SOCIEDAD RURAL

La Unión Europea aplaza normativa antideforestación y el agro argentino pide revisar su alcance

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El Parlamento Europeo decidió prorrogar la entrada en vigencia del Reglamento 1115/2023, la normativa que exige que una serie de productos de exportación ingresen al mercado europeo libres de deforestación y degradación forestal. El aplazamiento ofrece un margen temporal adicional, pero no despeja las preocupaciones del sector agropecuario argentino.

Desde la Sociedad Rural Argentina (SRA) señalaron que la Unión Europea debe revisar el alcance del reglamento para permitir que cada país gestione el uso de sus recursos naturales conforme a sus propias regulaciones, tal como ha ocurrido históricamente. Además, remarcaron que la categorización de riesgo asignada a la Argentina -catalogada como Riesgo Bajo– solo debería exigir como objetivo el freno a la deforestación ilegal, sin incorporar restricciones adicionales.

Cuestionamientos a la “diligencia debida”

La entidad rural también reclamó eliminar la obligación de “diligencia debida” que impone la normativa europea. Según la SRA, ese requisito trasladará sobrecostos a las cadenas de abastecimiento, que terminarán impactando en mayores precios para los consumidores europeos y podrían generar presiones inflacionarias sobre los alimentos.

“Las cargas administrativas y financieras asociadas a este esquema no solo afectan la competitividad de nuestras exportaciones, sino que distorsionan el funcionamiento del comercio internacional”, advirtieron.

La SRA sostuvo que la Argentina cuenta con herramientas y sistemas para demostrar el cumplimiento de los estándares ambientales requeridos por la Unión Europea, pero enfatizó que las exigencias deben aplicarse de forma transparente, simple y previsible. “Las dilaciones y la falta de certidumbre no favorecen el comercio ni fortalecen la relación institucional entre la Argentina y la Unión Europea”, señaló la entidad.

El sector exportador agroindustrial sigue con atención la evolución del reglamento, que impacta particularmente en cadenas como carne bovina, soja, cuero, cacao, café y madera. La prórroga abre una ventana de negociación, pero deja claro que la discusión sobre los criterios ambientales seguirá en el centro de la agenda entre Bruselas y los países productores.

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Pereda: “La medida fue por ellos, no por nosotros”

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El vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina, Marcos Pereda, reclamó que la baja de retenciones sea permanente y subrayó que es una medida para salvar las cuentas del Estado nacional y no a favor de los productores.

“Sabemos que la medida no fue por nosotros, fue por ellos”, señaló Pereda en diálogo con Radio Rivadavia.

El dirigente rural remarcó que “es un conejo de la galera bastante fuerte. De un día para el otro subieron los precios un 25%, es muy fuerte, es una medida bien extraordinaria“, pero al mismo tiempo señaló que “es injusto pensar en que todos los que vendieron antes no se beneficiaron por una cuestión de días”.

“Nuestro reclamo es continuo, nos están dando una zanahoria que nos van a quitar y deja un sabor amargo. No va a ser grato para el productor agropecuario pasar de cobrar 360 a 300 dólares de nuevo”, añadió.

Pese a este escenario reveló que el sector siente que “la quita de retenciones la tenemos cada vez más cerca”, al tiempo que subrayó que “el sector agropecuario, que lidia con cosas que no puede controlar, le va a costar dejar la nueva medida. Es un hueso que no se va a querer soltar”.

Pereda reconoció que no estaban esperando una medida de este estilo y admitió que “son medidas que buscan ser sorpresivas para impactar en los mercados, y se logró”.

El productor explicó que “cuando hay cuestiones que incluyen una ventana solamente, se van arbitrando y a veces los valores no quedan del lado del productor”.

“Lo que anunciaron ayer es que llegan hasta los 7 mil millones de dólares, por lo que cuando se llegue, se acaba ahí mismo el premio este, con lo cual se van a agolpar todos en la puerta. Además es una medida que requiere sorpresa”, agregó Pereda.

Insistió en que el sector podría estar produciendo un 40% más de lo que producimos”.

