Por los porotos
Pasado el estupor generado por el resultado de las elecciones primarias, comenzó a correr el reloj de cara a octubre, tiempo que permite comenzar a visualizar en profundidad la oferta política y económica de los tres candidatos con mayores posibilidades. La paridad en tercios no puede ocultar que en realidad hay dos modelos económicos en disputa, aunque uno comparta matices.
El punto de ebullición de Javier Milei, que le perdonaba exabruptos y amenazas, dio paso a un análisis más frío sobre sus propuestas y el impacto que causarían. La dolarización, tan prometida, se convirtió en el eje de las críticas. Desde el Fondo Monetario Internacional hasta los economistas rivales. “Un peligro para la democracia de Argentina”, lo calificó la revista The Economist, a la que no se le puede acusar de “progresista”.
The Economist es una revista sobre economía, política y temas de globalización que se edita en Londres desde 1843. El prestigioso semanario milita a favor del libremercado y de la causa liberal y es propiedad de las poderosas familias Rothschild y Agnelli, en un 50%, el resto de las acciones es propiedad de inversionistas privados, incluyendo a los trabajadores de la publicación.
El medio británico consideró que con sus “políticas mal pensadas tendría dificultades para gobernar”, al publicar un extenso reportaje al diputado nacional. “Este medio estaría encantado de que Milei marcara el comienzo de una nueva era de liberalismo en Argentina. Sin embargo, eso parece poco probable. Sus políticas están mal pensadas. Lejos de lograr un consenso, tendría dificultades para gobernar. Y algunos argentinos temen que, si se siente frustrado, podría volverse autoritario”, afirma en el texto.
En ese sentido, en el semanario pone en cuestión la propuesta de Milei de dolarizar la economía argentina, que aunque a primera vista puede ser considerada como una iniciativa “viable” para combatir la inflación, en la práctica requeriría de “una gran cantidad de dólares para funcionar, algo que Argentina no tiene a mano y en el contexto de crisis en el que se encuentra podría ser catastrófico”.
“Su propuesta de eliminar la moneda nacional por el dólar es superficialmente atractiva. Otros países lo han hecho, incluidos Ecuador y El Salvador, y la economía de Argentina ciertamente necesita una reforma audaz. La dolarización reduciría inmediatamente la inflación y pondría fin a las oscilaciones del tipo de cambio que causan estragos en el comercio. Pero bajo un sistema así, los bancos y los hogares argentinos necesitarían una flotación de dólares para ponerse en marcha, algo que Milei no tiene forma de proporcionar”, se advierte.
El influyente semanario abordó también las negociaciones de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y consideró que Milei no parece tener “el temperamento adecuado para afrontarlas, y afirma que “su retórica incendiaria y falta de experiencia diplomática podrían complicar aún más la relación con el principal acreedor del país”.
Sin embargo, la mayor inquietud para el medio británico radica en cómo Milei podría reaccionar ante posibles obstáculos en su administración, y el temor de que adopte medidas “autoritarias si se enfrenta a desafíos insuperables es una sombra que se cierne sobre su candidatura”.
Ajeno a las críticas, Milei le puso precio a una eventual dolarización. A un valor “blue”. Un dólar por 730 pesos. No explica el cómo se llegará a esa paridad ni el impacto que tendrá en el bolsillo de los argentinos.
Carlos Melconian, el eventual ministro de Economía de Patricia Bullrich salió a cuestionar esa línea trazada por el libertario: “Es una fantasía. No hay ningún tipo de cambio. Así empiezan los inventos. Hay que decir que el señor que hoy está ganando 500 dólares a 350 pesos aquí pasa a ganar 250 dólares”. “Lo que propone Milei de dolarizar a 730 es imposible”, aclaró el economista de la Fundación Mediterránea.
Imposible no es. Pero hay que estar atentos a los costos que implique. “La historia muestra que cuando se dolarizó, los ingresos quedan a valor dólar pero pasados a pesos actuales. Los costos no. Entonces se produce empobrecimiento”, advirtió el ministro de Hacienda, Adolfo Safrán. Sobre la creencia de que 100 mil pesos serán 100 mil dólares, fue contundente: “No es así. 100 mil pesos son menos de 200 dólares. Son sueldos muy bajos por costos muy altos”.
“A valores actuales, un ingreso de 180 mil pesos será equivalente a 250 dólares; pero a su vez todos los costos serán en dólares. Los productos y servicios que actualmente cuentan con precios regulados (como la luz, el agua, el gas, internet y los combustibles) también pasarán a dólares, y sin subsidios, ya que según la lógica anunciada, la dolarización iría acompañada de la quita de subsidios. En conclusión, todos estos servicios estarían dolarizados y también mucho más caros que en la actualidad”, detalló.
