El negocio oculto del fentanilo en Argentina: sin adictos, pero con mercado informal en auge
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Fentanilo en Argentina, la ruta ilegal que conecta hospitales públicos, clínicas estéticas y redes informales. Una investigación judicial reveló el funcionamiento de un circuito clandestino de comercialización de fentanilo de calidad médica en Argentina, vinculado a farmacias hospitalarias, clínicas privadas y profesionales de la salud. Aunque no se registran adictos locales, el opioide más potente del mercado ya circula en la economía informal con fines comerciales.
Una sustancia legal, un circuito ilegal
El fentanilo, un opioide sintético 100 veces más potente que la morfina, está estrictamente regulado en Argentina. Su uso está limitado a entornos hospitalarios, y su expendio requiere receta oficial archivada. Sin embargo, desde 2021, la droga comenzó a aparecer en redadas contra narcomenudeo, allanamientos en clínicas privadas y detenciones en rutas del interior del país, revelando una ruta paralela de distribución que involucra a enfermeros, visitadores médicos, empresarios farmacéuticos y clínicas estéticas.
La causa más reciente, impulsada por la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) y el Juzgado Federal de Posadas, sacó a la luz una cadena ilegal de envío y reventa de ampollas de fentanilo que partían desde hospitales públicos en Misiones por un empleado infiel (que está detenido) y llegaban a clínicas privadas de Salta, Córdoba y Ciudad de Buenos Aires, utilizando encomiendas en micros de larga distancia.
El hallazgo que disparó la investigación
El 14 de abril de 2023, en un control de rutina sobre la Ruta Nacional 12, Gendarmería Nacional detectó 500 ampollas de fentanilo en una encomienda enviada desde Posadas. Las cajas incluían la copia del DNI de un joven electricista misionero, quien había remitido el paquete a un empresario farmacéutico porteño. Las ampollas, etiquetadas con los nombres de tres laboratorios nacionales, activaron una investigación federal que incluyó 14 allanamientos en CABA, Jujuy y Misiones.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) confirmó que ninguno de los implicados estaba autorizado para comercializar productos que contienen fentanilo. Entre los allanamientos, se identificó y detuvo a una persona que trabajaba en el sistema de farmacias de dos hospitales públicos misioneros, los cuales eran el punto de origen del desvío: el Hospital Ramón Madariaga y el Nuestra Señora de Fátima, ambos en Posadas.
De los quirófanos a las clínicas de estética
El caso reveló un patrón preocupante: el fentanilo se comercializaba no para el consumo recreativo, sino como insumo médico informal, sin trazabilidad ni control sanitario. Según consta en mensajes extraídos del celular del joven imputado, los clientes eran clínicas estéticas y oftalmológicas interesadas en comprar “más barato”. Llegaron a solicitarle hasta 300 ampollas por vez, a precios de apenas $1.100 por unidad en 2022.
En una red que combinaba medicamentos flojos de papeles, profesionales de la salud sin habilitación y establecimientos fuera de regulación, la droga se transformó en un insumo de bajo costo para quienes operaban por fuera del sistema formal.
¿Adicción o mercado gris?
A diferencia de la crisis del fentanilo que azota a Estados Unidos, donde la sustancia genera adicciones masivas y muertes por sobredosis, en Argentina no se registran casos clínicos de adicción a opioides ni pacientes con abstinencia en hospitales públicos. Así lo afirma el toxicólogo Carlos Damín, jefe del servicio de Toxicología del Hospital Fernández: “No tenemos intoxicados por fentanilo ni pacientes con abstinencia. Adictos a opioides en general hay muy pocos en el país”, aseguró el especialista.
Sin embargo, al menos un antecedente penal confirma un posible consumo adictivo: un técnico informático condenado por homicidio en 2015 admitió inyectarse fentanilo varias veces al día, aunque nunca explicó cómo accedía a la sustancia.
Nuevas detenciones, nuevas señales
En 2024 se registraron nuevos casos aislados vinculados a fentanilo:
- Una enfermera de Florencio Varela fue detenida por falsificar recetas médicas con talonarios de una municipalidad.
- Un veterinario santafesino fue interceptado con 40 ampollas en un micro, alegando que eran para uso animal.
- En la villa Fraga de Chacarita, tres miembros de una banda narco fueron arrestados con ampollas de fentanilo, efedrina y bromuro de rocuronio, además de cocaína, marihuana y pasta base. Una de las imputadas, beneficiaria de un plan social, fue condenada a tres años de prisión en suspenso.
En todos los casos, la droga no se usaba para consumo recreativo masivo, sino como parte de un botiquín delictivo o como insumo para terceros.
El fentanilo ilegal en Argentina no se asemeja —por ahora— al fenómeno devastador que atraviesa Norteamérica. Pero la existencia de un circuito clandestino en expansión, con vínculos hospitalarios, rutas interprovinciales y operadores sanitarios sin control, representa una amenaza sanitaria y criminal creciente.
El desafío no es sólo policial, sino también sanitario y regulatorio: restringir desvíos del circuito legal, auditar farmacias hospitalarias y actualizar el marco de control sobre opioides, antes de que el mercado narco decida instalar culturalmente a esta droga como nueva mercancía adictiva.