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La Sociedad Rural: de Videla a Milei tercera parte

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El tercer periodo Peronista- fin de 18 años de proscripción y la antesala de la violencia Neoliberal

La pseudo democracia enmarcada en la proscripción al peronismo, fue un dique interpuesto a lo Nacional y Popular, que terminó eclosionando ante la incontenible presión de ese sector político, en un marco de profundo desgaste de los gobiernos pretorianos y de sus mandantes e instigadores, de los sectores
oligárquicos y antinacionales.

Desde 1955 hasta 1973, los sectores reaccionarios, con los explícitos respaldos de distintos entes empresarios del establishment dogmáticamente afines al más crudo liberalismo económico -entre ellos la ultraconservadora SRA-, habían implementado diversas etapas proscriptivas del peronismo, desde la
“mano dura” con encarcelamientos, fusilamientos y persecuciones, por el mero acto de nombrar al líder depuesto y todo lo vinculado, hasta pasar a diversas acciones de elecciones y gobiernos civiles fuertemente condicionados, para mantener la artificial hegemonía antiperonista en las esferas del poder real y el formal.

Pese a las presiones y trabas de todo tipo, que los sectores oligárquicos -personificados en Lanusse, militar de pensamiento ultra liberal y con apellido vinculado a la SRA- utilizaron para impedirlo; el Sector Nacional y Popular volvió al poder formal en 1973.

Como lo hizo en el precedente período del justicialismo en el poder, se priorizaron las acciones conducentes al desarrollo nacional, con fuerte énfasis en las grandes obras públicas, el apoyo a la industrialización y el desarrollo tecnológico, y las concretas medidas sociales conducentes a mejorar el nivel de vida de los argentinos. Entre otros hechos importantes, se inauguró la central nuclear Atucha 1 y se avanzó en el Plan Nuclear; se firmaron los acuerdos para construir la gran hidroeléctrica Yacyretá con Paraguay, entre otras obras.

Pero el ya anciano líder político tenía su salud deteriorada, y el contexto interno era muy complicado, con un personaje complicado, como lo era López Rega, en el entorno de Perón; y los violentos de “las tendencias” siendo de última funcionales a los personeros del ultra conservadurismo antinacional.

Fallecido Perón, su sucesora carecía del enorme carisma del líder tercermundista, y entre otros factores, el considerable poder de los medios de difusión concentrados, se dedicó a esmerilar al gobierno, que ya era muy atacado por las violencias de las guerrillas, y por el acomodamiento de personeros del “partido militar liberal” en las altas esferas de las FFAA.

En todo ese período, claramente signado por el nacionalismo económico, la SRA y todos los medios de difusión que operan como voceros del liberalismo apátrida, fueron permanente oposición, sumándose a los enfoques proclives al golpismo, en los tramos finales del gobierno de M.E.M de Perón.

El golpe de Estado era algo cantado desde meses antes de producirse, con la excusa de la supuesta incapacidad de M.E.M. de Perón; y de problemas económicos muy magnificados, además de la violencia subversiva. Pero lo real es que al momento de producirse la toma del poder “marzista” (ironía acuñada por J.M. Rosa, pues el golpe fue en marzo), faltaban pocos meses para la fecha de elecciones; y como suele ser una constante en estos casos, molestaban los aciertos, no los errores…

Tal como sucede en los gobiernos antinacionales, la vengatividad contra quienes de un modo u otro asumieron posturas de defensa de Lo Nacional, no se hizo esperar, adquiriendo caracteres de extrema violencia y crueldad.

El Mayor Bernardo Alberte (Tte. Coronel post mortem), fue asesinado en su departamento, la noche del golpe, en presencia de su familia. Su “delito” fue anticipar al “cantado” golpista, de las previsibles consecuencias del acto insurreccional. Claro que, además, Alberte había sido hombre de plena confianza
de Perón…, líder político cuyo accionar claramente Nacional, fue y es particularmente odiado por el muy dogmático “partido militar liberal”.

Esa brutal vengatividad se hizo patente al detener, sin causa ni acusación concreta alguna, a la vicepresidenta en ejercicio del Ejecutivo Nacional, y a su principal asesor, el abogado Julio Carlos González, quien fuera Secretario Legal y Técnico en el gobierno de Perón, continuando en el cargo con M.E.M. de Perón, siendo el cerebro muy activo que inspiró y dio letra a diversas medidas de claro perfil nacionalista. La depuesta presidenta estuvo varios años en prisión, incluso sufriendo malos tratos, mientras que el Dr. González permaneció preso durante todo el infame “proceso”, a consecuencia de lo cual su salud sufrió serios deterioros. 

