Argentum, el regreso irónico

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El billete Argentum, propone emitir el diputado nacional Ricardo López Murphy, como reemplazo del peso y para “mejorar el funcionamiento del sistema monetario”. El proyecto plantea una eliminación de tres ceros en el peso y que cada Argentum valga mil pesos. 

La -escasa- creatividad del fugaz ministro de Economía de la Alianza, obliga inevitablemente a revivir los tiempos de esplendor de Domingo Cavallo, quien había hecho exactamente lo mismo al reemplazar el plan Austral, inaugurando la Convertibilidad y la década del uno a uno. Pero el fulgor duró poco: la década terminó en una feroz crisis de pobreza y desempleo, el país endeudado y privatizado. 

Tras el ocaso del menemato, López Murphy fue uno de los varios ministros de Economía de Fernando De la Rúa, el radical empeñado en sostener la Convertibilidad heredada y sin otro plan que el ajuste y nuevo endeudamiento. Antes de ser eyectado a los pocos días de asumir, el “bulldog”, como lo apodaban, tuvo la idea de recortar presupuesto en la educación y los fondos para las provincias. Nada demasiado distinto a lo que impuso el presidente Javier Milei. 

Por ese entonces también convivían “billetes paralelos”, que intentaban suplir la ausencia de pesos. Los bonos Patacones, emitidos por la provincia de Buenos Aires entre 2001 y 2002 y los Lecop, bonos emitidos por la Argentina, en el mismo período con el fin de cancelar las deudas del Estado con las provincias debido a la falta de recursos financieros. El país del déficit cero, impuesto por el –otra vez- convocado de urgencia, Domingo Cavallo, ajustaba con el recorte de fondos a las provincias, parálisis de obra pública y despidos. ¿De dónde suena?

Los gobernadores, por ese entonces, estaban en pie de guerra por el recorte de recursos, que afectaba la gobernabilidad y ponía en riesgo la supervivencia de miles de ciudadanos. 

En el amanecer de diciembre de 2001, días antes del estallido, con ínfulas parecidas a la de algunos funcionarios actuales, Chrystian Colombo, entonces jefe de Gabinete de De la Rúa, vino a Iguazú a negociar con los gobernadores peronistas el respaldo al Presupuesto 2022, una nueva ley de coparticipación y más ajuste. Eran las exigencias, cuando no, del FMI. Los gobernadores se negaron a aceptar más recortes y exigieron que los tijeretazos presupuestarios no afectaran los intereses de las provincias, además de reclamar que la Nación abone los aportes por coparticipación atrasados. El enviado presidencial se fue con las manos vacías, después de disfrutar de las mejores habitaciones del hotel Casino y una opípara cena bien regada. La falta de respaldos no hizo más que evidenciar la debilidad del último presidente radical, que pocos días después se escapaba en helicóptero. 

El peronismo, que en 1999 se había ido derrotado para nunca más volver, había ganado las elecciones de medio término en todo el país, ante la ineficiencia de la alianza, denuncias de corrupción, la renuncia de Chacho Álvarez y las coimas del Senado. 

Aunque parezca una ironía, el planteo de aquellos gobernadores de 2001, es el mismo que el de los actuales. Hace pocos días, en un hecho inédito, los 23 gobernadores y el intendente porteño firmaron un proyecto de ley para redistribuir la recaudación del impuesto a los combustibles, del que se apropió la Nación, para que con esos recursos se financien obras en las provincias. Lo mismo con los ATN, que se generan automáticamente, pero se los queda el Tesoro nacional. “La Nación se jacta del ajuste y acusa a las provincias de no hacerlo, pero en realidad, el ajuste lo están financiando las provincias”, dicen los gobernadores. La sensación es de hastío y recorre todos los puntos cardinales. 

En 2001, Colombo relató ante los gobernadores reunidos en Iguazú las exigencias del FMI que incluían una nueva ley de coparticipación, el ok al presupuesto 2002 y una concertación entre oficialismo y oposición. Los gobernadores no ponían demasiados reparos, pero pedían alguna oferta concreta. Algo sobre el papel. 

El escenario se repitió ahora con el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, y el secretario de Hacienda, Carlos Guberman -principal responsable del presupuesto nacional-, quienes se reunieron con los gobernadores primero y con los ministros de Economía de las provincias, después, para analizar el reparto de fondos federales. Tras el primer encuentro, los gobernadores firmaron los proyectos de ley, que ya fueron ingresados al Congreso, para recuperar la recaudación del impuesto a los combustibles y el reparto automático de los ATN. 

Guberman volvió a recibir el martes a los ministros de Economía provinciales, pero sin ninguna contraoferta formal, lo que generó un inocultable malestar. El funcionario les ofreció coparticipar únicamente la plata correspondiente a los ingresos por el impuesto a los combustibles, pero rechazó modificar el sistema de entrega de los ATN, denominados “transferencias discrecionales”.

No hay chances de que acepten eso. Están dando una miseria, estamos hablando de unos 300 millones de pesos, nada más”, explicó una persona al tanto de las conversaciones.

“Fue una reunión larga, sin ninguna propuesta concreta del Gobierno nacional. Solo repitieron lo que ya habían dicho y que fue rechazado por los gobernadores”, explicaron tras la segunda cita. 

“Es un hecho político inédito. Las 24 jurisdicciones del país se pusieron de acuerdo. Si no hay señales claras de la Nación, las provincias seguirán actuando en bloque”, advierten por lo bajo los gobernadores.

