Del voto cantado al dudosamente verificable voto electrónico

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El casi medio siglo del período que va desde la presidencia de Mitre al primer gobierno de Yrigoyen, es llamado sintéticamente por los historiadores revisionistas, como “el régimen”, abreviatura del “régimen oligárquico”, pues en ese período, en los gobiernos de Mitre y Sarmiento se crearon y facilitaron las condiciones para que, mediante el accionar de “los doctores” que hacían los trámites legales de apropiación de tierras, y con los respaldos de legislaciones y sistemas judiciales favorables a ello, unas pocas familias se apropiaran de enormes (en algunos casos descomunales), fracciones de tierras, principalmente en la Pampa Húmeda, región caracterizada por la muy acentuada fertilidad de esos campos, aptos para agricultura y ganadería extensivas. 

Como dato comparativo, que los voceros de la oligarquía local omiten, cabe citar que en EEUU (país que oligarcas y liberales ultra reaccionarios dicen admirar), el Estado dio parcelas de razonable superficie, a quienes quisieran trabajarla, con lo cual los muchos inmigrantes que llegaron a ese país y la propia población, tuvieron acceso en propiedad, a su tierra para trabajarla. Por el contrario, en Argentina, los gauchos que vivían en algunos casos por más de una generación en una fracción de campo, fueron echados por el accionar de “los doctores” amparados por el poder del Estado manejado por unitarios oligarcas; y los inmigrantes que querían trabajar la tierra, debieron en su mayoría caer en la figura del arrendamiento, impidiendo acceder a la propiedad y desalentando las mejoras; además de aumentar los costos de explotación de la tierra. 

Las múltiples injusticias de los arrendamientos, hicieron estallar El Grito de Alcorta, en 1912, protestas que se extendieron en buena parte de la Pampa Húmeda, pero que terminaron ahogadas por las presiones y represiones del “sistema”, lo cual estuvo también marcado por violencia y el asesinato del alma mater de esos levantamientos sociales. 

El sistema se consolidó en ese medio siglo largo (1862 – 1916), formándose el llamado “patriciado” (una suerte de pretendida “nobleza aristocrática vernácula”), que en rigor formó la oligarquía, la cual detentó la suma del poder político y económico, con sucesivos gobiernos que, de uno u otro modo, salieron del riñón de ese estamento socio económico; el cual además formalizó las creaciones de entidades muy afines, como la Sociedad Rural, y determinados clubes muy elitistas, con sedes en Buenos Aires; a lo que cabe agregar que influyó en la colonización cultural de los estamentos superiores de las fuerzas armadas. 

Resultó sintomático, que mientras estaba en plena eclosión sangrienta la guerra de la Triple Alianza (que no debió nunca ser nuestra guerra), a la cual llevaron encadenados a los gauchos incorporados a la fuerza (pues no consideraban enemigo al Paraguay), en Buenos Aires se fundaba la Sociedad Rural (no pareció molestarles la orgía de sangre de esa guerra), en cuya primera comisión directiva estaba un Martínez De Hoz, antecesor del ministro del “proceso”, que nos metió a fuerza de bayonetas, en el neoliberalismo salvaje y destructivo, con la plena complacencia y apoyos de la SRA y toda la oligarquía. 

Si bien en teoría existía “democracia” (aunque no se la llamara así en el siglo XIX), todo el proceso electoral, con sus “antes y después” era tan amañado, que en realidad las candidaturas y las fórmulas de gobierno, se decidían en “encuentros de notables”, siendo los procesos electorales posteriores, meras acciones formales, las que condicionaban los resultados a las previas decisiones de “los notables”, grupo ese formado básicamente por porteños y/o provincianos radicados en Buenos Aires; y todos ellos subordinados al corset ideológico del liberalismo económico y político, el cual operaba como condicionante ineludible, manteniéndonos como una colonia económica británica, con meras formalidades de independencia, atada al endeudamiento y las presiones sutiles o desembozadas de La Rubia Albión. 

El voto era cantado (verbal), con lo que peones y empleados estaban sujetos a presiones patronales, a lo que se sumaban “policías bravas” y otros violentos, que impedían votar a los opositores al régimen, conocidos como tales. 

Y la votación no era directa para elegir presidente y vice, pues solo se elegían electores, que en cónclaves posteriores designaban a esas autoridades. O sea, todo muy sinuoso y favorable a “acuerdos” de todo tipo. 