Según me expresó el anciano patriota Dr. J.C. González, todo su equipo de colaboradores debió soportar muy duros y agresivos interrogatorios, a consecuencia de lo cual, uno de ellos falleció de un paro cardíaco.

El “proceso” había comenzado, para beneplácito de los sectores oligárquicos y antinacionales. Con la fuerza bruta de las bayonetas, nos impuso el nefasto neoliberalismo, y de esa desastrosa imposición que nos subordinó a lospoderes financieros transnacionales, no se hacen cargo hasta hoy, los uniformados, que por ceguera mental o por odios mal digeridos, siguen subordinados al neoliberalismo apátrida. 

El siniestro “Proceso” como marco de forzosa imposición del Neoliberalismo salvaje

Tal como, con sutileza británica, lo había indicado Harry S. Ferns, en un contexto equiparable a una guerra civil, hubo una real orgía de violencias, pues a la irracionalidad de los atentados de las guerrillas (funcionales de hecho a la antipatria), se sumó la extrema violencia represiva del Estado, con el accionar del “proceso”, comenzado en 1976, de lo cual en años posteriores se supo con mayor claridad, las acciones en muchos casos brutales, perpetradas.

Ese era el marco necesario, para implementar a la fuerza, el neoliberalismo en su más salvaje versión, con el claro objetivo de hacer involucionar forzosamente a Argentina a aquel perimido e inviable país de economía primaria que éramos en las pretéritas épocas del Centenario (alrededor de 1910).

El endeudamiento externo brutal, asumido para enjugar los déficits presupuestarios y déficits de la balanza comercial, de la desastrosa gestión de Martínez De Hoz y sus sucesores, la apertura económica indiscriminada como parte central de la feroz política de industricidio, y la acentuada baja en el poder adquisitivo de los salarios, fueron los ejes centrales de las nocivas medidas económicas implementadas por el gobierno cívico militar del “proceso”, con el expreso beneplácito de la SRA y otros sectores oligárquicos.

Cualquiera que claramente se oponía al desguace económico y la destrucción social (que atacaba el buen nivel de vida del que gozábamos), era rápidamente tildado de “subversivo”, lo cual equivalía a una condena de muerte, o con “suerte”, a sobrevivir a brutales sesiones de torturas.

Esos asesinatos en muchos casos eran considerados “desapariciones”, eufemismo que significaba la muerte y la desaparición de los cuerpos. Uno de los tantos casos, fue el del gremialista de Luz y Fuerza Oscar Smith, quien se opuso al desguace y privatización posterior de SEGBA, secuestrado a la salida de una reunión con Videla. El factótum de esa amañada privatización, fue Martínez De Hoz, vinculado con intereses extranjeros en el Sector Eléctrico.

Desgastado por la sumatoria de perjuicios consecuencias de la deplorable gestión, y ante el descrédito mundial por las denuncias a acciones aberrantes de violencia, el “proceso” caduco en 1983, debiendo convocar a elecciones. Pero nunca hubo una sola crítica de sectores oligárquicos, contra el “proceso”, incluyendo en esa postura cómplice a la SRA.

Videla fue muy aplaudido en la SRA, cuyos socios y adherentes ideológicos, no pudieron desconocer la destrucción socio económica general “casi” total (pues los elitistas intereses de la oligarquía de la Pampa Húmeda estaban muy satisfechos, así como los nuevos oligarcas de las finanzas, y los empresarios fugadores de divisas, entre algunos otros) y las aberrantes prácticas de violencia trascendían el marco de ocultamiento que el “proceso” pretendió mantener.

El Radicalismo y su fallida experiencia anti Neoliberal

El gobierno de Alfonsín comenzó con muchas expectativas favorables en la población, pero no se desconocían las previsibles presiones que ejercería el “partido militar liberal”, y los fuertes condicionamientos resultantes del elevado endeudamiento externo y de la debilidad general de nuestra economía, severamente afectada por los precedentes siete años de brutal neoliberalismo.

