Tesoro transfirió $2,2 billones al BCRA y ajustó su estrategia para sostener pagos sin emisión

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El Tesoro envió el jueves pasado $2,2 billones a su cuenta en el Central desde otros depósitos en bancos comerciales. El viernes debía cancelar $1,4 billones.

El Gobierno reaccionó a las dudas que habían surgido en el mercado a partir de la fuerte reducción del “colchón de liquidez” que tiene depositado en el Banco Central. En la antesala de un nuevo pago de vencimientos de deuda en pesos no renovada durante la última licitación de la Secretaría de Finanzas, el Tesoro decidió fondear con $2,2 billones su cuenta en el BCRA para mostrarse solvente de cara a los compromisos futuros.

El movimiento se realizó el jueves pasado y se vio reflejado en las planillas publicadas por la autoridad monetaria en las últimas horas. Así, la información oficial más actualizada ahora muestra que ese día la cantidad de pesos que el Gobierno tiene depositados en el Central subió de $4,28 billones a $6,48 billones.

En rigor, en la city creen que el dinero fue movido por el Tesoro desde sus depósitos en bancos comerciales hacia su cuenta en el BCRA. La presunción parece confirmarse con el hecho de que las tenencias de LEFI de los bancos (que tienen como contracara depósitos) bajaron $1,5 billones en las entidades públicas y $800.000 millones en las privadas.

El giro se concretó el día previo a la liquidación de la última licitación de deuda en pesos del Palacio de Hacienda. El viernes vencieron alrededor de $6,6 billones, de los cuales cerca de $1,4 billones no fueron refinanciados en la mencionada subasta.

Los depósitos en pesos del Gobierno en el Central habían caído a fines de enero a su mínimo nivel desde mayo de 2024. Y, de no haber existido el fondeo del jueves pasado, el pago del viernes habría arrastrado el monto de esa cuenta a unos $2,85 billones, el menor valor desde abril de 2024.

Los depósitos del fisco en el BCRA son considerados como el “colchón de liquidez” con el que cuenta Economía para cumplir con los vencimientos no refinanciados de deuda en pesos dada rigidez autoimpuesta por el equipo económico para la base monetaria amplia.

El achicamiento de ese colchón de liquidez, como contó este medio, había despertado advertencias en la city sobre eventuales tensiones sobre el programa financiero y posibles presiones alcistas sobre las tasas de interés reales.

Como la base monetaria está fija en $47,7 billones desde julio pasado, una de las dudas que se instalaron es de dónde sacaría los pesos el Gobierno para cancelar deuda en pesos cuando ya no tenga más dinero depositado en el BCRA. Algo que a este ritmo podría suceder en un plazo relativamente corto. Además, surgió la pregunta: ¿podría haber modificaciones al esquema monetario?

Ante esa situación, varios funcionarios habían salido al cruce de estos debates durante la semana pasada. Uno de ellos fue el director del BCRA y asesor del ministro Luis Caputo, Federico Furiase, quien planteó en su cuenta de la red social X que el “colchón en pesos del Tesoro” era de $10 billones y que se sumaba los depósitos en dólares (por unos u$s2.500 millones). Además, dijo que ese dinero permite “abastecer la demanda de dinero y crédito, dada la fijación de la base monetaria amplia”.

Al respecto Felipe Núñez, director del BICE y asesor de Caputo, agregó que “en los próximos días” se observaría “cómo se recompone la cuenta del Tesoro en el BCRA”.

¿Por qué los funcionarios aseguraban que el colchón de liquidez era más elevado que el monto en pesos de la cuenta del Tesoro en el Central? Según la consultora 1816, a raíz del superávit fiscal, el Gobierno también contaba con depósitos en bancos comerciales. ¿Cuántos? De acuerdo con los últimos datos oficiales disponibles, en noviembre pasado la Administración Central contaba con otros $9,1 billones.