Esos son los “tiempos de la república”, que siguen aun hoy, añorando los sectores oligárquicos y ultra conservadores; y es lo que se enseña como “el ejemplo a seguir para volver a ser una potencia”, en los institutos de (de)formación militar, que siguen formando patrioteros de bandera, llenos de gruesas confusiones y con notables lagunas en sus pobres conocimientos en Historia, Economía y Geopolítica, en las antípodas del real patriotismo. 

En aquel contexto de poder absoluto oligárquico del “régimen”, el propio poder formal era dirimido por sucesivas revoluciones, lo que ocasionaba un marco de inestabilidad institucional recurrente. 

Dentro de ese marco político, las diferencias sociales y económicas en la población eran muy acentuadas, con una minoría muy rica, y con la inmensa mayoría pobre y analfabeta, esto último recién corregido a partir del accionar del ministro Osvaldo Magnasco, en la segunda presidencia de Roca, cuando se estableció la obligatoriedad de los estudios primarios. 

Entre las muchas falsificaciones y/o tergiversaciones históricas, es reiterativo por parte de opinantes diversos que ensalzan la supuesta “grandeza” de Argentina en el Centenario, que omiten la tremenda exclusión social de vastos sectores de la población, con mucha gente en la miseria total, y con familias de inmigrantes hacinándose en conventillos e inquilinatos y sobreviviendo apenas con trabajos escasos y mal pagos. 

Esa Argentina oligárquica, ultra liberal (negándose a la industrialización), socialmente excluyente y sumida en sucesivas crisis y recurrentes deudas externas, desperdició tres décadas internacionales muy favorables, en las que hubiésemos podido implementar nuestro propio desarrollo industrial y manejar nuestras infraestructuras (como ferrocarriles y una flota mercante, todo en manos extranjeras, por esos años), con saldos comerciales favorables por los altos precios de las materias primas, de 1880 a 1910, aproximadamente. 

Para las celebraciones fastuosas del Centenario, se expulsó de Buenos Aires a los muchos pordioseros que vivían en las calles, para que no “afearan” a la gran capital, que alardeaba de su “europeidad” y de su prosperidad (esta última centrada en las familias “patricias”). Recién en 1912 se sancionó la Ley Sáenz Peña, del voto secreto y obligatorio, lo cual sucedió en buena parte por las presiones de los sectores políticos contrarios al “régimen”. 

Con la caída de Rosas (1852), se abolieron las políticas proteccionistas, que habían permitido un claro resurgimiento de elementales pero importantes manufacturas. Con ello, se centro toda la economía en las producciones de materias primas, tal como dictaban los “bienpensantes” que seguían a pies juntillas los dictados del poder imperial británico, el cual disponía de la doctrina liberal como poderoso instrumento de subordinación política y económica. Esa economía primaria caracterizó a todo el período del “régimen”, repitiéndose políticas contrarias a la industrialización y el desarrollo general, en sucesivos gobiernos de caracteres liberales, contrarios a todo proteccionismo económico. 

En 1930 se perpetró el primero de la serie de golpes de Estado, de los cuales casi todos tuvieron improntas ultra liberales, con apoyos explícitos de los sectores oligárquicos, de mentalidad liberal a ultranza, y por ende, industricidas y opuestos a nuestro desarrollo tecnológico propio, así como de marcada insensibilidad social hacia nuestro propio pueblo. 

De 1930 a 1943, en el período histórico llamado “la década infame”, volvieron las acciones de manipulaciones políticas para favorecer al establishment ultra conservador, y las prácticas explícitas y desembozadas de sumisión a los intereses antinacionales. Las acciones violentas eran usuales, para mantener el poder real en manos de determinados intereses. 

Las denuncias bien fundamentadas, por caso las del senador Lisandro De La Torre, que tenían a mal traer a ministros muy vinculados a los intereses de frigoríficos y sus compradores de carnes de Gran Bretaña, buscaron acallarse mediante un atentado perpetrado en pleno Congreso Nacional, en el cual perdió la vida el amigo y compañero de bancada de De La Torre, el senador Enzo Bordabehere, asesinado por un sicario. Todo eso era claramente la continuación de las políticas excluyentes de las épocas del voto cantado. 

