¿Y?, un interrogante incómodo…
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“¿Y?”…
El interrogante, con gesto desdén, es del presidente Javier Milei, apuntando a quienes cuestionan la apertura indiscriminada de la economía. Ante empresarios reunidos por el diario El Cronista, el líder anarcolibertario respondió las críticas: Dicen que “si abren la economía el sector X va a caer” o “va a dejar un tendal de desempleados”. Falso, de vuelta, la falacia de lo que no se ve, si ustedes abren la economía y ese bien, determinado sector quiebra, es porque el bien que ustedes están trayendo de afuera es de mejor calidad y/o más barato, cuando pasa eso, ustedes tienen un ahorro y ese ahorro lo van a gastar en otro bien que además es más productivo y lo quiere la gente, con lo cual, en realidad, no se produce pérdida de empleo y cómo van a un sector que es más productivo, la economía gana en productividad y además, cómo los individuos disponen de mayor cantidad de bienes, además son más felices”.
La realidad parece empeñada en contradecir las palabras del Presidente. Desde diciembre de 2023 se perdieron 276.000 puestos de trabajo registrados y cerraron casi 30 empresas por día. La industria textil, una de las más afectadas por la apertura de importaciones, experimentó una caída de la producción del 20,5% interanual en septiembre de 2025, lo que representa el desempeño más bajo de la última década registrado en ese mes. La utilización de la capacidad instalada se ubicó en 37,1%, lo que implica un retroceso de 4,4 puntos porcentuales respecto de agosto y de 14,2 puntos frente a septiembre de 2024. El empleo formal en el sector se redujo a 107.000 puestos, con 7.000 menos que el año anterior y más de 14.000 empleos perdidos desde diciembre de 2023.
Whirlpool, Lumilagro, Ilva, Cramaco y Kenvue son parte conocida de una lista innumerable de compañías que dejan de producir para convertirse en importadoras. Con apertura indiscriminada, dólar atrasado y tarifas elevadas, el modelo profundiza la desindustrialización, destruye empleo calificado y debilita el entramado productivo en todo el territorio.
La actividad industrial profundizó su deterioro. Según el INDEC, en septiembre la producción manufacturera registró una baja del 0,7% interanual. La tendencia continuó en octubre: el último informe de la Unión Industrial Argentina señaló una caída del 2,0% frente al mismo mes del año pasado. La Secretaría de Trabajo contabiliza que, desde noviembre de 2023, la industria perdió 42.400 empleos formales, de los cuales 15.600 se destruyeron solo en lo que va de este año. En paralelo, la utilización de la capacidad instalada se mantiene en torno al 58%, uno de los niveles más reducidos de toda la serie histórica, excluyendo el período de pandemia.
El presidente de CAME, Ricardo Diab, alertó sobre una creciente ola de cierres de empresas, incluso en sectores históricamente fuertes como el alimenticio y sostuvo que la baja en el consumo impacta en toda la cadena: “Si el comercio no vende, no le pide mercadería a la industria”.
La gran pregunta que se desprende de la lógica presidencial es qué bienes están comprando los que han perdido su empleo.
La respuesta oficial desdeña ese interrogante. El Presidente puso en marcha el debate por una reforma laboral que promete flexibilizar aún más la situación de los trabajadores: suprime las negociaciones salariales colectivas, fomenta la “compensación voluntaria” por horas extras trabajadas y crea un fondo de asistencia laboral para reemplazar las indemnizaciones. También limitará el derecho a huelga. La educación será declarada un servicio esencial y “en ningún caso se podrá negociar o imponer a las partes una cobertura menor al 75% de la prestación normal”.
Mientras se discute esto, Milei fijó por decreto el nuevo salario mínimo -más mínimo que nunca-, con un aumento de poco más de seis mil pesos en relación con noviembre y estableció un cronograma de subas decrecientes (comenzó con un 2% y culmina con un 1,1%) hasta agosto de 2026.
