Leves bajas en las tasas UVA reactivan el interés por el crédito hipotecario y anticipan señales de cambio en el mercado inmobiliario
El termómetro del crédito empieza a moverse. El reciente recorte de algunas tasas nominales anuales sugiere un cambio de ciclo en el crédito. Los referentes del sector hablan de “una señal temprana” que podría anticipar un nuevo escenario de oportunidades
Pablo Barrera, team leader y gerente comercial de Alto Grande Desarrollos y M&M Propiedadesseñaló hoy que “las tasas están atravesando un período de marcada volatilidad”.
“Confiamos en que, a mediano plazo, el escenario pueda estabilizarse y las tasas retomen una tendencia descendente. De ser así, el impacto en el mercado inmobiliario porteño será muy positivo. Buenos Aires mantiene un alto potencial de crecimiento y, con una economía más previsible, el valor del metro cuadrado continuará consolidando su recuperación”, añadió
Primeras señales de distensión: impacto en la demanda y en los precios
Por su parte, Mariana Stange, ingeniera Civil y corredora inmobiliaria de la firma que lleva su nombre, observó que “en estos días estamos viendo las primeras señales de distensión en las tasas de los créditos hipotecarios, especialmente en aquellos ajustados por UVA”.
“El Banco Francés redujo su tasa nominal anual del 10,5% al 7,5%, y ese movimiento ya comienza a generar un aumento en las consultas. Podría ser un punto de inflexión. De todos modos, hay que ser prudentes pues se trata de una tendencia incipiente. Aún no puede hablarse de una baja generalizada ni sostenida, pero sí de un cambio en las expectativas. Y eso, en este contexto, es muy bien recibido por todo el mercado”, agregó la titular de Mariana Stange Real Estate.
En tanto que Oscar Puebla, arquitecto y director de Puebla Inmobiliaria, comentó que el BBVA bajó del 10% a 7,5%:
“Seguirán bajando y el mercado se va a disparar”, vaticinó Puebla, y destacó que “en enero del 2024 teníamos 140.000 propiedades en CABA mientras que hoy hay 78.000”.
“Todo indica que el crédito va a seguir moviendo el stock hacia abajo y eso repercute en la suba de precios”, completó el broker
Estabilidad macroeconómica y crédito: un binomio clave para el desarrollo
Por último, Hugo Koifman, CEO de Branson Real Estate, consideró que “lo verdaderamente importante es que empieza a haber estabilidad en el tipo de cambio, en el mercado accionario, en el mercado de bonos y en el riesgo país”.
“Las constructoras y las empresas de la Argentina, en general, necesitan tener estabilidad para poder poner precios, vender y financiarse. Las empresas toman financiación del mercado local en pesos o dólares, o con diferentes metodologías, y las tasas a la baja hacen que sea más fácil financiarse y más económico”, concluyó Koifman.
El empleo asalariado cayó al nivel más bajo desde el inicio del gobierno de Javier Milei: se perdieron más de 200.000 puestos. El sector privado acumuló la mayor destrucción de empleo, seguido por el público y las casas particulares. La industria, la construcción y el transporte encabezaron las caídas.
El empleo asalariado formal registró en julio de 2025 su nivel más bajo desde el inicio de la gestión de Javier Milei, de acuerdo con los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) publicados por la Secretaría de Trabajo. Desde noviembre de 2023, el país perdió 205.500 empleos asalariados registrados, en un proceso que afecta tanto al sector privado como al público y al trabajo doméstico.
Según el relevamiento, se destruyeron 127.000 puestos en el sector privado, 57.900 en la administración pública y 20.600 en casas particulares, lo que redujo el total de trabajadores asalariados formales a 10.096.200, la cifra más baja desde octubre de 2022. En el segmento privado, el empleo se ubicó en su mínimo desde agosto del año pasado, confirmando el estancamiento del mercado laboral formal en un contexto de fuerte contracción económica.
Destrucción de empleo y estancamiento productivo
El ajuste en el gasto público y la recesión en la obra pública impactaron directamente sobre la industria manufacturera y la construcción, dos sectores que concentran el grueso de la caída del empleo formal. Solo en julio, se perdieron 8.800 empleos privados, con la industria manufacturera aportando 3.300 bajas. En términos acumulados desde diciembre, la construcción redujo su plantilla en 60.500 puestos, mientras que la industria perdió 39.200, alcanzando su menor nivel desde mayo de 2022.