Sin embargo, 1816 aclaró que “los depósitos del Gobierno en bancos comerciales usualmente se usan para capital de trabajo”. Y agregó que durante el mandato de Alberto Fernández promediaban los $4 billones, menos de la mitad de lo que había en noviembre de 2024. “De eso podría desprenderse que como colchón de liquidez en moneda local el fisco quizás tenga, además de los $3 billones en el BCRA (post liquidación de la licitación), unos $4 o $5 billones adicionales en bancos comerciales que podrían utilizarse sin afectar demasiado el capital de trabajo”, sintetizó un reporte de la consultora publicado el jueves pasado. Es decir que, de ser así, implicaría un número inferior al señalado por los funcionarios.

De todas maneras, el equipo económico decidió reforzar su mensaje y migrar desde sus cuentas en el Banco Nación y otras entidades comerciales $2,2 billones a su cuenta en el Central. Tras esa operación realizada el jueves, se espera que, cuando se publiquen los datos del viernes, los depósitos del fisco en el BCRA vuelvan a bajar ante el pago de los $1,4 billones no renovados en la última licitación: de confirmarse, pasarían a rondar los $5 billones.

De todas maneras, el mensaje del Gobierno no echa por tierra las dudas del mercado sobre el futuro del esquema monetario. Es que esa reserva adicional de liquidez del Tesoro implica un plafón mayor para afrontar una eventual reedición de los bajos porcentajes de renovación en las colocaciones de la Secretaría de Finanzas. En las próximas tres licitaciones quincenales, vencerán $2,7 billones, $4,6 billones y $7,8 billones, respectivamente. Pero en términos monetarios podría no significar una ecuación demasiado distinta.

Si el Tesoro paga deuda con sus depósitos en bancos comerciales, “bajará el stock de LEFI (que compran los bancos públicos con los depósitos del Gobierno) en lugar de bajar los depósitos del fisco en el Central”, indicó 1816. Y añadió: “Para la base monetaria amplia (BMA) es lo mismo”. Cabe recordar que la BMA se compone de la base monetaria tradicional (circulante en poder del público y encajes de los depósitos) más los depósitos del Gobierno en el BCRA y el stock de LEFI en poder de los bancos.

Así, la consultora consideró que, si bien el equipo económico podría comprar unos pocos meses de margen con un cambio en la política de encajes, la creciente demanda nominal de base monetaria hace que estemos “cada vez más cerca de que el Gobierno se vea forzado a (I) flexibilizar el límite de la Fase 2 (permitiendo que la economía se remonetice en pesos contra compra de dólares) o a (II) mantener ese límite pero yendo a fondo con su intento de que la población empiece a ‘ir al supermercado’ con dólares”. Y advirtió que, de mantenerse sin cambios el stock de base amplia, si la gente sigue transaccionando mayormente en pesos, veremos “creciente presiones sobre la tasa real (el Tesoro tendrá que pagar cada vez más en las subastas)”.

Para 1816, allí hay un problema. Una tasa real más elevada “puede ayudar a bajar la inflación, pero potencialmente también puede afectar el nivel de actividad e influir en la percepción del mercado sobre la sostenibilidad de la deuda pública en moneda local (aun con superávit fiscal)”, concluyó.

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Dólar, FMI y reservas: por qué el BCRA no logrará revertir el saldo negativo en 2025

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Reservas en rojo: JP Morgan prevé un 2025 con saldo negativo pese a un acuerdo con el FMI

El informe de la entidad financiera advierte que, a pesar de las negociaciones con el organismo internacional, las reservas netas del Banco Central seguirían en terreno negativo. La política cambiaria y los pagos de deuda, factores clave en la acumulación de divisas.

A pesar de las expectativas sobre un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el banco de inversión JP Morgan proyecta que las reservas netas del Banco Central (BCRA) seguirán en terreno negativo durante 2025. Según su último informe, la intervención en el mercado de cambios y la política cambiaria del Gobierno dificultarían una recuperación sostenida de las divisas.