Con este esquema, el salario mínimo pasará de los $322.200 vigentes hasta octubre a $376.600 en agosto, lo que implica un incremento de 54.400 pesos en diez meses o 14,68% entre extremos. Según el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (UBA-CONICET), entre noviembre de 2023 y octubre de 2024 el salario mínimo real acumuló una caída del 35%, mientras que en lo que va de 2025 la reducción alcanza el 7,7%.
A contramano de la Argentina, dos de las principales economías del continente discuten otra cosa. Lula cerró noviembre con el anuncio de una histórica reforma tributaria. La nueva ley, aprobada por unanimidad en la Cámara y el Senado y que entrará en vigor en enero de 2026, elimina el impuesto de renta para quienes ganan hasta 5.000 reales mensuales (943 dólares u 806 euros) y aumenta la carga tributaria sobre los superricos. También habrá una reducción proporcional para quienes tienen salarios de hasta 7.350 reales (1.390 dólares), con lo cual, según el Gobierno, el universo de personas beneficiadas será de unos 25 millones.
Según cálculos del fisco brasileño, una persona que gana 4.800 reales (905 dólares) dejará de pagar cerca de 95 por ciento de impuestos al año, lo que equivale prácticamente a un salario.
El líder brasileño explicó que ese alivio fiscal será compensado con un impuesto del diez por ciento sobre la renta de quienes ganan más de un millón de reales al año (188.679 dólares), grupo que representa apenas el 0,1 % de la población brasileña.
Lula sostuvo que la iniciativa busca enfrentar la “injusticia tributaria” que, según él, ha marcado la historia del país, en la que los trabajadores llegan a pagar hasta el 27,5 % de impuestos mientras las grandes fortunas contribuyen con apenas un 2,5 % en promedio.
El veterano sindicalista, que irá por la reelección, comenzó diciembre con otra reforma en marcha: la reducción de la jornada laboral. “Cuando eu trabalhava, eu ia na porta da Volkswagen 5:30 da manhã, a Volkswagen tinha 40.000 trabalhadores, produzia 1.200 carros, a gente trabalhava, sabe, por mesma jornada de trabalho que trabalha hoje. Com os avanços tecnológicos, a Volkswagen tinha 40.000, tem 12.000 trabalhadores hoje, produzem o dobro de carro. E o que é que é avanço tecnologicamente que a gente não reduz a jornada de trabalho?”, describió en primera persona.
Brasil irá por la reducción del 6×1, con acuerdo empresario y sin reducción salarial.
En México, otra economía gigante, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció una reforma laboral que incluye la reducción gradual de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales y el pago de horas extra obligatorias después de las 40. Otras modificaciones recientes incluyen la Ley Silla para garantizar asientos a los trabajadores, la tipificación de la explotación laboral como delito y el reconocimiento de derechos laborales para los repartidores de plataformas digitales, como IMSS, aguinaldo y vacaciones.
El régimen era más del 1800 que el siglo XXI. Pero el salario mínimo aumentará a 9.582,47 pesos mexicanos, unos 526,62 dólares.
En Argentina, el salario mínimo en dólares llega a 231,53 dólares. Argentina se ubica en el “furgón de cola”, por debajo de Bolivia (395 dólares) o Paraguay (411 dólares). El ranking es liderado por Costa Rica (729 dólares), Uruguay (593 dólares) y Chile (567 dólares).
Los salarios argentinos no solo no “vuelan en dólares”, como había prometido Mileil, sino que “alcanzaron en septiembre de 2025 un nivel inferior al de 2001, previo al colapso de la Convertibilidad”.
Esa realidad, obviamente, se traduce en caída de actividad, indicadores de consumo por el suelo y pérdida de empleo, consecuencias que deben ser atendidas por las provincias y municipios en el territorio. La crisis yerbatera no se siente en Buenos Aires, sino en Misiones, donde los productores sufren por la caída del precio de la materia prima y la industria se queja por la suba de los costos internos, que opaca el éxito de la exportación récord.
