El actor estadounidense Leonardo DiCaprio destacó hoy el rescate y la recuperación de un yaguareté brasileño que fue introducido en los Esteros del Iberá, según publicó en su cuenta personal de Instagram.
DiCaprio, quien realiza aportes constantes a las labores de rewilding de especies amenazadas o extintas en diversas zonas del mundo, consideró hoy “un cambio esperanzador” la introducción al Iberá de un yaguareté que fue rescatado en 2019 en Brasil.
“De morir, a salvaje otra vez”, tituló el artista un posteo en Instagram con el que acompañó un video con imágenes del animal, bautizado Jatobazinho y que en 2019 fue rescatado del asedio de cazadores de una zona poblada del Pantanal brasileño.
“Hambriento y aterrorizado, su historia podría haber terminado allí fácilmente. @Rewilding_Argentina, la organización descendente de @Tompkins_Conservation, fue capaz no sólo de salvar a este jaguar llamado Jatobazinho, sino de reescribir completamente su historia a través de la reconstrucción”, indicó el actor.
“Y este cambio esperanzador -dijo- es solo uno de muchos”.
Así, recomendó la lectura del último capítulo de la historia de Jatobazinho en el nuevo mapa de historias de rewilding de Tompkins Conservation, “para averiguar cómo el rescate de un solo individuo y la reconstrucción de una especie pueden ayudar a restaurar todo un ecosistema”, subrayó DiCaprio.
En octubre de 2019 el animal al que el actor hizo referencia fue introducido en el ecosistema Iberá a partir de un trabajo de la Fundación Rewilding Argentina.
Se estima que sobreviven menos de 20 yaguaretés en el Chaco argentino, y el único que es monitoreado en forma permanente y utilizando tecnología satelital es Qaramta, quien habita el Parque Nacional El Impenetrable.
Recientemente, en una misma semana, dos nuevos yaguaretés machos fueron registrados en Chaco, a orillas del río Bermejo, mediante increíbles videos realizados con cámaras trampa. Un registro fue logrado por nuestro equipo en el Parque Nacional El Impenetrable y el segundo por el equipo del Proyecto Yaguareté (CeIBA-CONICET) en una establecimiento productivo privado que destina parte de sus bosques a la conservación del monte. Estos hallazgos resaltan la importancia del Río Bermejo como corredor de conservación para la vida silvestre, donde deben extremarse las medidas de protección de los bosques y la fauna.
Ahora, el gran desafío es capturar a ambos yaguaretés para colocarles un radiocollar satelital como el que usa Qaramta desde 2019. Esto permitirá conocer más sobre sus costumbres, protegerlos de actividades ilegales de caza y desarrollar proyectos de recuperación de la especie, tal como se ha hecho con Qaramta.
La situación del yaguareté en Argentina es crítica y estos nuevos individuos registrados representan una gran oportunidad y esperanza para la conservación de la especie.
Por Griselda Acuña, Red Argentina de Periodismo Científico. El Proyecto Yaguareté (CeIBA-CONICET), de Argentina, y el Projeto Onças do Iguaçu, de Brasil, llevan adelante por estos días y hasta diciembre inclusive un relevamiento de la población de yaguaretés en el corredor verde que comparten ambos países que atraviesa el norte de Misiones.
El estudio se realiza cada dos años y busca obtener información actualizada sobre la especie que representa un emblema de la selva paranaense. El último monitoreo en 2020 arrojó una estimación promedio de 90 yaguaretés en la zona señalada que comprende 500 mil hectáreas.
“Hacemos un relevamiento con cámaras trampa para ver la abundancia de yaguaretés. El primero fue en 2003 y desde ahí lo hacemos cada dos años y el área que cubrimos es el norte de Misiones, desde la zona de la ruta 18, la reserva de vida silvestre Urugua í, el Parque Nacional Iguazú del lado argentino como el Parque do Iguazu del lado brasileño, el Parque Puerto Península, Parque Urugua Í, también en territorio argentino. Cubrimos un área muy grande en colaboración con un equipo de científicos brasileños”, explicó a Télam-Confiar Agustín Paviolo, biólogo y coordinador de Proyecto Yaguareté.
Paviolo, quien está en pleno trabajo de campo, es el encargado de trasladar las cámaras trampa y adecuar las estaciones a través de cuya tecnología se registra el paso del animal.
