El problema de fondo
El problema de ir al Fondo es que los problemas de la economía no se solucionan. La mayoría de las veces, por el contrario, empeoran. La Argentina tiene una larga historia con los préstamos con el Fondo Monetario Internacional. Desde el primero, con Arturo Frondizi, una sola vez el país pudo desprenderse, entre 2005 y 2018. La Dictadura de Onganía, 225 millones. La de 1976, 850 millones, más un stand by de 1500 millones de dólares. Raúl Alfonsín, cinco acuerdos. Carlos Menem, otros cinco. El último de esta serie fue en 1998, por U$S 2800 millones. El auxilio del FMI no le alcanzó para sobrevivir a la fugaz alianza encabezada por De la Rúa.
Néstor Kirchner canceló la deuda en 2006.
Mauricio Macri volvió en 2018 con un récord para el país y el propio FMI de 57 mil millones de dólares. Ahora Milei vuelve a pedir un auxilio que se estima será de 20 mil millones de dólares. Los problemas que se iban a solucionar, se agudizaron. La deuda quedó. Sorprende que se repitan los pedidos de “confianza” y promesas de estabilidad y crecimiento.
De la Rúa prometía eso después del Blindaje y el Megacanje, que resultó en una histórica estafa a las arcas públicas. Macri, aún con el espaldarazo de Christine Lagarde, vio cómo su gobierno se derrumbó inmediatamente después y fracasó en las elecciones en las que buscaba ser reelecto.
Pese a que en los últimos 25 años la Argentina estuvo 12 años sin créditos del FMI, fue el período que más deuda se tomó. Dos apellidos reinciden, con miles de millones de dólares de deuda como legado. Tras el Blindaje de 39.700 millones de dólares de De la Rúa, llegó el Megacanje, una alquimia financiera que multiplicó la deuda externa. Uno de los gestores era Federico Sturzenegger, secretario de Política Económica del “salvador” Domingo Cavallo.
Con esa operación, el país sufrió un perjuicio valuado en 55.000 millones de dólares. La deuda no bajó.
En 2018 Sturzenegger era el presidente del Banco Central de Macri. El que negoció el auxilio récord del FMI fue Luis Caputo, por entonces ministro de Finanzas de Mauricio Macri. Fueron 40 mil millones iniciales. Extendidos después de 57 mil millones de dólares. Caputo renunció. Macri perdió las elecciones en medio de una feroz crisis.
“El nivel de respaldo que vamos a tener en unos días sobre los pasivos del Banco Central no lo hemos tenido nunca ni siquiera en la Convertibilidad”, explicó el mismo Caputo, ahora como ministro de Economía de Milei, tras confirmar el pedido de 20 mil millones de dólares para engordar reservas y “dar tranquilidad” al sistema financiero, sumados a otros préstamos en trámite con otros organismos financieros internacionales por 5000 millones, equivaldrían a un respaldo extra para las reservas internacionales de 25.000 millones. Todas esas sumas para llevar tranquilidad a un mercado que está inquieto y absorbe dólares sin pausa: se perdieron 1.445 millones de dólares en las últimas nueve jornadas.
Sin embargo, el propio FMI puso paños fríos ante tanto optimismo. Confirmó las negociaciones, pero no el monto ni los plazos de desembolsos. Tampoco la letra chica de las exigencias.
“Exactamente lo mismo, pero más rápido”, prometía Macri en una entrevista con Mario Vargas Llosa al responder qué haría si volvía al poder. La profecía se está cumpliendo. La desregulación económica de la mano de Sturzenegger, -los productores yerbateros la sienten en carne propia-, el ajuste y la “apertura” de la economía, llegaron en forma acelerada de la mano de Javier Milei.
También, de forma acelerada, la necesidad de pedir auxilio al FMI. Macri tardó más de dos años para pedir el préstamo más alto de la historia argentina y del propio FMI. Milei demoró poco más de un año para necesitar del salvavidas financiero, a pesar de las ácidas críticas previas a los gobiernos anteriores y al propio organismo financiero. Hace nada Milei decía esto: “Idiota… en mi mundo no existe el FMI. Y si yo fuera gobierno no hubiera caído en el FMI porque propuse un ajuste consistente y a otra velocidad“. El vocero y ahora candidato, Manuel Adorni, planteaba que “tener que recurrir al FMI solo deja en evidencia el rotundo fracaso del Gobierno. Argentina, un país”.
La velocidad puede hacer perder la perspectiva. El salario mínimo hoy tiene menos poder de compra que en 2001. En el primer año de Milei en el Gobierno, la intermediación financiera fue el sector de la economía al que mejor le fue, con un crecimiento del 25,7 por ciento interanual. No es casualidad. Como en otros momentos en los que se buscó el auxilio al FMI, la Argentina carece de un plan de desarrollo integral y sustentable. El RIGI no lo es, aunque atraiga millonarias inversiones a cambio de la extracción de recursos naturales valiosísimos. No genera distribución ni riqueza interna.
Una de las principales economías de Misiones sufre en carne propia ese desdén. La yerba mate atraviesa una crisis por la desregulación que no encuentra eco en los funcionarios nacionales que como respuesta atinan a recomendar que los productores “se dediquen a otra cosa”.
Es la Provincia la que tiene que hacer frente a las consecuencias de las políticas económicas nacionales, aunque sea una tarea titánica.
