Empresarios mayoristas celebran el plan para salir del cepo

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La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM), expresa su firme respaldo al inicio de la Fase 3 del programa económico, anunciado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que marca un paso clave hacia la estabilidad macroeconómica, la previsibilidad monetaria y la normalización del régimen cambiario.

El fin del cepo genera condiciones de mayor confianza para la inversión, el ahorro y el desarrollo de los mercados financieros. Asimismo, destacamos el firme compromiso con la disciplina fiscal y monetaria, que implica el fin de la emisión monetaria para financiar el déficit.

La salida del cepo con la flexibilización del acceso al mercado cambiario para personas, junto al levantamiento de restricciones para importaciones y pagos al exterior, representa un avance significativo hacia la integración de Argentina con el mundo, el estímulo a la producción y la generación de empleo genuino.

El respaldo financiero internacional conseguido por el gobierno, con el nuevo acuerdo con el FMI y el fortalecimiento de reservas internacionales, otorga la solidez necesaria para sostener esta transición y consolidar un nuevo orden económico. Por eso, nuestro apoyo a este conjunto de medidas, convencidos de que representan una oportunidad histórica para construir una economía argentina más estable, abierta y competitiva, con reglas claras y sostenibles en el tiempo.

En cuanto al análisis de las medidas, creemos que al prohibir la emisión para financiar el déficit y eliminar los pasivos remunerados, eliminan dos fuentes históricas de inflación en Argentina, y flexibiliza sin soltar del todo con el sistema de bandas cambiarias, que permite mayor libertad sin el caos de una flotación total. Es una forma “ordenada” de salir del cepo.

Mientras que el apoyo externo del FMI da respaldo de reservas, algo clave en una economía bimonetaria como la argentina. En tanto que el levantamiento del cepo gradual y razonable, permite que se vuelva a importar y girar dividendos con condiciones que bajan la incertidumbre y podrían atraer inversión.

Entre los riesgos, entendemos que todo depende de la confianza. Si la sociedad, el mercado y los inversores no creen que se va a cumplir el ajuste fiscal y el compromiso con la emisión cero, la desconfianza puede generar presión inflacionaria en la transición. Nosotros estamos convencidos de que el gobierno cumplirá con esas metas, ya que el objetivo es bajar la inflación, levantar restricciones y permitir mayor circulación.

El contexto político es clave. Las reformas necesitan tiempo. Si el clima político o social se complica, se puede frenar. Por eso, es fundamental impulsar el plan junto con un programa de reactivación productiva que acompañe la macro.

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El FMI advierte: el programa de 2022 no logró corregir los desequilibrios económicos de Argentina

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El FMI analizó la evaluación del acuerdo con Argentina y cuestionó la falta de resultados del programa de 2022

El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) analizó la evaluación ex post (EEP) del acceso excepcional de Argentina al financiamiento en el marco del Servicio Ampliado del FMI (SAF) aprobado en marzo de 2022, un acuerdo que concluyó a fines de 2024.

El informe evaluó si la estrategia macroeconómica, el diseño del programa y el financiamiento fueron adecuados y acordes con las políticas del organismo. Además, incluyó un apéndice con impresiones de las autoridades argentinas sobre el desempeño del programa.

El SAF de 2022 surgió en un contexto complejo: Argentina no logró recuperar la sostenibilidad financiera tras el fallido acuerdo Stand-By de 2018 y enfrentaba vencimientos por USD 35.000 millones entre 2022 y 2023. A ello se sumaba una inflación elevada, déficit fiscal, escasez de reservas y una deuda pública considerable.

El informe concluyó que el programa no contempló un ajuste proporcional a la magnitud de los desequilibrios fiscales y de balanza de pagos del país. La estrategia gradual de reformas, sumada a los shocks económicos y a una ejecución deficiente, derivó en resultados muy inferiores a los previstos.

Sin embargo, el documento destacó la corrección de rumbo impulsada desde diciembre de 2023 por la gestión de Javier Milei, con medidas como la fuerte consolidación fiscal, una devaluación inicial y la suspensión del financiamiento monetario del déficit. Estas acciones evitaron un colapso financiero y permitieron estabilizar parcialmente la economía.