Entre 1983 y 1985, siendo ministro de economía Bernardo Grinspun, se implementaron medidas de heterodoxia económica, que buscaron superar los múltiples condicionamientos que nos había impuesto el neoliberalismo.

Desgastado por la sumatoria de presiones que eran consecuencia del no resuelto enorme endeudamiento y la debilidad económica y política, hubo cambios en la conducción económica, que implicaron suavizar o dejar de lado las confrontaciones con el establishment neoliberal interno y externo. En un contexto de hiperinflación y crisis económica, con claras presiones del poder conservador, Alfonsín debió dejar anticipadamente el gobierno, acordando el llamado “Pacto de Olivos” con su sucesor Menem, quien había ganado las elecciones.

Cabe recordar que en la SRA fue estentóreamente abucheado, como repudio a sus acciones que no habían sido “subordinadas” a los dictados pro oligárquicos del establishment, lo que demuestra el alineamiento de la patronal del campo, con lo más reaccionario y antinacional del arco político – económico.

Tampoco por ello cabe asignar a Alfonsín el grandilocuente calificativo de “padre de la democracia”, pues simplemente ganó la primera elección post proceso. Y cabe recordar que fue el gestor de la desastrosa reforma educativa, vaciadora de contenidos esenciales, lo cual fue profundizado para peor por su sucesor, Menem.

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La Sociedad Rural: de Videla a Milei, segunda parte “La década infame”

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Entre 1930 y 1943 la suma del poder formal estuvo en manos de la oligarquía pro británica (incluyendo la SRA), siendo un período plagado de negociados viles y carente por completo de real patriotismo, en las esferas gubernamentales, además del poder de los medios gráficos, casi todos (¿o todos?) en manos de la antipatria. Fue llamada “la década infame”, por lo descarado de los negociados y la subordinación desvergonzada y pública, de diversos poderes del Estado, a favor de entes extranjeros, que manejaban a su antojo toda la economía argentina, con fuerte exclusión social.

Los oligarcas llamaron a ese nefasto período “tiempos de la república”, en el cual entre otras “lindezas” el fraude descarado era usual en las elecciones.

Un negociado de subfacturación en las exportaciones de carnes al Reino Unido, fue denunciado en el senado, con contundentes pruebas, por Lisandro de la Torre. Como no lo podían hacer callar, un matón a sueldo, intentó asesinarlo en el Congreso al fogoso patriota, pero se interpuso su amigo y compañero de bancada Enzo Bordabehere, que lo cubrió, a costa de su propia vida.

Ese negociado estaba vinculado con el vergonzoso Pacto Roca – Runciman, que nos subordinó a los intereses británicos, a cambio de mantener la cuota de exportaciones de carnes a ese destino. Los ministros que avalaban esas operaciones, eran del riñón y/o muy afines a la SRA. El firmante del Pacto, Roca, era el hijo del General dos veces presidente…pero claramente era ideológica y éticamente diferente a su progenitor. Conviene aclararlo, pues ciertas “progresías” lo confunden.

Para entender la mediocre visión de esa oligarquía, analicemos que uno de sus personeros, Federico Pinedo, afirmó -palabras más o menos- que “la población de Argentina no debe exceder los 10 millones, para mantener la ecuación de 4 vacas por habitante”. La prioridad eran las vacas, no los argentinos.

Nula visión de grandeza nacional, carente de todo principio de soberanía, sin un ápice de criterio de Geopolítica Nacional.

Con el radicalismo “alvearizado”, ya muy afín a la oligarquía; y con el socialismo integrado a la partidocracia liberal en lo económico y ultra conservadora en lo político, con las FFAA en parte también afines al conservadurismo, la principal oposición al aquelarre antinacional, fue la enorme tarea de esclarecimiento desarrollada por el grupo FORJA (radicales yrigoyenistas, que se oponían al contubernio del sector alvearista), de cuyos escritos se nutría también el otro sector de las FFAA, que tomaba conciencia de la necesidad de frenar la entrega del país, como si fuésemos una vil colonia.

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EL GOLPE NACIONALISTA DE 1943 Y EL SURGIMIENTO DEL PERONISMO

El golpe de Estado de 1943 fue el único de todo el siglo, de clara orientación nacionalista (sin zeta, para que algunos maliciosos no busquen crear confusiones). En el gobierno que surgió en consecuencia, rápidamente descolló Perón, siendo reconocido favorablemente por los asalariados y otros sectores nacionales, entre ellos los integrantes de FORJA.

