Foto de Antonio Becerra
Imágenes sensibles
|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
“En la misma dirección, lo más rápido posible”. La promesa de Mauricio Macri en la recordada entrevista con el fenecido escritor Mario Vargas Llosa, parece cobrar vida en Javier Milei. A pesar de la abultada derrota en Buenos Aires y al contrario de sus primeras palabras en las que reconoció la necesidad de “realizar una autocrítica” y correcciones, el Presidente no hizo más que acelerar al borde del precipicio para no salirse del libreto del “equilibrio fiscal”: vetó las leyes de financiamiento del Garrahan, la de actualización del presupuesto universitario e hizo lo mismo con la del reparto automático de los Aportes del Tesoro Nacional, iniciativa impulsada directamente por los gobernadores, a los que quiere sentar en una “mesa política” sin ofrecer ninguna respuesta a los reclamos.

Lejos de captar el mensaje de las urnas, el Presidente parece apremiado por quemar las naves. El super yo contra todos sirve para la épica, pero no para gestionar un país. Aunque sirve como excusa y victimización ante el fracaso. Nada que no hayan ensayado antes Mauricio Macri o Fernando De la Rúa, cuando pedía auxilio a los gobernadores para evitar el colapso de la gestión de la alianza.
Pero Milei parece querer desafiar la realidad, cuando todas las señales de alerta están encendidas. La economía no crece, el dólar está más cerca del techo de la banda y el desempleo crece de forma incesante. Las economías regionales están todas atravesadas por la crisis -Milei perdió en los principales distritos del campo en Buenos Aires- y hay preocupación incluso en sectores que hasta ahora no se habían pronunciado. “Cómo sobrevivir la crisis” fue el brutal interrogante de los madereros nucleados en Apicofom que en su última reunión rogaron a Nación “la reactivación de un esquema financiero accesible, como el programa ‘Cuota simple’, una herramienta fundamental para impulsar el consumo, sostener la producción y proteger las fuentes de trabajo de nuestra cadena productiva”.
“Este pedido surge en el marco de la compleja coyuntura económica que atraviesa el sector, caracterizado por el encarecimiento de las tasas de interés, la merma en el nivel de actividad y la consecuente dificultad de las familias argentinas para acceder a bienes durables”, señalan los empresarios forestales. En el sector todavía hay muchos dirigentes que “bancan”, pero otros admiten la creciente preocupación por la caída de la actividad. En Corrientes cerró Tapebicuá, pero el interrogante mayor se abre por la supervivencia de Celulosa Argentina, la segunda industria forestal detrás de Arauco. Ni hablar de cientos de pymes industriales que tienen menos espalda. La ironía de la motosierra.
Por eso se debe entender la soledad presidencial como algo mucho más allá de un problema de gustos políticos. Los gobernadores en su mayoría, fueron tolerantes con el plan de Gobierno. Pero no pueden seguir sosteniendo el silencio cuando las consecuencias comienzan a sentirse en el patio propio.
Por eso, aunque no rehúsan el diálogo, están poco dispuestos a ir para sacarse otra foto, como en el Pacto de Mayo o alguna reunión añeja en la Rosada. Tampoco recibieron alguna invitación formal del nuevo ministro del Interior, Lisandro Catalán, “ascendido” de urgencia con escasas herramientas para ofrecer, ya que el ajuste permanente se mantiene por encima de las necesidades de las provincias. “La idea de la Mesa Federal es estrechar el diálogo con los gobernadores, fundamentalmente, con los que tenemos puntos de contactos en la visión de país”, admitió Catalán. ¿Y los otros?
En Misiones la noticia del veto al reparto automático de ATN generó desazón. En el Gobierno provincial entienden que se trata de dinero de las provincias que hoy está retenido por Nación. “Se perdió una gran oportunidad”.
El gobernador Hugo Passalacqua fue uno de los que firmó el proyecto de ley, lo mismo que el de la transferencia del Impuesto a los Combustibles Líquidos –Nación sigue cobrando el impuesto, que crece con cada aumento de las naftas, pero no financia una sola obra vial en el país-. Desde la tierra colorada se apoyará un rechazo al veto para “traer justicia” a las provincias.
