Reapareció Domingo Cavallo: llamó a votar a Javier Milei y se ofreció a ayudarlo con sus ideas

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El ex ministro de Economía reapareció para sentar postura de cara al balotaje a favor de La Libertad Avanza y aseguró que Javier Milei “tiene gente muy buena”.

El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, llamó a votar al candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, en el balotaje del domingo contra Sergio Massa“Lo voy a votar y si puedo lo voy a ayudar a que pueda llevar adelante sus ideas”, señaló este miércoles en su reaparición en una entrevista televisiva.

“Ahora no tengo ninguna duda que quien puede producir el cambio en la dirección que se necesita es Javier Milei, enfatizó el ex funcionario del menemismo y de la Alianza en una entrevista en TN. Además de anticipar su voto, Domingo Cavallo se postuló para sumarse al espacio del libertario.

“No me quería meter en la pelea para estar disponible para ayudarlos”, apuntó el economista y agregó: “Hablaba con los distintos colegas que trabajaban con los candidatos, y hoy no tengo dudas: lo voy a votar a Javier Milei y si puedo ayudarlo a que pueda llevar adelante sus ideas”.

“Massa obviamente es la continuidad y Javier Milei es el cambio”, resumió sobre ambos candidatos presidenciales y consideró que esas dos palabras “describen bien la situación”. Igualmente, el impulsor de la “Convertibilidad” aclaró sobre el futuro gobierno: “Gane quien gane, entre Patricia (Bullrich) y Milei, van a tener que trabajar juntos. Y yo no me quería meter en esa pelea, por eso no me pronuncié”.

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Cavallo anticipó un dólar posbalotaje a $500

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El padre de la convertibilidad, Domingo Cavallo, publicó la cifra para el dólar tras el balotaje y habló de una inflación de 300% en 2024, gane quién gane…

El ex ministro de Economía y padre de la convertibilidad, Domingo Cavallo, advirtió desde su blog que la tasa de inflación se acelerará en noviembre, aseguró que marcha a situarse en el 300% anual y estimó que habrá una corrección en el tipo de cambio luego del balotaje que ubicaría la cotización del dólar en $500.

“Aunque la inflación de octubre fue del orden del 10%, la de noviembre volverá a subir como punto de partida de una aceleración que dificultará el debut del nuevo gobierno, cualquiera sea el resultado del balotaje”, sostuvo Cavallo.

En una nota publicada en su blog señaló que, si no se corrige la política económica, el país va hacia una inflación de 300% anual

Domingo Cavallo afirmó que “la aceleración es inexorable” y detalló cuatro motivos:

1) El déficit fiscal está aumentando como consecuencia de los incrementos de gastos y disminuciones de impuestos que Sergio Massa dispuso para conseguir votos para su candidatura.

2) Los pasivos monetarios aumentan no sólo por el financiamiento del déficit sino por el devengamiento de intereses de las LELICs cada vez más elevados.

3) Por el inexorable aumento del tipo de cambio importador para igualarse, como mínimo, al tipo de cambio exportador efectivo que resulta de la autorización para liquidar el 30% en el mercado CCL.

4) Por los aumentos de precios que deberán autorizarse para evitar desabastecimientos críticos como el de los combustibles.

El ex funcionario consideró que “después del 19 de noviembre es muy probable que el Gobierno decida ajustar el tipo de cambio oficial para llevarlo al nivel del tipo de cambio exportador que hoy se ubica en alrededor de $500”.

Si continúan las políticas actuales, la economía marcha hacia una tasa de inflación del 300% anual

Aunque la inflación de octubre fue del orden del 10%, la de noviembre volverá a subir como punto de partida de una aceleración que dificultará el debut del nuevo gobierno, cualquiera sea el resultado del balotaje.

La aceleración es inexorable porque: 1) el déficit fiscal está aumentando como consecuencia de los incrementos de gastos y disminuciones de impuestos que Sergio Massa dispuso para conseguir votos para su candidatura; 2) los pasivos monetarios aumentan no sólo por el financiamiento del déficit sino por el devengamiento de intereses de las LELICs cada vez más elevados; 3) por el inexorable aumento del tipo de cambio importador para igualarse, como mínimo, al tipo de cambio exportador efectivo que resulta de la autorización para liquidar el 30% en el mercado CCL y 4) por los aumentos de precios que deberán autorizarse para evitar desabastecimientos críticos como el de los combustibles.

Los ajustes probables en los tipos de cambio

Después del 19 de noviembre es muy probable que el gobierno decida ajustar el tipo de cambio oficial para llevarlo al nivel del tipo de cambio exportador que hoy se ubica en alrededor de 500 pesos (350×0,70+860×0,30). En ese caso, ya no será necesario permitir que el 30% de los ingresos por exportaciones se liquiden en el mercado CCL. De esta forma el 100% de los dólares de las exportaciones ingresarán nuevamente a las reservas del Banco Central, algo indispensable para avanzar hacia la normalización de los pagos por importaciones corrientes y pasadas que entraron con financiamiento de los proveedores.

Como el mercado CCL dejará de abastecerse con el 30% de los ingresos por exportaciones, es también probable que el tipo de cambio en ese mercado vuelva al entorno de 1000 pesos por dólar. Luego de haber estado en ese valor bajó a 860 por efecto de la derivación de los dólares de exportación.