Rápidamente, los sectores vinculados con la oligarquía y los intereses antinacionales, buscaron neutralizar a Perón, lo cual fue impedido por la masiva movilización popular del 17 de octubre de 1945; la cual fue pretendidamente descalificada por los voceros de esos sectores, que intuían perder sus abusivos privilegios de casta excluyente. Entre otros epítetos, mencionaban al “aluvión zoológico” para referirse a las masivas manifestaciones populares, y evidenciando desprecio a los humildes con claros tintes racistas, los oligarcas y sus voceros se referían a “los cabecitas negras” como desprecio a las mayorías del peronismo, que se nutrían de los sectores más humildes, entre otros.

Surgió la década peronista, aborrecida por los oligarcas, por dignificar a los trabajadores, y en particular, por el Estatuto del Peón, que terminó con la miserable cosificación de los peones rurales. Además, en esa década se industrializó fuertemente al país, y se crearon varios importantes entes tecnológicos, como la Comisión Nacional de Energía Atómica, Agua y Energía Eléctrica, Gas del Estado, y el listado sigue. 

Todo eso odiado visceralmente por la oligarquía; y por sectores de las FFAA pertenecientes a, o cooptados ideológicamente, por lo más retrógrado de la camarilla antinacional.

En 1955, la oligarquía en pleno -y en ella la SRA- apoyó y festejó tanto el cobarde bombardeo al pueblo, en Plaza de Mayo, como el golpe de Estado represor y fusilador perpetrado poco después de la masacre ejecutada por las armas de la Patria, contra su propio pueblo. ¡Cuesta encontrar en la historia mundial, actos de similar infamia! Tanto era y sigue siendo el desprecio de los oligarcas, y de los uniformados “gorilas” (odiadores de todo lo Nacional y Popular) por el pueblo común.

Centenares de muertos y de mutilados fueron consecuencias de los bombardeos realizados por los ataques de aviones contra el propio pueblo, incluyendo un ómnibus que transportaba escolares del noroeste nacional,muriendo todos los niños y sus acompañantes. ¡Miserabilidad total, de la cual “sotto voce” aun se jactan burlonamente en algunos -o varios- contextos de uniformados, carentes de sincero patriotismo y de elementales nociones de amor al prójimo!

No solo volvieron con “la fusiladora” las medidas económicas anti industriales y anti tecnológicas, sino que 1955 puede considerarse el punto de partida del “partido militar ultra liberal”, el que excluyentemente se acentuaría desde “el proceso” (1976), instalando el “pensamiento único correcto” dictado a los uniformados, el cual se subordina a las potencias “occidentales” y odia visceralmente a todo lo Nacional y popular.

Para semejante vaciamiento de contenidos esenciales, no solo se instalaron falsas interpretaciones históricas dictadas en los institutos militares (como “la grandeza argentina del centenario”) -omitiéndose la miseria en la cual vivía casi toda la población-.                 También se ocultan a los uniformados otras lacras de los supuestos “años gloriosos del Centenario” (alrededor de 1910), dentro de las cuales caben citar las limitaciones de la economía carente de industrias y de entes tecnológicos, el analfabetismo masivo y las deplorables condiciones sanitarias del grueso de los argentinos; y también se institucionalizaron en los institutos militares los limitados enfoques de Economía, suponiendo la no existencia de otras corrientes económicas, además del liberalismo y el marxismo, excluyendo toda visión nacional de esa disciplina; además de poco o nada de Geopolítica.

Esto último vinculado con el reemplazo de la Doctrina de la Defensa Nacional, por la explícita subordinación a los dictados del Bloque Atlantista (anglosajones y sus aliados), que es la doctrina de la seguridad nacional.

¡Se limitaron, casi por completo, los conceptos impartidos a los uniformados en esas disciplinas esenciales, reemplazándolos por montañas de prejuicios afines al liberalismo apátrida, omitiendo necesarios enfoques desde concepciones nacionales de la realidad!

Evidentemente, no se les enseñan el elemental criterio de someter a un análisis a todo concepto antes de aceptarlo, reemplazándolo por montañas de prejuicios, incluyendo muchos muy absurdos.

