Una campaña de espejos

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Lejos de la intrascendencia que se pretende atribuir a las elecciones de agosto, las primarias serán el primer balance de un contraste de modelos con la economía como elemento diferenciador para la toma de decisiones.

El Gobierno basará su campaña en lo que considera logros de la gestión, como la salida del cepo, la baja de la inflación a la mitad del año pasado y algunos indicadores sobre creación de empleo y crecimiento de la economía después de cinco años.

La oposición, con el kirchnerismo a la cabeza, se enfocará en mostrar que los ganadores son pocos y están concentrados entre los más poderosos de la pirámide económica.

Ganadores y perdedores, de uno y otro tiempo, en el centro del debate. ¿Podrá inclinarse la balanza? ¿Se repartirá de otro modo el voto? ¿Habrá premios o será mayor el castigo? La encuesta real se dará a conocer en la noche del domingo 13 de agosto.

La campaña tendrá diversos tópicos, de acuerdo al sesgo que pretenda imprimirle cada candidato. Sin embargo, un elemento se cuela como ineludible. Brasil es un espejo que devuelve un reflejo preocupante.

Con el ex presidente Lula Da Silva condenado a nueve años de prisión por “corrupción pasiva”, el Gobierno golpista de Michel Temer, puso en vigencia una feroz reforma que incluye flexibilización laboral, quita de horas extras, contratos a medida de las empresas y suba de la edad jubilatoria a los 65 años e iguala la edad entre hombres y mujeres, y entre trabajadores del campo y la ciudad. Hasta ahora las mujeres podían jubilarse con 30 años de cotización, y los hombres con 35 años de servicio.

También se congela el ingreso de empleados públicos y se congelará el presupuesto de salud y educación por dos décadas.

Los derechos serán negociados de manera individual entre los trabajadores y los contratantes. Sin embargo, en la práctica, los beneficios como el 13° salario, las vacaciones, el adicional nocturno, licencia de paternidad y el salario mínimo pueden ser descartados. Se podrá aumentar la jornada laboral de ocho a 12 horas y se autoriza a las empresas a tercerizar su producción. Una de las medidas más polémicas, es que se permitirá pagar salarios sobre una base horaria o diaria, pero ya no mensual.

Todas son recetas recomendadas por los organismos financieros internacionales que, de un plumazo, destruyen los derechos conquistados durante los gobiernos del PT.

Argentina no será inmune al contagio, por convicción del Gobierno de Macri o por el síndrome de hermano menor. Con una economía en crisis, la dependencia de Brasil es mayúscula y si los costos laborales bajan en el vecino país, la ahondará la diferencia de “competitividad”.

Según un estudio de la consultora Abeceb, el costo de indemnización en Argentina es 2,5 veces más caro que el de Brasil. Este costo en promedio equivale a 23,1 semanas de salarios local, mientras que allí totaliza 8,9 semanas, de acuerdo a los datos relevados por el Doing Business del Banco Mundial.

 

En lo que hace a la flexibilidad en la determinación del salario, es decir el margen de maniobra de negociación entre las partes, Argentina es menos competitiva que Brasil. De acuerdo al Reporte de Competitividad 2016-2017 del Foro Económico Mundial (WEF), Argentina se ubica en el puesto 133 de un ranking que finaliza en el 138 y Brasil, en el 119.

 Si se analiza algunos sectores de gran intercambio entre los dos socios, el diferencial de costos asciende al 25% en el de maquinaria agrícola, del 35% en el sector automotriz y llega hasta el 50% en el calzado.

En el marco de la apertura gradual de la economía argentina, esta creciente brecha de competitividad con Brasil es una señal de alarma, especialmente para la industria y los servicios que deberán competir por inversiones frente a un vecino más grande y barato.

 “Argentina ya parte con desventaja debido al diferencial de tamaño entre las dos economías y el mayor margen de crecimiento del mercado doméstico brasileño. Un mayor diferencial de costos del actual, podría ser claramente perjudicial para nuestro país” afirmó Dante Sica, director de ABECEB.

Los vaivenes económicos de Brasil siempre tienen un impacto directo en Argentina. Si las empresas argentinas ya sufren de falta de competitividad, las asimetrías se profundizarán y será mucho más alto el costo argentino -en ese escenario, el costo “misionero” será aún mayor por la logística-.