Según la entidad financiera, la administración de Javier Milei destinó USD 20.680 millones a la intervención en el mercado paralelo, con especial impacto en el esquema dólar blend, que permitió a los exportadores liquidar el 20% de sus divisas al Contado con Liquidación (CCL). Esto implicó que, en 2024, USD 19.000 millones ingresaran por el circuito financiero y no al BCRA, lo que complicó la acumulación de reservas netas, que cerraron el año en -USD 4.800 millones.

En enero, los pagos de deuda en moneda extranjera profundizaron la caída de reservas netas en otros USD 2.000 millones, mientras que las reservas líquidas brutas, excluyendo el oro, se mantuvieron en USD 6.500 millones.

Las proyecciones para 2025

Según el análisis del banco de inversión, si el Gobierno elimina el esquema 80/20 en el segundo trimestre de 2025, tras cerrar un acuerdo con el FMI, podría lograrse una acumulación de USD 3.600 millones en reservas netas a lo largo del año. Sin embargo, esto no sería suficiente para llevarlas a terreno positivo, ya que cerrarían en -USD 3.200 millones.

La política cambiaria es otro de los puntos clave en la negociación con el FMI. El esquema de crawling peg del 1% mensual llevó al peso a convertirse en la moneda más apreciada del mundo en términos reales durante 2024, lo que generó desafíos para la competitividad exportadora y la acumulación de reservas.

Desde el Gobierno, el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que el acuerdo con el Fondo incluirá desembolsos adicionales que permitirán recapitalizar el BCRA. “El FMI está muy impresionado con los logros del Gobierno”, afirmó el funcionario. En la misma línea, el presidente Milei sostuvo que el acuerdo “solo le falta el moño”.

Factores de riesgo y perspectivas del mercado

Si bien el informe de JP Morgan plantea que el acuerdo con el FMI podría acelerar la recuperación de reservas, advierte que la evolución del tipo de cambio y la capacidad del BCRA para intervenir en el mercado serán determinantes para evitar nuevas pérdidas.

“En un escenario positivo, si el acuerdo con el FMI permite una mayor acumulación de reservas y una reducción del riesgo país, se podrían generar condiciones para flexibilizar el cepo cambiario”, explicó Claudio Caprarulo, director de Analytica.

No obstante, las condiciones que permitieron la compra de divisas en 2024 –como la restricción en pagos de importaciones y el blanqueo de capitales– no se repetirían en 2025, lo que plantea un desafío para la estrategia oficial.

En el horizonte también aparece la incertidumbre internacional. En la última semana, el riesgo país superó los 700 puntos básicos, impulsado por las tensiones en los mercados globales tras el anuncio de nuevos aranceles en Estados Unidos.

Con un nivel de reservas todavía en números rojos y la necesidad de cumplir con compromisos de deuda en moneda extranjera, el Gobierno enfrenta un 2025 con fuertes desafíos financieros.

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Impuestos asfixiantes: el freno a la digitalización de la economía y el desarrollo del crédito

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La Cámara Argentina Fintech manifiesta su preocupación por el impacto de la persistente y creciente presión tributaria sobre la industria tecnológica y financiera en el país. La decisión de ciertas Provincias y áreas técnicas de la Administración Nacional de incrementar impuestos distorsivos, como Ingresos Brutos o los Débitos y Créditos (IDC) sobre flujos de fondos de terceros, representa un cepo para el desarrollo.

Hoy día, el único freno a la digitalización de la economía es el peso fiscal que se aplica sobre las personas y comercios que optan por pagar o cobrar con medios electrónicos. Las herramientas existentes, disponibilizadas por múltiples actores del sistema financiero tecnológico, han demostrado ser accesibles, de uso sencillo y de adopción masiva. No es un tema de disponibilidad ni capacidad de uso, sino de viabilidad ante la carga tributaria.

El impacto de estas medidas se extiende a toda la economía, generando:

  1. Encarecimiento de los servicios financieros y de pago para comerciantes y consumidores.
  2. Incremento en el costo del crédito, lo que afecta directamente la capacidad de emprendedores y PyMEs de acceder a financiamiento.
  3. Pérdida de competitividad de las jurisdicciones, desalentando inversiones y dificultando la generación de empleo en sectores estratégicos.
  4. Riesgo para la sostenibilidad de empresas tecnológicas, que han realizado importantes inversiones en innovación y desarrollo.