El salto devaluatorio será de 43% pero sólo para las importaciones porque para las exportaciones ya se produjo desde que se autorizó la liquidación del 30% en el mercado CCL. Por consiguiente, para estimar su impacto sobre la tasa de inflación puede trabajarse con un salto muy parecido al de las post PASO (22%). Como ocurrió en los meses siguientes a aquel ajuste cambiario, la tasa de inflación saltará a no menos del 12% mensual para los meses de noviembre y diciembre.

Suponiendo que, a partir de este ajuste, el precio del dólar en el mercado oficial retome el crawling peg, para fines de diciembre el tipo de cambio oficial no estaría lejos del tipo de cambio futuro que, para esa fecha, hoy es de 595 pesos.

La evolución de la brecha va a depender mucho de los anuncios que el nuevo gobierno haga sobre la organización del mercado cambiario y las políticas fiscal y monetaria, pero difícilmente comience con menos del 100%, es decir, con un precio del dólar CCL del orden de los 1200 pesos, el nivel en el que estuvo antes de que se autorizara la derivación del 30% de las exportaciones hacia ese mercado.

Lo que ocurrirá a lo largo de 2024 es imposible de predecir ante la gran incógnita sobre el resultado del balotaje y los anuncios de política económica subsiguientes, pero difícilmente la inflación mensual promedio de ese año sea inferior al 12%, es decir una tasa de inflación anual equivalente al 300%.

La tasa de inflación que publicará el INDEC por octubre será del orden del 10%

En el gráfico 1 se puede observar que la tasa de inflación de los últimos 30 días calculada en base a los precios online (la línea negra del gráfico) estuvo descendiendo desde niveles cercanos al 15% a principios de setiembre a un sorprendentemente bajo 6% hacia principios de octubre, pero desde esa fecha hasta el 30 de octubre volvió a subir al 9%.

Si bien la tasa de inflación que publica el INDEC se corresponde más con la tasa de inflación promedio del mes (línea roja del gráfico) y ésta se ubicaba al 30 de octubre en el 7,5%, es difícil que la tasa que publique el INDEC difiera mucho del 10% dado que los precios online no registran aumentos que se producen en los negocios de cercanía y en muchos servicios no comercializados online.

Si uno observa la tasa de inflación de los últimos 30 días, puede sorprender el descenso desde el 15% al 6%. Pero esto lejos de alentar expectativas de descenso de la inflación, es un indicador de que se ha agotado el traslado a los precios del ajuste cambiario inmediato posterior a las PASO. Esto queda claro cuando se observa el gráfico 2.

Pero el detenimiento de la caída de la tasa de inflación de los últimos 30 días, así como el consecuente aumento de la tasa de inflación promedio mensual, se explica por el aumento del tipo de cambio de exportación que significó la autorización para liquidar el 30% de las exportaciones en el mercado CCL. Cuando este aumento se generalice a las importaciones, la tasa de inflación mensual volverá al entorno del 12% mensual.

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Domingo Cavallo propuso un nuevo régimen cambiario y pidió que “el dólar se use como moneda”

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El exministro de Economía dijo que “tenemos que permitir que el dólar sea utilizado como moneda”. “No significa reemplazar todos los pesos con dólares”, explicó

Domingo Cavallo reapareció este fin de semana y propuso crear un nuevo régimen cambiario para la Argentina, al tiempo que pidió que permitan “que el dólar vuelva a ser utilizado como moneda”.

Cavallo aseguró que es necesario que el país “implemente un régimen cambiario completamente diferente al de hoy” y disparó: “Tenemos que volver a permitir que el dólar sea utilizado como moneda”.

Al respecto, el exministro de Economía consideró que eso “no significa reemplazar todos los pesos con dólares, porque obviamente el Banco Central no tiene forma de hacerlo, pero sí que pueda funcionar como moneda en todo sentido”.

En diálogo con el canal LN+, Cavallo sostuvo que todas las transacciones “que no sean exportaciones e importaciones deben producirse entre particulares en un mercado cambiario totalmente libre”.

“Solamente así es posible que vuelvan a entrar los capitales argentinos que están afuera”, completó.

Para el exfuncionario, los efectos de este programa no serían inmediatos, pero indicó que “a medida que la gente se vaya acostumbrando a que el dólar también funciona como una moneda” la perspectiva del país cambiaría.

“No tiene sentido que el Banco Central venda de sus divisas para viajes y turismo”, opinó.

El análisis de Cavallo del presupuesto 2023

En su blog personal el economista publico un análisis del presupuesto del Gobierno nacional, donde concluyó que que el gobierno va a necesitar una tasa de inflación de al menos 6% mensual para que se logre reducir el déficit fiscal primario al 1,9% del PBI. Por supuesto, medido el PBI a precios corrientes, es decir aumentado por el efecto de la inflación.

Con la tasa de inflación mensual tendiendo a estabilizarse en un piso del 6% mensual, equivalente al 100% anual, en el contexto político actual no es posible imaginar herramientas efectivas para hacerla bajar de ese nivel, salvo una fuerte reducción del gasto público.

El precio del dólar para las transacciones comerciales, que en muchas ocasiones del pasado se utilizó como ancla nominal, no podrá ser utilizado con ese objetivo en el curso de los que resta de 2022 y el año 2023. La alta brecha cambiaria y las expectativas de un salto devaluatorio discreto hacen muy peligroso cualquier intento del gobierno de ubicar el ritmo mensual de ajuste del precio del dólar en el mercado oficial por debajo de la tasa de inflación.