“Inicialmente (2003/2005) la cantidad de felinos en esta zona era una población muy disminuida. La estimación era de 40 animales en toda la provincia y el Parque Nacional de Brasil. Lo consideramos un mismo terreno porque los yaguaretés van y vienen, usan ambos países. Cuando dimos a conocer el primer informe, la situación era preocupante porque la especie estaba en peligro crítico de extinción. A partir de ahí diferentes instituciones de la provincia y Nación fuimos trabajando y a lo largo de los años la población se fue incrementando hasta que en 2018 el estudio arrojó que la población era de 105 animales, así que en quince años duplicamos la cantidad de felinos”, señaló el investigador.
Respecto al terreno detalló que “es de los relevamientos más grandes que se hacen a nivel mundial para estimar la abundancia de la especie: son 500 mil hectáreas, es un área gigantesca; el análisis de datos lleva algunos meses más, así que en marzo o abril estarán los resultados”.
“Está previsto en este muestreo colocar 250 estaciones”, sostuvo Paviolo al tiempo que precisó cómo se realiza la tarea en campo: “Nuestro equipo coloca las cámaras trampa en un tiempo de tres meses, aproximadamente; lo que hacemos es en un mes colocamos dos cámaras en un punto para ver ambos flancos del animal (fotografiarlo) y al mes siguiente movemos esas cámaras a otro punto y así, hasta completar 250 puntos muestreados”.
Las fotos se registran y se clasifican para luego contabilizar los yaguaretés. Una característica es que tienen manchas distintas entre sí, entonces los científicos al momento de procesar la información eligen alguna de esas manchas identificatorias y le colocan nombres.
“Esa es la dinámica; es un trabajo que requiere muchísimo esfuerzo, más de 10 mil kilómetros por cada muestreo sólo del lado argentino. Del lado brasileño otros tantos kilómetros, donde se colocan cámaras en lugares muy inaccesibles, incluso se usan helicópteros para ingresar a ese lugar. Somos aproximadamente quince personas trabajando, diez del lado argentino y cinco del vecino país. Hay que destinar muchos recursos”, reconoció el científico.
El trabajo binacional cuenta además con el apoyo de Parques Nacionales, Fundación Vida Silvestre, la empresa Arauco, el Gobierno de la provincia de Misiones, entre otras instituciones.
“Después viene todo un trabajo de preparación y procesamiento de datos. Hay que ver las fotos y qué salió, también se ve otra fauna además de yaguaretés. Para tener una idea, en el muestreo 2020 sólo del lado argentino obtuvimos 500 mil fotografías y hay que verlas una por una, clasificarlas, y analizarlas. Es mucho trabajo de campo y de análisis”, indicó.
Deforestación y caza furtiva
“Creo que hemos avanzado mucho pero hay cosas por hacer. Tenemos problemas de atropellamiento, hay que buscar un mejor diseño de las rutas o instalar pasafaunas, disminuir la velocidad. Pero también hay un problema muy grave en Misiones que es la caza furtiva, eso no disminuye y representa hoy el gran problema en la provincia”, aseveró Agustín Paviolo y en esa línea mencionó el impacto negativo de la deforestación.
“No es una tasa muy grande de deforestación pero todavía se pierde algo de selva y hemos visto que se pierde en áreas claves del Corredor Verde y eso hizo que se pierda conectividad y a eso hay que prestarle atención, al ordenamiento territorial. En la ruta 14, la ruta 15, la ruta 18, ruta 20 son puntos calientes de deforestación en la provincia aunque no es tan terrible como en Chaco. Son sobre todo en áreas donde se asfaltan las rutas y se vuelve más accesible para los humanos permitiendo desarrollar actividades productivas que implica la eliminación de la selva”, describió.
La edición 2022 del Informe Planeta Vivo enfatiza la velocidad y la escala del impacto negativo que las actividades humanas tienen en la naturaleza, manifestadas en el descenso promedio del 69% en la abundancia de las poblaciones de mamíferos, reptiles, aves, peces y anfibios de todo el mundo. Además, este informe de WWF (Organización Mundial de Conservación) que se publica cada dos años, confirma nuevamente que es en Latinoamérica y el Caribe -una de las regiones más biodiversas del planeta-, en donde se registra el declive regional másalto, con una disminución del 94% en las poblaciones monitoreadas.
El Informe Planeta Vivo publicado en todo el mundo por WWF -organización que Fundación Vida Silvestre Argentina representa en nuestro país- deja en claro el crudo panorama del estado de la biodiversidad y advierte urgentemente a los gobiernos, las empresas y al público a tomar medidas transformadoras que reviertan su destrucción.