En un contexto donde el ecosistema fintech ha demostrado ser una herramienta clave para la formalización de la economía, la presión fiscal desproporcionada es un retroceso frente a los avances logrados en inclusión financiera. Los gravámenes aplicados sobre saldos o facturación —sin considerar los márgenes operativos— no solo son regresivos, sino que desincentivan la digitalización de la economía.

Ingresos Brutos es un impuesto distorsivo y voraz, dado que se tributa sobre los montos facturados y no sobre la utilidad. Esto significa que una empresa, aunque perdiera dinero, debe pagarlo. En los últimos meses, algunas Provincias optaron por subir alícuotas para sumar más presión impositiva, que en algunos casos llegan al confiscatorio 16,5%.

En lo que respecta al IDC, actualmente el Decreto 796/2021 limita las exenciones al impuesto sobre los débitos y créditos bancarios para operaciones relacionadas con activos virtuales, lo que genera una desigualdad de condiciones entre estos y el resto de los actores del sistema financiero, y una presión por encima de la capacidad contributiva de muchas compañías. Esta situación también afecta a ciertas empresas vinculadas a recaudación por cuenta y orden de terceros.

Para el caso de los Proveedores de Activos Virtuales (PSAV), también conocidos como “crypto exchanges”, esta discriminación se suma a que, en los últimos meses, debieron asumir mayores costos operativos y administrativos al ser incorporados como sujetos regulados por la Unidad de Información Financiera (UIF) y registrados en la Comisión Nacional de Valores (CNV).

El compromiso de esta industria es continuar siendo un motor de transformación y progreso para el país, siempre desde un enfoque colaborativo y constructivo. Para ello, es indispensable la articulación público-privada para visibilizar estas realidades y acordar esquemas que favorezcan la innovación, la competitividad y el desarrollo del sector.

La Cámara Argentina Fintech hace un llamado a las autoridades de todos los niveles a trabajar en conjunto para reducir la presión tributaria sobre las personas y comercios, favoreciendo la competencia, la inversión y el crecimiento sostenible de la economía de nuestro país.

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Coparticipación en riesgo: qué pasará con las transferencias a provincias en 2025

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En los últimos dos meses de 2024 las provincias fueron beneficiadas por incremento de transferencias automáticas de coparticipación y por leyes especiales. Eso se debe a que algunos impuestos que se reparten subieron debido al paquete fiscal aprobado por el Congreso el año pasado.

Nuevas estimaciones privadas indicarían que esas mejoras, del 2,4% real en noviembre y del 1,4% en diciembre, habrían sido solo un veranito. Y es que, desde 2025, se terminan los efectos “extra” de algunas medidas recaudatorias tomadas el año pasado, a la vez que no habrá más Impuesto PAIS. Se estima que la caída de ingresos a nivel nacional será del 1,84% del PBI, de los cuales 0,42 puntos afectará a las provincias. En términos porcentuales, el 77% de la caída lo soportará la Nación y el 23% lo harán las provincias.

De acuerdo con los cálculos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), la merma de la recaudación de 2025 se va a producir por la eliminación del impuesto PAIS, por los cambios del impuesto sobre los Bienes Personales, por la caída posible de los ingresos generados por el blanqueo y por los cambios de la exención de pago del IVA al momento de ingreso de mercadería por Aduana.

Parte de los ingresos que surgen de la recaudación nacional terminan en los gobiernos subnacionales, debido a la existencia de la coparticipación. El IARAF da por “prácticamente confirmada” la baja de recursos para este año. De los cuatro elementos mencionados, solo uno no se reparte con las provincias. Es el Impuesto PAIS, el resto está afectado a la coparticipación.

El problema está entonces en cómo el gobierno nacional piensa compensar la caída de la recaudación que le generan las medidas adoptadas durante el año pasado.

