“La realidad es que tras los aumentos de precios hubo un mejoramiento de la rentabilidad pero dista de ser plausible como un negocio provechoso”, expresó días atrás el Presidente de CECHA, Carlos Gold. Asegura que es un “oasis temporal” para la continuidad de los 4.423 negocios que subsisten de los 6.500 que existían hace una década y media.
Es que tal como enfatiza el directivo, los costos han subido sustancialmente, ya sea por los elementos básicos con que deben alimentarse las Estaciones de Servicio para funcionar, o los salarios, donde un acuerdo paritario no solo eleva el haber del empleado sino también la contribución al estado.
En este contexto cabe preguntarse: ¿Es mejor o peor la situación actual de los expendedores que hace un año atrás? Para desenmarañar este enigma vale recurrir a los números duros de la realidad y comparar las principales variables que integran la economía de la actividad, que son (junto a las comisiones) los precios y salarios.



_{Nota: Para facilitar el cálculo se tomó el precio de la Nafta Súper como combustible de referencia. En el caso de los sueldos resta incorporarse la cláusula de revisión.}
De este relevamiento se desprende que los sueldos fueron los que más se incrementaron durante este período, seguido por los precios.
Al respecto, el titular de CECHA señaló: “Los últimos aumentos trajeron un viento positivo en los ingresos de las Estaciones de Servicio, pero con la misma intensidad sus costos construyen una pared. Es una cuestión de tiempo, si la pared se eleva más que proporcionalmente, como lo demuestra la historia, el viento no pasará”.