The economy, stupid

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La unción de Sergio Massa como superministro de Economía es la bala de plata de un Gobierno paralizado, con casi nula reacción ante una crisis que, por la inacción, se fue agrandando. Massa concentrará casi todo el poder en el Gobierno para intentar domar la situación con una herramienta distinta a la de sus dos predecesores: la política. Por primera vez las tres cabezas del Frente de Todos están al frente del timón en la tormenta, aún con sus evidentes diferencias. La otra opción es el abismo. El ostracismo de la derrota.

Massa no se siente -no lo es- un salvador. Pero tiene un bagaje del que careció Martín Guzmán, el elegido de Alberto Fernández. Lleno de pergaminos académicos, el delfín de Joseph Stiglitz tenía nula presencia en la política, no conocía a los actores ni tejió relaciones directas con los gobernadores. Silvina Batakis tenía más aceitadas esas relaciones, pero la urgencia de la crisis demandaba más. La corrida cambiaria, pero sobre todo la escalada de precios, no admiten más dilaciones.

La parsimonia que caracterizó al Gobierno en la toma de decisiones se tornaba insoportable. La designación de Massa se había barajado tras la salida de Guzmán. El tigrense pedía la unificación de las áreas sensibles bajo su control. No hubo acuerdo y asomó Batakis después de varios nombres. Duró apenas 24 días en el cargo. En el medio hubo una fenomenal corrida cambiaria y casi ninguna medida dura contra la suba de precios. Su salida es una muestra no sólo del tiempo perdido, sino de la desprolijidad en el manejo de la gestión. Se enteró en el vuelo de vuelta de Washington, donde fue a negociar condiciones con Kristalina Georgieva, que ya no sería ministra. ¿Cómo decirle a la buena de Kristalina que la ministra con la que tejió buenas migas fue degradada a presidente del Banco Nación? Por cierto ¿alguien sabía quién estaba al frente de ese banco? Otra señal de la escasa movilidad del elefante. 

Lo mismo sucedió con Daniel Scioli, llamado de urgencia a reemplazar a Matías Kulfas, que será recordado más por sus filtraciones off que por los resultados obtenidos. Apenas 45 días después de su desembarco, el ex motonauta fue devuelto como embajador en Brasil. Difícil de explicar en las tierras de Jair Bolsonaro, donde todos lo despidieron como si fuera el próximo candidato a presidente en Argentina. 

El superministerio es una oportunidad para poner a andar al Gobierno. Para Massa es una oportunidad de oro. Si le va bien, no tendrá rivales en 2023. Si le va mal, nada habrá cambiado demasiado. 

De ahora en más, Massa será la figura central del Gobierno y casi su única oportunidad de supervivencia política. El Presidente entregó el bastón de mando. Cristina Fernández quedó en un segundo plano y también depende de la suerte de Massa. El kirchnerismo duro deberá entender que no se puede ser al mismo tiempo Gobierno, para cobrar regalías, y oposición, para marcar la cancha con exigencias. Este nuevo escenario desconcierta a la oposición que, irresponsable, apostó al derrumbe para un regreso inmediato.   

Aunque las primeras medidas de Massa se conocerán el miércoles, las primeras señales fueron tranquilizadoras. El dólar bajó la fiebre. Se espera que ahora entren divisas con el nuevo dólar soja, una alternativa coyuntural, que, sin embargo, genera una enorme asimetría interna, que enfurece a los exportadores misioneros -y de otras economías regionales- que deben seguir liquidando al dólar oficial, cuando sus costos operativos en los últimos días se dispararon al ritmo del blue. Una muestra de lo difícil que es encontrar un equilibrio que incluya a todos. El superministro deberá trabajar en eso. 

Massa tendrá superpoderes, como Domingo Cavallo en los 90 o como Roberto Lavagna entre 2002 y 2005. La acumulación de funciones no es nueva. Es ordenar todo bajo un mismo timón. Sumar ministros no es sinónimo de una gestión ágil, sino, en este caso, todo lo contrario. Las internas cruzadas entorpecen la gestión y generan una enorme acumulación de gasto improductivo. 

