Panorama: ¿Cómo recibieron los empresarios líderes de Misiones el dato de la inflación y las nuevas medidas?

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La inflación de marzo sorprendió a todos. El “pico” admitido unas horas antes por el presidente Mauricio Macri fue mucho más grave de lo esperado, tanto que horas después se presentó de apuro el plan Octubre, con medidas pensadas para frenar la escalada de precios por lo menos hasta las elecciones de octubre. El 4,7 por ciento desató todas las alarmas y el consenso entre los empresarios misioneros es que el paquete de medidas llegó tarde y no será eficaz para atenuar la crisis económica. “Es un placebo”, definió Adrián Luna, presidente de la Federación de Asociaciones Rurales. Sus colegas empresarios piensan lo mismo. Economis entrevistó a una decena de empresarios de distintos sectores para que brinden su mirada sobre el paquete de medidas lanzado por el Gobierno y el “pico” de inflación de marzo.
De todos modos, el presidente de la Confederación Económica de Misiones, Alejandro Haene, rescató que varias de las medidas anunciadas por el Gobierno vinculadas al sector empresario, son positivas y responden a demandas previas.  “Apoyo a las medidas anunciadas que esperemos entren a regir a la mayor brevedad posible,  sobremanera todo lo que tiene relación con la PYMES. Son muchas medidas que hay que analizarlas punto por punto pero lo mas importante es que ya están como lo veniamos solicitando desde la CEM. Ejemplo: los nuevos Planes de pago de AFIP”, indicó.

  
 “La inflación es devastadora para los industriales. Si sigue este modelo económico, no habrá solución. Mientras no cambien su actitud en negar lo que están haciendo mal, la inflación seguirá en estos niveles”, sostuvo Román Queiroz, presidente de la Asociación de Madereros, Aserraderos y Afines del Alto Paraná.


El maderero insistió en que la inflación “impacta de manera negativa en la actividad porque no hay proyección de precios y nunca podemos acompañar la inflación con los precios de venta, por lo tanto cada vez perdemos más rentabilidad”.

“Hay dos teorías, la monetarista y la keinesiana provocada por el aumento de la demanda. Esto provoca el aumento de costos constituyéndose en un círculo que conforma un proceso estructural de complejas consecuencia y solución.En líneas generales afecta de manera más fuerte a los productores en razón a que esté deterioro en el valor adquisitivo produce inexorablemente un deterioro en la relación de los índices del intercambio habida cuenta que se necesitan mayores cantidades de producción primaria para satisfacer sus necesidades tanto de carácter  económico como social. La solución hoy es compleja por la pérdida de confianza en un plan económico sustentable y el dinero pasa a ser una unidad de medida de rápido desprendimiento.  El que lo tiene destina a mantener su valor protegiéndose en otras monedas que no es que suben, se desprecia la nuestra o bien se refugia asegurando la compra de bienes., como alimentos, provocando una mayor demanda. Y en economía en este estado de situación, lo que se cree que va a pasar, termina pasando. Si se presume que aumentarán los precios de los productos se adelantan compras que aceleran la demanda y suben los precios. Para encontrar la solución deben encararse medidas que apunten a soluciones estructurales, y esto significa un gran acuerdo con todos los sectores. Empresarios sindicatos, políticos y social. Sin esto la solución no sería posible”, argumentó Gerardo Vallejos, presidente de la cooperativa yerbatera Piporé. 
 
 El ejecutivo de otra firma yerbatera aseguró que “la inflación no se va a frenar solamente con emisión cero de la teoría monetarista pura”.
“En realidad, es un punto controvertido porque en cierta forma las Leliqs lo son a futuro y en algún  momento se cobrarán en pesos o por lo menos genera alta expectativa hacia arriba”, agregó.
“La famosa meta lograda por el Gobierno de reducir el déficit fiscal se logró no con reducción del gasto nominal en 2018, sino por efectos de la inflación. Inflación de 48%, mientras que los ingresos públicos subieron 32% y los gastos del Estado subieron más o menos 23%”, detalló.
“Aún  cuando se logre emisión cero real, hay un rezago entre la anterior  emisión y la inflación que no se puede medir pero podría arrastrarse más de dos años. Como la medición de la inflación se hace en base a precios absolutos y estos no van a bajar tenemos el riesgo y está ocurriendo, que las variaciones en los precios relativos aumentan en algún  momento los precios absolutos, o sea el nivel de precios”, completó.