Por su parte, los productos exportables serán en dólares y sin retenciones, con lo cual en términos de precios internos en dólares también aumentarán, enumeró Safrán.
También resaltó que la propuesta de la dolarización va de la mano de abrir importaciones, lo que bajaría el costo de vida pero la industria local no podría competir. “Recuerdo hace 30 años, los negocios ‘Todo por 2 pesos’, con productos chinos, ninguno local. Y en la contracara, muchas industrias cerraron y el desempleo llegó a un pico histórico”, dijo Safrán en una entrevista concedida a Open1017.
El recuerdo de Safrán alude al apogeo del menemismo, con el 1 a 1 de la Convertibilidad. La década de los 90 terminó en un estallido social sin precedentes, cuando la alianza estuvo en el poder. Patricia Bullrich era la ministra de Trabajo del fugaz Fernando De la Rúa y Melconian era el favorito de Menem para su ministerio de Economía en 2003. No desentona entonces, que el plan de Gobierno de Bullrich tenga muchas reminiscencias. Ajuste, apertura de importaciones, flexibilización laboral. Esta semana Bullrich dio a conocer su programa económico en el que no deja dudas. “Nuevo acuerdo federal con las provincias de relaciones institucionales, fiscales, con ajuste del gasto de la política”, pone como primer punto de política económica. Fue un ajuste que ya impuso Mauricio Macri y que terminó en una feroz recesión y provincias -más- endeudadas. El segundo punto es más revelador: “Eliminaremos las trabas regulatorias a la economía, derogando leyes y regulaciones innecesarias que solo implican un impedimento para la producción y el crecimiento”. Es un punto clave para la economía de Misiones, que tiene a tres sus principales producciones con precios regulados: la yerba, el té, el tabaco y la madera. El objetivo es la desregulación. Una idea expresada por Macri y Horacio Rodríguez Larreta y que está en modo proyecto de ley en el Congreso, firmado, entre otros, por el misionero Alfredo Schiavoni.
Uno de los principales referentes del equipo de la candidata presidencial en el área del agro es Guillermo ‘Willy’ Bernaudo, ingeniero agrónomo que ejerció como secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca durante el gobierno de Mauricio Macri. Bernaudo no dejó una buena impresión en los productores yerbateros de Misiones. En su primer laudo, falló en contra de los intereses de la pequeña producción. Una entrevista con Economis, de marzo de 2018, sirve para refrescar sus ideas: el funcionario reconocía que la línea del entonces ministerio de Agroindustria- era dejar que la oferta y demanda regulen el mercado yerbatero y que se contemplaba eliminar los precios que se fijan semestralmente en el seno del INYM (o en su Secretaría).
“Pensamos que aumentar las regulaciones no garantiza el resultado del productor y de la industria, nos preocupa más que laudamos un precio y después no se cumple, entonces, el productor termina pagando impuestos por un precio alto que no se le paga, no queremos seguir fijando precios en la cadena”, respondía el entonces segundo de Luis Miguel Etchevehere. uno de los principales promotores de la desregulación. En ese entonces, el “rumor” de la desregulación fue desactivado. Pero después Cambiemos presentó un proyecto para avanzar en esa línea. Ahora el rumor volvió a instalarse. “Melconian ya dijo lo de desregular la yerba”, admitió en la plaza 9 de Julio un dirigente radical en medio de la desprolija visita de campaña de Patricia Bullrich. Incluso aludió a un paper mucho más detallado que el que dio a conocer la candidata presidencial como programa económico.
Pero más allá de regulaciones, hay una coincidencia conceptual entre Milei y Bullrich: la dolarización o el bimonetarismo. En Misiones hay que tener en cuenta un efecto adicional. Hoy la provincia está aprovechando el tipo de cambio alto y disfruta de un boom de consumo inédito, con un turismo comercial que hace florecer negocios, particularmente en las ciudades de frontera. Con una dolarización o una paridad desaparecerían compradores de Brasil y Paraguay. Volvería la sangría de recursos hacia el exterior. La agonía eterna de los 90 y varios años de este siglo, cuyos últimos estertores se vivieron entre 2015 y 2018.