Tampoco se podrán utilizar las tarifas de los servicios públicos y de la energía como se lo hizo de manera prácticamente continuada desde enero de 2002 en adelante. Por el contrario, la necesidad de evitar un aumento adicional de los subsidios económicos requerirá no sólo de aumentos para recuperar atrasos sino ajustes mensuales adicionales que no sean inferiores a la tasa de inflación.

El aumento de la tasa de interés para ubicarla en términos netos positivos, es decir, por arriba de la tasa de inflación, que en economías básicamente estables es la herramienta para revertir escaladas inflacionarias, como se lo está viendo en estos momentos en los Estados Unidos y en Europa, en nuestro caso tampoco ayudará a bajar la tasa de inflación. Esto se debe a que el Banco Central tiene una deuda remunerada con esa tasa (LELIQs y Pases) que ya supera a la misma base monetaria, por lo que, para no seguir aumentando esa deuda, el Banco Central tendría que dejar expandir mensualmente la base monetaria al 50% de la tasa mensual de interés. Si los otros factores de creación de base monetaria (compra de reservas y asistencia al Tesoro) no logra ser inferior al 50% de la tasa mensual de interés, la tasa de expansión de los pasivos del Banco Cenral (base monetaria mas LELIQs) se equipararía a la tasa mensual de interés, es decir algo por arriba de la tasa de inflación. El efecto contracción de demanda agregada que se espera por el aumento de la tasa de interés será compensado, probablemente más que compensado, por el efecto expansión adicional de los pasivos del Banco Central.

Los sindicatos y la misma ala kirchnerista del gobierno no permitirán que el aumento de los salarios sea inferior a la tasa de inflación, por lo que la caída del salario real, que fue utilizada en el pasado para disminuir la tasa de inflación, tampoco estará disponible en 2023, máxime teniendo en cuenta que se trata de un año electoral. Esto ya se ha observado en las recientes discusiones salariales.

Queda como único instrumento imaginable, la reducción del gasto público en términos reales. Es decir, que el aumento del gasto público nominal sea significativamente inferior a la tasa de inflación. Tanto de la presentación del proyecto de presupuesto para 2023 como de las expresiones del viceministro Gabriel Rubinstein, sugiere que esta es la apuesta del equipo liderado por el ministro Sergio Massa. Por esta razón vale la pena seguir en detalle la discusión del ajuste fiscal que se propone y examinar su viabilidad política.

El ajuste fiscal descripto en el proyecto de presupuesto para 2023

Dado que el proyecto de presupuesto para el año próximo incluye, como todos los años, una estimación detallada del cierre fiscal del año en curso, una forma de explorar la viabilidad de la propuesta para 2023 consiste en examinar que es lo que el equipo económico espera que ocurra en lo que resta del año 2022. De este examen, se puede deducir cual será el enfoque del ajuste fiscal de 2023. Este ejercicio ha sido prolijamente hecho por Nadín Argañaraz. Paso a resumirlo.

En el cuadro 1 se puede observar que la evolución de los distintos componentes del cuadro fiscal que se estima para el cierre de 2022 es muy diferente al curso que tuvieron las cuentas respectivas durante los ocho primeros meses del año, en comparación con los mismos ocho meses de 2021.

Así, mientras que en los primeros ocho meses los gastos totales aumentaron 72 % con respecto a los mismos meses de 2021, la estimación al cierre de 2022 que trae el proyecto de presupuesto es un aumento de sólo 61%. En línea con esta estimación, lo mismo ocurre con todos los demás conceptos de gastos, excepto el de intereses pagados por el tesoro que mientras aumentaron 66% en los primeros ocho meses, se estima que durante todo el año 2022 aumentarán 142%.

Nadín Argañaraz ha calculado los porcentajes de reducción en términos reales (es decir, descontado el efecto de la inflación) de los distintos componentes del gasto del sector público que se necesitará lograr en el período septiembre-diciembre de 2022 para que el año cierre con las cifras estimadas en el proyecto de presupuesto para 2023. Estos porcentajes se presentan en el cuadro 2.

El gasto primario debe reducirse 17% en términos reales. Más en detalle se destacan “déficit operativo de empresas públicas y otros” con una reducción del 43%, “Bienes y servicios” con una reducción del 30%, “Inversión real directa” con una reducción del 28%, “transferencias corrientes” con reducción del 26% y “prestaciones de la seguridad social” con una reducción del 13%. Los únicos rubros para los que se contempla un aumento en término reales son “transferencias de capital” y “remuneraciones” con aumentos de alrededor del 12% cada uno.

En ninguno de los discursos de los voceros del gobierno se mencionan estos esfuerzos fiscales que son los que deberían realizarse en el tercer trimestre, dado que el mes de septiembre ya ha transcurrido y no hay indicios de que se hayan producido. Al menos no ha habido reclamos de los que hubieran sido afectados por estos ajustes.

Lo que ocurra en los tres próximos meses con los gastos de los rubros mencionados y la discusión en el congreso de los ajustes contemplados para 2023 permitirán evaluar con más precisión el realismo de este programa fiscal. Pero, a la luz de lo que ha sido la trayectoria fiscal hasta aquí y los discursos de la vicepresidente y la gente que la acompaña, mi impresión es que se trata de una propuesta tan poco realizable como lo era el presupuesto para 2022 que había preparado Martín Guzmán en 2021.