En el mismo contexto excluyente de los sectores populares, y con el beneplácito de las oligarquías ultra conservadoras, vinieron después la proscripción del peronismo, y los sucesivos golpes de Estado que jaquearon a la débil posterior democracia condicionada, presionada por sectores liberales (antinacionales) de las Fuerzas Armadas, los que respondían a esos mismos grupos de poder político económico vinculados con la vieja oligarquía ultra liberal, y sus ramificaciones en otras áreas económicas, como las de los importadores y otros, que se beneficiaron con negocios puntuales, mientras se destruía o se condicionaba a la economía nacional. 

Después de diversos hechos de violencia antipopular (como el bombardeo de Plaza de Mayo, instigado y aplaudido por los mismos sectores ultra conservadores), fusilamientos y diversas expresiones de violencia, en los años ’70 se dieron las condiciones de virtual guerra civil, “sugerida” por el historiador británico Harry S. Ferns, lo que definió como única forma de destruir los notables avances económicos, tecnológicos y sociales, que había logrado consolidar el peronismo. 

Después de décadas de usar a uniformados cooptados por la ideología neoliberal y la priorización de “defender al sistema” por sobre la defensa de la patria, y sin dejar de lado las opciones de asalto armado al poder, por parte de sectores ultra conservadores, resulta muy claro que después del intervencionismo neoliberal de la era de Reagan – Tatcher, los sectores reaccionarios y visceralmente anti populares en Íbero América, implementaron otras herramientas para presionar y llegar al poder, con la conjunción de poderosos medios de comunicación para instalar “ideas correctas” neoliberales y fuertemente antinacionales, sumado a sectores del Poder Judicial, y la instalación de fuerzas políticas de nuevos nombres que ocultan viejas ideologías de liberalismo recargado. 

En ese contexto que afloró en las últimas dos décadas o poco más, resultan sintomáticas las fuertes presiones para instalar el voto electrónico, empezando por el bastión ultra conservador de la ex Capital Federal, con el objetivo de imponerlo en todo el país, contando con las presiones de la claque de otros dirigentes de ese sector político, como el exgobernador secesionista de Mendoza. 

Los pretextos de “modernidad” y de “agilidad operativa” para el conteo de votos, no logran ocultar que el sistema tradicional de votos de papel, ha demostrado un muy alto nivel de confiabilidad que impide o dificulta en grado sumo las operaciones de alteraciones o manipulaciones de resultados, confiabilidad y transparencia que no demuestra el sistema de voto electrónico. 

El Ing. Ariel Garbanz, experto en el tema, se refirió claramente a la posibilidad de alteraciones de resultados, siendo además evidente que las tareas de auditoría serían muy difíciles sino imposibles, por lo que el voto electrónico en los hechos pasaría a ser el sucesor del voto cantado del siglo XIX, como herramienta del establishment neoliberal. 

A eso se añaden las dificultades operativas para emitir el voto, por parte de personas adultas, no entendidas en el manejo electrónico. 

El desastroso desempeño del voto electrónico, en el bastión neoliberal de la CABA (ciudad de Buenos Aires), habría sido un escándalo de proporciones dantescas, si hubiera ocurrido en un distrito político bajo gobierno opuesto al neoliberalismo. Pero como sucedió en la sede de “los chetos de Recoleta”, los medios concentrados taparon rápidamente el impresentable tema. 

¿Para que cambiar el voto de papel, si funciona muy bien? 

¿O es que precisamente por eso se lo quiere cambiar? 

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Neuquén: debut para el voto electrónico

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Este domingo 10 de marzo, la provincia de Neuquén pone en marcha el calendario electoral 2019, con una doble novedad: será la primera en elegir Gobernador y lo hará -por disposición de su nueva ley electoral- a través del sistema de Boleta Única Electrónica (BUE). Marcelo Bermolén, especialista en Acceso a la Información Pública, Calidad Institucional y Transparencia Electoral y director del Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral, explica los puntos a tener en cuenta a la hora de evaluar la incorporación de este nuevo sistema de sufragio en el país:
¿Por qué se aplica esta modalidad de sufragio en Neuquén?