Como en 2001, la propuesta de ajuste sin condicionamientos también está siendo resistida en las urnas. La Libertad Avanza solo salió primera en la ciudad de Buenos Aires, en una elección en la que fueron a votar la mitad de los porteños. Manuel Adorni sacó el 30 por ciento de esa mitad. En ninguna de las demás elecciones provinciales el espacio libertario logró superar ese techo. En Misiones el ex tenista Diego Hartfield cosechó cerca del 20. En Formosa, Gildo Insfrán minimizó a la LLA. En Santa Fe, el gobernador Maximiliano Pullaro se impuso geográficamente, aunque el peronismo ganó en las ciudades principales y se impuso en Rosario, donde derrotó al candidato libertario. El peronista Juan Monteverde logró un batacazo: hace más de 50 años que el peronismo no ganaba en Rosario. Es la tercera ciudad más grande de la Argentina. Y donde Patricia Bullrich –la que siempre está– desembarcó con todo un arsenal para combatir la inseguridad y el narcotráfico. 

Milei también empieza a perder consistencia en un terreno que disfrutaba desde antes de ser electo. Una encuesta de Ad Hoc, revela una caída en las menciones digitales por quinto mes consecutivo: El 49 % de las menciones en redes fueron críticas, frente a un 41 % positivas y 10 % neutrales: la racha más larga desde que Milei asumió. La última crítica negativa en las redes, fue a la suspensión del desfile militar del 9 de julio. El Gobierno nacional resolvió suspender el desfile militar con el argumento de “razones presupuestarias”, en un giro en relación con el acto realizado en 2024, que el propio Ejecutivo había impulsado como un símbolo de tradición y recuperación institucional. Ahora, temen que el Presidente sea reprobado en público. La historia se repite. En mayo de 2001, Fernando De la Rúa tomó la misma decisión para evitar el reproche público, que se había expresado unos días antes en el aniversario de la Armada.

El dato de las urnas es inocultable. Y hasta los empresarios que antes estaban entusiasmados con la idea del ajuste económico, ahora reclaman ayuda del Estado. En el caso de Misiones, el aporte está. Los Ahora son programas esenciales para sostener el consumo y ahora se sumó el Ahora Pymes, diseñado exclusivamente para retroalimentar el movimiento de las pequeñas y medianas empresas dentro de la provincia. Que el dinero circule y se quede -formalmente- en la provincia. 

El escenario es distinto cuando se habla con los funcionarios nacionales. “Vamos, presentamos números, pero siempre priorizan el déficit cero. Necesitamos una mirada distinta para las economías regionales. No se habla de la madera, del té, de la yerba… sólo de soja y maíz”, sintetizó a Economis Guillermo Fachinello, en su doble rol de presidente de la Confederación Económica de Misiones y de la Asociación de Productores Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones. Esta semana hubo una cumbre de empresarios madereros de toda la región norte. El lamento es idéntico. Lo mismo sucedió en Virasoro, donde sesionó el 147º Congreso Maderero, organizado por la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines -FAIMA-.

El presidente de la Legislatura, Oscar Herrera Ahuad, se reunirá en las próximas horas con empresarios madereros para analizar la situación. Entiende que el ámbito de resolución de la crisis depende casi exclusivamente de la Nación y que será necesario tener una voz potente en el Congreso. Lo mismo hizo el candidato a diputado nacional con productores yerbateros, que entendieron la necesidad de defender la supervivencia del Instituto Nacional de la Yerba Mate, ante el embate definitivo en contra del organismo regulador, encabezado por la diputada correntina Sofía Brambilla, a gusto de la yerbatera Las Marías y el gobernador Gustavo Valdés.

La posición de la diputada de Cambiemos no hace más que confirmar un viejo anhelo de Mauricio Macri, quien durante su presidencia ya había intentando derrumbar el INYM, nacido en 2002 después de una década de yerba desregulada y precios de miseria. Sin embargo, desde Corrientes llegó un inesperado respaldo al organismo: “Soy muy respetuoso de las instituciones. El INYM, bien manejado, es una herramienta fundamental para el sector, porque da previsibilidad y permite aplicar tecnologías y estrategias comerciales. Más que eliminarlo, hay que normalizarlo y devolverle el sentido original por el cual fue creado”, subrayó Orlando Stvass, vicepresidente del Consejo de Administración de la Cooperativa Agrícola de Colonia Liebig, cuya marca comercial es Playadito, la yerba más vendida de la Argentina. 

La posición de Misiones es firme: sostener el INYM más allá de buscar en paralelo soluciones intermedias y respaldos a los pequeños productores. La solidez del mensaje se hizo explícita en una reunión del gobernador Hugo Passalacqua con todos los intendentes.  “Son la piedra basal del misionerismo. La alta política, en su mejor versión, es eso: escucharnos con cariño y con diálogo”, destacó el gobernador, quien tuvo una agenda intensa durante la semana. Reuniones con los demás gobernadores, con el Consejo Federal de Inversiones, con el que cerró financiamiento para la floricultura, un sector incipiente pero pujante de la chacra misionera.

El viernes también hubo una cumbre con Viviana Alva Hart, representante del BID en Argentina, con quien negoció financiamiento directo para obras de infraestructura en Misiones. Se pretende construir una ruta y reparar otra, además de obras hídricas. Sería el primer endeudamiento directo de la provincia ante el hueco dejado por la Nación.

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