En la misma línea, la quita de subsidios para la energía eléctrica se hará sentir con mayor intensidad en Misiones. No sólo aumenta la tarifa, sino que quienes pierdan los subsidios o se pasen de categoría, podría pagar hasta tres veces más por el mismo consumo. Los que se queden con el subsidio, tendrán solo 300 kv en verano, pero la mitad en marzo. Como si en Misiones no hiciera calor en el mes de la llegada del otoño. Pero pasarse, significará pagar tarifa plena.
Administrar esas tensiones será uno de los temas de 2026. La Libertad Avanza no podrá hacerse la distraída. Es la segunda fuerza política de la provincia y deberá convivir con las responsabilidades. En la Legislatura se dará esa inédita convivencia, con la mayoría de la Renovación y una oposición con mayoría libertaria.
El delicado equilibrio entre ambas fuerzas debe acompañar la gobernabilidad que aporta Misiones a la Nación. El ministro del Interior, Diego Santilli Santilli mostró predisposición a trabajar en sintonía y destacó el orden financiero y económico de la provincia. Sin embargo, los libertarios locales no parecen demasiado interesados en devolver gentilezas. El ex tenista Diego Hartfield se presenta como un soldado de Milei y no como un representante de Misiones en el Congreso nacional.
En la Legislatura provincial, será el nuevo presidente, Sebastián Macías, el encargado de gestionar ese nuevo escenario para ir en línea con la gestión provincial que, a diferencia de la nacional, se esfuerza en sostener el consumo y fortalecer inversiones con la presencia del Estado. El gobernador Hugo Passalacqua remarca que “el crecimiento debe ser entre todos”.
Ajeno a cualquier dato que lo contradiga, el Presidente aseguró que el rumbo no se mueve. “Bastante laburo nos costó que 13 millones de argentinos salgan de la pobreza. Ustedes se fijaron que si ustedes toman cada uno de los logros de este gobierno, si yo hubiera sido peronista, hoy la mitad de las calles de Argentina llevaría mi nombre. Pero claro, como soy un desalmado liberal, nada”, ironizó ante las risas del coloquio de El Cronista.
Sin embargo, esa reducción de la pobreza de la que se ufana podría tener una trampa estadística. Para la Universidad Católica Argentina, el valor de la canasta de la pobreza sería más alto si se actualizara su medición. Costaría $1.942.078 por el mayor peso del gasto de las familias en el pago de los servicios públicos y privados. En consecuencia la pobreza sería de más del 40% versus el 31% que arroja la última medición oficial.
El Indec de Marco Lavagna (que tiene cositas del de Moreno) continúa utilizando la Canasta Básica Total con la estructura de gasto de los hogares relevada en la ENGHo 2004/2005, cuando ya existen datos actualizados para 2017/2018.
El Informe de la UCA concluye que hay una baja real de la pobreza bajo la actual gestión, por la contención de la inflación, los cambios en los precios relativos y el fortalecimiento de la AUH y de la Tarjeta Alimentar. Pero advierte que “su magnitud se encuentra sobrerrepresentada por la medición”.
“Los procesos de devaluación, liberación de precios y aumento en las tarifas de servicios, aumentaron esta distorsión, afectando la capacidad de la medición para reflejar con fidelidad la efectiva capacidad de consumo de los hogares”, señala el análisis de la prestigiosa casa de estudios.
La UCA no es la única universidad en relativizar la realidad que celebra el Presidente. Insight 21, el think tank de Universidad Siglo 21, presentó su nueva medición de felicidad correspondiente al segundo semestre de 2025, que muestra un nuevo descenso en los niveles de bienestar de la población argentina. Solo el 48,3% de las personas encuestadas afirma sentirse feliz con su vida, el valor más bajo registrado en los últimos ocho años. Según esta investigación del Observatorio de Tendencias de Insight 21, la felicidad cayó 2,6% respecto del primer semestre de 2025 (cuando alcanzaba 50,9%) y 6,2% en comparación con el último semestre de 2024 (54,5%).
