Ingeniero en Industria de la Madera volvió a Misiones para potenciar la industria mueblera

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En Misiones, la industria mueblera avanza a paso firme, con la creación de diferentes polos y el aprovechamiento del potencial de carpinteros y artesanos en la madera. El objetivo es generar en la Provincia ese valor agregado a la madera que, anteriormente, salía aserrada de la tierra colorada, para ser procesada en otros puntos del país.

Maximiliano Conil es ingeniero en Industria de la Madera, formado en Misiones, pero que tuvo que emigrar apenas egresó por la falta de salida laboral y la escasez de profesionales en las industrias. Luego de andar por diferentes puntos del país, por la pandemia, regresó a su Oberá natal, donde formaría Tauriel Showroom de madera.

La propuesta de Tauriel es amplia: además de vender muebles premium para interiores y exteriores, realizan amoblamientos a medida y trabajan con diferentes carpinterías y proveedores de la zona. El objetivo es que el sol salga para todos.

“Cuando regreso a Oberá, estaba todo parado y decido trabajar con mi hermano, que también tenía su trabajo aparte”, explicó Conil a Economis. “Le comenté el potencial que tenía Misiones con los muebleros, carpinteros, fábricas medianas que, de hecho, estaban haciendo productos en gran escala, pero que no tenían la salida, comercialización acá dentro de la Provincia”, recordó.

Según manifestó el empresario de Oberá, Misiones siempre fue productora de materia prima, como ser madera aserrada seca, verde o tableros que se iban a provincias con polos muebleros establecidos, como Buenos Aires, Santa Fe o Córdoba. “Terminábamos comprando los muebles hechos con nuestra madera por internet de estos lugares”, agregó.

Entendiendo que la Provincia contaba con este potencial es que decide abrir Tauriel Showroom de Madera donde, además de comercializar la madera seca o la madera sin ningún tipo de transformación más que la primera, empezaron a vender los muebles terminados y el producto terminado, exhibir los trabajos de los misioneros.

Conil destaca el trabajo que se realiza en la región y la calidad de los mismos que tienen una alta demanda en el mercado local. “De hecho, nosotros no tenemos ningún mueble para decirte de algarrobo, por ejemplo traído del Chaco, que sí se veía mucho en en los otros comercios”, apuntó.

Las repercusiones se notaron en las ventas, como así también con los proveedores que se acercaron a Tauriel para ofrecer sus productos. “Nosotros tenemos una gran exposición y, de hecho, aumentó mucho el consumo de estos productos dentro de la Provincia, además se ve como vienen de otras provincias a comprarnos los muebles directamente acá, eso fue un cambio muy importante para todos los pequeños productores que iban teniendo un ingreso y podían mejorar sus maquinarias su tecnología y además nuevos diseños”.

Además de brindar un espacio de comercialización para diferentes productores muebleros, Conil también brinda asesoramiento técnico a éstos, ya sea con nuevas técnicas de pintado o diseño. “Afortunadamente se le está dando más importancia a la madera, sobre todo con las diferentes ferias, convenciones que sirven mucho para visualizar que dentro de la provincia tenemos un potencial enorme que lo tenemos que empezar a explotar”.

“Hoy el material del futuro va a ser la madera, el material más sustentable consumidor de carbono y tenemos que utilizarlo, porque nosotros disponemos de todo esta materia prima y de la gente con el conocimiento para llevar a cabo y yo creo que es lo que se viene, lo que ya está”, aseveró Conil.

El punto de inflexión, según Maximiliano, fue la pandemia, donde muchos productores empezaron a usar nueva tecnología, usar las redes para comercializar sus productos y las opciones de logística, que era uno de los grandes inconvenientes de la industria. “Ahora, con los nuevos diseños de muebles, en vez de mandar una silla armada, mandas todas las partes de la silla y que se ensamble en el sitio es en el sitio que va a ir, sea Córdoba o Buenos Aires”, indicó.

Esto permitió transportar un mayor volumen de muebles, algo que surgió a raíz de la necesidad de explotar el mercado y de adquirir productos que se producían adentro, en la Provincia. En ese sentido, Maximiliano advierte que la calidad de los materiales y los trabajos realizados en Misiones, nada tienen que envidiarle a polos muebleros como Caimancito en Jujuy, San Fernando en Buenos Aires o Cañada Gómez, en Santa Fe.

