
Trump presiona a Ucrania para aceptar un plan de paz que favorece a Rusia
Estados Unidos propone un acuerdo que obliga a Ucrania a aceptar la reescritura de su frontera y a renunciar a su esperanza de ingresar finalmente en la OTAN.
Por David E. SangerMichael D. Shear y Mark Landler, New York Times. El presidente Donald Trump y sus principales asesores exigieron el miércoles que Ucrania aceptara una propuesta diseñada por Estados Unidos que, en esencia, concedería a Rusia todo el territorio que ha ganado en la guerra, a la vez que solo ofrecería a Kiev vagas garantías de seguridad.
El plan estadounidense, que también impediría explícitamente a Ucrania ingresar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, fue rechazado por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cuya larga disputa con Trump estalló hace dos meses en el Despacho Oval. La propuesta también parece pedir que Estados Unidos reconozca la toma de Crimea, región de Ucrania, por parte de Rusia en 2014.
“No hay nada de qué hablar. Esto viola nuestra Constitución. Este es nuestro territorio, el territorio del pueblo de Ucrania”, dijo Zelenski.
Trump replicó en las redes sociales que el presidente ucraniano estaba siendo “incendiario” y dijo que solo “prolongaría el ‘campo de exterminio’”.
Trump sugirió que la propuesta estaba a punto de ser aceptada por el presidente de Rusia, Vladimir Putin. “Creo que tenemos un acuerdo con Rusia”, dijo a los periodistas en la Casa Blanca. El problema, sugirió, era Zelenski.
“Pensé que sería más fácil tratar con Zelenski”, dijo. “Hasta ahora es más difícil”.
El vicepresidente JD Vance habló con el mismo tono durante un viaje a India.
Dijo que Estados Unidos “se retiraría” del proceso de paz si tanto Ucrania como Rusia se negaban a aceptar las condiciones estadounidenses. Sin embargo, era claro que el mensaje era para Zelenski.
“Hemos extendido una propuesta muy explícita tanto a los rusos como a los ucranianos, y ha llegado el momento de que digan sí o de que Estados Unidos se retire este proceso”, dijo Vance a los periodistas. “La única manera de detener realmente la matanza es que ambos ejércitos bajen las armas, congelen este asunto y se dediquen realmente a construir una mejor Rusia y una mejor Ucrania”.
No estaba claro si los anuncios estadounidenses formaban parte de una campaña de presión para obligar a Zelenski a hacer concesiones territoriales o si estaban diseñados para crear un pretexto para abandonar el apoyo estadounidense a Ucrania.
Pero Estados Unidos se está conformando esencialmente con un acuerdo que favorece al agresor en la guerra, que obliga a Ucrania a aceptar la reescritura forzosa de su frontera y a renunciar a su esperanza de ingresar finalmente en la OTAN, como han hecho otras ex repúblicas soviéticas.
Los aliados europeos, que en las últimas semanas han prometido más apoyo militar y económico a Zelenski, han acusado a Trump de estar cambiando de bando en la guerra, y de que su verdadero objetivo es dejar de lado a Ucrania y encontrar una forma de normalizar las relaciones estadounidenses con Moscú. Trump y sus principales ayudantes ya han empezado a discutir la posibilidad de levantar las sanciones a Rusia y de llegar a acuerdos energéticos y minerales con Putin.
Sean cuales sean los motivos de Trump, lo ocurrido el miércoles señaló el posible abandono del compromiso estadounidense con Zelenski de que Estados Unidos nunca entablaría conversaciones que excluyeran al país de determinar su propio destino.
Aunque Estados Unidos no hizo público el texto de su propuesta, los funcionarios europeos que lo han visto afirman que, según sus términos, Estados Unidos reconocería Crimea —de la que Putin se apoderó ilegalmente en 2014— como territorio ruso. Aunque la península formó parte de Rusia durante cientos de años, fue cedida a Ucrania por el dirigente soviético Nikita Jruschov hace casi siete décadas.
En su publicación en redes sociales, Trump dijo que no estaba pidiendo a Zelenski que reconociera a Crimea como territorio ruso, aunque el plan estadounidense exigiría que Washington lo hiciera.
“Nadie está pidiendo a Zelenski que reconozca Crimea como territorio ruso, pero, si quiere a Crimea, ¿por qué no lucharon por ella hace once años, cuando fue entregada a Rusia sin que se disparara un tiro?”, escribió Trump.