  • “Con un padrón habilitado de casi medio millón de neuquinos (493.700), la provincia elegirá los cargos de Gobernador y Vice. Mientras que en 119 localidades se votarán cargos provinciales, en 21 municipios (grandes y medianos) se elegirán intendente y concejales, en 10 localidades a integrantes de la Comisión Municipal, y en otras 21 al Presidente de la Comisión de Fomento. Algunos municipios decidieron desdoblar su calendario electoral y realizar la elección de intendente en conjunto con las elecciones nacionales de octubre próximo, tal es el caso de la ciudad de Neuquén”.
  • “Por disposición de la nueva Ley Electoral Provincial Nº 3053, sancionada el 14 de diciembre de 2016, los municipios mas pequeños (de tercera categoría) y las comisiones de fomento podrán utilizar de manera excepcional para esta elección la clásica boleta partidaria de papel. En consecuencia, convivirán en el territorio provincial ambos sistemas, BUE y boleta partidaria en papel, aunque éste ultimo de forma minoritaria. De un total de 1.541 mesas habilitadas, 1.397 lo harán con BUE (474.173 electores) y apenas 144 con boleta partidaria de papel (23.275 electores). En ambas modalidades habrá mesas para extranjeros”.
  • “El cargo de Gobernador se elige por voto directo, no existiendo -por tanto- segunda vuelta (ballotage). La ley electoral neuquina habilita el uso de listas colectoras que usarán la misma candidatura de Gobernador y Vice, pero ofrecerán listas diferenciadas de legisladores provinciales”.
  • “La ciudad de Neuquén ya había utilizado Boleta Única Electrónica (BUE) en anteriores comicios a nivel local, pero es la primera vez que el sistema se aplica en casi toda la provincia. Nuevamente, la empresa ganadora -y única oferente- ha sido MSA (Magic Software Argentina S.A.) quien ya realizara experiencias similares en CABA, Salta y Chaco, entre otras jurisdicciones. También la provincia de Córdoba modificó su ley electoral y habilitó la incorporación de tecnología a las diferentes etapas del proceso, estando prevista su aplicación parcial en las próximas elecciones a Gobernador”.

 
La mirada sobre un nuevo sistema, con sus fortalezas y debilidades

  • “A nivel mundial, solo cuatro naciones utilizan el denominado voto electrónico en toda su geografía para elegir autoridades a nivel nacional. Brasil y Venezuela en el subcontinente (con urna electrónica)  e India, listado al que se incorporó en enero de este año la República Democrática del Congo que utilizó -en un cuestionado proceso eleccionario- máquinas de BUE fabricadas en Corea del Sur. En EEUU algunos Estados, Condados y Alcaldías eligen autoridades nacionales con el sistema de voto electrónico -en sus diversas variantes-“.”Los sistemas de votación con incorporación de tecnología al momento de emitir el voto -o el instrumento de sufragio- se encuentran en franco retroceso a nivel mundial porque exponen a los ciudadanos al riesgo de que se vulnere el secreto de su voto”.
  • “No alcanza con repetir o insistir con el discurso de celeridad y transparencia que aportan las nuevas tecnologías y sus respectivos sistemas de aplicación. Deben reforzarse los controles sobre la seguridad de la información y la trasmisión de los datos”.
  • “Los órganos electorales encargados de controlar los desarrollos de las empresas -y su uso en los comicios- exteriorizan un evidente retraso en materia de equipamiento y cuadros técnicos idóneos, mientras que los partidos políticos carecen de fiscales informáticos entre sus formaciones. El resultado es -mucha veces- la confianza ciega en el proveedor y en sus técnicos”.
  • “El informe final de la auditoría realizada sobre la BUE por la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, a pedido del Tribunal Superior de Justicia de la CABA y entregado con posterioridad a la realización de las elecciones de 2015, constató -entre otras debilidades- que: “…el código fuente auditado tiene una gran cantidad de debilidades de distinto tipo (…) no sigue pautas de programación segura, ni hay una metodología o conjunto de convenciones unificadas en la escritura de las distintas partes del código…”. También, un reciente estudio encargado por el Ministerio del Interior al Conicet referido a la BUE recomendó no avanzar con la incorporación de ese sistema, al no poder garantizarse de manera concluyente el secreto, la auditabilidad y la integridad del mismo. Lo mencionado, no pone en duda la validez ni la efectividad de los resultados que se han generado en los comicios en los que se aplica o se ha aplicado la BUE. De hecho, no han existido mayores cuestionamientos a los mismos. Pero sería erróneo entender que la ausencia de controversias graves sobre los resultados finales constituya per se una garantía plena de la fortaleza del sistema y de la integridad del mismo”.
  • “Los países desarrollados han evitado, incluso en el último tiempo, la utilización de software para la transmisión de datos o el recuento provisorio de votos por temor a la injerencia externa y ataque de hackers entrenados por fuerzas foráneas a la elección”.
  • “Debe escucharse y atenderse sin limitaciones a los técnicos y expertos informáticos en sus observaciones a los sistemas de votación electrónica, abandonando la lógica de amigo/enemigo por el solo hecho de que algunos puedan expresar posiciones militantes de oposición al uso de las tecnologías”.
  • “Valorando al federalismo electoral que permite que cada jurisdicción adopte el sistema electoral que estime adecuado, y frente a la aceptación de que hay que cambiar y superar el sistema electoral que ha regido por décadas la vida de los argentinos, se requiere adoptar nuevos sistemas que aseguren la integridad electoral. Para ello es indispensable el pleno consenso político, diálogos abiertos, fluidos y plurales, tiempos apropiados para su implementación, buenos diagnósticos, Poderes Ejecutivos resignando su intervención -al menos- en el escrutinio provisorio de los comicios, la sanción de normativas desvinculadas a tecnologías específicas, y -aunque parezco obvio- contrataciones transparentes”.