Críticas al diseño del programa y lecciones para el futuro

El Directorio Ejecutivo expresó su preocupación por el desempeño del acuerdo y consideró que el programa no logró sus objetivos macroeconómicos originales, aunque reconoció que la reprogramación de pagos permitió aliviar temporalmente la carga financiera con el FMI.

Entre los puntos críticos, el informe cuestiona:

  • Evaluación insuficiente de riesgos: El programa no previó adecuadamente los riesgos de implementación ni las limitaciones del acceso a los mercados financieros.
  • Falta de ajuste acorde: El diseño del acuerdo no reflejó la gravedad de los desequilibrios fiscales y externos.
  • Estrategia gradual ineficaz: La combinación de reformas graduales y shocks económicos redujo la efectividad del programa.

Los directores recomendaron que futuras negociaciones incluyan planes de contingencia claros y un análisis temprano sobre riesgos institucionales cuando las exposiciones financieras sean significativas.

El informe también planteó la necesidad de revisar la política de préstamos del FMI para contextos de crisis prolongadas como la de Argentina, y destacó que las lecciones del acuerdo de 2022 deben guiar las conversaciones sobre un posible nuevo programa de seguimiento con el país.

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El Gobierno le pagará hoy USD 4.400 millones a los bonistas

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Será el primero de los dos giros a los tenedores a lo largo de 2025. El equipo económico aguarda una baja del riesgo país más marcada para evaluar si opta por refinanciar vencimientos más adelante en el año o pospone el retorno al mercado internacional para 2026

El Gobierno hará este jueves el primero de los dos pagos relevantes de deuda en moneda extranjera del 2025, lo que tendrá un impacto considerable en las reservas del Banco Central. El Poder Ejecutivo decidió sostener su política de abonar capital e intereses al contado, sin buscar un refinanciamiento en el mercado aún en un contexto de sensible baja del riesgo país, pero dejó la puerta abierta para intentarlo a mitad de año o bien postergar el regreso a los mercados internacionales de deuda para el 2026.

En rigor, el Gobierno pagará este jueves 17 bonos emitidos en moneda extranjera en la última reestructuración de deuda concretada en 2020 durante el mandato de Alberto Fernández, entre Globales que fueron colocados bajo ley extranjera y los Bonares, que se rigen con ley argentina. Serán unos USD 4.400 millones que están concentrados en el GD30 AL30, con cerca de USD 1.200 millones para cada caso.

El perfil de los tenedores de la deuda que pagará el Ministerio de Economía este jueves fue detallado en un informe reciente de Romano Group, que remarcó que el vencimiento de este mes está explicado en USD 2.214 millones de tenedores del sector privado no residentes, privados en la Argentina por otros USD 1.620 millones y una parte menor que se pagará intra Estado: USD 463 millones al Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Anses y USD 63 millones al Banco Central.

Para el caso del Bonar 2030, uno de los mencionados, como los que pagarán el monto de capital e intereses más alto, tiene una alta incidencia de tenencia de inversores locales, cercano a USD 800 millones de los USD 1.135 millones en total estimado por Romano Group. Su versión Global con ley extranjera, por el contrario, tiene preponderancia mayoritaria de tenedores no residentes, pero también del FGS de Anses.

El pago del cupón semestral tendrá impacto en reservas, aunque buena parte de ese efecto en la contabilidad de los activos del Banco Central ya sucedió con anticipación. En primer lugar, en octubre pasado el Tesoro habilitó un giro por adelantado al Bank of New York, fiduciario de los tenedores de los bonos, por unos USD 1.000 millones para el pago de intereses en el exterior. Este miércoles las reservas cayeron otros USD 1.700 millones por ese mismo motivo. El último impacto es el que tiene que ver con el pago de los bonistas locales.

Una pregunta que sobrevoló el mercado es qué harán los tenedores de los títulos públicos con los dólares que cobren, y una respuesta sobre ese tema ensayó Portfolio Personal Inversiones (PPI). “Nuestra hipótesis es que buena parte de estos fondos serán reinvertidos en la curva soberana”, planteó en un informe especial. “En primer lugar, estimamos que cerca de USD 1.100/1.200 millones de los USD 4.450 millones del pago total están en manos de entidades públicas, lo cual ya proporciona un piso de reinversión”, especuló.