Esto no significa que yo piense que el gobierno no podrá cumplir con el compromiso fiscal asumido en el programa con el FMI. Mi conclusión es que el gobierno va a necesitar una tasa de inflación de al menos 6% mensual para que se logre reducir el déficit fiscal primario al 1,9% del PBI. Por supuesto, medido el PBI a precios corrientes, es decir aumentado por el efecto de la inflación.

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Domingo Cavallo pidió no devaluar: “Sería peor que un Rodrigazo”

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El ex Ministro de Economía Domingo Cavallo, planteó que la devaluación y el aumento de tarifas “sería peor que un Rodrigazo” y presentó en una entrevista su plan de como salir de esta crisis

El campo -principalmente los sojeros- intenta presionar al gobierno para que devalúe un 30% la moneda nacional, que pasó de $60 a $135 (oficial) o $300 (blue) por dólar en solo dos años gracias al desastre macroeconómico de Alberto Fernández, Martín Guzmán y Miguel Pesce, que todavía resiste en el BCRA.

Es interesante analizar lo que pasa el campo 2022, sobre todo porque el campo 2008 pidió la ayuda de la clase media urbana para frenar a los K contra la resolución 125 de Martín Lousteau -ministro de Economía que planteó ir a un régimen de retenciones móviles-, pero hoy está sentado sobre los granos de soja esperando “la competitividad del tipo de cambio”, que no es más que una nueva licuación de salarios, jubilaciones y pensiones de la misma clase media -y baja-, que la inflación de casi 3 dígitos ya hizo y no permite recuperación alguna.

En su diálogo mano a mano con el periodista Carlos Pagni, Cavallo dedicó unos minutos para hablar de cómo se podría evitar la devaluación que piden los productores rurales y porqué es importante hacerlo: “Sería peor que un Rodrigazo”, alertó.

Aquí, la desgrabación completa del momento más interesante de la entrevista:

“La falta de profesionalismo con la que se maneja el Banco Central de la República Argentina es muy peligrosa. Vengo sosteniendo -desde que se decidió introducir la política de control de cambio- que tendrían que haber desdoblado el mercado cambiario y sujetado a controles las transacciones de importaciones y exportaciones. Todo lo demás lo tendrían que haber derivado a un mercado cambiario libre en el que no interviniera el BCRA y no fuera el responsable de abastecer ese mercado de divisas.

Al ser un mercado libre, si la cotización era suficientemente alta, iban a empezar a entrar capitales o los mismos argentinos que tengan muchos dólares podrían venderlos legalmente en ese mercado libre. Eso le pondría un techo al mercado

En ese contexto, el BCRA podría comprar todo el superávit comercial, que fue grande el año pasado -de US$15.000 millones- y este año no va a ser menor a US$7.000 u US$8.000 millones, pese a la baja considerable por los precios de la energía. El BCRA podría haberse hecho de las divisas que ahora no tiene. No es tarde para hacer eso. Creo que si se hubiera hecho cargo del viceministerio el economista Gabriel Rubinstein eso se podría haber hecho. Estuve leyendo y mirando videos muy interesantes de sus últimas entrevistas y él está planteando esto mismo que yo estoy diciendo aquí.

Pero esta falta de profesionalismo se nota en muchas otras cuestiones, como por ejemplo en el manejo de las exportaciones, que las quieren alentar pero ponen prohibiciones y cupos. Ahora quieren adelantar los ingresos de divisas por exportaciones: si bien ya se ha producido el bien, que es lo importante, en algún momento se van a liquidar (los granos) pero se hace un enorme esfuerzo para que se liquide ahora y (no se dan cuenta) que están vaciando los próximos meses.

Además, decir que para que liquiden los granos hay que prometerles un tipo de cambio transitorio a los productores, es prometer que va a haber una fuerte devaluación que, entre paréntesis, creo que no resolvería nada; por el contrario, agravaría la situación

Lo que sí podrían haber hecho es bajar las retenciones. El gran desaliento a las exportaciones y la producción agropecuaria es todo lo que le quitan al productor vía las retenciones. También influye la brecha cambiaria, pero con una buena política de desdoblamiento cambiario y permitiendo la entrada libre de dólares, esa brecha podría ir cerrándose. Obviamente que, si siguen cometiendo los errores que cometieron hasta ahora, podría ocurrir una fortísima devaluación y ese sería el acabose para este tipo de manejos (intervencionistas) de la economía por la explosión inflacionaria y las consecuencias no deseadas que traería. A lo mejor alentaría un poquito más las exportaciones y frenaría las importaciones, pero no resolvería los problemas de ninguna manera porque es mucho más importante el atraso tarifario que da lugar a US$15.000 millones de subsidios y un exceso de gasto público que el atraso cambiario.

Además, si aumenta mucho el precio del dólar con una fuerte devaluación, los subsidios aumentarían más que proporcionalmente. Entonces, además de la devaluación tendrían que producir un tarifazo enorme. Entonces, tarifazo y devaluación sería más que un Rodrigazo porque, imagínese, los sindicatos no se conformarían con un tope salarial

Buscar reducir a un mínimo los subsidios a los servicios públicos es más que prioritario; súperprioritario”.