 

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El Conicet recomendó no avanzar con el voto electrónico

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En un extenso análisis, las autoridades del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas aseguraron que no es recomendable que en el corto plazo se implemente un tipo de votación mediada por máquinas.

Luego de la polémica que se desató a comienzos de esta semana en las redes sociales ante la no publicación de un informe que habían solicitado desde el Poder Ejecutivo sobre el voto electrónico, finalmente el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) subió a su web el documento, en el que recomienda que no se implemente en el corto plazo ninguna manera de votación mediada por la tecnología.

Se recomienda no avanzar en el corto ni mediano plazo con la implementación de un sistema electrónico para la etapa de emisión de voto”, sintetiza el centro de investigaciones en la página 45 del informe (que se puede consultar completo al final de esta nota).

Además de indicar que no debería implementarse en el corto ni en el mediano plazo esta manera de votación, el informe sugiere “fomentar el desarrollo de RRHH y capacidades técnicas, e iniciar un plan de investigación que pueda aportar evidencia teórica y empírica de que los riesgos de este sistema puedan ser controlados“.

“Los factores de complejidad y confianza antes mencionados implican esfuerzo y programas a largo plazo, dado que deben fortalecerse capacidades y lograrse niveles de madurez que permitan desarrollar sistemas con la calidad necesaria particularmente, en lo referido a aspectos de seguridad e integridad”, remarcó el CONICET.

El CONICET sugirió también “iniciar un plan de investigación que pueda aportar evidencia teórica y empírica de que los riesgos de este sistema puedan ser controlados”.

El pasado 22 de octubre, poco después de haber cerrado las urnas, el jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, aseguró: “Esperemos que sea la última elección con boletas de papel”. Con esta afirmación, el funcionario nacional destinó un mensaje especial a los senadores, que tienen pendiente una reforma electoral que ya cuenta con media sanción de Diputados y que habilita la votación con boleta electrónica.

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Reforma Electoral: Especialistas quieren adoptar la boleta única de papel

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Lo expresaron especialistas en temas de transparencia electoral a través de una carta dirigida al Presidente Mauricio Macri donde también piden que el Ejecutivo ceda el manejo total del escrutinio al Poder Judicial.

Mauricio Macri promovió la boleta electrónica en CABA. Sin embargo, cuando intentó hacerlo a nivel nacional fracasó.
En la carta enviada al presidente Macri, se propone la utilización de la Boleta Única de Papel con el fin de garantizar “la integridad del sistema” de votación.
La solicitud surge ante la insistencia del jefe de Estado para reformar el sistema electoral, aunque en diversas oportunidades tanto Macri como sus principales funcionarios se manifestaron a favor del voto electrónico, que se utiliza en Salta y se usó en la ciudad de Buenos Aires en los comicios de 2015.
 