La concentración de poder de Massa en este contexto es positiva: una anécdota vale para graficar la inacción del gabinete ampliado de Fernández. Durante meses Misiones negoció con Kulfas el Ahora Canasta, como una forma de compensación ante la caída del Presupuesto nacional, rechazado por los diputados de la alianza Cambiemos, incluidos los misioneros. 

El Presupuesto contenía la creación de la Zona Aduanera Especial que pedía Misiones para hacer frente a las asimetrías fronterizas. Después de pulir todos los detalles y con los equipos técnicos de acuerdo, Kulfas, ante la sorpresa del Gobierno misionero, dijo que todo debía ser revisado nuevamente por Guzmán -por la cuestión de los recursos- y finalmente por el Presidente -que ya había vetado la zona aduanera especial en 2021-. Apenas llegó Scioli, en un par de encuentros se interiorizó de la propuesta misionera, dio su visto bueno y garantizó el financiamiento para el programa que comenzará a funcionar en la segunda quincena de agosto. 

Massa, como presidente de la Cámara de Diputados, había sido clave en las negociaciones por la creación de la Zona Aduanera Especial para Misiones. Incluso sugirió cambios en el texto para que pase el filtro de las demás provincias. Conoce en detalle los argumentos misioneros para obtener el reconocimiento. Por eso “se renuevan las expectativas”, como dijo el gobernador Oscar Herrera Ahuad el viernes, al analizar la llegada del tigrense. El mandatario ratificó que Misiones insistirá con la creación de la Zona Aduanera. “Hoy tenemos la posibilidad de decir que el ministro de Economía conoce perfectamente esta cuestión, muy justa para el pueblo misionero, por eso mucho más vamos a insistir”, remarcó el mandatario que durante la última semana mantuvo una silenciosa distancia de las turbulencias en Capital Federal. 

El flamante ministro de Economía tiene buena sintonía con Misiones. La última vez que vino fue en plena pandemia, en octubre de 2020. Mantuvo una reunión con el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, en la que analizaron el escenario político: dejó el compromiso del desarrollo de un mecanismo de compensación económica por los enormes servicios ambientales que la selva misionera presta a un mundo cada vez más contaminado. 

El diálogo es permanente. Ambos fundaron espacios políticos bautizados de forma idéntica. El Frente Renovador misionero fue el pionero, con un concepto que después retomó Massa con eso de la “ancha avenida del medio”, que en Misiones puede leerse como la conjunción de peronistas, radicales e independientes, en un concepto superador de las antinomias de la política, ahora conocidas como “la grieta”. 

Esa grieta agiganta las diferencias en lugar de buscar las soluciones. Basta repasar las actitudes de los referentes de la oposición ante los tropiezos del Gobierno y la virulencia con la que cuestionaron la llegada de Massa. El regocijo ante los problemas, como si no fueran parte esencial de su génesis y como si las consecuencias no las pagara el país que dicen querer gobernar. Mauricio Macri ya anunció que su intención es “retomar el rumbo iniciado en la década de los ’90”, durante el menemismo, y “después en 2015”, durante su administración. El saldo de ambas gestiones fue endeudamiento récord, pobreza y desempleo. Inflación por las nubes hay que agregarle a la suya propia. 

Lilita Carrió dejó una muestra clara del accionar de la oposición: “Hagan patria, guarden su dinero”, les dijo a los sojeros que se niegan a liquidar a la espera de una devaluación. En 2018, cuando la alianza Cambiemos estaba en el Gobierno decía exactamente lo contrario después de haberlos acompañado a los piquetes en las rutas: “Hagan patria, liquiden la soja”. 