Tras la entrevista Cavallo compartió el video de la misma en su blog agregando un comentario, que según él no pudo hacerlo en piso: El reportaje que me hizo Pagni me permitió destacar la importancia del ajuste fiscal. Pero me hubiera gustado señalar, y por falta de tiempo no lo hice, que el ajuste fiscal más importante es la reducción del gasto público, porque la reducción del déficit fiscal en base al aumento de los impuestos produce efectos estanflacionarios.

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Domingo Cavallo: “Mi anuncio del corralito el 3 de diciembre de 2001”

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El exministro de Economía, Domingo Cavallo, salió al cruce de periodistas del Frente de Todos y trolls K por una serie de posteos en el que compararon tapas de diario previo al estallido de diciembre de 2001 y sus anuncios con el valor del pesos meses después.

A 20 años del corralito, el economista de 75 años posteó un breve comunicado desde su blog titulado “Mi anuncio del corralito el 3 de diciembre de 2001”. Allí, Cavallo insertó 2 videos históricos que repasan sus anuncios y responsabilizó por la devaluación y el default al peronismo con los presidentes que sucedieron a Fernando de la Rúa:

“He visto que hay periodistas y tweeteros que están presentando videos y reportajes de aquella época con un tono burlón, porque sólo treinta días después de mis intervenciones en las que dije que no habría default ni devaluación, el gobierno que se hizo del poder a partir del golpe institucional del 20 de diciembre de 2001, disponía el default de la deuda pública, aún la que ya estaba reestructurada a partir del préstamo garantizado y, pocos días después, destruía la convertibilidad al disponer la pesificación compulsiva de todos los depósitos y préstamos en dólares y de todos los contratos que se habían pactado en esa moneda”.

Recordemos que la crisis política se acentuó el 7 de octubre del 2000 con la renuncia del vicepresidente Carlos ‘Chacho’ Álvarez. Tras los procedimientos de la sucesión presidencial establecida en la Constitución, el presidente del Senado, Ramón Puerta, asumió el cargo y la Asamblea Legislativa (un cuerpo formado por la fusión de las dos cámaras del Congreso) fue convocada. Por ley, los candidatos fueron los miembros del Senado, además de los gobernadores de las provincias, quienes finalmente nombraron a Adolfo Rodríguez Saá, gobernador de San Luis.

El presidente interino, Rodríguez Saá, declaró el default financiero, con lo que Argentina se declaraba insolvente para pagar las deudas contraídas. Esta acción fue muy popular entre los argentinos. Sin embargo, solo unos pocos días después de establecer el default, se descubrió que Rodríguez Saá había pagado US$ 150 millones al FMI.

Rodríguez Saá, totalmente incapaz de hacer frente a la crisis y sin el apoyo de su propio partido, renunció antes de que finalizara el año. La Asamblea Legislativa fue convocada nuevamente, y se nombró al exgobernador y excandidato presidencial Eduardo Duhalde, en ese entonces senador por la provincia de Buenos Aires para tomar su lugar. Y así fue.

Después de mucha deliberación, el 6 de enero de 2002, el presidente interino Eduardo Duhalde decidió dar fin a la Ley de Convertibilidad que hab ía estado en vigor durante diez años. En cuestión de días, el peso perdió una gran parte de su valor en el mercado no reglamentado. Un provisional “oficial” del tipo de cambio se fijó en 1,40 pesos por dólar.

Además del corralito, el Ministerio de Economía dictó la pesificación, por la cual todos los saldos bancarios en dólares se convertirían a pesos al tipo de cambio oficial. Esta medida enfureció a la mayoría de los ahorristas y se hizo un llamamiento por muchos ciudadanos para declarar su inconstitucionalidad.

Ayer (2/12), en su posteo, Cavallo hizo hincapié en que “me interesa que los seguidores de este blog, conozcan este material porque será útil para entender la discusión que estoy seguro que se va a desatar alrededor del 20 de diciembre, cuando los promotores de aquel golpe institucional y de las decisiones que provocaron el caos de enero de 2002, tratarán de volver a transformarme en el chivo expiatorio, tal como lo hicieron a lo largo de los años que siguieron a aquella tragedia”.

Entonces, recomendó una nota que le hicieron por aquellos los periodistas Sergio Moreno (QEPD) y Maximiliano Montenegro para Página12, titulada “No podíamos permitir que se siga fugando el capital”:

Domingo Cavallo tiene un día frenético, uno más de la saga que viene gestando desde que asumió hace casi nueve meses. A pesar del frenesí, luce químicamente tranquilo, no se enoja y el énfasis anida en la gestualidad de su rostro, no así en sus ademanes. Como una vez más, ayer le tocó jugar el rol de comunicador del Gobierno. En voz calma, desgranó sin minucias cada una de las medidas, a su estilo, generalizador, triunfal y volitivamente optimista. Uno de sus asesores, anteayer, cuando preparaban el mini-plan, se permitió chancearlo: “Con estas medidas nos van a acusar de soviéticos planificadores”, le dijo empezando a dibujar una sonrisa. “Esta puede ser una economía soviética por 90 días para poder tener una economía norteamericana por 30 años”, lo cortó en seco el ministro.