Organizaciones no gubernamentales y especialistas en materia electoral propusieron la adopción de la Boleta Única de Papel como pa rte de una reforma que cuente con “amplio consenso” y garantice “la integridad del sistema” de votación, en una carta dirigida al presidente Mauricio Macri.
El consenso buscado se alcanza solamente a través del sistema de la Boleta Única de Papel, que es el más extendido en el mundo y se ha aplicado con éxito en las provincias de Santa Fe y Córdoba.
También considera necesario quitarle al Poder Ejecutivo Nacional cualquier tipo de facultad en la administración electoral y entregar al Poder Judicial de la Nación la organización total del proceso.
“Creemos que esa reforma debe tener un amplio consenso en la ciudadanía, la academia, las organizaciones de la sociedad civil y los partidos políticos”, señala la propuesta de organizaciones como Poder Ciudadano, Directorio Legislativo, Ceppa y la Carrera de Ciencia Política de la UBA, ju nto a una veintena de expertos.
La Cámara Nacional Electoral, autoridad de aplicación de la legislación político-electoral en todo el país, se expresa desde 2007 en favor de cambios en el sistema de votación, posición que ratificó en la acordada extraordinaria 100 de agosto de 2015.
El debate sobre una reforma del sistema de votación involucra también al mundo de la política partidaria y en los últimos años puso en discusión opciones como el voto electrónico, la boleta única electrónica y la boleta única de papel.
Además, señalaron que “resulta imperioso, para garantizar equidad en la competencia, quitarle al Poder Ejecutivo Nacional cualquier tipo de facultad en la administración electoral, y entregar al Poder Judicial de la Nación la organización total del proceso electoral”.
En el texto, además, los especialistas aseguraron que la reforma prevista “debe tener un amplio consenso en la ciudadanía, la academia, las organizaciones de la sociedad civil y los partidos políticos”. En las elecciones de 2015, la Cámara Nacional Electoral se había manifestado en esta línea para avanzar hacia la Boleta Única en papel.
Macri volvió a destactar la necesidad de implemenar este tipo de reformas el pasado lunes 30/10, cuando relanzó su gestión en el CCK ante gobernadores y dirigentes de todo el arco político.
El voto electrónico es un sistema basado en la emisión de la Boleta Única. Consta de un equipo con una pantalla táctil, provista de un sistema de impresión y verificación, y una boleta de votación.
El votante debe introducir la boleta en la impresora de la máquina, seleccionar en la pantalla tá ctil su candidato y luego imprimir su elección en la Boleta Única Electrónica.
Durante el proceso de impresión de la boleta, se graba dicha información en forma digital en el chip que contiene la misma. Dicha información puede ser confirmada por medio de un verificador de voto, con solo acercar la boleta al mismo.
De esta manera, la máquina entonces solo registra en forma escrita y electrónica la información en la boleta electrónica.
¿Cómo fue la experiencia del voto electrónico en otros países?
En Alemania, el sistema se implementó en 2005 y cuatro años después dejó de utilizarse. Tras varias denuncias, la Corte Suprema de ese país declaró inconstitucional la utilización de urnas electrónicas porque vulnera la fiscalización del proceso electoral por personas sin conocimientos técnicos.
Según el fallo, el ciudadano común no tiene más remedio que confiar en la palabra de una empresa o, en el mejor de los casos, de un grupo de técnicos capacitados que le asegurarán que el sistema funciona correctamente.
En Holanda, se dejó de usar el voto electrónico en 2006 después de dos décadas. ¿Las razones? porque se comprobó la facilidad de violar el secreto del voto.
Ese año, un grupo de informáticos mostró cómo a 25 metros de distancia —y usando equipamiento accesible y barato— podía saberse a quién estaba votando alguien en la computadora usada a tal efecto.
Lo mismo ocurrió en Finlandia, se realizó una prueba del voto electrónico en tres municipios durante las elecciones de 2006. Sin embargo, esos comicios fueron anulados luego de que se detectaran fallas en la utilización del sistema.
Por su parte, el gobierno de Irlanda gastó en 2002 5 millones de euros en la compra de maquinarias y en estudiar el sistema. Dos años después, la comisión a cargo de analizar el sistema declaró que el mismo no era “capaz de garantizar la absoluta seguridad de la elección”. En 2012, el gobierno irlandés vendió las 7500 máquinas de voto electrónico.
 
En Estados Unidos el sistema se aplica desde hace años, pero las denuncias de hackeos y fallas se repiten en cada elección desde los comicios presidenciales de 2004, cuando George W. Bush ganó por un escaso margen.
En las últimas elecciones, diversos estados reportaron problemas para votar por máquinas defectuosas. En Utah, por ejemplo, los problemas de las máquinas para votar obligaron a los votantes a utilizar el voto de papel.
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