El deterioro también se extendió al sector de transporte, almacenamiento y comunicaciones, con 15.100 empleos menos, y alcanzó a ramas tradicionalmente más estables como la actividad minera-petrolera y el sector financiero, que hoy operan con los niveles de empleo más bajos desde 2022 y 2011, respectivamente.
A nivel territorial, el senador Martín Barrionuevo destacó que la pérdida de empleo fue generalizada: “Salvo Neuquén, Tucumán, Mendoza y Río Negro, todas las provincias registraron caídas en el empleo asalariado”, señaló en redes sociales.
“Década perdida” en el empleo privado
El investigador Luis Campos, del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, definió el panorama como un “proceso estructural de estancamiento” del empleo privado formal. “En julio de 2025 hay menos asalariados registrados en el sector privado que en julio de 2015. Decir ‘década perdida’ es poco a esta altura”, sostuvo.
En la misma línea, el economista Juan Manuel Telechea remarcó que “la Argentina tiene exactamente los mismos 6,2 millones de empleos privados registrados que hace diez años, pero con una población que hoy cuenta con casi cinco millones de personas más”.
Aunque el ritmo de destrucción de empleo se desaceleró desde agosto de 2024, el informe oficial indica que no se vislumbran señales de recuperación sostenida. De hecho, julio marcó la tercera caída mensual consecutiva y el peor desempeño desde el inicio del año.
Aumento del trabajo independiente y precarización
El retroceso en el empleo asalariado fue parcialmente compensado por un aumento en los trabajadores independientes, entre los que se sumaron 127.100 nuevos monotributistas y autónomos. No obstante, este fenómeno refleja una mayor informalidad y precarización, en un mercado laboral que no logra absorber la oferta de fuerza de trabajo bajo condiciones formales.
Para la segunda mitad del año, Campos advirtió un escenario “muy complicado”: “En agosto el índice de evolución del empleo cayó un 0,3%, el segundo peor agosto de la última década. Estamos frente a un modelo económico que no crea empleo y que no demanda fuerza de trabajo”, alertó.
En contraste, el dato positivo del informe fue la recuperación parcial del salario real privado, que mejoró por tercer mes consecutivo. En julio, los sueldos del sector privado registrado se ubicaron 3,8% por encima del nivel de noviembre de 2023, aunque todavía 0,4% por debajo del pico alcanzado en febrero de este año.
Entre la estabilidad macro y la pérdida de empleo
El gobierno nacional sostiene que la política de ajuste fiscal y equilibrio macroeconómico será la base para una futura recuperación del empleo privado. Sin embargo, los datos del SIPA reflejan que, al menos en el corto plazo, el impacto del programa económico libertario recae sobre los asalariados, tanto del sector público como del privado.
La caída acumulada de más de 200.000 empleos desde el inicio de la gestión Milei coloca al mercado laboral en su nivel más bajo en casi tres años y plantea un desafío estructural para la recuperación de la actividad productiva y del consumo interno.
La actividad económica mostró señales de rebote en agosto, pero la recuperación sigue frágil. La industria y la construcción registraron leves subas mensuales tras dos meses de caídas. Sin embargo, los niveles de producción continúan por debajo de los de 2024 y el repunte aún no logra consolidarse, según la consultora Ecolatina.
¿Rebota la actividad en agosto? La industria y la construcción mostraron leves mejoras en agosto, pero la recuperación sigue débil. Ecolatina prevé que el crecimiento real recién se consolide en 2026.
El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) registró en agosto una suba mensual s.e. del 0,6%, luego de dos meses de caídas consecutivos. Con este dato la actividad del sector se ubicó 4,4% por debajo de septiembre del año pasado. En consecuencia, el indicador volvió a niveles previos al repunte de la actividad, borrando casi todo lo que había recuperado desde el año pasado.
El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) subió 0,5% en agosto, continuando con los altibajos iniciados a fin del año pasado. De este modo, si bien acumula un crecimiento del 8,6% interanual en lo que va del año, esto es ayudado por una baja base de comparación, ya la mejora respecto a agosto del año pasado es solo el 0,4%. De hecho, en lo que va del año no ha crecido, posicionándose al mismo nivel que en diciembre.
