Aún antes de asumir,  el cooperativista Guillermo Aicheler comienza a generar consensos para una nueva forma de conducción en la empresa eléctrica provincial. Enterado de la salida de Sergio Ferreyra, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, se puso a “disposición” del Gobierno provincial para aportar recursos que mejoren la liquidez de Emsa y colaborar en materia de inversiones.

El ministro de Energía señaló que de acuerdo a sus estudios técnicos, Emsa debe reducir la planta de personal o realizar una adecuación en materia de salarios. Una de las alternativas que sugirió es aportar recursos para un fondo de retiros voluntarios y que los nuevos ingresos se hagan atados a un nuevo convenio laboral, que baje los costos que hacen inviables a las finanzas de la empresa eléctrica.

Aranguren puso como condición para cualquiera asistencia financiera, que la empresa acomode sus números para que pueda funcionar con la recaudación propia.

Otra alternativa es que la reforma laboral opere como un “lubricante” que acomode los tantos entre costos operativos y salariales para aliviar el peso sobre el presupuesto de la Provincia.

La Nación advirtió que no hará ningún aporte si antes no hay un plan de reducción de gastos y adecuación de los costos salariales que debe trabajarse en conjunto con el sindicato de Luz y Fuerza.

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