La desesperación en primera persona y las carboneras de Corpus

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Roberto Moroz lo cuenta todo con la voz angustiada. Hace años invirtió en una chacra en Corpus y, junto a su esposa Rosana Lugrin, la transformó en una reserva de biodiversidad. A metros del río Paraná, la propiedad es surcada por dos arroyos y tiene manchones de bosque nativo, además de capueras y espacio para la huerta orgánica. 

La calma del lugar fue violentada por las llamas que devoraron cinco hectáreas y una plantación de bambú de unos dos o tres años. 

Moroz está convencido que el fuego fue intencional y apunta a las carboneras que abundan en la zona: Corpus tiene cerca de 25 carboneras y el departamento San Ignacio fue el que concentró la mayor cantidad de focos de incendios en la última semana. 

El propietario de la chacra relata que el mal uso del fuego no es nuevo.. “Desde abril convivimos con el humo diariamente. Dormías con el humo y te despertabas con humo. Hicimos las denuncias al municipio y a Ecología, pero la burocracia todo lo demora, hasta que nos encontramos con los incendios fuera de control”, cuestiona.

“Ahora perdimos cinco o seis hectáreas de capuera y parte de monte, pero porque pude llamar a los bomberos de Gobernador Roca. Tuvimos que trabajar varias horas para evitar que llegue al monte y perdimos una plantación de bambú que iniciamos hace unos años. Pero lo peor es que encontramos un camino abierto en la chacra sin nuestra autorización, para extracción de madera o el cruce del río”, se queja el productor. El Paraná en esa zona tiene escasos 50 metros, ideal para los negocios ilegales de frontera. 

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“Pelan las chacras de la zona, en una superficie de dos o tres canchas, roban madera de otras chacras para las carboneras y en eso entran especies protegidas, árbol chico o árbol grande. Y nosotros cometimos el pecado de haber denunciado todo esto. Pero si sacás el el monte, perdés todo, porque acá no hay otra industria”, reflexiona Moroz. 

Después de apagar el fuego, llegó la lluvia del jueves. Alivio. Pero no. Moroz vuelve a quebrarse: “Cuando dejó de llover, las motosierras volvieron a escucharse en el monte”.

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