Guillermo Fachinello, también maderero, pero de la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y Norte de Corrientes, consideró insuficientes los anuncios vinculados a la actividad empresaria.
“¿Qué se puede pensar? El impuesto inflacionario es el peor porque castiga a todos, pero más a los de menores ingresos. La solución va a estar dada en la medida que este paquete tenga respaldo de los formadores de precios, pero le está faltando la pata financiera. Para los únicos que hay algo es para el sector pasivo. ¿Y las empresas? ¿Como vamos a vender a plazos si la tasa de interés para descuento de cheques es impagable”, cuestionó.

“La inflación le hace muy mal a la actividad, como a todos porque se hace muy difícil fijar costos y precios”, concluyó.
El empresario tealero Renzo Klimiuk, indicó que “optimismo sobra, pero la realidad nos pasa por encima”.
“Lamentablemente no le encuentran la vuelta a la inflación, estas medidas son secuela del pasado y no hubo resultado. La actividad se complica por altas tasas. Es imposible llevar adelante una actividad de economía regional e impacta en toda la cadena productiva”; explicó. “Los más castigados por la inflación y las tasas son los empleados y productores”, cuestionó.

Uno de los principales empresarios de la construcción apuntó que la inflación “distorsiona la realidad de producir en el mercado, y atenta contra la economía de una familia, empresa y de un país”.
“La solución pasa por reformas estructurales y consenso político, social y empresario, para generar confianza, porque la inflación impacta directamente en nuestra actividad, donde reina una fuerte incertidumbre”, analizó.
María Bower, ex presidenta de la Càmara de Mujeres empresarias de Misiones y de la Cámara Inmobiliaria alertó sobre “datos claros de que se no está pudiendo controlar la inflación”.
El Estado no puede ni debe aumentar la presión impositiva como propone el FMI. No se puede corregir nada con más presión sobre el ciudadano que intenta permanecer, que es el gran generador de empleo genuino. Ya se ven negocios cerrados, empresas en quiebra y también un crecimiento del trabajo en la informalidad. El Estado nacional con las medidas de control de precios  o productos regulados, no ataca el verdadero problema y causará que estos productos regulados desaparezcan de los supermercados. Necesitamos una moneda estable y allí es el Estado el principal responsable”, enumeró.

“¿Cómo me afecta? Paseen por la calles, vean la gran cantidad de locales vacíos, la gran oferta de inmuebles y la falta de demanda. Existe una falta de credibilidad en lo que diga el Estado porque siempre termina en otro resultado o situación”, apuntó.
En la misma línea, Daniela Cortés, de inmobiliaria Solari, aseguró que la inflación de marzo superó todos los pronósticos y se sabe que el aumento generalizado y sostenido de los precios de la economía es un flagelo que afecta a todos”.
“Por supuesto que creo que hay una solución, siempre las hay. Espero llegue pronto. En mi actividad impacta como en todas, con miedos con incertidumbre y frenando un poco las cosas porque no sabes dónde estás parado”.

