El verdadero León doctoral
“Con mis canciones fui construyendo la historia común del país” dijo sin dejo de jactancia León Gieco, tras recibir de manos del vicerrector de la UNaM, Sergio Katogui el título de Doctor Honoris Causa por sus aportes a la Cultura Argentina.
El acto realizado en el auditorio “La tierra sin mal” de la ex estación de Trenes de Posadas. Un lugar acorde que nos recuerda de dónde venimos los misioneros.
Este es un homenaje “justo y necesario” destacó Bernabé Cantlón, titular del Instituto Nacional de la Música (Inamu). Que recordó todos los aportes de León para la creación y sostenimiento del instituto que es de todos los músicos del país.
El vicerrector Sergio Katogui sostuvo: “Su trayectoria y compromiso con los olvidados hacen que esta distinción también nos pertenezca. Personas como el doctor León Gieco nos marcan el camino hacia una sociedad más justa. El honor de tenerlo es todo nuestro.”
León Gieco forma parte de un selecto grupo de artistas donde podemos mencionar a Charly García, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Víctor Heredia y más atrás a Carlos Gardel. Que han dejado poesías que ya son del pueblo, que de tanto cantarlas son anónimas para el que la canta. Porque las conocemos de memoria y muchas veces sin saber las historias detras de las letras.

“El País de la Libertad”
Hace mucho cuando era adolescente en la Escuela Técnica donde me forme nuestro jefe de taller nos discutía que no había artistas de nuestra generación que formen nuestro imaginario. Y tenía razón nosotros cantábamos “Solo le pido a Dios”, “Hombres de hierro” o “Rasguña las piedras” como banderas de rebeldía. Pero eran la punta de lanza de una generación anterior. Que vivió bajo el yugo de la dictadura. Quizás en un punto de los noventa Ricardo Iorio describía las penurias de la juventud argentina, pero nunca llego a trascender a lo popular (masividad) como León, Charly o Mercedes Sosa.
En la actualidad atravesados por las ideas de La Libertad y la transmedia, los jóvenes pueden tener varios referentes que les ayuden a construir sus imaginarios, sin salirnos del mundo de la música popular podríamos citar a Trueno, Wos, Lali. Con la salvedad que, en relación a generaciones pasadas, el hoy está marcado por el “on demand”, donde cada persona se convirtió en consumidor que decide gracias a la inmediates de la tecnología que escuchar en cada ocasión.
El Honoris Causa
La Universidad Nacional de Misiones (UNaM) ha entregado una veintena de Honoris Causa, desde el 2012, que entregó el primero a Estela de Carlotto, casualmente el segundo reconocimiento de la UNaM fue para el artista misionero Ramón Ayala por ser “un representante genuino de la cultura misionera”. Otros artistas que recibieron la mención de la UNaM fueron el Chango Spasiuk, Cacho Bernal y Jorge Cardoso.
Este jueves el reconocimiento fue para el músico y militante social contemporáneo Raúl Alberto Antonio “León” Gieco. El reconocimiento que fue aprobado por la Resolución Nº128/2025 del Consejo Superior de la Universidad, fue presentado por el secretario de Estado de Cultura de la provincia de Misiones, José Martín “Joselo” Schuap al director del Doctorado en Ciencias Humanas y Sociales de la Facultad de Humanidades, Javier Gortari. La petición fue en virtud de su enorme aporte a la cultura popular y su compromiso social.
El título de Doctor Honoris Causa es la máxima distinción que otorgan las universidades a personas que se han destacado por sus méritos y contribuciones excepcionales en campos como la ciencia, las artes, la literatura, el servicio público o la sociedad en general. No es un título académico que se obtiene por estudios, sino un reconocimiento a una trayectoria destacada.