Con esas metodologías de reemplazo de conocimientos bien evaluados, por sumatorias de falsedades y tergiversaciones, con lo que se sustituyó la Doctrina de la Defensa Nacional, por la apátrida doctrina de la seguridad nacional, con lo que se formó y fue constituyéndose como “único pensamiento posible” al liberalismo reñido con el elemental Pensamiento Nacional, en que se basa el“partido militar liberal”, formado en 1955 y acentuado en 1962, en cierto modo en 1966, y muy acentuado desde 1976. Pero sigamos con la síntesis histórica.

Las iniciativas industrialistas del desarrollismo (1958-1962), fueron obstaculizadas, imponiendo al gobierno políticamente débil de Frondizi, a un personero del ultra liberalismo como Alsogaray, quien aplicó medidas recesivas.

En ese período, la SRA recibió con servil pleitesía al príncipe consorte Felipe de Edimburgo, quien disertó afirmando la supuesta “conveniencia” de Argentina, para que “nos dediquemos a lo que mejor sabemos hacer” -economía primaria-, “no desperdiciando esfuerzos en otras actividades”.

En castizo simple, que no nos atrevamos a desafiar a los poderosos del mundo, desarrollando nuestras propias industrias y entes tecnológicos.

¡Compendio típico de “haz lo que digo, no lo que hago”, dictado por los imperios dominantes para mantener su supremacía! La SRA siempre en contra del desarrollo industrial y de todo lo que no sea “el campo” (sus grandes estancias y sectores vinculados con lo agropecuario, excluyentemente).

Pese a todos los obstáculos interpuestos por el establishment ultra conservador, en los años ’60 y ’70, Argentina siguió desarrollándose a una tasa muy respetable, del orden del 4 % anual, con muy baja desocupación.

Después del derrocamiento de Frondizi (1962), el gobierno pretoriano, muy desgastado, llamó a elecciones, en el marco de proscripción del peronismo, asumiendo la presidencia el radical Illia (1963), muy débil políticamente, por el escaso porcentaje de votos recibidos, pues el voto en blanco fue significativo.

Illia mantuvo la proscripción del peronismo, y tuvo colaboradores que fueron integrantes o colaboracionistas de la “revolución fusiladora”.

Derrocado Illia en 1966, comenzó un nuevo gobierno pretoriano, que pretendió mantenerse en el poder formal por un muy extenso período, pero en medio de un rápido desgaste, en 1973 debió volver a convocar a elecciones.

El gobierno de la autollamada “revolución argentina” tuvo características diferentes a los golpes de Estado de 1955 y 1962, pues no tuvo un perfil marcadamente liberal y anti industrialista, como esos y como lo fue el posterior de 1976.  

Posiblemente ese período mezcló caracteres liberales con otros de cuño nacionalista, por las positivas influencias del General Guglialmelli -destacado analista geopolítico y militante de Lo Nacional-, y del economista Aldo Ferrer, referente principalísimo de la vertiente nacional en la Economía.

Entre otras múltiples iniciativas positivas, desarrolladas o defendidas por Ferrer, estuvo la terminación de la gran obra vial de Zárate – Brazo Largo, que los sectores oligárquicos afines al ultra liberalismo, presionaban para paralizar; según trascendidos con mucha lógica, pues se dijo que los grandes terratenientes ganaderos de Buenos Aires, querían evitar la competencia de la buena ganadería de Entre Ríos, cuyos costos de logística se redujeron considerablemente al facilitarse el cruce del Paraná.

Otros ítems nada vinculados con el extremo conservadurismo de gobiernos ultra liberales, que impulsó el gobierno pretoriano de 1966-1973, fueron un amplio plan de obras públicas; el impulso al Plan Nuclear; fuertes estímulos a la industria; y el equipamiento de las FFAA priorizando la industria nacional y algunos destacados ítems tecnológicos, como producir el TAM (Tanque Argentino Mediano), el avión Pucará (de interesantes características); los cañones de tecnología nacional de 105 y 155 mm; y rubricar acuerdos con automotrices radicadas en Argentina, para producir vehículos todo terreno, de portes liviano, mediano y pesado.

