencia incluye presupuesto, bienes y personal.

Además, se suprime formalmente la Dirección Nacional del Registro de Bienes Secuestrados y Decomisados Durante el Proceso Penal, luego de la derogación del decreto que le había dado origen.

3. Reordenamiento en Derechos Humanos

En línea con la reestructuración del área, el decreto elimina varias dependencias de la ex Secretaría de Derechos Humanos —como la Dirección de Sitios y Espacios de Memoria, la Dirección de Promoción de Políticas de Igualdad y el Centro Cultural Haroldo Conti— e incorpora nuevas áreas en la Subsecretaría de Derechos Humanos, enfocadas en asistencia jurídica y protección.

Entre ellas se destacan la Dirección Nacional de Asuntos Jurídicos en Materia de Derechos Humanos y la Dirección Nacional de Protección y Asistencia, que tendrán a su cargo programas de reparación, cumplimiento de leyes reparatorias y asistencia a víctimas de violencia institucional.

El decreto remite a una serie de normas previas que, en el último año, modificaron la estructura de Justicia y Seguridad. Entre ellas:

  • Decreto 151/2025: traspaso del Instituto Emilia y Manuel Patiño desde Capital Humano hacia Justicia.
  • Decreto 304/2025: creación del Registro Nacional de Datos Genéticos en Seguridad.
  • Decreto 344/2025: incorporación del Archivo Nacional de la Memoria y el Museo Sitio ESMA al CIPDH.
  • Decreto 582/2025: derogación del Registro Nacional de Bienes Secuestrados.

La Casa Rosada argumenta que las modificaciones responden a la necesidad de “adecuar objetivos y responsabilidades en función de nuevas políticas públicas” y a la eliminación de estructuras duplicadas.

La reforma tiene implicancias en distintos planos:

  • Institucional: el Ministerio de Justicia concentra competencias en política criminal y derechos humanos, con mayor énfasis en asistencia a víctimas y coordinación internacional.
  • Seguridad: el Ministerio de Seguridad asume un registro clave para investigaciones penales, lo que podría acelerar procesos judiciales vinculados a delitos sexuales.
  • Memoria y reparación: los organismos de derechos humanos experimentan un reordenamiento que prioriza la asistencia jurídica y reduce estructuras culturales y de promoción.

En términos políticos, el decreto consolida el enfoque del gobierno de Milei en reducir estructuras administrativas y reorientar funciones hacia políticas consideradas estratégicas, como la lucha contra la trata y la criminalidad organizada.

Los próximos pasos dependerán de la implementación de los anexos técnicos —que detallan responsabilidades primarias, acciones y jerarquías— y de la coordinación interministerial con Seguridad y Economía para garantizar el financiamiento de las áreas transferidas.

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Milei quiere reformar el estado con IA, después de su reunión con Google

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El presidente aseguró que el gigante tecnológico tiene un módulo que permite generar un estado “más eficiente”.

El presidente, Javier Milei, anunció sus planes para mejorar la eficiencia del Estado mediante el uso de Inteligencia Artificial (IA). Durante una conversación con la prensa en la Casa Rosada, Milei informó que este tema fue discutido durante su reciente visita a Google en los Estados Unidos.

“Conversamos con el equipo de Google, quienes tienen un módulo dedicado a la reforma del Estado utilizando inteligencia artificial. Por lo tanto, avanzaremos en esa dirección”, explicó.

Este anuncio de Milei llega una semana después de su viaje a Estados Unidos, donde se reunió con 30 inversores y empresarios relacionados con la IA, así como con los CEO de Meta, Apple, Google y OpenAI. Una de las reuniones destacadas fue con Mark Zuckerberg, CEO de Meta, donde se exploró la posibilidad de establecer un hub tecnológico en Argentina.

Durante su encuentro con el CEO de Google, Sundar Pichai, se abordaron temas como la reducción de la brecha tecnológica en Argentina y el uso de IA para mejorar la eficiencia del Estado, como se detalló recientemente.

Este no es el primer acercamiento de Milei al tema de la inteligencia artificial. Después de una conversación con Sam Altman, CEO de OpenAI, durante su visita a Estados Unidos, Milei compartió una foto en las redes sociales con un mensaje sobre las oportunidades que la IA ofrece para la Argentina.

En esa oportunidad dejó una foto en su red social X (Antes Twitter) con el mensaje: “Aquí foto con Sam Altman luego de una maravillosa reunión sobre AI y las enormes posibilidades que brinda una Argentina libertaria. VIVA LA LIBERTAD CARAJO”.

Fuente: Bloomberg

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