El resultado de las elecciones, favorable o no para el Gobierno, abrirá la posibilidad para una recalibración del esquema económico que brinde previsibilidad y estimule el crecimiento de la actividad. Sin embargo, en el mejor de los casos, los efectos serán notorios una vez entrados en 2026, cuando una baja sostenida de la tasa de interés vuelva a permitir un aumento del crédito a empresas y familias y la reanudación del proceso de desinflación brinde una mejor perspectiva a la recuperación del poder adquisitivo.
Parcial recuperación de la industria en agosto
El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) registró en agosto una suba mensual s.e. del 0,6%, luego de dos meses de caídas consecutivos. Con este dato la actividad del sector se ubicó 4,4% por debajo de septiembre del año pasado. En consecuencia, el indicador volvió a niveles previos al repunte de la actividad, borrando casi todo lo que había recuperado desde el año pasado.
La leve suba de este mes no alcanzó para compensar una caída acumulada 4% entre junio y julio, producida por la volatilidad cambiaria-monetaria de esos meses. De este modo, la industria se posiciona 3,6% por debajo del máximo alcanzando en noviembre del 2024.
Al interior del índice, ocho de los dieciséis sectores crecieron en agosto. Alimentos y bebidas, la categoría con mayor peso dentro del índice, fue el impulsor de la suba del mes al crecer 2,1% en la serie desestacionalizada. Entre las mejoras también se destacaron Productos de tabaco (+8,2%) y la Vehículos automotores (+5,4%). Por el lado de las caídas mensuales, la más pronunciada se observó en Otros equipos de transporte (-3,6%), seguido por Productos minerales no metálicos (-3,2%) y Productos de metal (-3,0%).
La construcción continua en modo serrucho
El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) subió 0,5% en agosto, continuando con los altibajos iniciados a fin del año pasado. De este modo, si bien acumula un crecimiento del 8,6% interanual en lo que va del año, esto es ayudado por una baja base de comparación, ya la mejora respecto a agosto del año pasado es solo el 0,4%. De hecho, en lo que va del año no ha crecido, posicionándose al mismo nivel que en diciembre.
Si bien la construcción difícilmente vuelva a los niveles los niveles del 2023, el sector logró sostener una lenta recuperación impulsada principalmente por el crédito y la obra privada desde mediados del año pasado. Sin embargo, la meseta registrada en la actividad durante los últimos meses terminó afectando al sector, ubicando a la construcción 2,1% por debajo del máximo alcanzado en abril de este año.
En cuanto a los insumos para la construcción, siete de los doce insumos crecieron en la serie desestacionalizada. La principal incidencia positiva vino dada por Asfalto (+11,2%), seguido por Cemento (+1,9%) Y hierro (+1,4%). En contraste, Placas de yeso (-6,5%) y Hormigón (-4,3%) fueron las principales caídas.
Entre los principales motivos de obstaculización de la construcción se encuentran la caída de la actividad económicay los altos costos de la construcción, que se está revirtiendo tímidamente en los últimos meses con el aumento del tipo de cambio. En ese sentido, entre las empresas privadas relevadas por el INDEC que esperan una caída en la actividad del sector en los próximos meses, el 30,7% atribuye esta perspectiva a una menor actividad económica, mientras que el 16% señala como principal causa el elevado costo de la construcción. Este segundo motivo se continuó reduciendo entre los encuestados, ya que representaba el 18,2% en el informe pasado. Esto puede deberse a la mejora en los costos en dólares desde julio, considerando que los precios del sector se determinan en dólares debido a su alto componente importado.
En materia de empleo, se registró un aumento en la proporción de empresas de obra privada que anticipan una caída en el sector durante los próximos tres meses. Mientras que el mes pasado el 18% de las firmas encuestadas preveía una reducción, en la última medición la cifra ascendió a 24,5%. A su vez, el 70,2% considera que el empleo no variará.
¿Qué esperamos hacia adelante?
La actividad económica comenzó el año en máximos, un nivel que no pudo ser sostenido a lo largo de los últimos meses que seguramente redundarán en dos trimestres (el segundo y el tercero) recesivos. En ese sentido, los indicadores adelantados de actividad para septiembre son mixtos.