En su despacho del quinto piso del Palacio de Hacienda, el ministro viste inusualmente elegante para un sábado a al tarde. Momentos antes de entregarse al reportaje con Página/12, fueron llegando a sus amplísimas oficinas que dan a la calle Hipólito Yrigoyen el secretario de Hacienda, Jorge Baldrich y el titular de la AFIP, Armando Caro Figueroa. Desde temprano trajinan al lado del ministro su vocero, Lisandro Varela, y su secretario personal, José Luis Giménez. A último momento se suma al equipo, trajeada como para una cena y con sonrisa imperturbable, su mujer, Sonia.

Cavallo habla de bancarización, de tecnologías de pago modernas y arcaicas, de beneficios por descuentos del IVA, de reservas y circulante. También de histeria. Dice que por ese estado de ánimo los fondos de los bancos volaban a otro destino, cajas fuertes o “el colchón”. Desnuda así los motivos, menos fatuos y más previsibles, de su motivación, de su sorprendente “sovietización”, como definió el asesor nombrado en las líneas precedentes. Entonces, reaparece su voluntad, esa por la que cree que “la gente entenderá”, como tantas veces dijo que ocurriría y, a la luz de los hechos, tantas veces erró.

-¿A qué tasa de interés se van a cambiar los depósitos en pesos a dólares?

-A la tasa de interés en dólares que convengan los b ancos y los depositantes, tal como funciona hoy día.

-Hoy existe hay una tasa máxima para los depósitos en dólares. Esa tasa máxima, ¿va a bajar, va a subir o será la misma?

-No es tasa máxima, es una tasa de referencia. Los bancos tienen que constituir encajes adicionales si pagan mucho más que esa tasa. Eso seguirá igual y la tasa que va a resultar relevante es la fijada en dólares, porque las tasas en pesos no pueden superar a las tasas en dólares.

-¿El encaje completo del depósito va a mantenerse en esa tasa…?

-Va a mantenerse en la que vaya anunciando el Banco Central todos los viernes, tal como fue establecido originariamente.

-Su idea es que esa tasa vaya disminuyendo…

-Seguramente va a ir disminuyendo porque al pararse el drenaje de fondos del sistema bancario esa tasa va a tener que disminuir.

-¿Cómo se repactarán los préstamos?

-Los préstamos en pesos, a su vencimiento, pueden ser cancelados o re novados por la gente. Pero si los renueva tiene que ser en dólares a las tasas vigentes, que esperamos que vayan bajando.

-O sea, a la tasa que hay actualmente para los préstamos en dólares.

-Lógico, lógico. Y si el banco le pide a un cliente que repacten desde ya alguna operación no vencida, el cliente le va a exigir al banco que le baje la tasa de pesos a la tasa en dólares o que le alargue el plazo. Yo me imagino que los deudores en pesos, dado el interés que muchos bancos van a tener de que acepten transformar esos pesos en dólares, podrán conseguir tasas de interés menores.

-¿Se podrán sacar solamente 250 pesos o dólares por semana? -No, se podrá utilizar todo el dinero que uno tiene en el banco; con cheque si uno tiene cuentas corrientes, con tarjeta de débito si tiene caja de ahorro y, si necesita cambio en efectivo, puede utilizarlo, hasta 250 pesos o dólares por semana. Si uno tiene la cuenta en dólares, retira dólares; si sigue manten iendo la cuenta en pesos, puede retirar en esa moneda.

-¿Qué elementos tiene la gente para pensar que el uno a uno no es una ficción? ¿Por qué no creer que solamente sigue vigente para los dólares que están dentro del sistema financiero y que si uno quiere ir a comprar a la calle le van a cobrar mucho más que eso?

-El hecho de que en la calle le van a cobrar un peso, porque rige la convertibilidad y porque la gente que se presente en un banco y quiera cambiar le van a cobrar un peso por dólar.

-Pero ante la falta de circulante, de dinero, que van a generar estas disposiciones, en la calle va a regir la ley de la oferta y la demanda…

-Si en la calle hay muchos más dólares que pesos. El que quiera convertir un peso a un dólar va a conseguir convertirlo. Además, están todos los dólares que respaldan a los pesos en el Banco Central.

-¿Están todos los dólares que respaldan a los pesos en el BCRA o ya esas reservas fueron utilizadas?

-En absoluto, la convertibilidad tiene total respaldo. Pero además, estas medidas demuestran cabalmente que el Gobierno ni sueña en abandonar el uno a uno. Obviamente que esto implica una suerte de dolarización financiera. Con que la gente sólo le diga al banco `yo quiero que mis depósitos estén en dólares’, el banco los tiene que transformar en esa moneda. Por otro lado, el banco no va a poder prestar en pesos, sólo en dólares, por lo que la entidad financiera va a tener interés en que los depósitos sean también en dólares. No hay ningún riesgo de que se abandone el uno a uno. Esta es la mejor demostración de que nadie piensa en el Gobierno, ni nadie pensará en el futuro, abandonar la convertibilidad.

-Si tenía la cantidad de dólares necesaria en el Banco Central, ¿por qué no dolarizó directamente la economía y dejaba a la gente con la tranquilidad que no iba a devaluar?

