A través de un comunicado conjunto, este lunes la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM) y el Movimiento Agrario de Misiones (MAM) informaron la decisión de renunciar de manera indeclinable a su participación en la Mesa Yerbatera Permanente (MPY), impulsada por el gobierno de la provincia de Misiones.
Según explicaron, la medida obedece al fracaso de diálogo en dicho espacio: “Nos vemos en la obligación de denunciar públicamente a los industriales por ausentarse de las negociaciones y ofrecer al productor precios viles al kilogramo de hoja verde de yerba mate, así como también pagos a largo plazo. También dejamos asentado que los diputados opositores y oficialistas jamás se reunieron con nosotros, a pesar de las gestiones realizadas y solicitudes realizadas ante el Ministerio del Agro y la Producción”.
Agregaron que han constatado que “más allá de las expectativas optimistas que el espacio intentó generar en lo discursivo, en los hechos no hubo avances concretos” hacia la garantía de un precio justo y digno para las miles de familias productoras de yerba mate de Misiones que desde hace meses atraviesan una situación crítica debido a la caída del precio de la materia prima.
“Nunca se han sumado a la Mesa los industriales, los únicos beneficiarios de la política de desregulación de la actividad yerbatera resuelta a través del DNU 70/2023, quienes se niegan a discutir los precios y otorgar a los productores la ganancia que le corresponde”, lamentaron en el documento, que lleva las firmas de Salvador Torres (Secretario General del MAM) y Hugo Sand (dirigente de APAM).
En ese sentido, desde el MAM y APAM enfatizaron: “Queda claro que no se puede apelar ingenuamente a la buena voluntad de los explotadores. La situación exige respuestas institucionales de fondo y no coyunturales”.
Las históricas entidades de pequeños y medianos productores de Misiones recordaron que el pasado 18 de marzo, junto a productores yerbateros autoconvocados denunciaron penalmente al presidente de la Nación Javier Milei por incumplimiento de los deberes de funcionario público, al considerarlo responsable legal -por inacción u omisión- de la falta de nombramiento de un presidente para el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
En dicha presentación, indicaron, consignaron que si bien fue aprobado el DNU 70/2023, la Cámara Federal de Apelaciones de Posadas confirmó el amparo contra el DNU que buscaba desfinanciar al INYM. Es por ello que actualmente se encuentra plenamente vigente la Ley Nacional 25564 (de creación del INYM), que lo faculta a regular la actividad yerbatera.
“En suma, ratificamos que la salida de la crisis debe ser con el nombramiento de un presidente para el INYM y la inmediata restitución al organismo de sus facultades plenas para regular el precio de la materia prima e intervenir en un adecuado control de la cadena productiva”, manifestaron.
El MAM y MAM alertaron que ante las circunstancias actuales continuarán con el paro de cosecha y llamaron a todos los productores a dicha medida de fuerza, hasta tanto se consiga un precio justo por el producto.
En medio de una de las crisis más profundas que ha golpeado a los productores yerbateros, Hugo Sand, presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM), analiza el impacto de la desregulación impuesta por el DNU presidencial y señala que la transferencia de recursos de los productores hacia la industria supera los 200 mil millones de pesos. Además, advierte que el conflicto es esencialmente político y denuncia la inacción de la dirigencia misionera.
¿Cómo está la situación hoy en las rutas y en las protestas de los yerbateros?
Estamos manifestándonos como lo hemos hecho siempre, aunque es algo que no nos gusta. Aquí estamos, en una carpa humilde, con colonos, con mujeres y hombres. Nos ha tocado una lluvia fuerte, pero seguimos firmes, acumulando fuerzas. En algún momento vamos a ir a Posadas, a reclamar a la Legislatura y exigirles a los diputados y senadores que actúen. Incluso hay una diputada de Buenos Aires que presentó un proyecto para revertir el DNU que desreguló el mercado, y queremos que se discuta.
Usted mencionó una pérdida millonaria para los productores. ¿Cómo llega a esa cifra?
No es una pérdida, es una transferencia de recursos. Con la desregulación, la industria yerbatera se quedó con 200 mil millones de pesos que le correspondían a los colonos. Y desafío a cualquier industrial o político a demostrarme que estoy equivocado.
Antes del DNU, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) había definido un precio de 505 pesos por kilo de hoja verde. Pero tras la desregulación, un grupo de productores negoció desesperadamente con los industriales y aceptaron 370 pesos. Sin embargo, al final, en el mercado real, terminamos cobrando 180 pesos por kilo.
Haciendo un cálculo simple: si la producción anual de yerba mate es de 1.000 millones de kilos, y dejamos de percibir 200 pesos por kilo, eso significa que nos quitaron 200 mil millones de pesos. Y en la próxima cosecha pasará lo mismo si no logramos frenar esto.
El cálculo es sencillo. En los 90, durante la década desregulada, el proceso fue similar, pero ahora parece ir mucho más acelerado. ¿Qué pasó en los 90, mientras duró la desregulación Menem-Cavallo? El kilo de hoja verde pasó de $0,20 (en 1991) a $0,06 (en 2001) en pesos convertibles uno a uno. Y el precio en góndola se mantuvo casi constante.