Esas diferencias serán el argumento central del Gobierno para una embestida similar. Después de las elecciones, coinciden quienes quieren que el costo político no impacte en las urnas. Pero ya no se esconden las cartas. “Se busca bajar la presión fiscal y el costo laboral que es muy alto en relación a los demás países de la región”, adelantó Luis Pastori, quien buscará su reelección como diputado nacional de Cambiemos.

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“Los dos años que quedan del Gobierno de Macri serán de las grandes reformas. La tributaria, la previsional y del costo laboral”, insistió Pastori. Las mismas reformas de Temer en Brasil.

Antes o después de las elecciones, esas reformas no entran sin conflictos. Argentina ya vivió una época de flexibilidad laboral extrema y los resultados no fueron buenos. En 2000, De la Rúa forzó con la Banelco una reforma laboral similar, que significó el principio del fin de gobierno de aquella Alianza. El fugaz radical decía que la reforma iba a servir para “afianzar la reputación del Gobierno ante los mercados y los organismos internacionales”.

Ninguna condición laboral mejoró entonces. El desempleo siguió en alza con una pobreza récord en todo el país.

Ahora también Macri pretende congelar el gasto público por lo menos hasta 2019, para reducir el déficit fiscal que no disminuyó un ápice desde su asunción. Al igual que en Brasil, pretende que las provincias no incorporen más personal ni aumenten impuestos.

El diputado nacional Maurice Closs se anticipa a ese debate y advierte que lo que está en juego en octubre es la continuidad de los derechos conquistados en los últimos años. “Vengo a asumir un compromiso de cuidar los logros y los derechos conseguidos”, aseguró el viernes en Leandro N Alem, donde hizo un repaso del programa Hambre Cero, cuyo éxito vinculó a la creación, previa, de la Asignación Universal por Hijo.

Closs inició una campaña a su estilo: cara a cara. Con el objetivo de escuchar las demandas de la sociedad en primera persona, pero con la confianza en que la militancia de la Renovación hará lo mismo cuando los candidatos no lleguen.

El ex gobernador contrastó el cara a cara, que sirve para conocer dolores y alegrías de los misioneros, con una campaña “premoldeada” en Buenos Aires, que sirve para todos los candidatos de Cambiemos.

La Renovación acostumbra a hacer un uso intensivo del tiempo de campaña, pero que se da de la mano con gestiones que también prefieren el contacto permanente, o estar “cerca de la gente”, como define el gobernador Hugo Passalacqua.

“Somos distintos al Gobierno nacional y el pueblo misionero lo percibe”, aseguró Closs en una reunión con los militantes del Centro de Apoyo, el primer espacio peronista que lo respaldó en 2007, cuando la Renovación dirimió su disputa más difícil.

 

La campaña de Cambiemos es otra. Diseñada en Buenos Aires, apuesta a un timbreo semanal en las principales ciudades y a un discurso replicado a través de las redes sociales. “Estamos bien, la idea del cambio está consolidada y si trabajamos bien, podemos dar la sorpresa en Posadas”, contó el diputado nacional Luis Pastori.

El radicalismo aporta la estructura a la campaña. Sin embargo, la figura de Humberto Schiavoni, el candidato a senador pedido por el presidente Mauricio Macri, es la menos conocida, sobre todo en el norte de la provincia. Es una debilidad que hay que trabajar, admiten los operadores macristas. Pero al mismo tiempo, es una fortaleza, ya que las nuevas generaciones lo asocian a Cambiemos y no recuerdan su paso por la gestión en Misiones, cuando fue funcionario clave del ahora embajador en España, Ramón Puerta.  

De todos modos, en el Gobierno de Macri saben que Misiones será una provincia difícil de cara a las elecciones y en los mapas de votos, aparece con el rojo de derrota.

La apuesta es fuerte, ya que Schiavoni es un pedido personal del Presidente. No es lo mismo ser segundo sólido que pelear voto a voto.

Por eso el lanzamiento de la campaña fue con toda la pompa. El jefe de Gabinete, Marcos Peña ocupó la mesa principal en una coqueta cena en el complejo La Aventura, con más de 500 asistentes que pagaron siete mil pesos el cubierto.  

Allí se anticipó que el radical Ariel Pianesi encabezará la lista de diputado provinciales, secundado por Tati López Vedoya. La alegría del concejal no fue completa, ya que, fiel a la tradición, otro correligionario quiere forzar internas para dirimir los candidatos que aportará a la alianza el centenario partido.