El informe del IARAF dice que “prevé compensar esta caída mediante un aumento de la recaudación de otros cinco impuestos, específicamente de Ganancias, Derechos de Exportación, Impuesto a los Combustibles Líquidos, Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social y Derechos de Importación.

De ellos, solo Impuesto a las Ganancias es coparticipable, es decir, de cobro automático. El Impuesto a los Combustibles tiene una asignación específica del 10% para las provincias, cuyo monto no es importante en la masa general. El IVA consumo podría compensar en algo, pero el gobierno a su vez extendió por todo el 2025 el régimen de excepción de las percepciones de IVA a la importación de bienes de primera necesidad, entre los cuales figuran alimentos. Eso genera pérdida de ingresos para ARCA.

Transferencias automáticas totales de 2024

Durante el año 2024, las transferencias automáticas a provincias y CABA totalizaron $42,1 billones. Respecto a 2023, muestran una caída del 9,8% en términos reales, indica un reporte de Politikon Chaco.

Vistos por componentes, los recursos por Coparticipación Federal caen 8,8%, los derivados de Leyes y Regímenes Especiales ceden 20,8% y por Compensación del Consenso Fiscal pierden 26,4%.

Si se analiza el resultado de este 2024 respecto a la última década, se trató del segundo peor año para los envíos automáticos. No solo quedó 9,8% por debajo de 2023, sino que también cae contra todos los años desde 2015, con la sola excepción de 2016 (frente a ese año, los envíos de 2024 crecen 2,6%).

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Deuda en pesos: tras el anuncio de baja del “crawling peg”, Economía colocó el doble de lo que vencía

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El Tesoro envió ayer una señal al llevar adelante la primera licitación de títulos del año. Al menos en este período está más preocupado por quitar pesos excedentes del mercado que por reducir la tasa de interés.

La expectativa del mercado era que el Banco Central redujera la tasa de interés en la reunión de Directorio de hoy, sobre todo luego de la disminución del ajuste del dólar oficial del 2% al 1% mensual. Con una tasa de política monetaria de 32% anual, a todas luces se trata de un rendimiento que quedó muy por encima del deslizamiento del tipo de cambio oficial. Además, el ministro de Economía también resaltó ayer el sendero de desinflación que atraviesa la economía.

Sin embargo, el dato de diciembre no permitió un festejo completo. Por un lado, hubo un repunte de 2,4% a 2,7%, aunque atribuible en buena medida a los factores estacionales que pesan en el último mes del año: las fiestas y las vacaciones de verano. Pero además la inflación núcleo llegó a 3,2%, lo que obligaría a ser algo más cauteloso en las medidas financieras que se vayan a tomar.

Ayer vencían 1,69 billones de pesos, pero el Gobierno terminó captando bastante más del doble, en total $ 3,49 billones. Para lograrlo, utilizó el Boncap con vencimiento al 30 de junio de 2026. “Es la primera vez en más de cinco años que el Tesoro emite un instrumento a tasa fija a más de un año y medio de plazo”, señaló Felipe Nuñez, director del BICE y asesor del ministro de Economía, Luis Caputo.

La tasa del Boncap fue de 2,15% mensual y sorprendió a los inversores por ubicarse por encima de lo esperado. Claramente se trata de un rendimiento que superaría con amplitud la inflación mensual, que el Gobierno espera que perfore rápidamente el 2%, incluso en febrero.

La reducción de tasas por parte del Central es algo que sucederá en el corto plazo, pero no está claro que ocurra de manera inminente. Sobre todo por la necesidad de manejarse con cautela luego de un mes de fuerte expansión monetaria como diciembre. Siempre se trata de un período de aumento de la demanda de dinero, pero que luego cae a partir de la segunda quincena de febrero.

Por lo tanto, luce más cauteloso evitar sorpresas y mantener a raya la cantidad de pesos que circulan en vez de acelerar la baja de la tasa de interés, que podría ocurrir un poco más adelante.