Sobre el resto, en manos del sector privado, PPI consideró “muy relevante las últimas estimaciones oficiales de la tenencia de los títulos”. “Al tercer trimestre de 2024, el 31% de la deuda Ley Nueva York estaba en manos de residentes argentinos, frente al 8,6% que poseían en septiembre 2020. Si consideramos que los tenedores locales también poseían el 83% de la deuda local, deducimos que 52,5% del total del pago fluirá hacia residentes y el resto estará en manos de no residentes”, estimó.

“A simple vista, los tenedores locales son más propensos a reinvertir los cupones, pero también creemos que la situación se repetirá en el exterior. La historia Argentina persiste como una de las ‘favoritas’ a nivel global y los títulos soberanos todavía ofrecen tasas atractivas en comparación a sus pares”, señaló el reporte de PPI.

La señal de pago normal de la deuda sin refinanciamiento en el mercado intenta ser un gesto de solvencia del Poder Ejecutivo hacia los tenedores, un pago que estuvo respaldado por el ajuste fiscal que hizo acumular superávit al sector público. Los pesos excedentes de ese ajuste fueron utilizados para la compra de divisas al BCRA que aseguren los pagos de los bonos.

Es ahí donde anida la estrategia de la deuda que adoptó el equipo económico como parte de su programa: en darse la opción de tener la alternativa de volver al mercado internacional recién en 2026, para lo cual requirió primero acumular en la cuenta corriente del Tesoro dólares suficientes para tener cubiertos buena parte de los pagos del 2025.

Por lo pronto, un primer ensayo sobre un retorno a los mercados internacionales tuvo lugar con el préstamo Repo que el Banco Central concretó con cinco bancos extranjeros por USD 1.000 millones a una tasa de 8,8% anual, un interés al que el Tesoro todavía no podría acceder. Según datos del Banco Central, la entidad necesitó entregar en garantía unos 1.700 millones de dólares de bonos Bopreal, aunque en términos prácticos implica una relación de 2 a 1 (lo que serían USD 2.000 millones).

Un nivel de riesgo país como el actual sitúa al emisor soberano en una zona de tasas de refinanciación consideradas aceptables en términos de costo financiero. Sin embargo, el equipo económico aún contempla posponer la salida al mercado hasta 2026, ya que el Gobierno evalúa esperar una mayor reducción del riesgo argentino. Algunas empresas locales lograron obtener financiamiento externo a tasas de un dígito, un objetivo que el Tesoro buscaría replicar.

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Dolarización privada y ajuste fiscal: claves del primer año de Milei en el poder

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Crece la dolarización privada y se estabiliza el endeudamiento público en Argentina

En un escenario marcado por ajustes fiscales y monetarios, el primer año de gestión de Javier Milei mostró avances significativos en la eliminación del déficit fiscal, la reducción de la emisión monetaria y una moderada estabilización económica. Estos logros, aunque destacados por el oficialismo, contrastan con ciertas promesas de campaña que aún permanecen incumplidas, como la dolarización plena de la economía y el cierre del Banco Central.

Balance económico del primer año de Milei
El gobierno de La Libertad Avanza logró reducir la brecha cambiaria, estabilizar las reservas del Banco Central en torno a los USD 32.000 millones y fomentar una leve reactivación económica tras un período de recesión. Según estudios privados, estas medidas han comenzado a impulsar la producción, el empleo y el ingreso real, marcando una tendencia hacia la reducción de la pobreza.

Sin embargo, las estadísticas oficiales reflejan una economía dividida entre los avances en el sector privado y las dificultades del sector público. La dolarización en las finanzas personales y empresariales ha mostrado un incremento sostenido, mientras que el gobierno central todavía enfrenta desafíos para equilibrar su portafolio de deuda.

Depósitos en dólares: un reflejo de confianza privada
Datos del Banco Central revelan que los depósitos privados en dólares crecieron del 2,4% al 5,2% del PBI entre noviembre de 2023 y el mismo mes de 2024. Este crecimiento se debe, en parte, a políticas fiscales y monetarias que promovieron la desinflación y aumentaron la oferta de dólares para transacciones y ahorros.

