Los incendios en Chubut son un atentado a la soberanía

Escribe Carlos Andrés Ortiz

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Parecería que lo único concreto hasta ahora, es que los múltiples focos de incendios, en los paradisíacos lugares cordilleranos del oeste de la hermosa provincia de Chubut, han sido intencionales.

Y con el atentado a pedradas contra el vehículo en el que iba el presidente -¡insólitamente sin custodia!-, el tema de los incendios parece haberse “tapado”.

De esos lamentables y criminales hechos de múltiples focos de incendios, sin datos concretos hasta ahora que definan con precisión los culpables, los autores materiales y eventualmente, los instigadores en las sombras; pueden no obstante analizarse los hechos y evaluar los accionares precedentes y diversos tipos de amenazas, o planteos y/o atentados de menores envergaduras, que pueden tener algunas o muchas vinculaciones con las brutalidades perpetradas.

Señalando en rápida síntesis, los sectores socio – económicos que –prima facie- han sido mencionados como probables instigadores o culpables de esos aberrantes hechos, solo como hipótesis de análisis pero sin pruebas concretas, son mencionados seguidamente.

 Los sectores del ultra ecologismo nucleados en el estentóreo “no a la mina” y grupos habitualmente de pocas lecturas de ciertas “progresías” fuera de foco, no dudaron en señalar como supuestos culpables a los fuertes intereses vinculados con la mega minería. Esa hipótesis no parece coherente, y precisamente a esas empresas no les interesa un escenario de tierra arrasada, por múltiples motivos, incluso de imagen pública.
 Culpar en sentido contrario, a los grupos de activistas anti mineros, tampoco se ve como algo coherente, más aun considerando que varios de ellos viven en las zonas afectadas, no pareciendo tampoco su modus operandi, si bien son proclives a la violencia, tal como lo dejaron patente en la agresión al móvil presidencial.
 Los millonarios extranjeros, que adquirieron enormes extensiones de tierras y cerraron accesos a lagos y otros sitios de interés local y turístico; así como especuladores inmobiliarios, son indicados por algunos opinantes como posibles instigadores de los incendios. No se mencionaron pruebas concretas.
 Los fuertes intereses geopolíticos, particularmente los alineados con el Bloque Atlantista, claramente buscan la disolución nacional, lo cual es un objetivo sin plazos y sin pausas, por parte de los que buscan instalar la globalización salvaje, cuyo objetivo es hacer desaparecer o al menos fragmentar hasta hacerlos inviables, a los países excluidos de ese grupo de poder. Mucho más si se trata de uno de grandes dimensiones y potencialidades, como Argentina, que además tiene la capacidad de nuclear a varias naciones hermanas de la región. Es de recordar que ya en 2001, en plena crisis terminal provocada por el neoliberalismo, se había fogoneado la nefasta idea de la “necesidad” de permutar deuda por territorios, mencionándose como posible la entrega parcial o total de La Patagonia Argentina, a ese efecto. Al volver el neoliberalismo en el cuatrienio 2015-2019, se volvió a operar en ese sentido, destrozando adrede el tejido social y la economía nacional, además de despreciar nuestra soberanía con acciones nocivas a los Intereses Nacionales, y en lo interno instando a las provincias al endeudamiento irracional en divisas y por montos impagables; a la vez que se desalentaban todas las actividades económicas, en particular las industriales, las tecnológicas y las economías provinciales periféricas (estas últimas mencionadas con el eufemismo de “economías regionales”). Arrasar el hermoso noroeste de Chubut y áreas cercanas de Río Negro, es una acción funcional al despoblamiento, el cual de perpetrarse, favorecería la fragmentación territorial de Argentina.
 Esos poderosos intereses del mega poder atlantista, cuentan con el beneplácito de sectores muy colonizados mentales de uniformados proceseros (afines a los que tomaron por asalto el poder en 1976, con la excusa de las guerrillas, para instalar el neoliberalismo salvaje, buscando retrotraernos a la hoy inviable economía primaria). El dogmatismo muy cerrado y nulo pensante es la caracterización de esos practicantes del patrioterismo declamativo y del accionar entreguista subordinado al ”mundo libre, occidental y cristiano” (que no es ni libre, ni occidental ni cristiano). Algunos de sus componentes son muy afines a las acciones violentas, como las que practicaron cuando las bayonetas protegían a los “Chicago’s Boys”. Son proclives a la “mano dura” represiva en vez de la integración cultural de toda nuestra población. No obstante, no parece que los incendios sean el modus operandi de esos grupos, pero tampoco cabe descartar de plano que hayan operado como instigadores de los perpetradores incendiarios, pues esos actos de terrorismo ambiental son funcionales al esmerilado político del actual gobierno, para favorecer el retorno de sectores oligárquicos neoliberales a los que son adictos los patrioteros.
 El accionar de pequeños pero muy activos grupos violentos, autodefinidos como “mapuches”, es muy conocido, tanto en el sur argentino como en el chileno. De hecho, la denominación de “mapuche” desplazó a la de “araucanos”, que era el nombre de esa etnia existente en Chile antes de la llegada de los españoles. Se sabe que a ambos lados de la cordillera, no solo amenazaron, sino también agredieron a propiedades y personas de etnias no mapuches, instigando el odio al blanco, incluso incendiando o destruyendo iglesias católicas. Esos grupos tienen discursos dictados desde la ONG Mapuche Nation, con sede en Bristol, Gran Bretaña (una institución que muestra trazas de ser operada por “los servicios” colonialistas británicos). Desconocen la soberanía argentina, fogoneando la fragmentación territorial a favor de la pretendida nación mapuche. Operando contra la pacífica mestización de la población argentina (que permite la integración y mezcla de diversas etnias que componen nuestra población), sus promotores –como el anarquista y por ende apátrida Osvaldo Bayer-, promueven la instalación de odios irreconciliables, como paso previo a la violencia, la cual sumada al trabajo de zapa de grupos ultra indigenistas, buscan la disolución nacional. Sus accionares y discursos muy violentos, los posicionan como posibles sospechosos de los incendios.

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Cabe la salvedad, elemental pero no siempre conocida, que al ser actos de repercusiones internas pero con claros ribetes geopolíticos, es muy difícil aportar pruebas concretas, máxime analizando los hechos desde el otro extremo geográfico de Argentina. Tan elemental como entender que los análisis geopolíticos difícilmente puedan sustentarse en pruebas concretas y tangibles, por ser hechos realizados generalmente en forma solapada, y en muchos casos con atentados de distracción para ocultar los objetivos principales.

¡Claro está que no faltan enjundiosas personas opinantes, que desde mentalidades “progres fuera de foco” (de esas “antimperialistas” que terminan siendo marionetas de los poderes que dicen aborrecer), exigen pruebas concretas y tangibles, para hechos consumados desde lo oculto y muchas veces tergiversado!

Llama la atención la inacción de organismos de inteligencia para prever y ahora dar con los instigadores de esos actos criminales que costaron vidas, cuantiosos bienes y brutales daños ambientales.

Y la carencia total de aviones hidrantes, con cuyo accionar se hubieran salvado bienes y vidas, no es concebible en un país de dimensiones continentales como Argentina. Hay versiones que el rabino puesto a Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable del macrismo (tema del cual nunca demostró conocimientos), habría cancelado las operaciones de leasing (alquileres) que permitían que contemos con esos valiosos elementos para combatir grandes incendios. Faltan precisiones que terminen con los entrecruzamientos de versiones y fake news maliciosos.

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