Diametralmente aquel gobierno militar estuvo en las antípodas de las brutales políticas antiindustriales y antitecnológicas, de neoliberales y libertarios, en plena actual perpetración, todo esto último con el expreso beneplácito de la SRA y otros sectores ultra reaccionarios.

Aun pese a gruesos errores cometidos por el gobierno de la Revolución Argentina, como la nefasta “noche de los bastones largos”, cuando apalearon salvajemente a docentes universitarios, ese período no puede calificarse como típicamente liberal (o sea antinacional). No fue un calco de los golpes de Estado
de 1955, 1962 y el posterior de 1976.

El tema continuará en la Tercera Parte.

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La Sociedad Rural: de Videla a Milei, analizando hechos recientes

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La misma línea de pensamiento y acción político – económica, socialmente oligárquica y excluyente de las grandes mayorías populares, es la que marca la continuidad de los fervorosos aplausos y expresiones de total aceptación, que marcaron los recibimientos y discursos de bienvenida, tanto a Videla como a Milei; ambos claramente identificados con la vetusta y retrógrada oligarquía “del campo”, y subordinados gustosos a los mandatos de los poderes imperiales, o sea, antinacionales por definición, cipayos por vocación.

Por el contrario, son de recordar las silbatinas y gruesas agresiones verbales, que, en el mismo ámbito, recibió Alfonsín, quien sin ser “santo de mi devoción”, no fue un entreguista neoliberal, ni una marioneta del establishment apátrida.

Claramente, la SRA se identifica con gobiernos elitistas, afines a la oligarquía y que desprecian al pueblo común, además de operar como agente de la destrucción industrial y tecnológica, que acciona para involucionar e incluso destruir las leyes laborales, desfinanciar a la educación pública gratuita e igualitaria y a la cobertura sanitaria total para todos; siendo el claro objetivo de esa minoría, llevarnos a los empujones a aquella terrible realidad semifeudal que caracterizó a Argentina a fines del siglo XIX y comienzos del XX.

CONSTANTES POLÍTICO – ECONÓMICAS QUE DEFINEN A LA SRA.

Creada en las aciagas épocas de la muy impopular Guerra de la Triple Infamia, con la primera presidencia institucional a cargo de un Martínez De Hoz, del cual fue descendiente el exministro del siniestro “proceso”, José Alfredo Martínez De Hoz, el accionar institucional de la SRA (Sociedad Rural Argentina) no solo se mantuvo, sino que se acentuó con el pasar de los años, siendo hasta hoy el bastión inexpugnable del ultra conservadurismo acentuadamente reaccionario, que añora la estructura socio política de fines del siglo XIX, de claros tintes semifeudales, con la cosificación del humilde gauchaje, y la exclusión socio económica de las grandes mayorías de nuestra población.

Declamando un pseudo patriotismo meramente formal, al estilo de los milicos proceseros, a puro himno y bandera, pero hueco de real patriotismo, la oligarquía campera siempre presionó y cuando tuvo poder accionó, para destruir al sector industrial, y también al tecnológico, este último exceptuando a aquellos entes que favorecen a la ganadería y la agricultura.

La egoísta y miope noción de supuesto patriotismo, de la SRA se focaliza excluyentemente en “el campo”… pero incluso no todo “el campo”, pues poco o nada le interesó ni le interesa la realidad de las provincias excluidas del núcleo duro de la Pampa Húmeda.

Es muy claro que para esos pseudo patriotas, solo les interesan sus estancias, de enormes superficies, desentendiéndose o incluso despreciando todo lo que no tenga nada que ver con sus intereses económicos, y a lo sumo, los de sus pares oligarcas pampeanos.

No es un dato menor, que la SRA aportó al muy infame y apátrida “proceso” cívico militar, a quien fuera el “superministro” que indicaba al poco ilustrado presidente usurpador Videla, que acciones ejecutar. Y fue el siniestro “proceso”, el que nos metió a la fuerza en el muy perverso neoliberalismo, comenzando el feroz industricidio y tecnicidio (con muy pocas excepciones), impidiendo toda oposición en base al terrorismo de Estado.