Asimismo, remarca que el mundo enfrenta una doble emergencia inducida por los seres humanos, compuesta por la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, que amenazan el bienestar de la humanidad. “De la misma forma que es necesario disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, es urgente revertir la pérdida de biodiversidad y el declive y degradación de los ecosistemas. El Informe nos da información esencial para restablecer nuestra relación quebrada con el mundo natural y muestra lo apremiante que es integrar principios de justicia ambiental y social en el centro de los cambios. En el marco de la próxima conferencia de biodiversidad COP15 de la ONU, es prioritario impulsar un plan global que, como el Acuerdo de París, tenga como meta revertir las pérdidas y mejorar la salud de las poblaciones silvestres y los ecosistemas”, destacó Luis Germán Naranjo, director de Conservación de WWF Colombia.
En el informe se muestran los resultados del monitoreo a casi 32.000 poblaciones de 5.230 especies del planeta y ofrece la imagen más nítida sobre su evolución con que se cuenta hasta ahora. El parámetro de medición es el Índice Planeta Vivo (IPV), el cual hace un seguimiento de la abundancia en poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios. La relevancia de las tendencias registradas es que muestra una instantánea de los cambios en los ecosistemas y alerta sobre su estado de salud. De igual forma, el IPV permite observar medidas de éxito cuando se aplican políticas de conservación adecuadas.
En cuanto a especies, las poblaciones de agua dulce muestran un mayor descenso general en el ámbito mundial con un 83%. Por citar un ejemplo, una de las poblaciones evaluadas es el delfín rosado del Amazonas, que sufrió una disminución del 65% debido al aumento de la pesca selectiva, así como a las presiones impuestas por el rápido crecimiento de la población humana.
La mitad de los corales del planeta se han perdido, lo que genera impactos negativos en otras especies, ya que albergan 1/4 de todas las especies marinas y dan soporte a una compleja cadena trófica que nos incluye. Así también, la abundancia en el mundo de 18 de las 31 especies de tiburones y rayas oceánicas se han reducido un 71% en los últimos cincuenta años. En clave local, en el Mar Argentino existen unas 12 especies de grandes tiburones, presentes tanto en las costas, en mar abierto, como en las profundidades. Entre ellos el Escalandrún, uno de los representantes por excelencia de nuestras costas, que en la actualidad se encuentra en peligro crítico de extinción.
Los principales factores directos identificados como responsables de la degradación de los sistemas terrestres, marinos y de agua dulce son los cambios de uso del suelo, la sobreexplotación de la flora y la fauna, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras. El Informe sostiene que la doble crisis ambiental se puede mitigar con el aumento de los esfuerzos de conservación y restauración, la producción y el consumo de alimentos de forma más sostenible, y la rápida y profunda descarbonización de todos los sectores. Los 89 autores que participaron en la redacción e investigación de este informe piden a los responsables políticos que transformen las economías para que los recursos naturales se valoren adecuadamente. Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina, reforzó que “necesitamos con urgencia pasar a prácticas sostenibles en la agricultura y los sistemas alimentarios, como también en la pesca, energía y minería, hasta en la infraestructura y la construcción. Es preciso que los gobiernos se comprometan con acciones ambiciosas y transformadoras en estos sectores productivos claves, para asegurar un planeta positivo para la naturaleza para 2030”.
América Latina, región de alta prioridad
El Informe remarca que las tendencias de abundancia de fauna silvestre varían según regiones, siendo las tropicales las que están sufriendo un mayor declive. Asimismo, las nuevas técnicas de análisis cartográfico sugieren que hay zonas que tienen una alta probabilidad de impacto en la vida silvestre por amenazas como la agricultura o la tala y por su alta riqueza en especies. La deforestación en las zonas tropicales genera emisiones de carbono y conduce a climas locales más cálidos y secos, incrementando la cantidad de sequías y de incendios y, dependiendo de su magnitud, reduce las precipitaciones y modifica sus patrones globales. Por tanto, esto es perjudicial para el clima, la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de millones de personas en todo el mundo. La contribución de los bosques a la seguridad alimentaria y nutrición exige una mayor atención en políticas forestales, ya que su deterioro se traducirá en una reducción de la productividad agrícola. En ese sentido, se identificaron diez áreas de alta prioridad para la mitigación de riesgos, algunas de estas en América Latina: la cuenca del Amazonas (que está constituida por todos los ríos que drenan al río Amazonas); el bosque Atlántico (ubicado en Argentina, Brasil y Paraguay); y el norte de los Andes hasta Panamá y Costa Rica. En lo que respecta al Bosque Atlántico en nuestro país (conocido como selva misionera),un análisis de la cobertura de uso del suelo de los últimos 37 años indica que en Argentina se perdió casi el 20% de los bosques que existían en 1985 (aproximadamente 305 mil hectáreas).
