El desastre coreano

Compartí esta noticia !

Generalmente, en el ámbito noticioso, hay una de las dos Corea que suele ocupar los titulares. Corea del Norte, de la mano de Kim Jong-un, su régimen autoritario con fuertes tintes de culto a la personalidad, siendo uno de los pocos experimentos comunistas que aún queda en el mundo y sumando la peligrosidad bélica y sobre todo nuclear, siempre están en boca de todos, pero esta vez, el hermano “bueno”, el del sur, fue quien dio la nota.

7 horas de locura de Seúl

Una jornada que vaticinó un hecho fatídico, en términos políticos, azotó a la parte sur del paralelo 38. El presidente surcoreano tomó una decisión absolutamente drástica: la declaración de la ley marcial.

Yoon Suk-yeol es el nombre del mandatario, quien en una jugada inesperada y de manera unilateral, tomó la decisión de intentar suprimir a todas las instituciones del estado y las que tienen actuación en la esfera pública. La ley marcial es básicamente prohibir toda forma de expresión política y social. Esto, por lo general, es algo impartido en países en guerra o con conflictos civiles severos, pero el contexto surcoreano no ameritaba la situación a la cual fueron sometidos.

Esta situación decantó en la salida del ejército a la calle con violentos enfrentamientos contra los ciudadanos, quienes decidieron salir a la calle a dar la cara en este embrollo y además, a exigir respuestas al estado. Los uniformados llevaron adelante varios hechos de represión con imágenes que recorrieron el mundo mientras nadie entendía muy bien lo que pasaba. Como si fuera una novela de un mundo distópico, los helicópteros del ejército comenzaron a sobrevolar y patrullar los cielos de Seúl.

La respuesta del marco político fue la de sesionar en el parlamento, de manera extraordinaria y a contrarreloj, para oficializar la inconstitucionalidad y el rechazo directo a la ley marcial. Tras este hecho, el presidente decidió dar marcha atrás con la polémica decisión en un desenfreno político que duró tan solo 7 horas.

El origen del desmán

Yoon Suk-yeol argumentó su decisión como si estuviera en los años de la Guerra Fría. Su motivo es el avance y la influencia del comunismo en Corea del Sur, promovido, teóricamente, por la influencia de su hermano del norte. Razón esta, por la cual la ley marcial significaba la herramienta que el presidente de Corea del Sur necesitaba para llevar adelante su combate ante el fantasma rojo.

Difícil es pensar que el comunismo sea una amenaza real para Corea del Sur a esta altura de la historia. Indudablemente, en la década de los 50’s si era un problema real. Hoy, con el reordenamiento geopolítico, el comunismo no es un problema que pueda afectar a nivel institucional a dicho país, sino más bien una mera excusa para hacerse del poder.

Uno de los temas principales es el trasfondo de la ley marcial fallida. No fue el comunismo, sino la obsesión con aferrarse a lo más profundo del poder. Yoon Suk-yeol tomó una excusa tan vieja como la propia rivalidad con el norte para intentar apropiarse de todos los estamentos del Estado y vapulear a la oposición política. El presidente vio amenazada su conducción en los últimos tiempos, con una oposición fortalecida a través del trabajo legislativo.

Hasta dónde puede llegar la ambición de un líder por aglomerar el poder que logró ser la instauración en primera persona de una ley que buscaba, nada más y nada menos, que socavar los cimientos de la incipiente democracia liberal de Corea del Sur. Un paso en falso que le puede costar una era a dicho país.

La debacle inevitable

El día después de semejante evento, inasequiblemente, queda marcado por la dificultad de mantener el orden institucional establecido, en un país donde justamente, es el orden por lo cual se lo reconoce a nivel internacional.

Para Yoon Sin-yeol, esto es la crónica de una muerte anunciada. El fin de su gobierno es cuestión de tiempo, y lo que es aún peor, es que esto puede acarrear a un evidente final a la estructura democrática en Corea del Sur, lo cual puede ser muy grave si provoca un efecto dominó, o, si de alguna manera, es motivo de intromisión comunista por parte de su vecino del norte.

Hay una realidad que es innegable, y la cual tiene que ver con el declive de su gabinete y hasta una salida del poder que puede decantarse a través de una moción de censura o destitución que pueda padecer la peor de las condenas: la pena de muerte.

El complejo entramado de la realidad surcoreana contempla una situación que puede ser execrable. La democracia liberal que tanto frutos dio en Asia, tras ser el refugio de un modelo económico que es vanagloriado en otras partes del globo, puede entrar en duda tras la crisis surcoreana.

La realidad es que la expansión de los hechos en ese país pueden tener concatenación en otras regiones, pero más allá de eso, es clave entender que esta situación marcó una ruptura en las formas de comprender la política en Corea del Sur pero también en la región en sí. Ese modelo tan amado globalmente, tiene flagelos sociales que derivan en una dureza política que se puede llevar por delante a la democracia desde el vamos. Si Yoon Suk-yeol es destituido del cargo, la furia no va a parar. Hay una mecha que arrancó por lo político y se puede extender a lo socio – económico. Corea del Sur es un programa que pasa por muchos problemas en ese sentido y en el cual, hasta producciones audiovisuales mostraron los flagelos padecidos por los menos pudientes. La peligrosidad es para un modelo político pero significa una oportunidad para elevar los reclamos dolosos de un sector de Surcorea que padece las problemáticas sociales estructurales que padece el sistema. Lejos de premoniciones un tanto absurdas acerca de un futuro geopolítico incierto, hay una pregunta que se erige por el resto y que es, inevitablemente, la gran generación de incertidumbre de aquí en adelante: ¿se abre la posibilidad de un cambio sistémico en Corea del Sur a partir de la presión popular? Solo el tiempo será quien determine eso, sin embargo, la mecha ya está encendida.

About The Author

Compartí esta noticia !

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Categorías

Solverwp- WordPress Theme and Plugin