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Argentina enfrenta este domingo la primera etapa de una elección que moldeará su futuro. La elección de este domingo no es determinante, pero comenzará a definir escenarios. En la práctica, el resultado de las Primarias sólo resolverá la feroz interna del principal espacio opositor. El resto de los esquemas, incluido el oficialismo, casi cumplen con el compromiso. En la mayoría de las provincias ya hubo elecciones, con ratificaciones varias y algunos batacazos de la oposición. Hoy se celebra una elección que será una foto de una película más larga. 

El argumento de esa película es una puja entre modelos, no entre partidos ni candidatos que, sobre todo en la oposición, se diferencian apenas por matices. Es un debate que se repite, con distintos intérpretes en los últimos ocho años. El país, en ese período, parece haberse estancado o peor aún, estar en declive, pagando las consecuencias de las malas decisiones. El brutal endeudamiento tomado en 2018 condiciona el presente y el futuro de un país que parece estar condenado a las crisis, en contraste con aquella premonición fallida de 2001. Pero no hay que dejarse amilanar por las apariencias. 

No se trata de una elección de dos o tres tercios, sino que hay un cuarto protagonista excluyente que es el Fondo Internacional, con una injerencia clave en el proceso político. Cómo atender sus demandas definirá el devenir de la Argentina. Cómo se posiciona cada espacio ante sus recetas, determina el grado de autonomía que se pretende para el futuro. 

La inflación es el quinto elemento excluyente de esta elección. Es parte esencial del humor social, que opaca cualquier otro dato de la economía real. La Argentina llega a esta definición con el empleo privado registrado más alto de la historia: 6.356.237 trabajadores en blanco. En otro contexto sería un dato clave. Hoy no es determinante. 

La inflación, de nuevo, inclina la balanza. Pero la radiografía de la economía muestra muchos indicadores en el lado positivo. Casi dos años después del piso de la pandemia (julio 2020), se han generado 561 mil puestos de trabajo, quedando casi 74 mil puestos por encima del valor máximo de la gestión Cambiemos (abril 2018). 

Durante la crisis de Cambiemos, entre abril de 2018 y el fin del mandato de Mauricio Macri, se destruyeron 276 mil puestos de trabajo registrados privados. A esta caída se suman los puestos perdidos durante la crisis sanitaria por el COVID-19 (196 mil) y unos 15 mil entre enero y febrero de 2020. Desde entonces, hay recuperación del mercado laboral aún en meses donde se evidencia una desaceleración de la actividad económica. Además, los datos de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), anticipan datos positivos para junio.

El 95% de las provincias ya registran más empleo privado que en febrero de 2020, y ya no se observa una heterogeneidad regional como en meses anteriores. En ese mapa, Misiones se destaca como una de las provincias donde más creció el empleo. Porcentualmente, por encima de varias de las “grandes”. En mayo, último dato disponible, la expansión del empleo en Misiones fue del 4,8% interanual, equivalente a la creación de 5.170 empleos en los últimos doce meses. Con 108.384 asalariados, se trata del mayor registro de empleo privado formal para un mes de mayo desde el 2009. Desde la pandemia, se crearon 10.773 mil puestos de trabajo en Misiones.

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El empleo es clave en la discusión política. “Hay que crear empleos”, se repite en el manual de promesas de los candidatos, que no suelen decir el cómo. O peor aún, prometen mágicas reformas laborales con laxas condiciones. Los datos demuestran que no son condiciones excluyentes para la creación de empleo y que sí lo es una economía en expansión, con inversión y estímulos.

El rol del Estado es también lo que diferencia a los candidatos y sus propuestas. Unos sugieren achicarlo y comprimir todas sus potestades. Entienden que desde Buenos Aires se debe “ordenar” la economía y ajustar, sobre todo en las provincias, que “gastan, gastan, gastan”, como define Patricia Bullrich. La ex ministra de la alianza y de Mauricio Macri, es la que va más a fondo en su programa: “Si el consenso es para dejar todo igual, no es consenso, es una rendición”. Puro lenguaje bélico. 