Como es habitual, la Renovación seguirá sosteniendo la gobernabilidad. Passalacqua es de tradición dialoguista, pero entiende que deben cambiar las condiciones. “No puede ser un monólogo”, marcan en su entorno.
El viernes, en un encuentro con intendentes de toda la provincia, Passalacqua marcó la cancha. “El misionerismo es una fuerza provincialista nacida de la entraña del pueblo misionero. Siempre interpretamos lo que la gente quería: no ser mandoneados por Buenos Aires. Cualquiera que revise nuestros archivos verá que hemos mantenido esa lógica. Buenos Aires siempre intentará centralizar y defender su puerto y sus intereses; nosotros hacemos todo lo posible para defender nuestro federalismo”, sostuvo el Gobernador.
“Buenos Aires siempre da amarguras, eso lo tenemos que tener presente los misioneros y no dejarnos tentar. Todo el mundo lo sabe, Buenos Aires da amarguras porque tienen un esquema de poder centralizado: los trenes van a Buenos Aires, las ruta van a Buenos Aires, las finanzas se quedan en Buenos Aires, los canales de comunicación nacionales muestran lo que sucede en Buenos Aires y así, es un esquema difícil de romper porque Buenos Aires hace todo lo posible para sostenerlo”, añadió.
Passalacqua abrió la jornada agradeciendo la presencia de los jefes comunales y remarcó el valor de mantener la militancia activa y el contacto directo con la ciudadanía. “Estos encuentros son una especie de ritual de este espacio político; cumplen un doble propósito. Por un lado, descentralizar los recursos, y por otro, encontrarnos y visualizarnos más allá de los WhatsApp y los TikTok. Como se vio en las elecciones en Buenos Aires el domingo pasado, el cuerpo a cuerpo siempre gana”, sostuvo.

La foto de la reunión del viernes es elocuente. Por el contraste. Todos los intendentes misioneros en una cumbre que mezcló gestión y política. La Provincia entregó recursos para obras en los municipios y se anunció una rebaja de los aportes patronales de los empleados municipales. Más dinero en el bolsillo en momentos de contracción.
“Este 26 de octubre es un día bisagra para la Argentina. Recientemente se vetó una ley que representaba ingresos para la provincia, la Ley de los ATN, vinculada a la coparticipación. Tenemos la responsabilidad de responder, y nuestros diputados trabajarán para que esos recursos lleguen efectivamente a Misiones”, señaló el presidente de la Legislatura, Oscar Herrera Ahuad, quien encabezó el acto junto a Passalacqua.
El candidato a diputado nacional agregó: “Necesitamos un Congreso Nacional que discuta la política que la gente necesita, no la que imponen los videos o tendencias de TikTok. Debemos enfocarnos en las economías regionales, en la yerba, la madera, el financiamiento del sistema sanitario y la restitución de programas nacionales que han demostrado resultados, como la disminución del embarazo adolescente y los programas de procreación responsable”, enfatizó.
“Las elecciones de octubre serán clave para que Nación entienda que Misiones y las provincias importan. Me comprometo junto con mis compañeros de lista a poner todo nuestro esfuerzo, pero necesitamos que ustedes también se empoderen del misionerismo y del espacio político que representa la cultura del encuentro y la concordia. Nuestro objetivo es proteger los valores y los intereses de Misiones, no intereses externos”, aseguró Herrera Ahuad.
En el Gobierno provincial exhiben que Misiones puede dar muestras de alcanzar el equilibrio fiscal sin dejar de atender las necesidades y demandas más urgentes de la sociedad. De hecho, Misiones hará con fondos propios obras que Nación dejó sin concretar, pese a que contaban con financiamiento. “Ante la ausencia de fondos nacionales, decidimos asumir con recursos propios la ejecución de trabajos para optimizar las rotondas del viaducto de la Ruta Provincial N° 103 sobre la Ruta Nacional N° 12 en Santa Ana”, anunció Passalacqua.
La urgencia es la infraestructura vial, pero hay otras.
