Nuevos protagonistas

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“Quedó muy impresionado. Nunca nos habían recibido tan bien en los lugares donde invertimos. No parece un gobernador de la Argentina”, contó a Economis un allegado de Alí Albwardy, el empresario árabe que el martes le presentó a Hugo Passalacqua las remodelaciones en la suite presidencial del Meliá, además de anticiparle los detalles de las remodelaciones para convertir al hotel en el mejor de la Argentina. Un seis estrellas, categoría que no hay en el país.

Albwardy, quien tiene una fortuna incalculable, está en cada detalle de la transformación del hotel que tendrá una fachada más amigable con el ambiente y una piscina olímpica que se confundirá con la majestuosidad de la selva. El objetivo es atraer a turistas de alto poder adquisitivo del Medio Oriente y de Europa. Sin embargo, también habrá tarifas especiales para el bolsillo misionero.

En tiempos de restricciones económicas, la llegada de una inversión millonaria como la que propone Albwardy es un soplo de aire fresco. No son demasiadas las oportunidades de celebrar la llegada de capitales que no solo inyectan recursos a la economía, sino que posicionan a la Provincia en el mundo.

El elogio de Albwardy, un amigo de Macri desde hace 25 años, no es un dato menor. Poco afecto a hablar con la prensa y acostumbrado a ser el que toma las decisiones en sus negocios desparramados por el mundo, destacar la apertura del Gobernador resalta el posicionamiento y la apertura de Passalacqua.

El Gobernador misionero destaca en un momento de mucha incertidumbre política. Es opositor, pero garantiza gobernabilidad, aún en decisiones que no comparte demasiado. Pide el voto para las principales reformas impulsadas por Macri, pero no deja de discutir de política con los gobernadores, cada vez con mayor protagonismo, sobre todo después de la lectura del 22 de octubre, cuando emergió como uno de los pocos ganadores ante la oleada amarilla. Por eso aparece como uno de los líderes de un interbloque federal que en el Congreso defienda las posiciones provinciales más allá de las conveniencias partidarias.

Passalacqua sabe que a Misiones no le conviene ser parte de la guerra que se avecina en el parlamento tras la asunción de Cristina Fernández, que, aunque despreciada por el peornismo residual, será la figura central de la oposición.  La ex Presidenta quedó casi en soledad, pero no por eso dejará de tener poder de disuasión en las discusiones que afecten derechos sociales y laborales. Siquiera la CGT se anima a rifar su escasa credibilidad ante el duro discurso de CFK.

Por eso cobra relevancia la Liga de Gobernadores en la que Passalacqua es uno de los protagonistas. Serán los mandatarios los que terminen de definir respaldos para preservar las economías de las provincias. En definitiva, los votos, especialmente en el Senado, dependerán de sus decisiones, para avalar o mitigar las políticas que impulse el Presidente.

Un día antes de concurrir al Senado para exponer sobre el pacto fiscal, Passalacqua se reunió con cuatro gobernadores para terminar de definir lo que será el interbloque federal en el Congreso, en el que también está trabajando el diputado Jorge Franco.

Los mandatarios no quieren quedar en medio del fuego cruzado. Rosana Bertone de Tierra del Fuego, Gustavo Bordet de Entre Ríos, Juan Manuel Urtubey de Salta y el anfitrión Juan Schiaretti analizaron el escenario político y primó la pstura de Passalacqua de mantener cierta independencia del oficialismo y el bloque justicialista, donde tengan más peso en las decisiones, los acuerdos entre provincias.

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Enfrente estará otro misionero. Humberto Schiavoni, quien será el presidente del bloque del PRO en el Senado.

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Se fundieron en un fuerte abrazo. De esos que se conceden los amigos que no se ven desde hace mucho. Pero no había distancia en el tiempo. Era un abrazo de celebración. El amigo llegó. Y esa llegada reconfigura todo el mapa del poder vinculado a la agricultura y la producción. De la mano de Luis Miguel Etchevehere la Sociedad Rural asumió el control agropecuario y eso es motivo de celebración por parte de empresarios relegados de las grandes decisiones durante el kirchnerismo. Ninguneados, hoy reivindicados. Por eso el efusivo apretón de Stuart Navajas Artaza con Etchevehere durante la segunda reunión de la mesa forestal que tuvo como anfitrión al propio presidente Mauricio Macri. Etchevehere llegó al ministerio después de una primera gestión en las sombras con los forestales. Todavía presidente de la Sociedad Rural, sorprendió cuando llegó a Posadas para reunirse exclusivamente con los empresarios vinculados a la madera y a la industria celulósica. Apenas unos días bastaron para que termine desplazando a Ricardo Buryaile, el inexpresivo  ex ministro que no quiso aceptar el premio consuelo de ser embajador ante la Unión Europea. Buryaile no fue eficaz para los propios y no resolvió ninguno de los planteos de los pequeños productores.

De Etchevehere se espera mucho más. Sus gestiones por el sector forestal están dando sus frutos. Es el primer beneficiado de las reformas fiscales impulsadas por Macri con rebajas de impuestos provinciales y mejores condiciones para la compra de tierras y la explotación de plantaciones. De fondo  aparece un fuerte lobby de la industria celulósica para lograr mejores condiciones de “inversión”.