Respecto a la industria, la producción de automóviles retoma las bajas al caer 1,9% s.e. en septiembre, posicionándose 5,0% por debajo del mismo mes del 2024. En la misma línea, el patentamiento de autos cayó 0,4% por primera vez en varios meses de subida (+28,2% i.a.).
La construcción presenta una mejora respecto a septiembre, aunque con señales mixtas. El Índice Construya registró una subió 1,1% s.e., del quedando un incluso por debajo de agosto del 2024 (-8,6% i.a.). Los despachos de cemento volvieron a caer en agosto (-1,8%), y se posicionaron con una contracción de 0,4% respecto a igual mes del 2024.
De todas formas, pese a la mejora en la competitividad de las últimas semanas y la expectativa de que se sostenga así incluso después de las elecciones, la incertidumbre acerca del rumbo económico, la volatilidad -ya que volvieron a subir en las últimas ruedas- de las tasas de interés y el freno en la recuperación de los ingresos reales no auguran un repunte significativo y/o sostenido de la actividad económica en lo que resta del año. En este sentido, seguimos previendo un crecimiento promedio de la actividad en el orden del 4% i.a.
El resultado de las elecciones, favorable o no para el Gobierno, abrirá la posibilidad para una recalibración del esquema económico que brinde previsibilidad y estimule el crecimiento de la actividad. Sin embargo, en el mejor de los casos, los efectos serán notorios una vez entrados en 2026, cuando una baja sostenida de la tasa de interés vuelva a permitir un aumento del crédito a empresas y familias y la reanudación del proceso de desinflación brinde una mejor perspectiva a la recuperación del poder adquisitivo.
La construcción en Misiones empieza a mostrar señales de recuperación. Durante julio, los permisos de obra y la superficie autorizada para edificar registraron su tercera suba interanual consecutiva, con un rol protagónico de Posadas y Oberá, pero también con dinamismo en otros municipios del interior.
Según el relevamiento del INDEC, los siete municipios medidos en la provincia emitieron en conjunto 76 permisos de construcción, lo que significó un crecimiento del 11,8% interanual.
Posadas lideró en volumen, con 23 permisos (30% del total provincial) y una suba del 21,1% respecto de julio de 2024.
Oberá se ubicó muy cerca, con 21 permisos (28% del total) y un notable salto del 50% interanual.
Puerto Iguazú sorprendió con 14 permisos (18% del total) y un incremento del 75% frente al mismo mes del año anterior.
Los demás municipios tuvieron desempeños más dispares: Puerto Rico duplicó su volumen (4 permisos, +100%); Eldorado mostró un avance del 20% (6 permisos); Apóstoles se mantuvo estable (5 permisos); mientras que Leandro N. Alem cayó fuerte, con una baja del 80% (3 permisos).
Superficie construible: Posadas marca el ritmo
El dato más significativo vino del lado de la superficie autorizada: en total, los siete municipios alcanzaron 26.554 m², un incremento del 29% interanual.
Posadas volvió a ser la gran locomotora, con 14.174 m² (53% del total provincial) y un espectacular crecimiento del 154,2%.
También se destacaron Puerto Rico (+93,9%), Eldorado (+46,7%) y Puerto Iguazú (+7,7%).
En contraste, Apóstoles (-23%), Leandro N. Alem (-84,9%) y Oberá (-13,9%) mostraron retrocesos en la superficie aprobada para construir.
La dinámica misionera no solo fue positiva en clave provincial, sino que también resaltó en el plano regional. Sobre 16 municipios relevados en el NEA (seis de Corrientes, uno de Chaco, dos de Formosa y siete de Misiones), Posadas y Oberá fueron las ciudades con mayor cantidad de permisos emitidos, superando incluso a la capital formoseña.
En cuanto a superficie autorizada, Posadas se consolidó como líder absoluto del NEA con más de 14 mil metros cuadrados, muy por encima de su perseguidor inmediato: la ciudad de Corrientes, que quedó segunda con 9.463 m².
El repunte consecutivo de tres meses y la centralidad de Posadas y Oberá en el movimiento de la construcción confirman un incipiente ciclo de recuperación para Misiones, que se posiciona no solo como un polo provincial sino también regional en materia de inversión y desarrollo urbano.