A su vez, se destaca que las tierras que ocupaban estos ecosistemas actualmente se destinan a agricultura (60%), forestaciones (27%) y pasturas (10%).
En este ecosistema aún sobrevive menos del 1% de la población de yaguaretés que se estima que existieron en la región antes de la llegada de los europeos. Las estimaciones poblaciones de 2020 indican que son aproximadamente entre 76 y 106 los yaguaretés (con una media de 90) que habitan el Bosque Atlántico. En la mayoría de las áreas donde persiste, sus densidades poblacionales son muy bajas y la extinción local podría ser inminente si no se toman acciones urgentes que reviertan esta situación.
Otra de las áreas más amenazadas de nuestro país es el Gran Chaco, ecorregión compartida con Paraguay, que se encuentra entre los sitios con mayor deforestación del mundo. En las últimas décadas perdimos el 30% de los bosques chaqueños y se siguen destruyendo sus ambientes naturales y su biodiversidad a un ritmo alarmante.
El Informe Planeta Vivo destaca también la situación en la Amazonía, el bosque tropical más grande y con mayor diversidad biológica y cultural del mundo, cuya cuenca se encuentra degradada en un 17%.
Derecho a un ambiente sano De particular relevancia en la edición 2022 del Informe, concebido para impulsar la acción y la reflexión, es el papel que se le concede a los derechos humanos como desencadenante de cambios sociales transformadores. En el documento se identifica el colapso climático, la pérdida de naturaleza, la contaminación y la pandemia de Covid-19 como situaciones bisagra que han puesto en crisis los derechos humanos, y celebra que la Asamblea General de la ONU haya reconocido, en julio pasado, el derecho de las personas a un ambiente saludable.
En más de 80 países en donde se reconoció el derecho a un ambiente sano, se obtuvo como resultado la creación de leyes y políticas ambientales más firmes, como también una mejor implementación, una mayor participación de la sociedad y, lo más importante de todo, un mejor rendimiento ambiental. Es un catalizador de cambios sistémicos, que la ciudadanía lo ha usado para proteger a las especies amenazadas y los ecosistemas en peligro.
“La humanidad buscó descubrir la naturaleza, para luego dominarla. Hoy sabemos que la supervivencia de nuestra especie y de todas las que habitan el planeta, depende de nuestra capacidad de revertir ese paradigma y reforzar los esfuerzos para conservarla, restaurarla y regenerarla”, concluyó Manuel Jaramillo, director general de Vida Silvestre.
2022 parece ser el año de los nacimientos de yaguaretés en el Parque Iberá. Después de un 2021 en el que liberamos a los primeros ejemplares, los primeros nacimientos en completa libertad comienzan a registrarse en estos meses. Al nacimiento de los cachorros de Arami se suman ahora dos nuevos cachorros de Mariua. Con estos dos cachorros, ya son doce los yaguaretés que viven en libertad en los Esteros del Iberá, donde estaban extinguidos hasta hace una década.
Como en ocasiones anteriores, la acumulación de puntos de posición enviada por el GPS de su collar durante varias semanas nos daba el indicio que Mariua habia parido, situación que pudimos confirmar hace poco mediante videos obtenidos con cámaras trampa, en los que se la ve junto a dos hermosos cachorros.
El lugar elegido por Mariua es un monte ubicado en un lugar bastante inaccesible, al que se puede visitar en jornadas que demandan varios días a caballo. Este lugar se encuentra relativamente cerca de las casas de Ramón Correa y Nicasio Cardozo, los dos únicos pobladores que quedan de lo que en el pasado fue un próspero paraje del interior de los esteros.
Don Correa y Don Cardozo son “vecinos” y activos colaboradores del proyecto. Sin su ayuda no se habría podido llegar al sitio de parición. Por esta razón, esta vez serán ellos lo que elijan los nombres de los cachorros.
“Cada nacimiento que se produce en Iberá nos llena de alegría y emoción, reafirma que Corrientes le está torciendo el brazo a la extinción y posiciona a Iberá y Argentina como ejemplo de restauración de ambientes a través del rewilding a nivel mundial”, señalaron desde la organización que fundó Douglas Tompkins.