Precios internacionales en alza ¿Podrán aprovecharlos las regiones argentinas?

Escribe Jorge Day, de la Fundación Mediterranea IERAL

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Escribe Jorge Day – • Las provincias con mayor potencial para aprovechar la oportunidad de los altos precios serían aquellas que producen más commodities tradicionales y con ponderación significativa de sus exportaciones sobre el PBG. En este grupo figuran varias provincias de la región Pampeana, caso de Santa Fe, Córdoba y La Pampa, a las que se agrega San Juan por su perfil minero
• En cambio, entre las que exportan otros tipos de productos agropecuarios y agroindustriales, con dinámica de precios internacionales diferente a la de los commodities, aparecen Mendoza (vinos), Salta (porotos, tabaco) y Chubut (pescado). No necesariamente tendrán la suerte de mayores precios externos
• Una nota llamativa lo brinda Neuquén, principal provincia productora de petróleo, pero sus números muestran que es poco exportadora (a pesar de Vaca Muerta). Actualmente se beneficia, no tanto por el precio del petróleo, sino por el atractivo de la extracción no convencional (shale oil), con mayor productividad. También está el beneficio del Plan Gas, pero que con el tiempo podrá verse limitado, dada la falta de infraestructura de transporte
• Hay dos tipos de factores que puede limitar el aprovechamiento de estas oportunidades. Por un lado, los externos: i) ese aumento de precios, ¿es un fenómeno transitorio o durará varios años?, ii) ¿comprarán más bienes los países, en un contexto de menor crecimiento? Entre los factores internos, varios están asociados a la actual política anti-inflacionaria, que pivotea sobre los controles de precios, junto al riesgo de una profundización del sesgo antiexportador de la política económica
• Si en las medidas por anunciar se aumentan retenciones, supuestamente para beneficiar a los consumidores, se estaría cometiendo un error basado en un diagnóstico que sólo mira la “foto”, y no tiene en cuenta la dinámica. Al tener Argentina el potencial de producir alimentos y energía, en un escenario en el que se eviten las crónicas distorsiones de precios relativos y aun con alimentos y energía más caros, los habitantes contarían con mayores ingresos, tal como ocurre en Canadá, Australia y Estados Unidos
• En cambio, de cerrarse más la economía, se desaprovecharían los precios internacionales. No se trata del perjuicio a los exportadores, sino de la interrupción de un ciclo de inversiones y empleos que podrían darse en este nuevo escenario. Por generar transitoriamente precios más bajos en alimentos y energía, se condena al país a extender el fenómeno del estancamiento

En una guerra escasean alimentos y energía y, por eso, cotizan más. Eso está ocurriendo en estos días con los precios internacionales. Argentina tiene gran potencial para producirlos. ¿Cuáles serían las regiones del país que podrían aprovechar esos mayores precios? Y lo más importante, ¿podrán aprovecharlos? Este es el planteo de estas líneas.

1) Regiones potencialmente ganadoras

Claramente, serían aquellas que producen y exportan alimentos y energía. No obstante, antes de presentarlos, es conveniente hacer una mención sobre la dinámica de los precios internacionales.

Hay un sinfín de productos exportables, algunos son commodities, y otros no (o no lo son tanto), y no participan como instrumentos financieros. Por lo tanto, es usual que varios precios no sigan a los de los commodities. Por ej, vinos fraccionados (Mendoza y San Juan) o el aceite de limón (NOA) (ver anexo 1)

Con esta idea, conviene separar aquellas exportaciones regionales que se beneficiarían más de los aumentos de precios internacionales observados últimamente. Como commodities se considerarán varios productos pampeanos (cereales, oleaginosas), sus derivados, los productos mineros y petróleo. Todas estas ventas externas las expresaremos como porcentaje del PBG de cada provincia, para determinar el impacto en su economía.

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Las provincias con mayor potencial para aprovechar la oportunidad de los altos precios serían aquellas que producen más commodities tradicionales y con ponderación significativa de sus exportaciones sobre el PBG. En este grupo figuran varias provincias de la región Pampeana, caso de Santa Fe, Córdoba y La Pampa, a las que se agrega San Juan por su perfil minero.

En cambio, entre las que exportan otros tipos de productos agropecuarios y agroindustriales, con dinámica de precios internacionales diferente a la de los commodities, aparecen Mendoza (vinos), Salta (porotos, tabaco) y Chubut (pescado). No necesariamente tendrán la suerte de mayores precios externos.

Una nota llamativa lo brinda Neuquén, principal provincia productora de petróleo, pero sus números muestran que es poco exportadora (a pesar de Vaca Muerta). Como si toda su producción se destinara a su industrialización, con derivados (combustibles), para luego ser vendido en el mercado interno. En ese caso, depende fuertemente de la política petrolera local.

Actualmente se beneficia, no tanto por el precio del petróleo, sino por el atractivo de la extracción no convencional (shale oil), con mayor productividad. También está el beneficio del Plan Gas, pero que con el tiempo podrá verse limitado, dada la falta de infraestructura para transportar y “hacer líquido” el gas.

2) ¿Podrán aprovechar esta oportunidad de precios altos?