Pese a un leve retroceso en diciembre, las colocaciones en moneda extranjera se mantuvieron sólidas, superando los niveles de confianza alcanzados en 2019, previo al cambio de gobierno hacia la administración de Alberto Fernández. Este fenómeno permitió revitalizar el crédito a exportadores, impulsando actividades clave para la generación de divisas.

El contraste del sector público
Por otro lado, la deuda emitida bajo legislación extranjera se redujo en USD 1.153 millones durante el primer año de gestión, disminuyendo su participación del 34,8% al 31,6% del total. En contraste, la deuda en pesos creció en el equivalente a USD 40.117 millones, alcanzando el 68,4% del endeudamiento global. Este aumento responde, en parte, a la transformación de los pasivos remunerados del Banco Central en Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), trasladando el peso de la deuda a la Tesorería Nacional.

Además, se registró una reducción de la deuda con organismos internacionales, destacándose una disminución de USD 605 millones en los compromisos con el FMI, aunque aumentaron las obligaciones con el BID, la CAF y Fonplata.

Un 2025 con menos costos por intereses de deuda
De cara al próximo año, el recorte en las sobretasas de interés aplicadas por el FMI permitirá un ahorro estimado de USD 385 millones en el pago de intereses. Esta medida, oficializada en octubre, busca aliviar la presión financiera sobre países como Argentina que mantienen deudas por encima de su cuota en el organismo.

El gobierno ya inició conversaciones con el FMI para garantizar nuevos desembolsos y consolidar el fortalecimiento de las reservas del Banco Central. Estos acuerdos serán cruciales para acelerar la salida del cepo cambiario y encaminar el cumplimiento de los pagos programados entre 2026 y 2032, cuando vencerán los USD 45.000 millones restantes del acuerdo Stand-By firmado en 2018.

El primer año de Javier Milei en la presidencia dejó un balance mixto: mientras el sector privado muestra señales de confianza y crecimiento, el gobierno central aún enfrenta importantes desafíos de financiamiento y dolarización. Con un 2025 que se anticipa clave para consolidar la estabilidad macroeconómica, los ojos están puestos en las negociaciones con el FMI y en la capacidad del equipo económico para sostener los avances logrados hasta ahora.

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Más allá del PBI

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Escribe Andrew Stanley en F&D – El Informe Mundial de la Felicidad lidera la búsqueda de medidas más holísticas del bienestar

HACE MÁS DE 50 AÑOS El senador estadounidense Robert F. Kennedy criticó el PIB, diciendo que “lo mide todo… excepto aquello que hace que la vida valga la pena”. Desde entonces, se han realizado importantes esfuerzos para mirar más allá del PIB en busca de formas más integrales de medir el bienestar para ayudar a mejorar la vida de las personas.

El Informe Mundial de la Felicidad es un recurso clave en esta búsqueda, ya que ofrece una visión completa de las puntuaciones de satisfacción con la vida autoinformadas en todos los países (véase el gráfico para conocer los criterios de clasificación). En la década transcurrida desde su creación, ha pasado de ser un concepto novedoso a un factor influyente en el avance de la inclusión de métricas de bienestar en la formulación de políticas.

Cuando yuxtaponemos el PIB per cápita con las puntuaciones de felicidad del informe, queda claro que, si bien el PIB per cápita es un predictor significativo de la felicidad, no es el único factor. Como se señala en el informe, otras variables, como el apoyo social, la esperanza de vida, la libertad, la generosidad y la ausencia de corrupción, también ayudan a explicar los diferentes niveles de felicidad entre países.

PIB y felicidad

El informe insta a reevaluar el éxito, abogando por políticas que no solo fomenten el crecimiento económico sino que mejoren la calidad de vida. Los autores sostienen que al integrar la felicidad como un objetivo clave, los gobiernos pueden adoptar un enfoque más holístico para la formulación de políticas, asegurando que el progreso se mida no solo por la riqueza material, sino por el bienestar de sus ciudadanos.

Algunos países ya se están moviendo en esta dirección. Por ejemplo, en 2019 Nueva Zelanda presentó el Presupuesto del Bienestar, dirigido a áreas sociales críticas como la salud mental y el bienestar infantil.

ANDREW STANLEY forma parte del personal de Finanzas y Desarrollo.

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