La CEO de otra firma de construcción opinó que “por la inflación, los precios de las obras quedan desfasados a los pocos meses, por lo que el dinero que ingresa es menor a los costos operativos”.
Es una gran agonía para las empresas constructoras, debemos hacer malabares para no estrellarnos contra la pared. No ayuda el Estado y tampoco ayudan nuestros proveedores que a su vez también dependen del Estado porque los pagos que ellos nos reclaman están hechos con dinero del Estado. Los proveedores deberían ser nuestros aliados, ofrecer plazos más largos de pago, pero es todo lo contrario nos tapan de intereses y plazos cortos. Se quieren salvar a toda costa, después cuando dejas de comprarles por estafadores, te llaman pidiendo por favor que vuelvas a ser su cliente. Estamos en el medio donde sólo el orden y la disciplina administrativa dentro de la empresa nos ayudan”, apuntó.
“¿Habrá solución? Seguro que sí, pero necesitamos mejorar la gestión. Hay cuestiones de fondo que todavía están mal. Aumenta el dólar y aumenta el precio del limón que tengo en el patio, inentendible”, ironizó.
El productor yerbatero Cristian Klingbeil reclamó trabajar de manera urgente en bajar impuestos”. “El sector político debe bajar sueldos y gastos, para dar un gesto de tranquilidad y que se está haciendo algo en serio, desde los concejales al Presidente. Hay que bajar impuestos para que el costo no se traslade al consumidor”, sentenció.

“En nuestro caso, impacta en la materia prima. Los impuestos se trasladan a la góndola y producen inflación. La reducción de impuestos debe ser inmediata, las tarifas deben ser controladas, porque eso impide sostener los puestos de trabajo. Trasladás los costos y es más caro y si no te compran, te fundís.Nunca fueron para atrás con los impuestos, sino que fueron subiendo. Menem dijo que iba a subir el IVA a 21 por ciento de modo temporal y quedó. Lo mismo el impuesto al Cheque y las retenciones. Ese tipo de cosas se debe cambiar de manera urgente”, insistió.
 
Adrián Luna, presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas, consideró que la inflación es “un cáncer que nos está matando a todos los argentinos”.
“Teníamos la esperanza de que este Gobierno la solucione, según dijo el Presidente iba a ser muy fácil. Pero gran parte del sector se siente desilusionado”, advirtió.

“Esperanzas obviamente que tenemos, pero las soluciones no pasan por el plan que presentaron, que tiene un carácter evidentemente electoralista. Debería haber un plan económico integral, que nunca existió en este gobierno”, cuestionó.
 
“En la producción la inflación impacta de manera muy grave, porque los costos de producción aumentan en función de las tarifas, especialmente energía, pero no los precios, por la recesión. Ahora puede haber un placebo momentáneo, pero alguien lo tendrá que pagar. Hasta que no haya un plan creíble, integral, la inflación no va a ceder”, apuntó.Finalmente, considero que el problema de la inflación no lo va a solucionar exclusivamente un Gobierno.
 
“Toda la conducción política nacional se debe poner los pantalones largos para solucionar este y otros problemas, como el aumento de la pobreza, que es vergonzoso. Si no hay un acuerdo, juntarse y ceder a los orgullos y egoísmos particulares, no habrá solución”.

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A los inversores de largo plazo no les gusta el control de precios

