Las expectativas relevadas por el BCRA indican una caída en lo que se preve, será la recuperación económica brasileña en 2017. Al igual que la Argentina, se trata de una reactivación muy anémica, que puede no sentirse en el ánimo popular y en especial, en el castigado mercado laboral. Todo eso es caldo de cultivo para el hartazgo de la sociedad ante los escándalos de corrupción.

El estado de la economía de Brasil, el impacto de la crisis y cómo puede afectar a la Argentina, según Ecolatina

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La consultora Ecolatina elaboró un informe donde da cuenta del real estado de la castigada economía brasileña, el estatus de un proceso muy anémico de recuperación y el impacto que puede tener la crisis política tanto en la actividad del gigante sudamericano, como en la Argentina.

Algunos de los puntos que destaca Ecolatina son los siguientes:

El 2016 fue malo para Brasil y este venía mejorando pero poco, parecido a la Argentina

Al igual que en nuestro país, el 2016 no fue un año positivo en materia económica para Brasil: la actividad del país vecino se contrajo significativamente (-3,6%), por segundo año consecutivo. Sin embargo, el arranque de 2017 mostró que Brasil podría estar dejando atrás la recesión.

  • Tras el cambio de gobierno de mediados de 2016, la confianza de los agentes económicos mejoró y ello permitió cierta mejora en la actividad. Sin embargo, los recientes acontecimientos que involucran al Presidente Temer muestran que la crisis política continúa.
  • Con el arranque del año en curso, los mercados renovaron su confianza en Brasil. El mayor influjo de capitales del exterior se tradujo en una significativa apreciación del real (aproximadamente 10% desde el pico de fines de 2016 y comienzos de mayo) que ubicó el tipo de cambio oficial por debajo de los niveles previos al triunfo de Trump; y en un fuerte incremento de las acciones (el Bovespa trepó casi 20% desde el mínimo de diciembre del año pasado).
  • Leve recuperación en el primer trimestre
  • Más importante aún, la economía real arrojó señales de recuperación en el primer trimestre de 2017. Según datos del Banco Central de Brasil, en los primeros tres meses del año la actividad económica trepó 1,1% en términos desestacionalizados y 0,3% en la comparación interanual, cortando una racha de caídas consecutivas de dos años.
  • Asimismo, el alza de precios se moderó significativamente en 2017: tras finalizar con una inflación de 6,3% en 2016 (cerca del límite superior de 6,5% de la meta del Banco Central de Brasil), en abril la inflación interanual se redujo a 4,1%, ubicándose por primera vez por debajo del objetivo del año. Esto le permitió a la autoridad monetaria reducir la tasa de referencia de política monetaria (la SELIC bajó 3 p.p. desde octubre del año pasado), cuando en los últimos tres año sólo se había movido al alza.
  • Algunos meses atrás el concenso de mercado pensaba que, luego de dos años de caída, en el 2017 la economía brasileña conseguiría salir lentamente de la recesión. De acuerdo al relevamiento de expectativas del Banco Central de Brasil realizado a los pocos meses de asumir Temer, la economía crecería más de 1% este año. Sin embargo, el “optimismo” se diluyó con el correr del tiempo, y la última encuesta de mayo marca un incremento mínimo de sólo 0,5% del PBI para 2017.
  • Faltan de inversiones y sube el desempleo
  • La imposibilidad de resolver el desequilibrio fiscal socavó la confianza de los inversores extranjeros profundizando la recesión. Desde 2014 que la inversión viene cayendo en el país, acumulando una contracción cercana al 26% en los últimos tres años. Ello derivó en un importante deterioro del mercado de trabajo: desde comienzo de 2015 la tasa de desempleo comenzó a elevarse sostenidamente, pasando de 6,8% de la PEA en 2014 a 13,2% en el primer trimestre de 2017. Los problemas del mercado laboral afectaron negativamente el consumo: en los últimos dos años el gasto de las familias se contrajo 7%.
  • La performance de la economía brasileña tiene un impacto elevado sobre nuestro país. Por las acotadas perspectivas de crecimiento para 2017, se descontaba que Brasil no traccionaría nuestra economía, pero al menos no volvería a jugar en contra como lo hizo en los últimos dos años. Sin embargo, los recientes acontecimientos suman incertidumbre a la hora de consolidar la recuperación del nivel de actividad local.
  • Si se complica Brasil, la Argentina se queda sin la tracción que podía ofrecer el país vecino
  • Como señal de la mejora económica del país vecino, las exportaciones de Argentina a Brasil habían comenzado recuperarse desde fines de 2016 (en los últimos cinco años cayeron), pero en marzo y abril mostraron resultados nuevamente negativos. Un nuevo golpe sobre la demanda interna y una suba del real brasileño amenaza las posibilidades del intercambio bilateral.
  • En síntesis, si la situación política no se soluciona rápidamente, la incipiente recuperación de la economía brasileña puede marchitarse acotando las perspectivas de recuperación de la actividad local.
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