-Es que la gente tiene libertad para elegir la moneda que quiera, esa es la esencia de la convertibilidad, siempre fue así. Y si hoy le impusiéramos a la gente por decreto que los pesos se transformen en dólares, la gente podría pensar que el día de mañana le pueden imponer por decreto que los dólares se transformen en pesos. Lo grande de la convertibilidad, y lo que ha hecho que funcione muy bien por mucho tiempo, es que la gente elige si quiere estar en pesos o en dólares. Había quizás ciertas dificultades: si alguien tenía un depósito en pesos en el banco y pedía que se lo transformaran a dólares a lo mejor le cobraban una comisión o se inducía a que la gente lo mantuviera en pesos pagándole una tasa de interés artificialmente más alta. Después utilizaban esos pesos para hacer operaciones especulativas de préstamos en pesos. Entonces, los bancos ya no pueden hacer toda esa utilización espuria del peso, por lo que ahora deberán transformar los depósitos de pesos a dólares como la gente quiera, sin cobrarle ninguna comisión.

-Hoy, de hecho, cobran una comisión si uno hace por banca electrónica el pase de pesos a dólares…

-A partir de este decreto, a partir de hoy, eso queda prohibido. Está prohibido que cobren cualquier comisión por convertir de pesos a dólares.

-¿Y si uno va con los pesos en efectivo y quiere dólares en papel moneda también se lo cambiarán uno a uno?

-Si lo hace a través de la cuenta bancaria, sí. Si uno deposita pesos y los transforma en dólares, después retira los dólares. Por supuesto, puede retirar 250 dólares por semana.

-¿Cuál será el mecanismo para la gente que cobra su salario a través de un banco, mediante una caja de ahorro?

-Toda tarjeta de caja de ahorro es de débito. La misma tarjeta que a la gente le sirve para retirar dinero en efectivo, le sirve para pagar cualquier bien y consigue cinco por ciento de descuento en el precio como devolución de impuestos, en este caso del IVA.

-¿Se va a implementar algún sistema de chequeras para esas cajas de ahorro?

-No, porque el cheque es de vieja tecnología, la nueva tecnología es la tarjeta de débito. El cheque de la edad contemporánea es la tarjeta electrónica.

-Lo traigo a las cuestiones micro, de la economía cotidiana, ministro: ¿cómo se pagará una serie de servicios o deudas en sitios que nunca han cobrado en otra cosa que no sea dinero en efectivo? Expensas, verdulería, almacén, por tomar algunos ejemplos.

-Mientras quien tenga que cobrar no posea el equipamiento para hacerlo con tarjeta de débito y si usted tiene que hacer un pago y no tiene dinero en efectivo, pide un cheque de pago financiero en el banco y paga con eso. Es lo mismo que cuando tiene que pagar más de mil pesos y no tiene cuenta bancaria. Ustedes saben que no se puede pagar en efectivo más de mil pesos porque corren el riesgo que no esté cancelando su obligación, está prohibido. Entonces, usted paga con un ch eque que le tiene que emitir el banco.

-Hay quienes dicen que esto va a profundizar la recesión porque hay muchas transacciones económicas, al menos en el corto plazo, que se van a detener. Es el caso de la economía en negro, que significa el 40 por ciento de la economía global del país. Hasta tanto esa economía se blanquee por decreto, se va a paralizar…

-No tiene que ser así porque dinero en efectivo va a seguir circulando. Lo que pasa es que les va a convenir a los que hoy venden en negro, vender en blanco y tener un mercado más amplio. Y para la economía es muy bueno, porque si se vende en blanco la gente paga los impuestos, se controla ese pago, el Gobierno recauda, al recaudar puede pagar más normalmente sus obligaciones y todo ello ayuda a que no haya recesión.

-¿Entonces, para usted estas son medidas reactivantes?

-Bueno, lo reactivante es, por ejemplo, la devolución del cinco por ciento del IVA y que la gente utilice intensamente la tarjeta de crédito. Lo reactivante es que la gente tenga cinco por ciento más de ingreso porque no paga el mismo aporte personal al sistema de reparto o a las AFJP que pagaba antes. Lo reactivante es que se hayan disminuido algunos impuestos y haya créditos, por ejemplo, si uno compra una vivienda. Todas esas son medidas reactivantes. También debería ser reactivante, o más precisamente promotor de la competitividad, el hecho de que el que paga salario pueda acreditar aporte patronal a cuenta del IVA. Ahora, ¿por qué sigue y se profundiza la recesión? Porque lamentablemente ha habido fuga de capitales y retiro masivo de depósitos que han ido a parar a cajas de seguridad. Justamente estos dos fenómenos son los que queremos detener; uno con el control a las transferencias al exterior, que son limitadas por este decreto, y otro limitando el retiro en efectivo de los bancos.

-¿No es este un golpe mortal a la confianza de las familias argentinas en el sistema financiero?

-No, todo lo contrario. En todos los países del mundo la movilización de dinero bancario se hace con tarjeta de débito, o de crédito, o con cheques o con transferencias financieras y el dinero en efectivo solamente se retira para el cambio chico. Eso es lo que le da estabilidad y seguridad a los ahorros de la gente y permite el buen funcionamiento de la economía. Aquí lo que estamos impidiendo es que por histeria retiren los fondos, que por histeria alguien saque cincuenta mil pesos o dólares del sistema bancario y los ponga en una caja de seguridad o los mande al colchón.

-¿Por histeria? Visto a la luz de los hechos, quien sacó su ahorro hoy tiene en su poder los billetes contantes y sonantes y quien no lo hizo ahora lo tiene inmovilizado por el decreto que usted pergeñó.