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Luego del horrible e inesperado dato de inflación del 4,7% en marzo, sucedieron algunos movimientos interesantes en el mundo financiero. La suba de los precios en el primer trimestre se esperaba que fuera alta, pero el 11,8 por ciento acumulado superó todas las expectativas y llevó a muchos agentes del mercado a tomar decisiones drásticas.
La primera movida fue del Banco Central de la República Argentina, que hace unas semanas viene negociando con el Fondo Monetario Internacional, que es imposible que en Argentina el dólar flote libremente, (algo de eso se acordó apenas empezaba el programa, con las bandas que tenían un ajuste diario al alza donde el Banco Central podría intervenir comprando dólares si perforaba el piso o vendiendo si el precio superaba el techo). En el comienzo del nuevo plan había tanta volatilidad que lo que menos imaginábamos era que el tipo de cambio tocaría la banda inferior antes que la superior y por esa razón el BCRA salió a comprar en total unos 1000 millones de dólares en subastas diarias, emitiendo pesos y ampliando la base monetaria, decisión que terminó siendo un balazo en el pie.
Luego del mal dato de inflación de enero la situación cambió, las expectativas del mercado también y el dólar comenzó a recalentarse inesperadamente contra un BCRA atado de pies y manos para poder actuar, aún con esos 1000 millones comprados, hasta que el tipo de cambio llegara a la zona superior de la banda.
Como en Argentina tenemos un nivel de pass trough (traslado a precios de la devaluación) que es altísimo, luego del salto de la cotización del dólar en marzo, la inflación vino muy mala y llegaron las medidas de fuerza.
El FMI entendió que flotar libremente el dólar en Argentina no sirve porque nunca va a encontrar un precio de equilibrio ya que, al recalentarse la inflación, el tipo de cambio real (comparando precios contra países vecinos) vuelve a estar atrasado rápidamente requiriendo una nueva devaluación. Por ende, es importantísimo actuar también sobre expectativas y no dejar solo la escasa oferta de pesos como única herramienta.
Si bien se detuvo totalmente el excedente de pesos a costa de tasas altas que prometen emisión futura, hay una gran falta de confianza que no logra hacer reaccionar al mercado a que demande pesos y así poder estabilizar tanta volatilidad.
Dicho esto, el BCRA fijó las bandas para lo que queda del año, poniéndole un techo de $51,45 como zona de no intervención.
O sea, mucho poder de fuego para sostener el tipo de cambio en caso de que llegara a esa zona teniendo en cuenta los USD 150 millones que puede usar el BCRA más los USD 60 mm que tiene q vender el Tesoro todos los días. Eso hace un total de USD 210 mm en un mercado donde se opera en promedio unos USD 600 mm por día.
¿Le cree el mercado a la futura estabilidad? Bueno, ahí está la cuestión. Lo primero que tiendo a mirar es el dólar futuro de diciembre, que antes de la medida cotizaba a $59.50 y el miércoles luego de mucha volatilidad terminó en $58.50 ayudado también por la baja en el tipo de cambio.
Pero lo más interesante se empieza a ver en las tasas implícitas de esos contratos, recordemos que cada futuro de dólar cotiza aproximadamente al valor del tipo de cambio más la tasa anual de referencia, es decir, si el dólar valiera $10 y las tasas fueran del 12% anual, el contrato de futuro debería valer 10 centavos más caro por mes y así cotizar $11.20 a un año.
Por ende, si el mercado le cree al techo de 51,75 y el precio del contrato a futuro se acerca a ese precio, las tasas implícitas bajarían mucho, empujando al resto de las tasas, todo esto en el escenario más optimista.
Lo positivo del miércoles es que no solo los precios de los futuros bajaron sino también lo hicieron las tasas implícitas dando una mini señal de que el Mercado podría empezar a convalidar dichas tasas menores que tanto esperamos todos.

Pero la mala noticia la siguió dando el riesgo país, volviendo a golpear máximos deprimiendo los precios de los bonos en dólares a largo plazo, arrastrando también a nuestros bonos en pesos de mediano y largo plazo a rendimientos muy altos: por ejemplo, el TJ20 que vence en junio del año que viene, tiene una tasa interna de retorno de un 70% anual aproximado, dando una clara señal contraria a la anterior de los futuros de dólar. (Recordemos que dichas tasas están disponibles para todo tipo de inversores, chicos o grandes, a través de una sociedad de bolsa).
Eso nos alerta que a los inversores de más largo plazo no les gustaron en absoluto las medidas tomadas por el Gobierno de volver a intentar controlar precios, como ya lo hiciéramos tantas veces en nuestra historia, poniendo en juego el equilibrio fiscal que tanto necesitamos para poder tener estabilidad en el largo plazo, a costas de traer algo de alivio momentáneo teniendo en cuenta las elecciones de octubre.
Será muy importante seguir al mercado la semana que viene, a medida que vayan transcurriendo los días, para saber si se convalida la baja del tipo de cambio y eso trae tranquilidad a las tasas y por ende impacta al riesgo país o la situación es al revés, el riesgo país siga creciendo y se termine llevando puesto al tipo de cambio para una nueva etapa de mucha volatilidad. Dicho sencillamente, las opciones de inversión más agresivas estarán para los plazos más largos y aquellos más conservadores deberán situarse en renovaciones muy cortas a la expectativa de lo que suceda en el mundo político.