Massa hace equilibrio entre la propuesta de salto al vacío o vuelta al pasado. A sabiendas de que el tiempo es oro, el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, comenzó a desplegar una batería de anuncios económicos que le permitan romper la inercia y cambiar el humor social. El paquete de medidas va desde quita de retenciones -tabaco y madera para Misiones-, hasta quita de aportes patronales durante dos años para las empresas que tomen empleo. Incluso deslizó la idea de eliminar el impuesto a las Ganancias para los trabajadores.
En Tucumán, los gobernadores le dieron un fuerte respaldo a la candidatura de Massa. Fue un relanzamiento de campaña en el que también se firmaron acuerdos de financiamiento para el Norte Grande.
“Ahora que jugamos por los porotos van a ver al peronismo en la cancha”, arengó Massa frente a la Casa de Tucumán.
“Lo que está en discusión es eso, si promovemos o se remueven todos los regímenes que han generado trabajo y que permiten que en La Rioja se fabrique calzado Puma para toda Sudamérica, que permite que tengamos la planta de hilado de algodón más moderna del mundo o que tengamos la oportunidad de desarrollar las baterías de litio en Salta y Jujuy. Esa es la discusión, después vienen con las frases para TikTok, con los cuentitos cortos. Se dicen frases que después no tienen correlato con la realidad, porque para eliminar la coparticipación van a tener que tocar la constitución, y si quieren tocar la constitución van a terminar con toda la gente en la calle defendiendo la constitución”, advirtió.
“Estamos convencidos que lo que empieza ahora es una batalla electoral, planteándolo en términos literarios, una disputa electoral que lo que tiene como objetivo central es poner blanco sobre negro qué está en juego, dos proyectos de país. Uno el que cree bajo la consigna o bajo la falsa venta de la libertad, el que plantea un modelo de acumulación financiera y lo que plantea es endeudamiento para la Argentina y la pérdida de su moneda. Es ponerle la bandera de los Estados Unidos al Banco Central argentino. El planteo no es libertad, es renuncia. Renuncian a la idea de país”, acusó.
Massa puso el foco en el estado de país que recibió el Gobierno. “Macri le dejó a la Argentina una hipoteca que la estamos administrando. El acreedor de esa hipoteca que es el Fondo nos quiso poner condiciones que son las que reivindica Milei cuando dice dólar a 730. Lo que dice es devaluación del 100%, nosotros eso no lo aceptamos, porque eso es mandar a más del 60% de los argentinos a la pobreza”.
“Venimos de un proceso difícil, pero entendemos que lo peor terminó en agosto. Lo que viene ahora para adelante es mucho más positivo, pero además con medidas que van a compensar esa imposición del Fondo Monetario de devaluar nuestra moneda”, aseguró.
La apuesta inicial es llegar al balotaje. Y aunque hay consultoras que aseguran que será difícil que Milei pierda votos, hay otras que anticipan una segunda vuelta entre el libertario y Massa. “Respecto del monitor de la semana siguiente a las elecciones PASO observamos estabilidad, una leve mejora de Sergio Massa, que es equivalente a una caída de Javier Milei, de alrededor de un punto porcentual. El voto de Horacio Rodríguez Larreta en las PASO se sigue desgranando, de modo que sólo el 50% se traslada a Patricia Bullrich, y explica el retroceso y falta de dinamismo de Juntos por el Cambio”, señala un estudio de Analogías. El registro marca que Milei, en la primera semana pos Paso tenía una intención de voto del 32,1 por ciento y ahora bajó un punto. Massa, en cambio, medía 26,8 y ahora, 28,1. Bullrich, en cambio, medía 20,9 y ahora un punto más.
Gustavo Córdoba es más cauto en cuanto al movimiento de las preferencias. “Vemos en la caída de votos de Bullrich, una sumatoria casi perfecta en Milei. Por tanto, si eso se profundiza, toda la pelea electoral termina en octubre. También en las provincias donde Milei había obtenido buenos resultados, hoy crece”, dijo el consultor.
Misiones no sería parte de ese fenómeno. En el menú electoral, la Renovación cosecharía los votos de otras fuerzas sin chances, incluso de descontentos dentro de Cambiemos. El ala derrotada en la interna, no se sumó con entusiasmo a la campaña por Martín Goerling. Muchos dudan de la continuidad de la alianza después de octubre.
En cambio, las boletas renovadoras, encabezadas por Carlos Arce y Daniel Vancsik, siguen recogiendo respaldos en cada una de las reuniones políticas. “Si se vienen tiempos complejos, la sociedad entiende que hay que fortalecer al misionerismo en el Congreso”, es la conclusión coincidente en las reuniones.