Con el Frente Renovador, Misiones se alejó de esa grieta a tiempo. La autonomía conquistada permite mostrar hoy una provincia con la economía en marcha e indicadores inéditos de crecimiento a pesar de la crisis nacional. Es una de las pocas provincias desendeudadas y que no cayó en la tentación del dólar fácil ofrecido durante Cambiemos. Eso permite contar con respaldo para inyectar recursos en la economía cuando se necesitan incentivos. Los pequeños productores yerbateros recibieron ahora 160 mil plantines y kits de fertilizantes orgánicos para reponer las dañadas durante la sequía. Gratis. Eso es presencia del Estado. Los Ahora, por ejemplo, sostuvieron el consumo cuando en todo el país había retrocesos. El Ahora Canasta, con el aporte de comercios, bancos y Nación, significará un reintegro del IVA en los productos de la canasta básica, lo que redundará en un ahorro relevante en el bolsillo de las familias misioneras. 

La planificación es una de las características centrales del Gobierno. Durante los últimos años el eje de la distribución de los recursos se mantuvo inmutable y concentrado en las áreas sociales. Educación, Salud, Desarrollo Social son las áreas centrales: en el Presupuesto 2023 se visualiza el mismo escenario. Herrera Ahuad giró a la Cámara de Diputados la proyección asciende a $468,3 mil millones (468.388.418.000 pesos) lo que representa un aumento del 53% respecto del presupuesto de este año, que es de 226.696 millones.

La inversión social representará el 67% del presupuesto, con Educación a la cabeza con el 25 por ciento de los recursos, seguida por la inversión social con el 22 y Salud, con el 20. Para el desarrollo de la economía se estima destinar $50,5 mil millones y en obras y trabajos públicos el 15% del presupuesto, estimado en unos 68,7 mil millones.

Herrera Ahuad señala que se buscará consolidar el perfil netamente productivo de Misiones aprovechando la ventaja del tipo de cambio que genera un flujo de países vecinos y alejado de los vaivenes de la economía nacional.

“Los datos económicos del último año marcan un crecimiento explosivo con indicadores que muestran a Misiones como líder en despachos de cemento, ventas en supermercados, patentamiento de motocicletas y automóviles, además de la creación de puestos de trabajo en el sector privado formal”, detalla el Gobernador.

Y marca diferencias con la situación nacional: “El equilibrio fiscal de las finanzas públicas misioneras y la robustez de su economía ponen a prueba la inconsistencia de aquellos planteos demagógicos tanto de la derecha como de la izquierda, donde algunos dejan al país sin Presupuesto Nacional y otros pretenden dejar a la Provincia sin recursos bajando los impuestos que financian a los Estados (como ocurre con otras provincias, incluso vecinas), razón por la cual carecen de las herramientas financieras genuinas para llevar a cabo las inversiones necesarias”, asegura el mandatario en obvia alusión a los representantes de la alianza Cambiemos, que no votaron el presupuesto nacional que contenía beneficios fiscales para Misiones. 

El Gobernador destacó que Misiones es la primera provincia del Nea con mayor ejecución en inversión social y en obra pública y en sexto y quinto lugar respectivamente a nivel país.

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Massa asumirá como superministro de Economía

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El Gobierno de Alberto Fernández finalmente confirmó que Sergio Massa será el nuevo ‘superministro’ de Economía, Agricultura y Desarrollo Productivo, en medio de muchas reuniones a puertas cerradas y especulaciones sobre los cambios en el Gabinete.

De esta forma, la llegada de Massa al Ejecutivo se concretará una vez que el dirigente, actual presidente de la Cámara de Diputados, renuncie a su banca.

Entre tanto, se dio a conocer que la actual ministra de Economía, Silvina Batakis, habría puesto su renuncia a disposición. Por el momento, se desconoce cuál será su función en el Gobierno, o si dejará de formar parte del Ejecutivo, a pocas semanas de haber asumido su rol en aquella cartera.

El presidente Alberto Fernández decidió reorganizar las áreas económicas de su gabinete para un mejor funcionamiento, coordinación y gestión.

En ese sentido, se unificarán los ministerios de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca, incluyendo además las relaciones con los organismos internacionales, bilaterales y multilaterales de crédito.

El nuevo ministerio estará a cargo de Sergio Massa, actual presidente de la Cámara de Diputados, a partir de que se resuelva el alejamiento de su banca.