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No es por ahí… Redrado tiene razón

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El Artículo 3 de la Carta Orgánica del Banco central de la República Argentina dice: el Banco tiene por finalidad promover la estabilidad monetaria, la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social, entre otras finalidades. Sin embargo, todos pueden apreciar que todo esto no se está cumpliendo.
Para que exista estabilidad monetaria debe haber estabilidad de precios y con una inflación proyectada este año mayor que el año pasado el incumplimiento de la Carta Orgánica es cada vez más evidente.
Desde ese famoso debate de los candidatos Mauricio Macri y Daniel Scioli, el actual Presidente se comprometió con algo de generoso optimismo (por llamarlo de alguna manera) a erradicar la inflación. Para ello, puso lo mejor del “mejor equipo de los últimos 50 años” a manejar el Banco Central, y esto fue lo que ocurrió:
Primero Federico Sturzenegger: su esquema de metas de inflación fracasó rotundamente. Cuando por un lado pretendía bajar la inflación subiendo tasas (enfriando la economía), por otro lado el Gobierno decidió quitar los subsidios que generaron los aumentos de tarifas de la energía (precios clave para la economía) y, además, el déficit fiscal financiado con emisión no iba a permitir  nunca cumplir con esas metas de inflación. No es que no hubiera sido necesario sincerar el costo de la energía en la Argentina, pero aumentar por un lado precios claves para la inflación y pretender que esta baje al mismo tiempo es como vaciar la pileta a baldazos con la canilla abierta; va a quedar como está y lo único que va a aumentar es la factura del agua. La crisis del 2018 y el aumento del dólar le dio el tiro de gracia y pasamos a la era Caputo.

Segundo, Luis Caputo: el ex ministro de Finanzas abandonó formalmente las metas de inflación (si, esa que en el 2018 tenían que dar 10% + – 2 % ) y se dedicó a… Bueno, la verdad no sé cuál fue la idea de Caputo para el Banco Central, si alguien me ayuda, bienvenido. Lo que sí sabemos todos es que tampoco funcionó y entramos en la tercera gestión del Central. Bueno algo que quedó de Caputo es el récord mundial de endeudamiento de la Argentina en el 2016 y 2017 y las tan criticadas tasas del 40 % de Sturzenegger, que se fueron al 60 por ciento.
Tercero, Guido Sandleris: anunció una política de crecimiento cero de los agregados monetarios, más control del dólar entre bandas y todo lo que está pasando en este momento. Como resultado: inflación de febrero fue de 3,8 % y marzo de 4,7 %, o sea como que no se está estabilizando mucho.

Por eso revisando un poco la historia me encuentro con un documento de un ex presidente del Banco Central que hoy es más famoso por sus enredos amorosos con Luciana Salazar, pero que supo pilotear varias crisis financieras y plantarse ante el ejecutivo nacional para cumplir con la Carta Orgánica que juró honrar:
Me refiero a Martín Redrado, presidente del BCRA entre 2004 y 2010; vale la pena extraer algunos conceptos de su experiencia como enseñanza en estos tiempos:
Redrado llamó a su programa “Enfoque de administración de riesgos”. Con la idea de que el Banco Central no profundice la inestabilidad financiera, estuvo basado en cuatro pilares, trataré de hacer una síntesis de dos y dejo el link del documento:
En una primera parte Redrado resalta la importancia de controlar la cantidad de dinero por encima de la tasa de interés, de ahí que en base a estudios de la oferta y demanda de dinero estableció un programa monetario de cumplimiento trimestral, que establecía que la cantidad de dinero creada debía ser igual a la que realmente demande la economía, no la que demande el Gobierno para pagar su déficit. Si el dinero que emite el Banco Central (oferta) es el que requiere la actividad económica (demanda), la tasa se ubica donde tiene que ubicarse para que todo funcione con normalidad, o sea muchísimo más baja que el 60 por ciento promedio actual, que destruye la rentabilidad de cualquier actividad.
Con respecto al tipo de cambio, fijó un régimen de flotación administrada del dólar, algo parecido a lo que quiso hacer Sandleris con su flotación entre bandas: no se trataba de planchar el dólar, la diferencia principal se da en que la intervención del Banco Central comprando o vendiendo divisas, era para evitar cambios bruscos en la cotización que desemboquen en corridas cambiarias como la que estamos viviendo ahora. O sea, dejar subir el dólar si tiene que subir y bajar si tiene que bajar, pero suavemente y mostrando que el Banco tiene el control y el objetivo: que el dólar sea estable y competitivo.
Sin embargo, en esta administración y desde diciembre de 2015 se intervino para mantener el dólar barato y la gente contenta de comprarlo hasta que la crisis del 2018 se lo llevó puesto. Con la última medida anunciada se está diciendo que se va a planchar el dólar cuando llegue a $51,45 independientemente de la inflación que se genere; pero esto puede llevar nuevamente al atraso cambiario, déficit de cuenta corriente y otra crisis.