Peña también adelantó, en primicia para los misioneros, el decálogo discursivo de la campaña: recordó que en 2015 los argentinos se preguntaban si Macri podría con los desafíos. Ahora aseguró que por primera vez “se están creando puestos de trabajo”, que la inflación bajó a la mitad del año pasado y que la economía crecerá después de cinco años en recesión. Asimismo, destacó la inserción en el mundo de la Argentina y puso en relieve que el año que viene el país será anfitrión del G20, que reúne a los países más poderosos del planeta.

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En su ensayado discurso, Peña recordó que en 2015 los argentinos se preguntaban si ¿se podrá? “¿Se podrá construir una alternativa, ganar una elección? Se pudo. ¿Se podrá coordinar con los gobernadores, levantar el cepo? ¿Cumplirán? ¿Sacarán las retenciones agropecuarias, reactivarán el crédito? Son las preguntas que se hicieron. Y bajo el liderazgo de Mauricio,  si se puede. Dos años después, la Argentina está creciendo, se crean más puestos de trabajo de lo que se pierden, la inflación está a la mitad que el año pasado, sancionamos más leyes en el Congreso siendo minoría que con mayoría automática”, enumeró Peña, entre otras cosas. Apenas unas horas después se conoció el primer spot de campaña con idéntico mensaje.

Al margen de los datos oficiales que contradicen su relato, Peña no logró entusiasmar a todo el auditorio. Es que entre los asistentes había muchos empresarios que sufren las asimetrías y la recesión que complica mucho más a Misiones que al centro del país, donde se registran los brotes verdes que emocionan al Gobierno.

El jefe de gabinete siguió la misma línea del ministro de Economía, Nicolás Dujovne, quien en su visita a Posadas dijo que las asimetrías son un problema coyuntural. Peña sostuvo que las diferencias de frontera son “variables a favor de uno y otro lado” y eludió definir cuándo se reglamentaría el mentado artículo 10 de la ley Pymes. Peña se nutre con los datos que le pasan los referentes misioneros de Cambiemos. Pastori le detalló que Misiones cobra Ingresos Brutos a las exportaciones y se quejó de la “aduana interna”.

El funcionario nacional también descartó que el ITC diferenciado para los combustibles se extienda a toda la provincia.

 “Sigue sin entender la falta de competitividad misionera”, lo espetó un empresario que se quedó hasta los postres.

Ese desencanto es el que pretenden capitalizar los otros espacios. Avancemos se presentó el viernes por la noche e inició un periplo que se extenderá por toda la provincia. El candidato a senador, Adolfo Velázquez aseguró que “Avancemos es la única oposición a la Renovación y Cambiemos, nosotros les traemos propuestas claras y buscamos velar por los intereses de todos los misioneros”.

Por su parte, la candidata a diputada nacional, María Losada afirmó que  “con Avancemos vamos a lograr que el misionero llegue a fin de mes, que se recuperen los productos primarios y así generar puestos de trabajos que se perdieron con este gobierno que sólo gobierna para unos pocos”.

El partido Agrario, que conduce Héctor “Cacho” Bárbaro, también navega en el descontento, especialmente en el sector productivo que es su base electoral. La Nación le debe 800 millones a los productores tabacaleros que ya no aguantan más y buscarán visibilizar sus reclamos en Posadas. Bárbaro es quien busca liderar el reclamo.

La situación es también conflictiva en la yerba mate, donde la paciencia de los productores está agotada. Los precios, problema central, no se cumplen y algunas grandes industrias aprovechan la necesidad para hacer la diferencia. Esta semana se conoció una maniobra que involucra a una conocida firma con sede en San Luis, que le vende yerba a Las Marías: por un “pronto pago”, le descontó más de 90 mil pesos a un productor de San Pedro, que se animó a denunciar, harto de “ser robado”.

Bárbaro sabe que su base electoral está en la chacra. Pero se entusiasma con un dato que aparece en una encuesta hecha de forma telefónica por sus jefes de campaña: marcha tercero, detrás de Closs, consolidado arriba y Cambiemos que solo se hace fuerte en Posadas y Oberá, pero por encima de las otras opciones.

Los datos coinciden con los propios sondeos de la Renovación en las dos primeras opciones. Closs lidera la intención de votos para las primarias con una holgada diferencia sobre los otros candidatos de acuerdo con varias encuestas que ya están sobre los escritorios. La identidad renovadora del ex gobernador y su credibilidad aparecen articuladas políticamente con la gestión de Hugo Passalacqua, cuya gestión tiene una elevadísima aceptación.

 

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