El PBI se recuperó de la caída de 2016, pero sigue por debajo de 2015 en términos per cápita
- En el último trimestre de 2017, el PBI creció 3,9% i.a., alcanzando cuatro trimestres consecutivos en alza. De este modo, el nivel de actividad trepó 2,9% i.a. en 2017 y logró recuperar todo el terreno cedido en 2016. Asimismo, se ubicó 1,1% por encima del nivel de 2015, registrando un nuevo pico, señala un estudio de la consultora Ecolatina.
- Es importante destacar que además el INDEC corrigió la evolución del PBI estimado para 2016. El mismo recortó la pérdida, al pasar de una caída de -2,25% i.a. a -1,8% i.a.
- Asimismo, producto de la corrección del PBI corriente, el déficit primario del Sector Público Nacional no Financiero, pasó de -4,3% del PBI en 2016 y -3,9% en 2017 a -4,2% y -3,8%, respectivamente.
- Por otro lado, volviendo al cálculo a precios constantes, al considerar el PBI per cápita las mejoras se atenúan. El nivel de 2017 fue casi 1% inferior al de 2015. Peor aún, se encuentra 3,4% por debajo del máximo de 2011. Asimismo, conforme a nuestras estimaciones de crecimiento, recién en 2020 se alcanzaría el techo del producto per cápita de 2011.
- En 2017, el PBI bienes trepó 3,0% i.a. y la producción de Servicios subió 2,4% i.a. Cabe destacar que, producto del movimiento dispar de 2016, al contrastar con 2015, las dinámicas son heterogéneas: el PBI Bienes cayó 2,5% (producto del retroceso de2016), mientras que la producción de servicios creció 2,7% respecto del cambio de gestión.
- Analizando por componentes de demanda, la inversión lideró el crecimiento el año pasado (+11,3% i.a.) seguida del consumo (+3,3% i.a.). Esta dinámica marca un cambio respecto a los últimos años, cuando el consumo interno era el principal motor de la economía. Esta nueva configuración implicará una trayectoria más sostenible para el crecimiento, pero, a la vez, con movimientos más acotados (tasas de expansión menores) y “menos visibles en la calle”.
- En términos desestacionalizados, el PBI trepó 1,0% en el último cuarto del año, lo que implica una tasa de crecimiento de 4,0% en términos anualizados. Esto muestra una aceleración respecto a los últimos dos trimestres, pero se encuentra en línea con el promedio anual (1,0%). Dado que este año el crecimiento será genuino y no un rebote estadístico (ya se superó el pico previo), esperamos una desaceleración en los próximos meses.
- Por último, el crecimiento arrojó un arrastre estadístico de 1,0% para 2018. No obstante, producto de la sequía y la magra dinámica del consumo masivo, dicho impulso perderá fuerza. Concretamente, estimamos que el PBI crecería este año en torno al 2% i.a. Asimismo, y al igual que el año pasado, su evolución estaría impulsada por los sectores no transables; más precisamente, construcción y servicios.
Sector Externo: El talón de Aquiles del modelo
- En 2017 las importaciones de Bienes y Servicios treparon 14,7% i.a. en 2017 medidas en términos reales, mientras que las exportaciones se mantuvieron prácticamente estancadas (+0,4% i.a.).
- Con estos números, se comprende por qué el frente externo es el talón de Aquiles del actual modelo económico. El atraso cambiario, la flexibilización del comercio exterior y una demanda global que no despegó (aunque la recuperación de Brasil impulsará un poco este año) están provocando que la “vuelta al mundo” sólo se materialice por el lado importador.
- Otra forma de evidenciar la dinámica dispar entre compras y ventas al exterior, es la profundización de la brecha entre Demanda Interna (suma de consumo e inversión que creció 4,7% i.a. en 2017) y la producción nacional (+2,9% PBI i.a.).
Consumo
- En 2017, el consumo privado trepó 3,6% i.a. y el público 2,0% i.a.
- Vale destacar que el consumo alcanzó el año pasado el 86,8% del PBI, el máximo histórico, lo que demuestra que sigue siendo la principal fuente de demanda. Por lo tanto, descuidar esta variable (concretamente, reducir el gasto público y ponerle un techo al crecimiento de los ingresos reales de las familias) desacelerará la evolución del nivel de actividad agregado.
Inversión
- La inversión (formación bruta de capital fijo) trepó 11,3% i.a. a lo largo del año pasado. Producto de su elevado dinamismo, alcanzó un quinto del PBI, su nivel más elevado desde 2011.
- Al analizar la evolución de la inversión como porcentaje del PBI a precios corrientes y constantes vemos una dinámica opuesta. Mientras que medida en términos reales se mantuvo relativamente estable en los últimos años, al medirla en valores nominales se muestra que perdió terreno a manos de otras variables. La evolución de los precios relativos (paulatina apreciación cambiaria), tornaron al esquema de precios en contra de la inversión y a favor del consumo. Esta tendencia se profundizó en el último año, en donde la participación de los gastos de capital creció en términos constantes, pero continuó cayendo en términos corrientes.