 Massa, informó esta tarde que el próximo lunes comenzará a designar a los funcionarios que lo acompañarán en su gestión.

Massa lo anunció en la Cámara de Diputados de la Nación, en un breve contacto con los periodistas acreditados.

Además anunció que convocará a una sesión especial para el próximo martes para tratar su renuncia y elegir al nuevo titular del cuerpo legislativo que completará su mandato, que vence a fines de diciembre.

Que negoció Massa con el Presidente

El Presidente mantuvo esta mañana una reunión con el titular de la Cámara de Diputados en la quinta presidencial.

El titular de la Cámara de Diputados ratificó anoche con un tuit que Juan Manzur seguirá como jefe de Gabinete en medio de las especulaciones sobre el eventual desembarco de Massa en ese cargo al informar que el tucumano irá al Congreso el próximo 31 de agosto a ofrecer su informe de gestión.

El Presidente y Massa se reunieron en paralelo a la llegada al país de Silvina Batakis quien en Washington había ratificado hace menos de 48 horas que contaba con el apoyo de la coalición de gobierno para seguir en su cargo e implementar nuevas medidas económicas en línea con las metas fijadas por el FMI.

Las versiones sobre la llegada de Massa al Gabinete se volvieron a disparar ayer por la tarde luego del almuerzo de Alberto Fernández con gobernadores peronistas. Allí, el Presidente asintió con la cabeza ante la consulta de un mandatario provincial al Presidente sobre la posibilidad de que el tigrense asuma como “súper ministro” de Economía.

Los gobernadores, encabezados por Axel Kicillof, Sergio Uñac, Jorge Capitanich y Omar Perotti, entre otros, le habían expresado al jefe de Estado su extrema preocupación por la corrida cambiaria y la espiral inflacionaria que en julio podría arrojar un índice de suba de precios por encima del 7%.

Tras las demoras en su vuelo, Batakis, llegó esta mañana al país luego de su gira por los Estados Unidos, donde se reunió con la titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, el secretario del Tesoro, David Lipton, además de grupos inversores y empresarios. La funcionaria atravesará horas decisivas sobre su futuro mientras el Gobierno define importantes cambios en el gabinete. Si bien Massa estaría dispuesto a sumarla como Secretaria de Hacienda, la degradación de Batakis en la estructura jerárquica del gobierno la estaría haciendo analizar la posibilidad de presentar su renuncia si se confirma la designación del titular de la Cámara de Diputados para reemplazarla.

Para convertirse en el nuevo “súper ministro” de Economía, Massa primero quiere garantizarse el apoyo político monolítico de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner con una reestructuración del gabinete más allá del recambio de nombres. Los Ministerios quedarían reducidos a 12 para ajustar el gasto público en la estructura del Estado y hay dudas sobre la continuidad de Miguel Pesce al frente del Banco Central. El funcionario ya fue vetado también por el kirchnerismo y tampoco contaría con el apoyo de Massa para continuar al frente de la autoridad monetaria. El Frente Renovador ya ubicó a Guillermo Michel al frente de la Aduana y el massismo podría pasar a controlar también la AFIP.

En el esquema de “súper ministerio” que Alberto y Massa analizaron en Olivos, tanto el Banco Central como la AFIP, la Secretaría de Comercios y los Ministerios de Desarrollo Productivo, Agricultura, Ganadería y Pesca así como Turismo, quedarían subordidados a la jefatura de Massa en Economía.

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El FMI mantiene las proyecciones de crecimiento de Argentina en 4% y reduce las mundiales

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo hoy las proyecciones de crecimiento para la Argentina en 4% en 2022, al igual que en su último reporte de abril, y al mismo tiempo bajó las proyecciones mundiales debido a las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania.

De acuerdo con las nuevas proyecciones del FMI, la economía mundial se desacelerá del 6,1% del año pasado a un 3,2% durante 2022, lo cual representa 0,4 puntos porcentuales menos que en el último informe de “Perspectivas Mundiales” que realizó el organismo multilateral en abril.