“En Misiones, con mucha menos tecnología, se lograban productos de excelente calidad y hoy, sumando tecnología, capacitaciones y formación tanto a operarios, como los empresarios, se están logrando muebles que están compitiendo para estar en la primer puesto”, aseguró.

Esto posibilita a las industrias a invertir internamente en nuevas técnicas de pintado, de secado, para dejar una superficie más suave y, así, mejorar la posibilidad de meterse en mercados, como lo hizo MAP con los muebles plegables. “Hoy estamos desde Misiones mandando casi el 90% del consumo total de Argentina y eso no es menor, pero esos son datos que solamente si vas y preguntas investigas, puedes conocerlo”.

Desafíos que superar

A pesar de encontrarse con un presente promisorio, la industria mueblera es relativamente joven y tiene aún muchos escollos que sortear, algo que lo deberá hacer de manera paulatina, pero que no debe descuidar.

“Uno de los desafíos que yo siempre le planteo a los empresarios madereros, es la inversión en tecnología, porque, si bien hay muchos que están invirtiendo en tecnología, tenemos que seguir avanzando y no quedarnos”, advirtió.

Otro punto, tal vez más accesible a atender que el primero, es el diseño de los muebles, donde Conil asegura que se debe mejorar, “para obtener piezas más acorde a la era que se vive, porque no es lo mismo un mueble que fabricaba mi abuelo que era todo torneado y todo brillante, a un mueble de hoy que es más recto”.

Por otra parte, una de las principales falencias que remarcó Maximiliano es la poca tecnificación de los aserraderos ubicados por la Ruta Nacional 14, a diferencia de los que se ubican por la RN12. “Si vamos la RN12, tenemos mucha tecnología y un gran porcentaje de aserraderos cuentan con su secadero a diferencia de nosotros, del lado de la ruta 14, tenemos muy pocos aserraderos con esa tecnología”.

De esta manera el mercado se achica mucho porque, al no contar con una cámara de secado también se limita la producción de una remanufactura, de un tablero, de una vía multilaminada o de un producto reconstituido de madera.

Por último, es el aprovechamiento de los subproductos que se genera en los aserraderos, como ser los costeros o los chips y que, generalmente, terminan desechándose. “Todavía podemos observar que se queman a cielo abierto y eso es energía que no estamos utilizando y estamos pagando. Siendo generosos nosotros podemos llegar a aprovechar un 50% del rollo, en el mejor de los casos, y el otro 50% lo estamos desperdiciando en energía”.

Ante esto, consideró que una de las opciones para remediar esto último, es la propuesta de Enrique Bongers, con la fábrica de pellets, aunque significaría una inversión importante. “Un equipo para producir 2, 5 toneladas por hora, cuesta alrededor de 900 mil dólares. Es un número grandísimo, pero si vos te pones a hilar fino y calculás toda la madera que quemaste y también pagaste, capaz que por ahí esos números no son tan tan altos, se amortiza rápido en el tiempo”.

Un mercado prometedor

En la actualidad, Tauriel vende alrededor de 40 mesas y mil sillas por mes y amueblan entre 20 a 30 casas en el mismo período. Para los amoblamientos a medida, trabajan con empresas tercerizadas y significa disponer de entre 30 a 40 operarios.

“Lo que hacemos es tratar de reclutar a varios a varios emprendedores, para que ellos puedan cumplir con su tarea que es la fabricación, nosotros la comercialización y lograr siempre la satisfacción de los clientes en tiempo, en calidad y que eso es lo que nos posiciona a nosotros como una empresa en la zona centro de que se está haciendo bastante conocida”.

Para su showroom trabajan con un 60% de producción propia y un 40% de producción tercerizada, donde trabajan con unas seis empresas dedicadas a la fabricación. “Hay gente que es especialista en fabricar un producto, pero no lo sabe vender, también hay otros que son especialistas en vender, pero no saben fabricar. Entonces nosotros, con Tauriel, lo que intentamos hacer es cooperar entre ambas partes, para que veamos el flujo de producción y económicos”, finalizó.

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