Según el último informe de coyuntura regional elaborado por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea, la actividad económica en la región cayó, en promedio, un 8% durante 2024, revirtiendo el crecimiento logrado durante la pospandemia y exhibiendo con crudeza el efecto combinado de la desregulación, la caída del salario real, el ajuste fiscal y las asimetrías fronterizas.
En Misiones, la pérdida de competitividad relativa en precios frente a Paraguay y Brasil derivó en una caída pronunciada del comercio minorista y un aumento de las compras de argentinos en Encarnación y ciudades brasileñas. El informe señala que “la menor brecha entre el tipo de cambio oficial y el blue/paralelo” fue determinante para la caída interanual de -8,7% en Misiones, a pesar de que la estacionalidad de la cosecha de yerba mate amortiguó parcialmente el impacto.
Por eso resultan vitales los esfuerzos del Gobierno en sostener el consumo. Los programas Ahora mejorados, con mayores límites de financiamiento y cuotas, sirven para contener las compras dentro de las fronteras y cuidar el empleo. En paralelo, el gobernador Hugo Passalacqua anunció la extensión de líneas de crédito con tasas blandas para el sector productivo y pequeñas y medianas empresas.
Misiones está sobrellevando los efectos de la crisis con bastante solvencia, aunque no es inmune a sus efectos. De todos modos, mantiene los mejores indicadores laborales del NEA y sostiene las tasas de actividad y empleo más altas de la región desde hace siete años. Además, la desocupación se mantiene por debajo del promedio regional, reflejando estabilidad y crecimiento.
En los próximos días habrá novedades con el plan de trazabilidad, que ya se está poniendo a prueba en secaderos y molinos que aceptaron colaborar con el sistema diseñado por el gabinete económico para determinar de punta a punta el negocio yerbatero, volúmenes, márgenes de ganancia y rentabilidad. Esta semana se inició la cosecha, con ofertas promedio de 300 pesos por kilo de hoja verde, lo que logró descomprimir la tensión yerbatera, aunque la solución de fondo está lejos de ser alcanzada. El molino don Omar en Andresito, rompió la resistencia con 301 pesos de oferta. Algunos pagan 305. En Corrientes, Las Marías se quedó en 265. Algunos productores estiman en 400 pesos el valor ideal para la zafra que se inicia. La Provincia mantiene el objetivo de fijar el precio de la hoja verde en 50 centavos de dólar.
El único espacio político en buscar soluciones a la problemática de la yerba fue la Renovación. El resto se desentendió del problema. Los que ahora se enrolan en “Juntos por el Futuro”, promovieron la desregulación cuando eran “Juntos por el Cambio”. Los libertarios entienden que el libre mercado todo lo puede: “¿Por qué el Estado debe proteger a los yerbateros y no a los abogados?”, ironizó el ultraderechista jefe de la Agencia Territorial de la Secretaria de Trabajo, Héctor Franco.
Son posiciones que permiten determinar posiciones de cara al 8 de junio, en las elecciones legislativas provinciales. La Renovación sorprendió al revelar los nombres de casi la mitad de la lista de diputados provinciales. La nómina será encabezada por Sebastián Macías, presidente de Vialidad Provincial. El joven sucesor de Lalo Stelatto en el organismo tiene larga experiencia en la gestión que llega a cada rincón de la provincia y un compromiso social de años. Será acompañado por Paula Franco, joven abogada y contadora, directora del Silicon Misiones, también con amplia trayectoria en la gestión pública. Actualmente es coordinadora estratégica del Gobierno Inteligente, desde donde se definen políticas de innovación tecnológica de la provincia.
La territorialidad está dada por la presencia de los intendentes Fátima Cabrera -de General Urquiza- y Roque Soboczinski, de El Soberbio. El blend se nutre con Arihatne Bahr y Juan Manuel Rodríguez, de pensamientos libertarios. Desde el área ambiental se incorpora Fernando Santacruz, licenciado en Relaciones Internacionales y actual subsecretario de Economía Circular del Ministerio de Cambio Climático. Además, se confirmó la participación de Horacio Martínez, abogado, concejal posadeño y ex presidente del Concejo Deliberante de la capital provincial.
La estrategia del Frente Renovador apunta a consolidar una nueva generación política con identidad propia. Según fuentes cercanas al espacio, se trata de “misioneros con cultura renovadora, despojados de mandatos verticales, con una mentalidad abierta, independiente y superadora de viejos odios y disputas partidarias”.
Los demás nombres se irán conociendo en los próximos días. En la oposición, en contraste, no hay ninguna certeza. Los libertarios “puros” no tienen nombres definidos y hay severos cuestionamientos a los dirigentes designados por Karina Milei. La alianza “por el futuro” está en shock por el inicio del juicio a Germán Kiczka, un ex hombre de Cambiemos. La alianza sobrevivió sin Activar, ya que el partido que lo cobijaba de la mano de Pedro Puerta, su amigo y socio político, decidió no participar. Todavía radicales y macristas no tienen candidatos oficiales y es probable que la lista sea encabezada por un dirigente “outsider” que no sea PRO ni UCR. El peronismo kirchnerista tiene a Héctor “Cacho” Bárbaro y negocia con el intendente de Colonia Aurora, Carlos “Cali” Goring.