En el caso de la Argentina, se mantuvieron las mismas estimaciones que en último informe, con un crecimiento proyectado de 4% para este año y de 3% para 2023.

De acuerdo con el reporte, que califica a la situación mundial como “sombría”, la producción en el mundo “se contrajo en el segundo trimestre de este año, debido a las recesiones en China y Rusia”.

“Varios shocks han afectado a una economía mundial ya debilitada por la pandemia: una inflación superior a la esperada en todo el mundo, especialmente en los Estados Unidos y las principales economías europeas, lo que ha provocado condiciones financieras más estrictas; una desaceleración peor de lo anticipado en China, que refleja los brotes y bloqueos de Covid-19; y otros efectos secundarios negativos de la guerra en Ucrania”, señala el informe.

Entre las revisiones a la baja más importantes se cuentan las de Estados Unidos con una reducción de 1,4 puntos porcentuales y 1,1 puntos en China, países donde ahora se espera crecimientos del 2,3% y 3,3%, respectivamente.

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La crisis financiera pone al Gobierno en modo “minimización de costos”

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La incertidumbre se agudizó fuertemente esta semana, y las presiones que arreciaban a fin de junio -motivadas por el shock en el mercado de deuda, las restricciones a las importaciones y el turbulento recambio ministerial- desembocaron en la actual crisis financiera: esta semana las cotizaciones paralelas del dólar aumentaron más del 10% en promedio, llevando la brecha cambiaria a la zona del 150%, superando los niveles de octubre 2020. A su vez, el riesgo país se ubicó cerca de los 3.000 puntos básicos, en medio de un desplome generalizado del precio de los bonos, que actualmente cotizan en su mayoría a una paridad por debajo de los 20 centavos por dólar. 

El análisis de la actual situación y, especialmente, el qué esperar en relación al desenvolvimiento de los acontecimientos hacia adelante, demanda tener en cuenta tres elementos centrales que están intrínsecamente relacionados: 

En primer lugar, que los niveles de brecha cambiaria no son consistentes con un escenario de relativa estabilidad en el cual el Gobierno puede sostener un crawling peg en el tiempo en un marco en el cual la inflación se va moderando gradualmente. En caso de persistir, o incluso agudizarse este escenario, la capacidad de defensa del tipo de cambio oficial tiene serios riesgos de debilitarse. 

En segundo lugar, que una corrección del tipo de cambio oficial en la situación actual (sin levantar el cepo cambiario) conlleva riesgos. El salto cambiario no sólo exacerbaría una nominalidad ya de por sí elevada, sino, más importante aún, podría no ser percibida como sostenible, sin conseguir moderar las presiones en el frente cambiario. Esto responde a que el movimiento requeriría ser complementado por medidas de origen fiscal y monetario para las cuales el Gobierno ya ha mostrado dificultades para su rápida instrumentación. En este sentido, a las significativas diferencias respecto de episodios recientes (2014 o 2018) en materia de disponibilidad de reservas, niveles de inflación y situación social se le añaden conflictos al interior de la coalición gobernante que dificultan aún más la velocidad de reacción de la política económica y la coordinación de expectativas. 

Y en tercer lugar, ligado al punto anterior, que si bien es cierto que las principales acciones del Gobierno estuvieron apuntadas a reencauzar la situación (desdoblamiento para turismo receptivo, limitación de CEDEARs, flexibilización para importaciones estratégicas), parecería todavía existir un “gap” entre la magnitud y la velocidad que tomó la dinámica financiera y la energía de las respuestas, así como entre anuncios de mayor disciplina fiscal cuyo resultados que demorarán en visualizarse. Resulta claro que los actuales niveles de percepción de riesgo demandan de respuestas contundentes e integrales desde la política y desde la economía, y la sucesión secuencial de anuncios puntuales (a través de comunicados) por el momento careció de la fortaleza necesaria para torcer las expectativas. Esto se ve agudizado por una crisis de desconfianza en el Gobierno que contribuye a retroalimentar los riesgos. 

