La investigación en psicología frente a los desafíos tecnológicos y sociales: radiografía de un cambio estructural

El Dr. Juan Pablo Bareyro, investigador del CONICET, analizó el estado actual de la psicología científica en Argentina y el impacto de la transformación digital en el comportamiento humano. Alertó sobre el incremento de trastornos emocionales en adolescentes y la necesidad urgente de adaptar los marcos teóricos y terapéuticos.

Investigación en psicología: un campo en crecimiento con desafíos regionales

En el marco de la inauguración del Centro de Estudios en Psicología, Desarrollo y Salud Humana de la Universidad Católica de las Misiones (UCAMI), el Dr. Juan Pablo Bareyro, psicólogo e investigador del CONICET, ofreció una disertación centrada en el estado actual de la investigación psicológica en Argentina y su proyección internacional.

Durante su exposición, Bareyro subrayó que la psicología científica en el país mantiene un estándar metodológico robusto, con investigaciones cuantitativas alineadas a las prácticas internacionales. Sin embargo, reconoció que en provincias como Misiones, el campo aún es incipiente y requiere mayor masa crítica de investigadores y becarios.

“En Misiones existen grupos de investigación, pero son pequeños. Aspiramos a consolidar equipos más robustos con apoyo institucional, tanto del CONICET como de otras entidades”, sostuvo el especialista.

Tecnología y salud mental: avances metodológicos y nuevas problemáticas

Uno de los ejes centrales de la charla fue la integración entre tecnología y psicología, tanto en las técnicas de investigación como en las problemáticas emergentes derivadas del uso intensivo de dispositivos digitales.

“El desarrollo de herramientas como el análisis de datos, electroencefalogramas, resonancia magnética funcional o eye-tracking nos permite estudiar con mayor profundidad el comportamiento humano. Pero al mismo tiempo, la tecnología está modificando ese comportamiento, especialmente en niños y adolescentes”, explicó Bareyro.

Desde la pandemia, se observa una migración de las interacciones sociales hacia los entornos virtuales. Según el investigador, este cambio impacta directamente en el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y afectivas en las nuevas generaciones.

“Los adolescentes actuales presentan niveles de ansiedad y depresión comparables a los de la población adulta, algo que hace diez años era impensado. La bibliografía que estudiábamos ya no alcanza para entender lo que está pasando hoy”, advirtió.

Salud mental en Argentina: mayor visibilidad, acceso y desafíos culturales

Consultado sobre la percepción social de la salud mental, Bareyro destacó que en las grandes ciudades el estigma hacia la psicología ha disminuido, pero aún persisten barreras culturales en contextos rurales o periféricos. No obstante, resaltó que la tecnología también facilita el acceso a la atención psicológica, incluso en zonas alejadas.

“Hoy, una persona en el interior de Misiones puede acceder a una consulta online con un profesional en Posadas sin tener que trasladarse. Eso representa un avance clave para la equidad en salud mental”, señaló.

Finalmente, hizo hincapié en la necesidad de reconocer la importancia de la salud mental en la vida cotidiana. “No se trata solo de patologías graves. La salud mental afecta nuestras relaciones, nuestro trabajo, nuestra calidad de vida. Comprender eso es el primer paso para atenderla”, concluyó.