En la línea azul vemos lo que costaba el dólar en cada período, en la naranja el dólar si hubiera crecido con la inflación, desde el 2016 hasta mediados de 2018 el Banco Central atrasó el dólar y esto explicó la fuga de capitales más grande de la historia.
https://economis.com.ar/ya-se-fugo-mas-de-la-mitad-de-la-deuda-externa-tomada-en-los-ultimos-dos-anos/
Las otras medidas adoptadas están orientadas a la administración del sistema, vale la pena leerlo para el que quiera interiorizarse de la actividad que realiza el banco Central. Aquí el link:
http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/greenstone/cgi-bin/library.cgi?a=d&c=investigacion&d=politica-monetaria-financiera-argentina
Lección:
Señores, no es por ahí….. en la Argentina ya se intentó congelar o atrasar el dólar, también se experimentó de todo con la emisión de dinero y  con la tasa de interés, ¿si probamos con algo más coherente? Martín Redrado reconoció que el éxito de su enfoque de administración de riesgos del Banco Central se encontraba en el hecho de que tenía en cuenta la historia económica junto a la idiosincrasia del ciudadano, quienes en treinta años atravesaron numerosas crisis, entre ellas dos hiperinflaciones y dos afectaciones de depósitos cambiarios. Si no logran ser claros y demostrar que saben lo que hacen, no van a poder estabilizar la economía y… no van muy bien con eso.

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Plan Resistir: un paliativo de emergencia y transición para seguir en la carrera electoral