Los catorce puntos de distancia con el peronismo liderado por Axel Kicillof en Buenos Aires, marcaron la más abultada derrota de la oferta libertaria, pero no sorprendieron demasiado. Solo Milei esperaba un empate técnico. Las consultoras hablaban de cinco puntos arriba.
El rechazo ya estuvo presente en todas las elecciones provinciales previas, salvo en Capital Federal.
Hace un par de semanas, en Corrientes el candidato libertario, mimetizado como un león, fue cuarto con menos del diez por ciento de los votos. Y así como se rompieron puentes con los demás gobernadores, hoy Gustavo Valdés, que supo ser aliado, se sumó a la Liga de Provincias Unidas, que pretende convertirse en una opción para 2027, aunque por ahora sea una mezcolanza ideológica sin identidad definida.
En la “mesa oficial” quedaron apenas un puñado de gobernadores: Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, Leandro Zdero, de Chaco y Alfredo Cornejo de Mendoza. Dicen que van a jugar a favor para que no caiga el veto a la ley de reparto de ATN.



La “foto” muestra el vacío. Apenas tres gobernadores de 24 siguen en la mesa. Son además, los únicos socios políticos.
Sin embargo, a poco más de un mes para las legislativas nacionales, ese debería ser el menor de los problemas. El descontento con las políticas de ajuste excede a los gobernadores. Los universitarios saldrán a la calle, lo mismo que los médicos del Garrahan, que concitan una merecida adhesión.
El miércoles habrá una sesión en el Congreso para rechazar los vetos. El clima está enrarecido y los condimentos para una tormenta, al alcance de la mano: el escándalo de las coimas del tres por ciento, revelado por el íntimo Diego Spagnuolo y ratificado por uno de los fieles como Fernando Cerimedo, el dueño de la Derecha Diario, hizo mella en la centralidad libertaria. Ya no hay blancura. Cerimedo declaró ante el fiscal que investiga la ruta de las coimas, que durante 2024 el propio Spagnuolo le contó, en distintos encuentros, sobre los sobornos: “Todo iba a la Rosada”.
El combo impactó en la economía. Fue una semana negra tras la derrota, con caídas diarias en los mercados, suba del riesgo país hasta 1.140 puntos básicos, el nivel más alto desde octubre del año pasado. Las alarmas sonaron con la escalada del dólar, que irremediablemente se sentirá en la inflación, hasta ahora el único logro que puede exhibir el Gobierno -la de agosto fue de 1,9 por ciento, lo mismo que en julio-.
Los datos oficiales de la inflación contrastan con la sensación de pesadumbre que vive buena parte de la sociedad. Lo que parece inentendible para los voceros del Gobierno nacional, tiene una sencilla explicación: no se trata únicamente de que los precios no suban, sino de que los ingresos mejoren en espejo. Lo segundo no sucede. La devaluación de diciembre y la liberación de los precios regulados, como energía, gas y combustible, provocó un desbalance en las cuentas de los argentinos. El combustible subió 7 por ciento el 1 de septiembre y ahora volvió a hacerlo por la disparada del dólar. Las petroleras ya ni siquiera están obligadas a anunciar las subas.
No es un problema únicamente de los más pobres, sino que arrastró a la clase media. La morosidad de las familias con tarjetas de crédito rozó el 5% en junio, el segundo registro más alto en al menos 15 años.
Ante la evidencia del rechazo de las urnas, la gestión libertaria ensaya una suerte de defensa similar a la que usó Macri, aunque sin “segundo semestre”, apenas una cuestión de fe.
“La gente no entiende que le va a llegar, están acostumbrados al corto plazo”, dijo Patricia Bullrich. “Los cambios están viniendo y ya se van a notar”, coincidió Karina Milei desde Tucumán. La principal apuntada por el escándalo de las presuntas coimas y cuestionada por el mal armado político en las provincias, encabezó un acto en un estadio semivacío en el que se destacó por su (mala) oratoria cuando agradeció a quienes trabajaron para que “nosotros habramos llegado” y “pudiéramos poder”. Las fallas de oratoria se pueden corregir. El concepto de fondo hace más ruido: el nosotros por encima de cualquier proyecto colectivo.