Considerando estos tres elementos, queda claro que: i) el Gobierno entiende que evitar una devaluación del tipo de cambio oficial es el principal objetivo en el muy corto plazoii) sin una respuesta más contundente este objetivo se vuelve más lejano; y iii) que la velocidad que tomó la crisis en la última semana, indicativa de la fragilidad subyacente, muestra que hacia adelante el escenario se torna más inestable, aún cuando se logren aplacar las presiones financieras y pueda reencauzarse el programa económico. Respecto al punto i), cabe señalar que, si un salto devaluatorio tuviera lugar, lo más probable es que sea desordenado o forzado por el mercado, lo cual empeoraría la situación aún más. 

En este sentido, el análisis acerca de qué esperar debe ser dividido entre lo inmediato y lo mediato, instancias que estarán fuertemente unidas por la “sábana corta” en materia de instrumentos, la fragilidad de las condiciones subyacentes y la falta de credibilidad en el manejo de la política económica.  

En lo inmediato, seguramente veremos en los próximos días medidas adicionales apuntadas a descomprimir las tensiones cambiarias y aplacar las cotizaciones alternativas del dólar, idealmente acompañadas de un mayor grado de cohesión política. La apuesta del Gobierno es que estas medidas contribuyan a trazar un puente de cara a los próximos meses cuando comiencen a moderarse las importaciones energéticas, en un contexto en que cuenta a su favor con un stock no menor de oferta de agrodivisas por liquidarse (fundamentalmente soja), no quedan muchos meses de importaciones fuertes de energía (aumentaron 190% i.a. en el primer semestre) y los actuales niveles alternativos del dólar se sitúan en precios muy elevados (las veces que alcanzó niveles similares pudo “desinflarse” alineando expectativas). Obviamente, estas ventajas estarán contrapesadas por la gravedad en la dinámica de la situación y la falta de contundencia de las respuestas. El margen para lograr una descompresión se angostará a medida que pasen los días sin resultados tangibles. 

Pero aún si lo logra, los meses sucesivos serán desafiantes: por el lado cambiario, las importaciones no energéticas no pueden permanecer reprimidas indefinidamente sin un traslado a precios y perjudicando la actividad, al tiempo que las perspectivas de la cosecha fina no lucen alentadoras. También estamos en presencia de un escenario de mayor austeridad fiscal hacia adelante: sin un margen relevante para financiarse con Adelantos Transitorios (inclusive incumpliendo las metas con el FMI), el programa financiero seguirá descansando fuertemente sobre las licitaciones de deuda. Por esta razón, normalizar lo antes posible el frente financiero se torna todavía más importante, y seguramente veamos aumentos en las tasas de interés, los cuales se han venido postergando. 

Finalmente, incluso si se reencauza el programa económico (el BCRA vuelve a acumular reservas y se desactivan las expectativas de devaluación) el segundo semestre será de mayor inflación, menor actividad y con límites fiscales más rígidos que el primero, indicando que el equilibrio financiero/político/social continuará siendo inestable. 

Con poco tiempo para realizar correcciones de fondo que arrojen resultados positivos, pero con todavía mucho tiempo como para reprimir costos, la actual crisis financiera está forzando al Gobierno a dejar de priorizar la maximización de beneficios para focalizarse en la minimización de costos. Y evitar una devaluación del dólar oficial figurará en los próximos días al tope de la lista de prioridades. 

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Batakis-Georgieva: situación macroeconómica y desafíos económicos y sociales, ejes del encuentro

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(Por Mara Laudonia, enviada especial) La situación macroeconómica argentina en medio del actual contexto global derivado del conflicto bélico en Ucrania y los desafíos económicos y sociales del país, fueron los principales ejes de la reunión que mantuvieron esta tarde la ministra de Economía, Silvina Batakis, con la directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva y con el equipo técnico del organismo multilateral.

