Apagón forestal en Corrientes: productores reclaman una regulación de precios como en Misiones
“Hoy hay un apagón forestal”. La frase pertenece a Pablo Hernández, encargado de producción de Ceibo Bravo S.A. Tiene 1.500 hectáreas de pino y eucalipto en Corrientes centro y una masa crítica similar de salicáceas en el Delta entrerriano.
Ceibo Bravo S.A lleva más de 60 años en el rubro. Es una sociedad familiar y las dueñas son dos mujeres. Tiene salicáceas y algo de álamo que se destinan a la fábrica de papel de San Pedro (Papel Prensa). En Corrientes, suman pino y eucalipto para aserraderos.
El año pasado, durante la temporada de sequía e incendios, la producción se vio muy afectada. La empresa perdió la mitad de las forestaciones y aunque tomó la decisión de continuar, están como “a la deriva”. “Cuando leí la nota -de Maderamen- sobre “El mercado de la madera de pino está en una situación híper compleja”, entrevista a Ricardo García, propietario del aserradero Tripayn SRL) me pareció que era demasiado sectorizada. Como que no tienen empatía con la parte de producción”, explicó Hernández.
“Para poner un rollo en un aserradero, mínimamente, hacen falta 12 o 13 años. Y el apoyo que tiene el productor primario hoy es bastante escaso. Con el tema de los incendios se vio. Y con la ley 25.080 también se ve porque, si bien está activa, los pagos no se hacen efectivos. Y si no se hacen efectivos los pagos, es lo mismo que la nada. Hoy hay un apagón forestal. En el Delta se nota hace ya muchos años y, en los pocos años que llevo en Corrientes, hay tres o cuatro detalles que me hacen ver que el apagón forestal está en las grandes y, sobre todo, en las pequeñas empresas. Porque los viveros no producen a full. Es más, producen mucho menos”, detalló.
El escenario que describe no es otro que el que vivía Misiones hasta hace algunos pocos años. El pequeño productor estaba desprotegido, con una materia prima sin valor y dejando de plantar. Recién con la creación del Instituto Forestal Misionero comenzó a recuperarse el precio de la materia prima y a tentar a la producción a volver a plantar. “Es tan lineal como eso”, asegura Hernández.
El retroceso del pequeño productor correntino se refleja en los números. Misiones le arrebató a Corrientes la supremacía en el sector forestal, que se da en todos los niveles. En el sector forestal, Misiones tiene 10.792 empleos, contra apenas 5.625 de Corrientes. En la fabricación de productos de madera, Misiones tiene 6.448 empleos, contra 3.401 de Corrientes y en elaboración de productos de papel, la vecina provincia cuenta con apenas 76 empleos, contra 2028 de Misiones.
Las exportaciones forestales de Misiones, en el primer semestre, alcanzaron a USD 56.913.756,22, mientras que Corrientes exportó solo USD 43.747.953,86.
En cantidad de empresas Misiones también saca la delantera: hay 652 de este lado del Chimiray contra solo 333 en Corrientes.
“Lo que está pasando en Corrientes es la expresión de lo que se vivía en Misiones. El Instituto Forestal se creó en defensa del pequeño productor, porque es el que necesita un precio justo para seguir produciendo, sino, los grandes aserraderos se comerán la cola. El productor dejó de plantar. Quedan solo los grandes, que plantan para autoabastecerse. Las industrias que no tienen plantaciones, irán al colapso. Ya no alcanza el subsidio.
Es necesaria la presencia del Estado para regular, porque no es un mercado perfecto. Se trata de grandes jugadores contra los chiquitos, que no pueden pelear por su precio. No alcanzan los planes forestales que fracasaron. No se debe ajustar para abajo”, definió el titular del InfoPro, Hugo Escalada.