Mantener un férreo control sobre los agregados monetarios evitaría un repunte inflacionario y sobre todo que se produzca alguna presión sobre los dólares financieros.

Tras la reducción del ajuste del dólar oficial del 2% al 1%, el Gobierno está muy jugado a acelerar el proceso de desinflación. En ese sentido, economistas como Fernando Marull estimaron que en enero el índice volvería a niveles de 2,4% (similar a noviembre). Y la expectativa oficial es que en febrero incluso ya se pueda perforar el 2%, teniendo en cuenta que es un mes de baja estacional y algunos rubros podrían incluso ayudar a tirar para abajo el índice, como hotelería e indumentaria, ya que aparecen las liquidaciones de verano antes de la nueva temporada de ropa de invierno.

Ahora los mercados estarán pendientes además de las próximas negociaciones con el FMI y la posibilidad de llegar a un acuerdo en el primer trimestre que permita fortalecer al BCRA. Luego del último pago de bonos dolarizados, las reservas netas quedaron en terreno negativo en más de USD 9.000 millones.

Resultado de la licitación de LECAP, BONCAP y BONCER

La Secretaría de Finanzas anuncia los resultados de la licitación del día de la fecha, en la que se recibieron ofertas por un total de valor efectivo de $ 4,10 billones, adjudicando un total de valor efectivo $ 3,49 billones.

El producido de esta licitación, por encima de los vencimientos de $ 1,69 billones, será depositado en la cuenta del Tesoro Nacional en el Banco Central de la República Argentina.

A continuación, se resumen los totales de la licitación:

Resultados de la Licitación por instrumentos denominados en pesos
Cantidad de Ofertas Recibidas2.855
Total VNO Ofertado (*)$ 3.721.255
Total VE Ofertado (*)$ 4.103.161
Total VNO Adjudicado (*)$ 3.184.797
Total Valor Efectivo Adjudicado (*)$ 3.487.488

(*) Montos expresados en millones.

Seguidamente, se resumen por instrumento los valores nominales ofertados y adjudicados con sus respectivos valores efectivos adjudicados, precios y tasas de corte, TNA asociadas y nuevos VNO en circulación:

Instrumentos denominados en pesosVNO Ofertado (*)VNO Adjudicado (*)Valor Efectivo Adjudicado (*)Precio de Corte por cada VNO $ 1.000TNAVNO Total en Circulación (*)
LETRA DEL TESORO NACIONAL CAPITALIZABLE EN PESOS CON VENCIMIENTO 31 DE JULIO DE 2025 (S31L5 – reapertura)$ 850.908$ 735.917$ 940.502$ 1.278,002,27% (1)$ 1.844.422
LETRA DEL TESORO NACIONAL CAPITALIZABLE EN PESOS CON VENCIMIENTO 31 DE OCTUBRE DE 2025 (S31O5 – reapertura)$ 870.438$ 760.096$ 819.384$ 1.078,002,23% (2)$ 924.300
BONO DEL TESORO NACIONAL CAPITALIZABLE EN PESOS CON VENCIMIENTO 30 DE JUNIO DE 2026 (T30J6 – nuevo)$ 1.715.000$ 1.509.151$ 1.509.1512,15% (3)30,90%$ 1.509.151
BONO DEL TESORO NACIONAL EN PESOS CERO CUPÓN CON AJUSTE POR CER VENCIMIENTO 31 DE MARZO DE 2027 (TZXM7 – reapertura)$ 284.910$ 179.632$ 218.451$ 1.216,107,97%$ 533.923

(*) Montos expresados en millones.
(1) Representa la tasa efectiva mensual al precio de corte. La LECAP S31L5 capitaliza a una TEM de 3,98% desde la fecha de emisión hasta su vencimiento.
(2) Representa la tasa efectiva mensual al precio de corte. La LECAP S31O5 capitaliza a una TEM de 2,74% desde la fecha de emisión hasta su vencimiento.
(3) Representa la tasa efectiva mensual capitalizable desde la fecha de emisión hasta el vencimiento.

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