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 Sorprendido por el pico inflacionario del mes de marzo (4,7% de acuerdo a los datos del INDEC, y de 6% para el rubro alimentos), el gobierno nacional anunció hoy un “plan anticrisis” destinado a contener las alzas de los precios en los sectores que más afectan a los que más sufren. El primer anunció fue el “angostamiento” de la banda cambiaria, para moderar las fluctuaciones del dólar. Y luego le siguieron medidas que recuerdan -con menor extensión y menos instrumentos operativos, al no haber un “Moreno amarillo” que controle- a los tiempos del kirchnerismo. Se relanzan los Precios Cuidados y más beneficios para quienes reciben jubilaciones y planes sociales. Un plan protagonizado por el BCRA, Miguel Braun y la ANSES, y que responde al pedido de los actores territoriales de Cambiemos (Vidal, Rodríguez Larreta, los intendentes cambiemitas del Conurbano). Las medidas son:
 – Acuerdo de precios por seis meses sobre 60 productos de la canasta básica. Fueron pactados con 16 empresas grandes; rigen a partir del 22 de abril. Se anunció también -sin demasiadas precisiones- un régimen de Lealtad Comercial para dar a la Secretaría de Comercio más atribuciones de sanción a las empresas que “abusen de su posición dominante”.
 – Programa de descuentos para beneficiarios de ANSES en grandes supermercados y otros negocios, y de 70% en medicamentos para beneficiarios de AUH
 – Más pequeños créditos ANSES (mayores montos, más cuotas) destinados  principalmente a jubilados
 – Congelamiento hasta fin de año de tarifas de electricidad, gas y transporte (excluyendo los ya anunciados), enfatizando los casos de colectivos, trenes metropolitanos y peajes. Y ´lo mismo parta el caso de la telefonía celular (líneas prepagas), pero en este caso hasta el 15 de septiembre.
 – Por último, se anunciaron planes de pagos de AFIP (con bajas tasas de interés) para deudores tributarios, con acento en PyMes.
politico dujovne sica stanley
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 ¿Esto compensa las últimas pérdidas de ingreso generadas por la inflación, o solo detiene por un tiempo la hemorragia? No era mucho más lo que se podía hacer. Y tampoco tiene tiempo Mauricio Macri ya de desplegar otro tipo de estrategias para contener lo que se convirtió en el principal problema de su gestión. Tras el “pico” de marzo, las expectativas inflacionarias se estaban saliendo de cauce. Asimismo, al lanzar este plan el gobierno está reconociendo cierta responsabilidad en las recientes escaladas de precios. Ya que un componente indiscutible de la aceleración de precios tuvo que ver con los aumentos de tarifas y combustibles que el Poder Ejecutivo diseñó.
 El Plan Resistir fue avalado -no podría ser de otra forma- por el Fondo Monetario Internacional. Tanto en las intervenciones del tipo de cambio -que podrían ser entendidas como un incentivo a la salida- como en las medidas paliativas hay recursos comprometidos. Y hoy el Tesoro no puede decidir estas cosas sin antes conversarlas con los representantes del organismo. Por un lado, esto nos sugiere que los técnicos del Fondo podrían ser hasta menos “creyentes” en el modelo ortodoxo que los funcionarios del gobierno argentino. Y por otro, que el FMI acompaña la vocación del gobierno. Macri muestra que quiere resistir hasta las elecciones, y mantenerse competitivo en la carrera electoral.
 En clave política, el guiño amigable que el gobierno envía al mundo financiero desde el Plan Resistir es una cierta demostración de voluntad política. Los anuncios de hoy y el inesperado video que utilizó Macri para comentar los mismos resuenan como movimientos de campaña. Además, los beneficiarios del paliativo anticrisis no están en el núcleo duro macrista. Los acreedores del estado argentino -FMI y tenedores de nuestros bonos y activos- quieren que Mauricio Macri continúe hasta 2023. Y quieren verlo luchar por ello. Aunque los representantes del FMI hayan dicho que ellos están dispuestos a trabajar con cualquier gobierno -¿qué otra cosa podrían decir?- lo cierto es que Macri es la opción que mejor expresa la voluntad de pago de la deuda. Tanto Lavagna como Kicillof vienen declarando que en un futuro gobierno integrado por ellos, los términos de lo acordado serán rediscutidos. La apuesta es exigente, porque si estamos ante un escenario de cambio de gobierno, una inflación artificialmente contenida tenderá a desatarse sobre el final. “Pacto de caballeros”, se dijo hoy. Por eso, si las encuestas siguen siendo desfavorables a la reelección, no solo los emisarios del Fondo deben conversar con los referentes de la oposición. También deberían estar haciéndolo los ejecutivos de las 16 empresas de primera línea que reeditaron los acuerdos de precios de la canasta básica. Con los anuncios de hoy, comienza la transición del macrismo. Hacia su segundo mandato -uno que sería, según le dijo Macri a Vargas Llosa, más acelerado que éste- o hacia la alternancia democrática.

 
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Economías provinciales: ¿cómo llegan al periodo electoral?

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Por Jorge Day, fundación Mediterránea. En tiempos de elecciones, la economía juega un rol relevante, y la pregunta es cómo llegan las provincias a este periodo tan politizado.
Claramente, como la economía nacional impone el ritmo, todas las provincias fueron afectadas por el proceso recesivo, con sus diferencias. Algunas jurisdicciones están mejor posicionadas, por tener un sesgo exportador (Región Pampeana), mientras que otras están más complicadas, al ser más dependientes del sector público, con restricciones presupuestarias (las regiones norteñas). A continuación, se presenta el panorama actual y luego las perspectivas regionales.
Con datos preliminares, se puede comentar que a nivel nacional la actividad económica estaría cayendo más del 5% inter-anual en el primer trimestre de este año. No hay provincia que se salve de este proceso, y las que se hallan en peor situación son varias del Norte argentino: Catamarca y tres del NEA -Chaco, Formosa, Corrientes- , con la salvedad de Misiones.
Para entender qué ha estado ocurriendo, se tomará en cuenta los motores que impulsan (o contraen) la actividad económica. Consideraremos tres: el consumidor, el público y el externo.
Motor consumidor: desde hace siete años la economía está estancada, y a su vez, en cada devaluación el poder de compra de la población argentina se ha ido deteriorando, y mucho más fuerte en estos últimos meses. Eso ha ocurrido en las distintas regiones argentinas, y tanto el NEA como el NOA han presentado las mayores caídas en distintos indicadores de poder de compra (masa salarial privada formal, la pública provincial y el crédito al sector privado).