Por eso exige concesiones extra a las provincias. El ejecutivo de Arcor –controlante de Papel Misionero- en la mesa forestal se quejó amargamente por sentirse “discriminado” en Misiones, ya que la rebaja de Ingresos Brutos a la exportación de pasta celulósica iba de seis o siete a tres por ciento y no a cero como en el caso de la industria maderera.

No hubo tiempo siquiera para saborear la decisión de Misiones de reducir la carga impositiva para la industria vinculada a la madera. Ya querían más.

El sector forestal tendrá ahora un interlocutor de los propios, conocedor del negocio y de sus necesidades. El joven empresario misionero, Nicolás Laharrague asumió en la dirección de Asuntos Forestales del ministerio de Agroindustria, como parte del nuevo gabinete de Etchevehere y con el respaldo de todo el sector empresario.

La decisión del Gobierno provincial de reducir la presión impositiva para el sector forestal es un gesto hacia el sector empresario. Casi simbólico. La industria maderera que exporta recibe un reintegro total de Ingresos Brutos a cambio de sostener el empleo. La celulósica, solo Papel Misionero paga a pleno, ya que Arauco –ex Alto Paraná- tiene una compensación por la reserva ambiental San Jorge. En la práctica, es más bien una victoria gestual que económica.

En el Gobierno advierten que la rebaja impositiva implica también una responsabilidad que debe asumir el sector empresario. Es el escenario reclamado por los principales voceros de las empresas. ¿Sostendrán ahora el empleo? La teoría dice una cosa, la realidad suele ser menos complaciente. Las industrias maderera y celulósica sufren más por los altos costos logísticos y un dólar depreciado que por la política impositiva misionera. También por los vaivenes de un mercado internacional que no entiende de cuestiones locales. La pérdida de mercados obedece muchas veces a estos avatares. Las exportaciones vienen cayendo en volúmenes y en cantidad después de un pico de ventas en 2010, con impuestos incluidos. En todo caso, mejorará -un poco- la ganancia empresaria, pero no cambiará sustancialmente el mercado. La reforma laboral será igualmente un bálsamo efectivo para las penas industriales. Como contrapartida, la apertura de las importaciones, que es política económica del Gobierno nacional, causan más daño que agrava los costos impositivos.

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Los 60 despidos de Dass, la fábrica de zapatillas que se instaló en Eldorado, obedece a este modelo económico. Las importaciones dejan fuera de la competencia a la producción local, especialmente por los costos laborales más elevados. El hilo se corta por lo más fino.

Las concesiones de Misiones a la industria maderera son simbólicas en comparación. Corrientes y Entre Ríos cedieron mucho más. Ricardo Colombi anunció una “reinterpretación” de la Constitución para habilitar un “corredor” de 600 mil hectáreas donde se podrán instalar inversores de cualquier nacionalidad. Hasta ahora, la Carta Magna exigía a los gobernantes que las tierras productivas y estratégicas, quedaran preferentemente en manos correntinas.

En Entre Ríos, el gobernador Gustavo Bodert prometió deshacer los compromisos con los ambientalistas y habilitar la circulación y abastecimiento de rollos para las pasteras, sean argentinas o en Uruguay, donde Botnia se había transformado en un enemigo del pueblo entrerriano.

“Son nuevos tiempos. Es el momento para las grandes empresas y las grandes ganancias. La balanza modificó su punto de equilibrio”, explicó un viejo conocedor del ambiente político.

Ese nuevo tiempo exige una comprensión distinta. Passalacqua demostró saber surfear con solvencia y salvaguardar el corazón de las políticas de la Renovación sin dejar de tener una apertura al diálogo. La exigencia permanente es que el funcionario esté “cerca de la gente”. El cambio en la presidencia de Emsa tiene que ver con esa postura. Uno de los reproches principales que se le hacen a Sergio Ferreyra es no haber tenido un contacto directo ni la sensibilidad necesaria con la sociedad y los propios intendentes. Esa fue su condena. Se espera que su reemplazante, un hombre del riñón cooperativista, logre tener una mejor relación social, aunque no son pocos los que advierten que primero deberá superar la siempre tensa relación con el gremio de Luz y Fuerza y que ahora deberá empezar a reclamarle a sus ex socios el pago de la energía a los nuevos valores fijados por la Nación. Será un desafío para Guillermo Aicheler.

El Instituto Provincial de Lotería y Casinos es otro escenario del nuevo tiempo. Después de varios años de conducción de Eduardo Torres, un hombre acostumbrado a estar en la primera línea de fuego y soportar severos ataques, se decidió una conducción con un perfil mucho más bajo. El escribano Rojas Decut será el nuevo presidente del IPLyC. Todos destacan su profesionalismo y la dedicación que lo caracteriza en la función pública. Para el joven funcionario será la primera vez en un cargo de tanta exposición. Es también, una señal de los nuevos tiempos en la Renovación.

 

 

 

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