Misiones, nuevamente, es caso testigo. El candidato de Cambiemos, Horacio Rodríguez Larreta prometió “desregulación” para la yerba mate, economía emblema de la tierra colorada. La experiencia cercana indica que cuando eso sucedió, la chacra se empobreció y sólo ganaron un puñado de industrias. 

La transferencia de recursos entre 1991 y 2001 desde el sector productivo al industrial y comercial, se estima en más de mil millones de dólares por la caída de los precios de la materia prima. Cambiemos tiene en la mira a la yerba mate desde la presidencia de Macri, quien, en una visita a Misiones en 2018 prometió lo mismo. Y más allá de las palabras y las desmentidas obligadas de los socios menores del radicalismo, hay un proyecto de ley para desregular la economía y particularmente quitarle las facultades de intervención en el mercado al Instituto Nacional de la Yerba Mate. Un proyecto firmado por el misionero Alfredo Schiavoni, uno de los candidatos de Larreta en Misiones y compañero de boleta de Ariel Pianesi, el enviado a “desmentir” la promesa del candidato presidencial. 

Misiones conoce las consecuencias de la desregulación. Durante la década de los 90, en el auge de las teorías de Domingo Cavallo, la pobreza creció exponencialmente en paralelo al desempleo. La chacra estaba de remate.  

El contraste es evidente. En los últimos 20 años, la Provincia adoptó una visión opuesta, en la que el rol del Estado es determinante. En la yerba, en la madera y hasta en el consumo. Se aplican incentivos y correcciones en igual medida. Los resultados están a la vista. El mayor nivel de empleo, consumo en alza aún en medio de la crisis inflacionaria y una inversión récord en sectores claves: en 2024 se destinarán más de 813 mil millones a la Educación, la Salud y la atención social. El 70 por ciento del presupuesto va a esas áreas. 

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El rol del Estado es el de buscar equilibrios en todas las cadenas. En esa línea, el gobernador Oscar Herrera Ahuad recibió el viernes a la industria yerbatera para coordinar acciones conjuntas y diagramar el nuevo escenario ante la discusión de precios que se avecina. La producción pide 253 pesos con su grilla de costos. El Gobierno sostendrá la estrategia de acompañar también un aumento a salida de molino para cuidar la rentabilidad. Para aumentar precios en góndola, hay que convencer desde el secretario de Comercio, Matías Tombolini, al de Agricultura, Juan José Bahillo hasta el mismo ministro de Economía, Sergio Massa, que juega su doble rol, también como candidato. Para eso también es clave contar con representantes en el Congreso que persigan los mismos objetivos. 

“Las provincias somos la patria. Ese es el eje fundamental para ir a votar este domingo 13 de agosto, pensando en los intereses de los misioneros y defender lo nuestro ante la Nación. Por eso decidimos ir a las elecciones con Sergio Massa, que es el único candidato a presidente que entiende lo que pasa en Misiones con una mirada profundamente federal, que pidió ir con nuestros candidatos a legisladores nacionales, los Frente Renovador; para que la agenda de nuestra provincia esté en la mesa de la toma de decisiones nacionales”, definió el gobernador electo, Hugo Passalacqua.

Massa ya jugó para Misiones con la definición de precios para la yerba mate. Y tiene pendiente la promesa de volver el mes próximo a poner en marcha la Zona Aduanera Especial, un reconocimiento histórico para compensar las largas asimetrías que sufrió la provincia rodeada por fronteras externas y con un alto costo de logística por las distancias internas. Por etapas y con una cobertura para toda la provincia, con incentivos para sectores puntuales y alivios para el bolsillo del consumidor es el compromiso. 

Massa tendrá este domingo su primer desafío, en un proceso que tiene dos capítulos más. Es quien evitó el colapso del Gobierno, pero tiene que lidiar con los problemas que no logró resolver su propia administración. No puede criticar la herencia, pero al mismo tiempo, esa ausencia esa es una virtud: se hizo cargo en momentos en que otros miraron al costado. La primera prueba para encarar la recta final serán las PASO. Pero sea cual fuere el resultado, no es determinante de lo que vaya a ocurrir en octubre.

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