Estos menores ingresos han traído como consecuencia una reducción en las ventas, como por ejemplo en supermercados, y mucho más fuerte en autos. En ambos casos se ha hecho más notorio en provincias del Norte Argentino.

Motor público: se mencionó más arriba que, durante el año pasado, el gasto en personal, neto de inflación, se redujo más fuertemente en las provincias norteñas. Algo similar también en obras públicas (menor gasto público de capital, neto de inflación) durante el año pasado, que terminó impactando en una reducción del uso de materiales del sector, como cemento. Los datos preliminares del primer trimestre de 2019 muestran que se mantendrían las mismas diferencias en despacho de cemento.


En el otro extremo, Catamarca es la de peor desempeño (empleo, energía, ventas), afectada por la caída en su actividad minera (menores exportaciones de cobre).
Las provincias grandes (Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) tienen la ventaja exportadora de su agro, pero como ocurre en todo el país, el impacto negativo de su mercado interno (incluyendo industria) pesa más en su actividad.
Perspectivas para el resto de este 2019 electoral
¿Habrá cambios? La impresión es que podría llegarse a un piso, pero muy difícilmente se llegue a una recuperación. Consideremos nuevamente los motores de la economía.
Con la inestabilidad cambiaria que se viene padeciendo desde hace un año, resulta difícil que en los próximos meses haya una recuperación significativa en el poder de compra de la población, y por ende, no se espera un repunte en ventas.
En cuanto al motor público, un punto llamativo es que las finanzas públicas en varias provincias (incluyendo varias norteñas) mejoraron durante 2018, aun en un contexto ecesivo. Hubo dos factores relevantes. Como se indicó anteriormente, en ese año hubo una moderación en el gasto público, tanto en salarios públicos como en obras públicas (éstas últimas especialmente en las regiones norteñas). Además, se incrementaron las transferencias automáticas de fondos nacionales. De esta manera, aunque los ingresos totales no pudieron seguir el ritmo de la inflación, el gasto público en varias provincias creció a un ritmo aún menor. 
En la primera parte de este año, las transferencias de fondos nacionales, netas de inflación, han perdido fuerza, sin embargo, en un periodo electoral, es probable que sea más difícil contener los salarios públicos. Eso ayudará a empujar un poco la actividad económica, aunque terminará con una posterior desmejora en las finanzas de esos gobiernos.
Por último, sobre el motor externo. El dólar se mantendría caro, favoreciendo a las exportaciones. A su vez, hay una mayor cosecha en el agro pampeano, por lo cual esta región tiene más posibilidades de una mejora en su actividad. También se observa ese impulso en el sector petrolero, y en otras actividades agro y agroindustriales de otras regiones, como la vitivinicultura, cuyas exportaciones de vinos comienzan a crecer en volumen.
Concluyendo, venimos de una recesión y se nota en todas las provincias. Sólo pueden intentar diferenciarse. Las mejor posicionadas son aquellas con mayor sesgo exportador (Pampeana y Patagonia), y las más complicadas son las más dependientes de fondos públicos (Norte). En ese contexto, la mayoría de las provincias tienen a favor la mejora en sus finanzas durante 2018, en parte por el ajuste (salarial y en algunas en obras públicas) y las mayores transferencias de fondos nacionales, lo cual le da un cierto margen para afrontar este duro 2019 electoral.

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