León Gieco
León Gieco es un músico, compositor e intérprete de folk-rock argentino, nacido en Cañada Rosquín, Santa Fe. Es conocido por fusionar el folklore con el rock y por sus letras de contenido social y político, y se considera uno de los artistas más respetados y queridos de Argentina. Su canción más emblemática es “Solo le pido a Dios”, interpretada por muchos artistas internacionales.
Sus canciones a favor de los derechos humanos, el sector agrario, el apoyo a las personas con discapacidad y la solidaridad con los marginados, lo hizo atractivo a quienes compartían su pensamiento, su fama se extiende más allá de su tierra: se presenta frente a audiencias de otros países -en especial en países donde hay grandes colonias de inmigrantes argentinos.
Su carrera es muy amplia. En sus más de 40 años de carrera, ha editado 14 álbumes de estudio con canciones de su autoría, tomándose pausas importantes, de hasta cuatro años, entre un disco y otro. La cuenta llega a más de cuarenta discos si se incluyen también álbumes en vivo, colaboraciones con otros artistas, recopilaciones, y versiones de sus canciones y de otros compositores. Ha experimentado con otros musicales: el rock, la cumbia, la murga, el pop, el candombe, el heavy metal o el chamamé.
“Mis memorias son todas musicales”
El artista explicó que siempre estuvo rodeado de música. Dedicó este título, como el similar que recibió de una Universidad cordobeza, a “mi maestra de música de la primaria y de la secundaria. Que me marcó desde el primer encuentro cuando tenía seis años”.
Gieco dijo que “mis memorias siempre fueron musicales. De chiquito veía a mis padres y familiares cantar canzonetas italianas en Cañada Rosquín”. También recordó que “mi papá les cantaba a las vacas mientras las ordeñaba”. Ya hablando de sus años en la escuela recordó que su maestra de música lo asignaba siempre en los actos alguna canción o declamación, lo que lo llevó a los ocho años a comprarse su primera guitarra con el dinero que ganaba con sus trabajos de reparto de carnes en una carnicería
Así en sus primeros años formó un grupo de folklore, pero a la vez comenzó a tocar en una banda de rock, Los Moscos, que pronto adquirió popularidad en los pueblos vecinos. “Hombres de hierro, fue mi primera canción: ‘Gente que avanza se puede matar, pero los pensamientos quedarán’”, recordó.
De adolescente soñó en grande y se fue a Buenos Aires, la gran ciudad “para grabar un simple y volverme a Cañada Rosquín”, dijo. Pero la vida lo llevó por otros rumbos, hoy a días de cumplir 74 años lleva compuestas más de 350 canciones y grabado 14 discos propios y participado en cerca de 45 discos.
Obsequios y más palabras
Durante la ceremonia, la diputada provincial, Anazul Centeno, entregó la distinción de interés provincial, y el comité organizador obsequió al artista piezas de cerámica realizadas por la graduada Yasmín Zampaca, obras literarias de la UNaM y artesanías guaraníes, ofrecidas por la Secretaría de Estado de Cultura, de manos de la subsecretaria de Coordinación de Fomento y Regiones Culturales, Laura Lagable.
El representante de la “Cátedra Libre Eduardo Galeano”, Alexis Rafstopolo cerró con una frase que resonó entre los presentes: “El sentido de esto es reforzar valores. Nos llena de fuerza y esperanza, para seguir caminando, aunque tengamos por delante otros quinientos años de injusticia.”
“Con mis canciones fui construyendo la historia común del país”
León Gieco también conocido como “el Bob Dylan de Argentina”, se caracteriza por haber mezclado el género folclórico con el rock argentino. Pero lo más importante de su poesía es el contenido de sus canciones a favor de los derechos humanos, los campesinos y pueblos originarios. El apoyo a los discapacitados y la solidaridad con los marginados.
Como lo destacó Joselo Schuap en la presentación de homenaje “cada uno de nosotros lucha por lo mismo, desde el lugar que le toca y desde donde puede. El Doctor Gieco viene a ocupar muy importante en nuestras vidas, como nuestros representantes populares del arte, o de los deportes. Nosotros muchas veces no los conocemos y sentimos que los queremos como un familiar. Yo que vengo de un pueblo como era Alem. Tenía un afiche de León en mi ropero y de pronto miro al costado y estaba cantando a su lado en un escenario. No solo ante multitudes, sino en el patio de una escuela rural como sucedió hace dos días en Dos Hermanas”.
Joselo subrayó el valor simbólico de que una Universidad Pública y Federal reconozca a Gieco con el título de Doctor Honoris Causa. “Tiene una significación muy especial. León ayudó a construir la democracia desde su lugar, a defenderla ante todo poniendo en juego incluso su vida y la de su familia. Este reconocimiento es también un homenaje a ese compromiso reflejado a través de sus canciones”, afirmó.
Gieco fue siempre coherente con las canciones que escribió y como muchos artistas de su generación, que “debieron abandonar su país por decir (cantar) lo que piensan. Y por eso es muy importante este homenaje hacia él”, destacó Joselo Schuap. Quien recordando su oficio de cantante callejero fue bendecido por León. Que lo subió a escenarios importantes, como a otros muchos músicos del país. Y además “admiró a nuestro gran Ramón Ayala y siempre que nos veíamos me preguntaba cómo estaba Ramón. Y eso muestra su respeto por nuestra cultura”.
Como bien dijo Gieco cerrando su mensaje tras recibir el título de Doctor sus canciones “fueron construyendo la historia común” de Argentina. Un país que sigue en construcción. Y hoy quizás más que nunca deberíamos volver a sus canciones, porque ellas remiten siempre a la Esperanza. León Gieco es la conciencia de la música y este es un doctorado “justo y necesario”, por enseñarnos a pensar a través de sus canciones.
Un León del escenario
Gieco cerró su minigira por Misiones en el escenario del auditorio “La Tierra sin Mal” de la ex estación de Trenes de Posadas. Con la guitarra de Joselo Schuap en mano y la armónica haciendo lo que mejor sabe, emocionarnos y hacernos pensar con su poesía. La simple interpretación de “Solo le pido a Dios”, “Como la cigarra” y “La memoria” fue el cierre justo, nada más y nada menos.
Pero su visita a la tierra colorada no comenzó aquí. Recibir el reconocimiento de la Universidad Nacional de Misiones, no fue su única acción. Se dio espacio para ser parte de la kermes de la IEA 17 de Dos Hermanas. Escuela rural que celebra 10 años de trabajo por el arraigo de los jóvenes en las chacras misioneras.

León, que conoció a la docente Nuria y a la escuela a través del periodista Hugo Soriani. Se emocionó al recorrer este espacio y recordar a su amigo. Su viaje a Misiones tuvo, además, una parada en Santa Ana. Para grabar su himno “Solo le pido a Dios” con el coro de niños de una comunidad guaraní, ahora en esta lengua.


