Ajuste fiscal y crecimiento: Un dilema de política económica
La deuda pública de muchos países de América Latina y el Caribe ha aumentado, precipitando la necesidad de realizar ajustes fiscales para mantener las finanzas públicas en una senda sostenible. Pero los responsables de las políticas públicas enfrentan un dilema relacionado con las consecuencias negativas que una consolidación fiscal tan necesaria pueda tener en el crecimiento. En nuestro último estudio, indagamos si es posible mejorar la calidad del ajuste fiscal para proteger y fomentar el crecimiento. ¿La respuesta? Sí, pero con ciertas condiciones.
En uno de los capítulos de la edición más reciente de Perspectivas económicas regionales: Las Américas se presentan nuevos datos empíricos sobre los efectos de la consolidación fiscal. Empleamos tres métodos para identificar los shocks fiscales y estudiar los efectos de la consolidación fiscal en América Latina y el Caribe, incorporando estos shocks en un solo marco fácilmente comparable a fin de medir su efecto en el crecimiento económico.
Descubrimos que aunque, a corto plazo, la consolidación fiscal perjudica el crecimiento, los diferentes instrumentos fiscales que componen los programas de consolidación también son importantes. Por ejemplo, en comparación con un recorte del gasto primario, recortar la inversión tiene un mayor efecto negativo en el crecimiento. Por ende, los responsables de las políticas públicas deben hacer un esfuerzo por preservar la inversión pública para fomentar el crecimiento y el empleo.
Crecimiento más lento en el corto plazo
Primero, es necesario enfrentar la realidad: la consolidación fiscal probablemente tenga un mayor efecto contractivo que el indicado en estudios anteriores.
¿Cuál es la magnitud de los efectos? Un programa típico de consolidación fiscal que eleve el balance fiscal primario un 1% del PIB, al cabo de dos años reducirá el PIB real un 0,9% en promedio. Este efecto macroeconómico, definido como el multiplicador fiscal, es superior que el estimado en estudios anteriores para la región, y similar al impacto estimado para las economías avanzadas.
En términos generales, los tres diferentes métodos empleados en el capítulo para identificar los shocks fiscales generan multiplicadores que varían entre el 0,5% y el 1,1% al cabo de dos años. La buena noticia es que estos márgenes de variación implican que no es probable que la consolidación fiscal sea contraproducente y que, de hecho, mejorará la sostenibilidad de la deuda.
Los efectos negativos en el producto parecen ser ligeramente inferiores en países con mayor riesgo soberano, donde la necesidad de realizar un ajuste quizás sea más acuciante. Este resultado indica que existen efectos positivos en la confianza en los mercados donde las mejoras de la sostenibilidad fiscal se recompensan con tasas de interés más bajas.
¿Varía el efecto de la política fiscal en el crecimiento durante las recesiones y expansiones? Analizamos si los multiplicadores fiscales dependen del signo de la brecha del producto al inicio del ajuste, y nuestros resultados señalan solo diferencias pequeñas a lo largo del ciclo económico. Es decir, el efecto en el crecimiento parece similar tanto en los buenos como en los malos tiempos. Dada la recuperación en curso en la región, esta es una oportunidad excelente para llevar adelante ajustes fiscales y evitar políticas procíclicas.
Asimismo, muchos países deberán mantener su labor de ajuste durante varios años para alcanzar la sostenibilidad fiscal, debido a los altos niveles de deuda que ya presentan. Esta es una razón más para no demorar el ajuste.
Cómo determinar la composición correcta: ¿qué recortar?
¿Cómo afectan las diferentes medidas tributarias y tipos de gasto que componen el ajuste fiscal los efectos de corto plazo en el crecimiento? No encontramos indicios convincentes de que los multiplicadores de los aumentos de impuestos sean diferentes, en general, de los multiplicadores del gasto en la región.
No obstante, la composición de las medidas de gasto parece incidir, ya que el multiplicador de la inversión pública asciende a casi 1,5, en comparación con solo 0,5 en el caso del gasto primario genérico. Además de estos efectos multiplicadores a corto plazo, la inversión pública también apuntala el PIB potencial a mediano plazo, en particular si subsana estrangulamientos estructurales fundamentales (por ejemplo, las brechas de infraestructura) en la región. Por ende, tanto el diseño del ajuste fiscal como la salvaguardia de la inversión pública son esenciales para resolver el dilema de política económica planteado por la consolidación fiscal.