En un comunicado de prensa, el Palacio de Hacienda señaló que “en una extensa reunión con el FMI, las autoridades del organismo multilateral mostraron su interés por conocer de primera mano la situación macroeconómica argentina, en medio del actual contexto global derivado del conflicto bélico en Ucrania e intercambiaron visiones sobre los desafíos económicos y sociales de la Argentina”.

Tras lo que fue la primer reunión bilateral cara a cara de Batakis con Georgieva en la sede del organismo en Washington, la titular del Fondo resaltó, por su parte, los “esfuerzos iniciales” de la ministra argentina “para fortalecer la sostenibilidad fiscal”.

“Damos la bienvenida a sus esfuerzos iniciales para fortalecer la sostenibilidad fiscal y coincidimos en la importancia de la implementación decisiva del programa para abordar los desafíos económicos y sociales de #Argentina”, sostuvo Georgieva en su cuenta en la red social Twitter.

En total, Batakis estuvo tres horas en la sede del FMI, de las cuales durante una hora y media estuvo reunida con la titular del organismo multilateral.

Durante la primera hora estuvo acompañada por el embajador Jorge Arguello, mientras que Georgieva fue secundada por el director por el Hemisferio Occidental, Ilan Goldfajn, quien desde que asumió el cargo en enero de 2022 se fue poniendo al frente del caso argentino en el FMI.

También hubo una bilateral entre Batakis y Georgieva, que duro alrededor de 20 minutos, tras lo cual se dio paso a la reunión técnica, que consistió en un almuerzo de trabajo de dos horas.

El dato que mostró la importancia que tuvo para Georgieva la reunión con Batakis fue que postergó el inicio de las vacaciones que tenía previsto tomarse esta semana.

“Tenía previsto tomarse vacaciones esta semana” y decidió posponerlas para poder recibir a Batakis, indicaron a Télam fuentes del organismo multilateral.

En el encuentro técnico, Batakis estuvo acompañada también por la secretaria de Política Económica, Karina Angeletti; y el jefe de la Cancillería en la embajada argentina en Washington, Adrián Nador, mientras que por el FMI estuvieron Goldfajn, Luis Cubeddu, Jefe de la misión para la Argentina, y Julie Kozack, directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental, que en septiembre pasará a desempeñarse como directora adjunta en el Departamento Europeo del FMI.

“La impresión que dio Batakis fue muy positiva, con un estilo completamente diferente al de Martín Guzmán. Ella se ocupo de marcar, además de su formación académica, que es una persona que gestionó cuatro años en la provincia de Buenos Aires; se mostró muy solvente antes todos los planteos y cuando habla sabe exactamente lo que dice porque conoce las cuentas fiscales al detalle”, dijo a Télam un allegado al equipo argentino.

En parte de la discusión Batakis mencionó los detalles fiscales del plan, para los próximos meses.

La segunda revisión con el FMI será en septiembre, y “no hubo mención al tema”, en el contexto de que la Argentina ya alcanzó el cumplimientos de las metas para un nuevo desembolso que permita repagar el préstamo contraído durante la administración de Mauricio Macri.

La reunión con Georgieva se enmarcó en el viaje de Batakis a Estados Unidos, que tiene entre sus principales objetivos que sus interlocutores “escuchen y conozcan cómo piensa, y sucedió eso, la escucharon y la conocieron”, evaluó el embajador Argüello en diálogo con Télam al final de la jornada.

Más temprano, en su primera actividad oficial en Washington, Batakis se reunió con David Lipton (asesor principal de la titular del Tesoro de los EE.UU. Janet Yellen); Andy Baukol, subsecretario de Asuntos Internacionales; y Michael Kaplan, subsecretario adjunto para asuntos del Hemisferio Occidental y Asia, quienes escucharon atentamente la presentación de la ministra.

Como cierre de la jornada, la ministra mantuvo un encuentro con el director general de Operaciones del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg, quien le comunicó la decisión del organismo de aprobar un nuevo préstamo por USD 200 millones para la Argentina destinado a promover un crecimiento sostenible en el país, con foco en la innovación tecnológica.

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