La SRA apoyó explícitamente, incluso con solicitadas, al muy nefasto y brutal “proceso”, avalando con eso no “solo” la destrucción económica y la degradación social perpetradas con toda intencionalidad y alevosía; y el burdp manejo geopolítico que nos metió en una guerra irracional, sino que también apoyó la violencia institucionalizada por el Estado (con víctimas brutalmente masacradas, como el Mayor -Tte. Coronel Post Mortem- Bernardo Alberte, el gremialista Oscar Smith, la diplomática Elena Holmberg, entre muchos más que nunca pudieron ser calificados de “subversivos”), lo cual sumado a la irracional violencia de las guerrillas, provocó un contexto similar a una guerra civil, sutil y claramente delineada y fogoneada por el poder neocolonialista anglosajón, tal como lo sugirió pocos años antes Harry S. Ferns.

Es decir que la SRA fue cómplice confesa y activa, de las tropelías provocadas por el “proceso”. No sorprende que sea cómplice del destructivo accionar de libertarios y sus secuaces.

SINTESIS HISTÓRICA – DEL MEDIO SIGLO MITRISTA AL GOLPE DE ESTADO DE LA DÉCADA INFAME.

Respecto a la creación de la muy oligárquica SRA, seguramente da para pensar, que mientras se masacraban en una guerra fratricida, miles argentinos, paraguayos, uruguayos y brasileños, fogoneada tras bambalinas por el Imperio Británico; la casi recién creada oligarquía mega terrateniente de la Pampa Húmeda, operaba para institucionalizar sus intereses, básicamente los de la clase socio económica vinculada a los intereses terratenientes y ganaderos, posiblemente sin considerar los horrores de esa masacre que terminaría en un exterminio casi total del pueblo hermano de Paraguay. Guerra a la cual los criollos del interior argentino, se negaban a ir, pues Paraguay no era el enemigo.

También cabe recordar que, en plena guerra contra Paraguay, el unitario presidente Mitre, llevó a cabo una “guerra de policía”, contra los caudillos federales, del interior profundo, para erradicar toda idea de federalismo. Le dio ese carácter de falsa “operación policial”, para desacreditar a los caudillos, y buscar falsos justificativos para esas operaciones de brutal exterminio, para lo cual utilizó a un puñado de mercenarios uruguayos con cargos de oficiales del ejército, con cuyos respaldos emprendieron sangrientas campañas de genocidio, como el cobarde asesinato del Chacho Peñaloza, asesinado luego de no oponer resistencia alguna a su detención, completando la barbarie exhibiendo por varios días su cabeza expuesta en una pica.

No es un dato menor, que la poderosa oligarquía campera de Argentina, se adueñó de enormes extensiones de las privilegiadas tierras de la Pampa Húmeda, durante los gobiernos de Mitre y Sarmiento, fuertemente unitarios, clasistas con claros desprecios al pueblo común (por esos años analfabeto), y afines a los poderosos, a los que facilitó la apropiación de campos, con el accionar de los leguleyos, a quienes les resultó fácil expulsar a humildes pobladores, que debieron transformarse en gauchajes migrantes, privados por la fuerza de sus ranchitos y sus pocos bienes esenciales.

En ese medio siglo largo de excluyente poder oligárquico (1852 – 1916), posiblemente los únicos presidentes que, sin salir del contexto liberal, demostraron actitudes patrióticas, fueron “El Gringo” Carlos Pellegrini, y “El Zorro” Julio Argentino Roca; desperdiciándose una muy favorable coyuntura mundial que nos hubiera facilitado industrializarnos y desarrollarnos…pero eso nunca interesó a la miope y egoísta visión de la que fuera llamada “la oligarquía de la bosta”.

Ese proceso de apropiación de tierras, es poco o nada mencionado por la corriente histórica academicista, continuadora de los escritos mitristas; pero es fundamentadamente descripta por historiadores revisionistas.

El Yrigoyenismo dejó su impronta de cambios en el poder formal, con participación popular y algunas acciones muy relevantes en lo económico, como la creación de YPF; además de un accionar patriótico e independiente en política exterior. Pero en 1930, la vieja oligarquía, con algunos renovados apellidos y otros de larga prosapia, volvió a detentar el poder formal, usando los servicios de Uriburu, tal vez bien intencionado desde su estrecha comprensión del esencial concepto de patriotismo, pero de evidentes pocas luces para entender el complejo contexto nacional y mundial.

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