Entra en vigencia la reforma laboral en Brasil
Brasil pone en vigencia este sábado la reforma laboral impulsada por el presidente Michel Temer, a cuatro meses de su aprobación en el Congreso. La nueva legislación pone en alerta a la industria argentina, ya que las empresas perderían competitividad con sus pares brasileños. La implementación de la norma en Brasil, se da en el marco del proyecto de ley del Gobierno del presidente Mauricio Macri para una reforma laboral en el país. Mientras que la CGT puso reparos a varios artículos del proyecto, varios empresarios de alto rango se mostraron afines a la modificación.
“De aquí en adelante la economía va a seguir creciendo y vamos a recoger los frutos de la nueva ley laboral” con más empleo, afirmó Michel Temer. La reforma laboral promulgada por el mandatario entra en vigor a partir de este sábado. “La nueva ley no le va a quitar los derechos a nadie” aseguró el presidente durante una entrevista. En otro tramo del reportaje el mandatario agregó que en el futuro los empleados contarán con carteras de trabajo digitalizadas.
La norma instituyó el principio de que “lo acordado está por sobre lo legislado”, permitiendo que los pactos en cada empresa se sobrepongan a lo que fija la propia ley y los convenios colectivos. Además quedó establecida una forma de contratación más flexible a través del contrato de trabajo “intermitente” y la posibilidad de que las vacaciones sean seccionadas en tres veces. El desempleo bajó un 0,6% en septiembre, cuando fue del 12,4%, afectando a 13 millones de ciudadanos, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas.
En Argentina, el empresario Marcos Galperin, CEO de Mercado Libre, despertó la polémica semanas atrás con un tuit en el que se sumó al reclamo de la mayoría de los empresarios argentinos: una reforma laboral. El fundador de la cuarta empresa más grande del país, cuyo valor supera los u$s 12.000 millones, según la revista Forbes, escribió en su cuenta de Twitter: “Viendo la reforma laboral Brasilera, Argentina puede 1) imitarla, 2) salirse del Mercosur, 3) resignarse a perder millones de empleos a Brasil“.
Por su parte, Jorge Di Fiori, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Sevicios (CAC), afirmó en agosto pasado que apoya una reforma laboral aunque aclaró que “no como la de Brasil”. En ese sentido, el empresario respaldó la idea de que los empleados paguen su seguro de desempleo aunque consideró que “no es éste un buen momento para implementarlo”. Asimismo, remarcó que es el Gobierno el que debe avanzar con la reforma.
La CGT, en tanto, sostuvo respecto a la medida brasileña que “según los análisis de sindicatos y especialistas, la contrarreforma laboral afecta negativamente más de 120 aspectos individuales y colectivos que protegían las condiciones de trabajo“. Según la Confederación, la reforma contiene un listado de medidas que afectarán directamente a los empleados.
Entre las cuestiones perjudiciales para los trabajadores, la CGT mencionó que permite la negociación individual entre el patrono y el trabajador; elimina la idea de jornada de trabajo y crea el trabajo intermitente; permite el despido por común acuerdo entre empleador y trabajador; inutiliza el salario mínimo nacional y los pisos salariales por gremio y bloquea caminos que hasta ahora el trabajador tenía para reivindicar sus derechos ante la justicia laboral.
La central obrera también criticó que la reforma impulsada por Temer permite que la negociación colectiva con el patrón reduzca derechos que aún quedan en la ley, así como también admite el trabajo de mujeres embarazadas en ambientes considerados insalubres; inviabiliza la ley que reglamentó la convención sobre el trabajo doméstico y que garantizó derechos históricos a las trabajadoras del hogar; admite pago al trabajador/a por periodo trabajado, recibiendo por horas o a diario; elimina el financiamiento a los sindicatos, que era obligatorio desde los años 40; imponer la “negociación” entre el trabajador y el patrono, sin presencia del sindicato, lo que facilita la imposición de condiciones por debajo del acuerdo colectivo; facilita la contratación a destajo, por horas o por producción, con lo cual el trabajador/a está expuesto a una situación de permanente inestabilidad.
Finalmente, tras la reunión de este jueves del consejo directivo, la CGT ratificó su rechazo al proyecto de Macri, al señalar que tiene “puntos inaceptables“, por lo que pidió “importantes modificaciones” para consensuar la normativa y advirtió que el oficialismo “no tiene los votos para aprobarlo” en el Congreso.
Los dirigentes cegetistas aclararon que están de acuerdo con los cambios puntuales que venían charlando con el Ministerio de Trabajo (blanqueo laboral de trabajadores informales, formación profesional y la creación de la Agencia de Tecnología Médica), pero del proyecto integral que presentó luego el Gobierno sólo aprueban sin reparos la extensión de licencias por paternidad.
Del resto del borrador, indicaron que hay puntos que se pueden debatir pero rechazan 14 artículos que consideran “el corazón del proyecto”, es decir todo lo referido a la Ley de Contrato de Trabajo, en especial “el cambio de filosofía del trabajo como relación tutelar y que ahora trata de nivelar las asimetrías entre el empleado y el empresario”, indicó Héctor Daer.