De restaurante a fábrica de pastas: la historia de Oita que transformó la adversidad en éxito
Cecilia Sedlak presentó su emprendimiento gastronómico, Oita Pastas Artesanales, en el programa Proyéctate 7.0 que se llevó a cabo en el Parque Industrial. Dicho evento busca brindar nuevas y más posibilidades a aquellos que día tras día buscan crecer con sus pequeñas empresas. En esta nueva edición Oita obtuvo uno de los primeros lugares.
La historia de Cecilia en el rubro de la gastronomía comenzó hace seis años con un pequeño y acogedor restaurante ubicado en un rinconcito de la localidad de Puerto Libertad cuyo nombre era Urugua-Í. Su pasión, esfuerzo y ganas de ayudar al otro dieron frutos buenos.
La joven emprendedora con gran entusiasmo cuenta que aunque la propuesta gastronómica no tenía mucha clientela, su intención de ayudar a un joven productor que le proporcionaba mandioca de su chacra para el restaurante seguía vigente, sin intenciones de dejar de hacerlo un día se vio con un sobre stock de producto y se sintió en un laberinto, “llego un momento que tenía muchísima mandioca pero no tenía ventas, fue entonces que se me ocurrió un día 29 hacer ñoquis”.
Comer ñoquis los 29 de cada mes ya es una costumbre en Argentina y se relaciona con Italia, como todo lo que tiene que ver con pastas, quienes lo introdujeron como símbolo de prosperidad y el compartir, como así también con San Pantaleón, patrono de Venecia y la abundancia que este da a quienes comen los“gnocchi della fortuna” dicho día.
“No sé por qué justo ese 29 vino muchísima gente, alrededor de veinte personas entraron por la puerta al mismo tiempo y a todos les convencí de que probaran los ñoquis. Si bien eran de la zona, no eran de Puerto Libertad, de los veinte, quince comieron ñoquis, todos quedaron encantados, así que los otros cinco me volvieron a pedir para probar y ahí arrancó”, detalló.
Los“gnocchi della fortuna” fueron la apertura para elaborar e incorporar nuevos menús a su local, si bien estas fueron un éxito el restaurante venía pasando unos años complicados, y mantenerlo en pie cada día era más difícil. “Una amiga que es diseñadora me aconsejó vender los productos fuera del restaurante, entonces me diseñó una etiqueta y empecé a comercializar en los alrededores hasta que llegó el momento de cerrar el restaurante y dedicarme 100% a las pastas”.
Con el transcurrir de los días a los ñoquis se le sumaron tallarines de huevos, ñoquis de papa, ñoquis multicolor, productos rellenos como bombas de papas, sorrentinos, ravioles, empanadas con masa de mandioca, waffles dulces y de queso con almidón. Actualmente se dedica por completo a la fábrica de pastas, en ventas al por mayor.
La pequeña fábrica ubicada en Wanda, genera puestos de trabajo a tres familias y abastece la demanda de Iguazú, Esperanza, Wanda y Eldorado. “Comercializamos a través de las redes sociales, también ayuda las recomendaciones de los clientes, además tenemos un catálogo que enviamos por WhatsApp con lista de precios y los productos. Así también hacemos degustaciones y promociones”.
La profesional expresó que aunque las expectativas eran otras, la demanda va en aumento cada día, “el contexto económico que se encuentra el país y la provincia afecta particularmente la zona de la triple frontera donde se nota la baja fluctuación del cambio, lo cual en su momento impactó en las ventas y hace poco tiempo se va estabilizando lentamente”.
Compartió además que no solamente se trata de una inversión económica sino también de tiempo y energía, ya que existen muchos trámites legales que se deben cumplir como el Registro Nacional de Establecimiento y el Registro Nacional de Productos Alimenticios. Por lo que hace muchos años viene acondicionando el espacio para tener una cocina con herramientas y maquinarias buenas, siempre está pendiente de la limpieza, la higiene, los uniformes del personal, de que los productos no pierdan la cadena de frío, el control de plagas, detalles que hacen que el producto sea de buena calidad, visualizando la posibilidad de expandirse a otro país.
Sedlak señaló que la participación en el programa Proyéctate fue un gran desafío y una experiencia única que le ayudó a definir algunos conceptos y despejar dudas que tenía en cuanto a su negocio. Conjuntamente dijo que fue el puntapié para ampliar su zona de venta dentro de la provincia, siendo este nexo para llegar a más lugares y negocios, “ahora estoy por vender en la comarca y en otro supermercado, con la intención de ampliar para Oberá y abarcar la ruta 14, con la idea de llegar a todos los puntos que pueda dentro de la provincia, después sí salir a algo más nacional y quizás en un plazo de cuatro o cinco años tratar de exportar, con una mayor inversión e infraestructura”.
Además de creer en sus sueños, de ser una mujer entusiasta, trabajadora y solidaria, Cecilia también es mamá de un preadolescente, en ambos roles busca complementar, el amor, el respeto y la valentía para brindar lo mejor. “Tengo una familia ensamblada así que me gusta mucho dedicarme a ellos, a mi casa, tengo huerta, me gusta mucho trabajar en la tierra, muchos de los productos con los que elaboró las pastas son de ahí, trato de hacerlo lo más natural posible, de utilizar huevos frescos, semolín de trigo que es mejor que la harina, tiene otras propiedades que hace que el producto final tenga una calidad extra y uso siempre los mismos ingredientes, para tener los mismos sabores”
Historia
Oriunda de la ciudad de Eldorado, donde nació y se crio, así como también se formó académicamente al finalizar sus estudios secundarios, se trasladó a Posadas para estudiar la carrera de Contador Público. Mientras cursaba el tercer año tuvo que empezar a trabajar, y organizar así sus tiempos para cumplir con lo académico y laboral, sin embargo en un determinado momento se dio cuenta que los números y las estadísticas no eran lo suyo, su corazón latía en sintonía con la gastronomía.
“No dejé la carrera de contador pero si comencé a estudiar gastronomía, entonces estudiaba contador, gastronomía y trabajaba hasta el día en que me recibí de especialista en gastronomía y alta cocina”, contó.
Sin embargo, toda su vida estuvo relacionada a los estudios contables y oficinas en el centro de Posadas. En el año 2009 se mudó a Buenos Aires y continúo trabajando en estudios en la parte de sueldos y liquidaciones.
En el 2015 cansada de la ciudad, del ruido y la vida acelerada volvió a Misiones. Ese retorno buscaba un cambio y un poco de paz, su relación matrimonial no era buena debido a que, su ahora ex esposo, padece de trastorno de ansiedad generalizado. “Creímos que acá iba a ser mejor, más tranquilo, pero no, fue un caos”.
Volver a la tierra colorada le dio la valentía para hacer lo que realmente le gustaba. Fue un comienzo difícil porque la situación era bastante compleja, tener a su familia cerca la ayudó a que pueda salir adelante, priorizando su propia vida y la de su hijo. “Con mis ahorros y un préstamo pude abrir mi restaurante y empecé cero”.
Versátil, alegre y comprometida, trabaja fuertemente todos los días para llevar adelante el crecimiento de su fábrica de pastas. Desde cero logró convertirse en una empresaria que ama lo que hace y no busca solo un beneficio propio sino también de quienes trabajan con ella y dejar atrás lo que no la hacía feliz.