-No, al contrario, ¿cómo inmovilizado? No hay ninguna inmovilidad. Si uno tiene su dinero en un banco puede pagar, por ejemplo, operaciones de más de mil peso s que con los dólares o pesos billetes es ilegal pagarlos. Incluso, si lo paga en efectivo, uno corre el riesgo que después le vuelvan a reclamar el pago de la misma deuda o el precio de venta del producto. El dinero bancario es un dinero de mayor calidad que el dinero en efectivo. En casi todos los países del mundo, y en la Argentina también, el dinero en efectivo sólo sirve para operaciones chicas. Si uno quiere hacer operaciones grandes, salvo que sea en la economía negra, lo debe hacer en dinero bancario.

-¿Qué lo hace pensar que cuando termine la vigencia del decreto, o sea dentro de 90 días, no se produzca una corrida peor de la que se produjo el viernes? ¿No prevé ese escenario?

-Todo lo contrario. La gente se va a dar cuenta, en un período de 90 días, que funciona perfectamente el uso del dinero bancario como en todos los países del mundo. Si usted va a Estados Unidos o a cualquier país avanzado, no ve que la gente pague con cien o con cincuenta dólares. Paga con dinero chico, porque las cifras de 20, 30, 50, 100 las paga con tarjeta o con cheque.

-Convengamos que en los países que usted nombra la usanza de pagar sin efectivo es de vieja data. No ocurre lo mismo en la Argentina donde la bancarización es muy baja y la cultura tiende a rechazar esa gimnasia.

-Bueno, pero se ha avanzado mucho. A principios de la década del 90 el total de depósitos en el sistema bancario era de menos de 10.000 millones de pesos o dólares y hemos llegado a 85 mil. Ahora bajamos a 70 mil, pero estamos en una relación de siete a uno con relación a lo que teníamos en el momento de la hiperinflación. Hemos avanzado, si bien no lo suficiente. En Brasil, sin ir más lejos, hay 36 millones de cuentas de ahorro.

-¿Y qué pasará con los argentinos que se quieren ir a veranear al exterior?

-Hasta mil pesos pueden llevar en efectivo. Más de esa cifra deberá llevarla en cheques de viajero y contar, también, si quiere, con la tarjeta de crédito.

-¿No va a haber ninguna excepción?

-Sólo para entidades financieras autorizadas para exportar dinero, que puedan llevar más de mil pesos.

-¿Ha consultado estas medidas con algún dirigente del peronismo?

-Estas medidas no son políticas, son medidas que requieren las circunstancias. De hecho, el presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires (Ricardo Gutiérrez), que es amigo mío y es peronista, es una de las personas que más ha contribuido a identificar las medidas que teníamos que adoptar frente a esta crisis. Por supuesto, yo he hablado con varios gobernadores y les he comentado. Toda persona con sentido común se da cuenta que estas son cosas ineludibles. No podíamos permitir que se siga fugando el capital de la Argentina y que se retiren y se pongan en cajas de seguridad los dineros porque eso perjudica al conjunto de los argentinos. Además, eso es hacerle el juego a los especuladores que est án tratando que se devalúe la moneda y que se cree el caos en el país…

-O sea que los gobernadores estuvieron de acuerdo con estas medidas.

-En general sí.

-¿Con quiénes habló?

-Hablé hoy con (Carlos) “Lole” Reutemann y con José Manuel de la Sota. Yo no les pedí que me dieran acuerdo, les comenté las medidas como lo hacemos con todas las personas y dirigentes sensatos de la Argentina. Además, medidas como estas, ningún dirigente de ningún partido político las va a transformar en una herramienta de la puja política. Porque estasmedidas son claramente en defensa de los ahorros de la gente y de la estabilidad en general de la economía argentina.

-¿Qué preocupación le trasmitieron Reutemann y De la Sota?

-¿Quién no está preocupado en la Argentina? Todos estamos preocupados…

-Si no llega el préstamos del Fondo Monetario en diciembre, ¿qué va a hacer? ¿Va a utilizar las reservas?

-El préstamo va a l legar. Yo nunca me pongo en situaciones de apostar al fracaso, yo siempre apuesto al triunfo.

-Si usted violó el contrato fundamental que es la libre disponibilidad que la gente tiene sobre sus depósitos, ¿por qué no habría de violar, por ejemplo, el tipo de cambio, el uno a uno?

-Yo no violé ningún contrato, absolutamente. Lo que estamos haciendo es trabajando para que el valor de los ahorros estén seguros y bien preservados y para que funcione un sistema de pagos como en los países más avanzados del mundo.Las medidas

  • Limite a la extracción de dinero en efectivo. Cada titular (o titulares) de cuentas bancarias no podrá retirar más de 250 pesos o dólares semanales (1000 mensuales) de sus cuentas, unificadas al efecto, de cada banco.
  • Dolarización voluntaria de los plazos fijos a su vencimiento.
  • Dolarización voluntaria de los créditos bancarios.
  • Imposibilidad de cobrar o pagar tasas de interés en pesos mayore s que en dólares.
  • En adelante, todos los nuevos créditos deberán ser instrumentados en dólares.
  • Las transferencias al exterior que no correspondan a operaciones de comercio exterior o al pago de consumos de tarjetas de crédito emitidas en la Argentina, deberán ser autorizadas por el Banco Central.
  • No podrán trasladarse al exterior más de 1000 dólares por persona y por mes. El transporte de cantidades mayores deberá ser autorizado por el Banco Central.
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