La industria de la madera y el mueble sigue sin señales de reactivación, ventas internas en mínimos y exportaciones como único motor
FAIMA advierte que el mercado interno continúa deprimido en agosto y que la rentabilidad del sector cayó a niveles históricos. El repunte exportador de madera aserrada de pino contrasta con la parálisis en la construcción.
La Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (FAIMA) confirmó que la actividad del sector se mantiene en niveles bajos y sin signos de reactivación durante agosto de 2025, en un contexto marcado por la contracción del consumo interno, altas tasas de interés y competencia de precios que erosiona la rentabilidad de las empresas.
De acuerdo con el reporte mensual elaborado por el ingeniero Gustavo Cetrángolo, asesor de la entidad, las ventas permanecen estancadas y gran parte de las industrias se ven obligadas a ofrecer descuentos agresivos, plazos extendidos e incluso operaciones informales para sostener el nivel de actividad. “Esto lleva la rentabilidad a mínimos históricos e incluso a trabajar a pérdida”, señala el documento.
El único segmento que muestra cierta estabilidad es el de pallets, aunque también enfrenta baja de precios y presión competitiva.
Mercado interno deprimido y heterogeneidad en la recuperación
El monitoreo de FAIMA detalla que las empresas con mayor capacidad de resistencia son aquellas con forestación propia, diversificación hacia paneles y maderas laminadas, o presencia comercial directa en grandes centros urbanos. Estas firmas logran compensar parcialmente la caída del mercado interno y mantener cierta estabilidad operativa.
El informe coincide con los diagnósticos de la Unión Industrial Argentina (UIA), que destaca como principales desafíos la retracción de la demanda, la competencia de importados y el incremento de los costos laborales y logísticos.
En paralelo, el sector de la construcción, uno de los principales demandantes de madera, sigue sin recuperar ritmo. Los despachos de cemento y hierro redondo continúan cayendo, y el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) muestra una “meseta baja” pese a un leve repunte en el uso de madera.
FAIMA advierte que la mejora de algunos indicadores responde más a un efecto rebote tras la fuerte contracción de 2024 que a una reactivación genuina del mercado.
Exportaciones de pino en alza, molduras en retroceso
Mientras el mercado interno permanece estancado, las exportaciones se consolidan como el único motor del sector. En los primeros ocho meses del año, los envíos de madera aserrada de pino crecieron 34,5% interanual, impulsados por la puesta en marcha del mega-aserradero Acon Timber y el esfuerzo de pymes exportadoras que buscan compensar la caída doméstica.
Durante agosto, las ventas externas del complejo maderero subieron 19,8% respecto a julio y 64% interanual, aunque los precios internacionales de la madera rústica se mantienen en niveles bajos.
La situación es distinta en el segmento de molduras, cuyos envíos al mercado estadounidense acumulan una caída del 5,9% interanual y del 0,9% mensual. FAIMA vincula esta retracción a los aranceles aplicados durante la administración Trump, que aún no fueron revertidos, aunque prevé una recuperación parcial en el cuarto trimestre de 2025 con pedidos anticipados para 2026.
Producción, energía y confianza: señales de una economía estancada
El Índice de Producción de Madera del INDEC registró en agosto un crecimiento del 20% intermensual y 9,3% interanual, cifras que FAIMA considera “excesivas respecto de la realidad industrial relevada”. En contraste, el consumo de energía eléctrica retrocedió en todos los segmentos: 5,2% en el residencial, 2,3% en el comercial y 2,5% en el industrial, según la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (FUNDALEC).
A nivel inmobiliario, los permisos de construcción en 247 municipios bajaron 0,5% en junio frente a mayo, aunque muestran una suba interanual del 32,7%, aún entre los valores más bajos de la última década.
Por su parte, el Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella cayó 13,8% en agosto, con mayor impacto entre los hogares de menores ingresos y las provincias del interior, lo que refuerza la falta de impulso del mercado interno.
Con un consumo interno sin señales de recuperación y costos en alza, la industria maderera mantiene su dependencia de las exportaciones para sostener el nivel de actividad. FAIMA señala que, si bien el sector forestal argentino posee capacidad instalada y potencial exportador, la recuperación estructural dependerá de una reactivación de la construcción y del crédito, junto con una mayor estabilidad macroeconómica.