Hace solo tres años, Marco Rubio, entonces senador y ahora secretario de Estado de Trump, copatrocinó una enmienda para prohibir que Estados Unidos reconociera jamás cualquier reivindicación rusa de soberanía sobre partes de Ucrania de las que se hubiera apoderado.
“Estados Unidos no puede reconocer las reivindicaciones de Putin o nos arriesgamos a establecer un peligroso precedente que otros regímenes autoritarios, como el Partido Comunista Chino, puedan imitar”, dijo entonces, en alusión a Taiwán.
Ahora Rubio se ha convertido en defensor del planteamiento de Trump, aunque Ucrania tenga que ceder el 20 por ciento del país a Putin y conceder al líder ruso la mayoría de sus objetivos bélicos.

Trump ha tomado otras medidas para apaciguar a Putin. Ha desmantelado o neutralizado unidades del Departamento de Estado y del Departamento de Justicia encargadas de reunir pruebas de posibles crímenes de guerra cometidos por Rusia, entre ellos la matanza de civiles en Bucha, a las afueras de Kiev, poco después de la invasión rusa.
No está claro qué ocurrirá si Zelenski se niega a ceder. Trump ha sugerido que simplemente se lavaría las manos en el esfuerzo de paz —que una vez dijo que se podía resolver en 24 horas— y, en palabras de Rubio, “pasar a otra cosa”.
Estados Unidos ya ha limitado sus envíos de armas a Ucrania, aunque algunas siguen pasando. Y se ha reanudado el intercambio de información de inteligencia estadounidense, tras una pausa temporal para presionar a Kiev para que acudiera a la mesa de negociaciones.
Pero Trump siguió esforzándose por menospreciar al líder ucraniano, que en su día fue vitoreado por legisladores de ambos partidos que lo comparaban con Churchill. “La situación de Ucrania es terrible”, escribió Trump. “Puede tener Paz o, puede luchar otros tres años antes de perder el país”.
El miércoles por la tarde, Yulia Svyrydenko, ministra de Economía ucraniana, también prometió que su país “nunca reconocerá la ocupación de Crimea”. En la red social X, dijo que “Ucrania está dispuesta a negociar; pero no a rendirse. No habrá ningún acuerdo que brinde a Rusia las bases más sólidas que necesita para reagruparse y volver con mayor violencia”.
Vance dijo a los periodistas en India que, según la propuesta estadounidense, “vamos a congelar las líneas territoriales a un nivel cercano al que están ahora”.
“Las líneas actuales, o en algún lugar cercano a ellas, es donde en última instancia, creo, se van a trazar las nuevas líneas en el conflicto”, añadió. “Ahora, por supuesto, eso significa que tanto los ucranianos como los rusos van a tener que ceder parte del territorio que poseen actualmente”.
El miércoles, un portavoz del Kremlin acogió con gusto las declaraciones de Vance.
“Estados Unidos continúa sus esfuerzos de mediación y, desde luego, los recibimos con agrado”, dijo el portavoz, Dmitri S. Peskov. “Nuestras interacciones continúan pero, sin duda, hay muchos matices en torno al acuerdo de paz que deben discutirse”.
La agresiva presión del gobierno de Trump para llegar a un acuerdo representa un duro golpe para los líderes europeos, quienes han pasado las últimas semanas intentando apoyar a Ucrania mediando en las conversaciones de paz con Estados Unidos. El primer intento ocurrió la semana pasada en París y estaba previsto que el miércoles comenzara otra sesión en Londres, antes de que Rubio anunciara el martes por la noche que ya no asistiría.
La decisión de Rubio de cancelar su asistencia tomó desprevenido al gobierno del Reino Unido, según un funcionario británico que dijo que el ministro de Asuntos Exteriores David Lammy había tenido la plena certeza de que el secretario de Estado iba a estar en Londres el miércoles.
Diplomáticos de menor rango del Reino Unido, Francia, Alemania, Ucrania y Estados Unidos sí se reunieron para mantener conversaciones técnicas. Sin embargo, la ausencia de Estados Unidos hizo temer que Ucrania y Europa quedaran marginadas, ya que el gobierno de Trump parecía estar trabajando principalmente con Rusia.
Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, dijo el martes que está previsto que Witkoff viaje a Moscú esta semana.
Andriy Yermak, jefe de gabinete del presidente ucraniano, llegó a Londres el miércoles por la mañana para asistir a las conversaciones reducidas junto con los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores de su país.
“A pesar de todo”, escribió en la plataforma de redes sociales X tras su llegada, “seguimos trabajando por la paz”.