
Fue solo una meta, subsistirá el calvario de los años pares
En la historia de los últimos años electorales, desde el 2011 hasta el 2017, se observó un crecimiento del nivel de producción de bienes y servicios en la Argentina, pero que en su año inmediato posterior se reflejó una recesión de la economía, como ser, en el 2012 (-1 %), 2014 (-2,5%), el 2016 (-1,8 %), en cuanto que la expectativa para el presente año por parte del Gobierno Nacional era de romper con esta maldición de los años pares manteniendo la expansión económica del 2017 (+2,9 %).
En tal sentido, en el Presupuesto Nacional se preveía que la economía crecería en el 2018 un 3,5% con respecto al 2017, impulsado principalmente por un crecimiento de la Inversión del 12% y del Consumo privado del 3,3 %, pero la performance de los principales indicadores que reflejan el comportamiento de los componentes de la demanda agregada en el correr de estos últimos meses reflejan que dicha premisa quedo solo como una utopía.
Veamos:
Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE):
El EMAE es un indicador provisorio de la evolución del PBI en términos reales difundido por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), desde el mes de Diciembre de 2017 (excepto Febrero/17) contemplaba datos positivos de crecimiento económico en términos interanuales, que a partir de Abril de 2018 la tendencia empezó a ser decreciente con una caída del 0,63 % con respecto al mismo mes de 2017, como así también, en Mayo/18 del 5,76 %.
En el periodo de Mayo/18 producto de la sequía, la agricultura, ganadería, caza y silvicultura cayó un 35,2 % que fue la rama de actividad de mayor incidencia en la contracción del EMAE, también en dicho mes fue el inicio de la corrida cambiaria que aún no cesó en cuanto a los efectos adversos en la economía doméstica catalogada por el Gobierno Nacional como periodo de “tormenta”.
Este comportamiento de caída interanual del indicador mensual de la actividad económica en la teoría no es considerada como recesión debido a que debe caer dos trimestres consecutivos el PBI real para que se encuadre dentro de dicho concepto.
Estimador Mensual Industrial (EMI):
El pasado 2 de Agosto el INDEC publicó el EMI correspondiente al mes de junio de 2018, reflejando también una contracción de la producción de la industria manufacturera del 8,1 % respecto al mismo mes del año 2017. Asimismo, la variación interanual acumulada refleja un aumento del 1 % del primer semestre de 2018 con respecto al mismo periodo del año anterior.
En el análisis sectorial se refleja que las principales caídas fueron en las actividades de la refinación del petróleo (19,9%), automotriz (11,8%), caucho y plástico (11,1%) y metalmecánica (10,9 %).
La contracción de la actividad del agro expensó a expandirse y a generalizarse en la industria manufacturera sumada a la volatilidad macroeconómica del tipo de cambio, por lo que se espera que se mantenga la caída para el tercer trimestre del corriente año.
Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC):
Otro sector, que empezará a reflejar una situación descendente en los próximos meses será la actividad de la construcción donde en el mes de Junio de2018, el ISAC registró una baja de 0,1% respecto a igual mes del año anterior, rompiendo también la tendencia alcista desde marzo de 2017.
La construcción en primera instancia puede ser una de las que principalmente sean afectadas debido a la política fiscal contractiva que se espera por parte del Estado Nacional, que principalmente estará sustentada en una reducción significativa de la obra pública, en tanto que por el lado del sector privado, al no domar la Inflación que duplicará las metas estimadas que afecta de manera negativa la decisión de las personas de acceder al crédito ajustado por UVA o UVI y con estos niveles de tasas de interés adoptadas por el BCRA, las expectativas no son positivas.
Entonces:
Tal como se observa de la evolución de los principales indicadores económicos publicados por el INDEC, a partir del mes de mayo de 2018 el descenso se mantendrá por algunos meses debido a la devaluación de más del 50 % en este año y la reducción de los subsidios
económicos (transporte, energía, entre otros) que hacen incrementar los precios de los bienes y servicios afectando de manera negativa al consumo privado, por la caída del salario real, en tanto que la inversión privada, por las menores ventas y el elevado costo financiero también contemplará una caída por la reducción de la propensión.
Tal como lo anuncian los propios participantes del Relevamiento de las Expectativas del Mercado efectuado por el Banco Central de la República Argentina, para este año en función a la conjugación de los factores adversos anteriormente comentados, se espera una recesión de la economía argentina equivalente al 0,3 %, por lo que subsistirá la maldición de los años pares, por lo menos para este año.