Hay dos grupos de factores que puede limitar esta posibilidad. Por un lado, están los externos. Dentro de estos, los planteos son los siguientes: i) ese aumento de precios, ¿es un fenómeno transitorio o durará varios años?, ii) ¿comprarán más bienes los países, en un contexto de menor crecimiento? Hay mucho para desarrollar en este sentido (ver anexo 2).

Pero ahora nos concentraremos en los factores internos, varios de los cuales están asociados a la actual política anti-inflacionaria, y al sesgo antiexportador de la política económica. Las medidas que se vienen implementando pivotean sobre los controles de precios.

Una manera de hacerlo es rezagando la cotización del dólar oficial, precio relevante para las exportaciones. Esta política se aplicó durante 2021 para lograr menor incremento en precios. La intención para este año era no continuar con este retraso, debido a la falta de divisas en el Banco Central. Pero, aunque recientemente haya aumentado la tasa de devaluación oficial, continúa por debajo de la inflación.

Otra medida es las retenciones, un impuesto a las exportaciones, para que vendan a menores precios en el mercado interno (y además permiten recaudar más). También se imponen restricciones para exportar (como las recientes medidas contra la harina y aceite de soja).

En este sentido, se ha puesto en el tapete un dilema engañoso, “campo (o petroleras) vs ciudad”. Si se colocan retenciones, se presume que se beneficiaría a los consumidores, a costa de los exportadores. Esta visión es engañosa, porque sólo mira la “foto”, y no tiene en cuenta la dinámica.

Lo esperable en cualquier país es que se dedique a producir aquello en que tiene ventajas. Eso le permitiría generar mayores ingresos monetarios de la población y emplear más trabajadores en el sector privado.

En el caso argentino, tiene un gran potencial para producir alimentos y energía. Si se les permite aprovechar los altos precios, aunque los precios de alimentos y energía serían más altos, los habitantes contarían con mayores ingresos, y además podrían conseguir otros productos en forma más baratos (informática, indumentaria, etc.). Eso ocurre en países como EEUU, Australia y Canadá.

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En cambio, el cerrar la economía, no pudiendo aprovechar los precios altos y perjudicando a los exportadores, genera transitoriamente precios más bajos en alimentos y energía, pero con un país cada vez más pobre, como muestra el estancamiento, no sólo de los últimos diez años argentinos, sino de varias décadas.

3) Comentarios finales

La oportunidad está, con precios altos en aquellos bienes que Argentina tiene alto potencial para producirlos. Es dable esperar un impacto positivo de “primera ronda” para las provincias que son más exportadoras de commodities pero, para aprovechar efectos de “segunda y tercera ronda “, se requerirán inversiones e infraestructura. De esta manera, se pasaría a ser una economía confiable para otros países dispuestos a sustituir bienes y servicios que hasta ahora le compraban a Rusia

Además, está el problema de la inflación, explicada por varias razones, pero que el gobierno sólo se concentra en los controles de precios asociados a la exportación. No sólo no tendrá éxito, sino además desaprovechará una buena oportunidad.

Anexos

Anexo 1: Correlación entre precios de productos exportables, y el índice de precios de commodities agropecuarios

Si suben los precios internacionales de los commodities, ¿siguen la misma tendencia otros productos exportables no catalogados como tales? La historia de los últimos quince años indica que no necesariamente ocurre eso. Aquellos con baja correlación son los que tienden a no seguir esa tendencia. Ejemplo, los aceites de oliva y de limón, y también ajos.

Entonces, en la actual situación de guerra en Ucrania, es probable que no todos los productos exportados desde Argentina logren mayores precios

Anexo 2: Factores externos que pueden impactar sobre las exportaciones regionales

En la primera parte, se había analizado la posibilidad de las provincias de aprovechar los precios altos. Hay factores internos que lo obstaculizan, que fueron analizados. Ahora consideraremos los factores externos.

Un primer factor es si este fuerte incremento en los precios de los principales commodities es un fenómeno transitorio, o se mantendrá por varios años. La guerra en Ucrania y la menor oferta en algunos productos agropecuarios han empujado al alza de los precios, y su transitoriedad dependerá de cuánto dura la guerra o las malas cosechas.

También está la posibilidad de una cierta segmentación de mercados, dado que Rusia pasaría a ser un proveedor “no confiable” y, por ende, el mundo preferiría comprarla a otros países, a un precio mayor (mejor para Argentina).

Pero preocupa el posible aumento en la tasa de interés de EEUU, como un mecanismo para reducir su inflación. Si así fuese, podría fortalecerse el dólar, y tirar hacia abajo aquellos precios de commodities. Por lo tanto, no es claro que su alza pueda permanecer por varios años.

Otro sería el crecimiento menor de la economía mundial, porque se diluirá el efecto de la mayor movilidad (por la menor cuarentena). Ese efecto influyó fuerte en 2021, pero ya será difícil extenderlo de aquí en más.

Un último punto es Rusia. Se verán más afectadas las exportaciones argentinas que se destinen a ese país. Entre los productos más afectados están las peras (30% de sus ventas externas) Aun con estos factores, los más preocupantes son los internos, que tienen que ver con el sesgo antiexportador de la política económica.

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