Si se multiplica 14 centavos de dólar perdidos por la producción primaria por 700 millones de kilos por 10 años, da el número de transferencia de ingresos hacia la industria, el comercio y los impuestos. 700 millones de kilos x 0,14= 98 u$s millones año. Una década, casi mil millones de dólares que dejó de recibir la producción y quedaron en manos de un puñado de industrias.
¿Por qué dice que negociar con la industria no sirve?
Porque es una cortina de humo. Ya lo vivimos en los años ‘90 y 2000, cuando el Gobierno provincial nos invitaba a la “mesa de concertación” en el Ministerio del Agro. Se firmaban actas, pero los industriales nunca cumplían. Por eso se creó el INYM, para que haya un marco legal y se pueda sancionar a quienes no respeten los precios.
La historia nos demuestra que los industriales se ponen de acuerdo entre ellos, no para competir y pagar mejor, sino para bajar el precio de la materia prima. Son tres grandes empresas las que manejan el 60% del mercado, y juegan con los colonos como quieren. Las Marías, Playadito y Ramón Puerta.
Algunos sectores afirman que hay intereses políticos detrás de las protestas. ¿Es así?
Sí, claro que es un problema político, lo dije desde el principio. Esto no es solo un conflicto económico o comercial: se están peleando el poder dentro del oficialismo y la oposición mira para otro lado.
En Misiones, los yerbateros no fuimos defendidos ni por el oficialismo ni por la oposición. Todos se callaron la boca mientras nos despojaban del único instrumento que nos protegía: el INYM. ¿No es eso un problema político?
Y más allá de la coyuntura, hay algo más profundo: quieren quedarse con la tierra y el agua de los productores. Ya lo vimos en otras épocas. Destruyen el precio de la yerba para fundir a los colonos y que terminen vendiendo sus chacras por dos pesos. Es una estrategia de concentración, como se viene haciendo hace décadas.
Si alguien no me cree, que lea el Plan Misiones 2000, elaborado por el propio Estado. Ahí está escrito que la actividad agropecuaria debe ser integrada verticalmente, es decir, que la industria tenga su propia producción, su propio secadero, su propio molino y maneje el mercado sin depender de los pequeños productores.
Hoy, las grandes empresas yerbateras están avanzando en esa dirección. Dominan el mercado y ahora quieren cerrar el círculo con la importación de yerba de Brasil y Paraguay, que llega con agroquímicos prohibidos en Argentina.
Muchos piden tranquilidad en este conflicto. ¿Cuál es su mensaje para los productores?
No hay mensaje de tranquilidad, hay mensaje de alerta. A los colonos que están en sus casas escuchando, les digo: vienen por su chacra. No se queden esperando, organícense, salgan a luchar.
Y a los tareferos y trabajadores rurales, sepan que la cosechadora mecánica viene a dejarlos sin trabajo. Así como en los ‘60 el tabaco dejó sin empleo a miles de personas, la cosecha mecánica de yerba va a desplazar a 10 mil familias. ¿Dónde van a ir esas personas? A las villas miserias, a la pobreza extrema. Los políticos de Misiones deben reaccionar antes de que sea demasiado tarde. La solución es simple: revocar el DNU, restaurar el INYM y fijar precios justos. Pero para eso hace falta voluntad política.
Siete asociaciones de productores instalaron esta mañana (9 de enero de 2024) en la plaza 9 de Julio, en Posadas, un tractor como símbolo en defensa de la plena vigencia de la Ley 25.564 de creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), tras la decisión del Gobierno de Javier Milei de recortar -vía DNU- sus funciones, eliminando, entre otras cosas, la facultad de fijar el precio mínimo de la materia prima.
Hugo Sand productor yerbatero e histórico referente del movimiento agrario misionero explicó en Radio Open 101.7 la importancia de seguir en la lucha para defender el rol del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
“Hace 22 años salimos de esta plaza, nos despedía Don Andrés Hadad, nos decía fuerza y coraje, no tengan miedo el INYM ya es una ley. Durante todo este tiempo trabajamos dentro de un marco legal regulatorio, algunos años muy bien, otros años no tanto, pero teníamos donde refugiarnos. Hoy nos enteramos que está todo desregulado, que los industriales pueden pagar el precio que quieran, como quieran, por lo que trajimos este tractor en forma testimonial, no es en contra del Gobierno de la Provincia, es en contra de las desregulación del INYM, nosotros apoyamos a que no se cambie ni una coma de esta ley, y le pedimos a los diputados y senadores nacionales que protejan la cultura agraria de nuestra provincia, sino se van a venir los precios bajos, los juicios, porque se va a destruir el convenio corresponsabilidad gremial, se va a trabajar en negro, el objetivo ultimo es quedarse con las tierras de los colonos que es el bien escaso que tenemos, el agua dulce de acuífero guaraní, algo que decíamos hace 25 años atrás y hoy lo volvemos a repetir”, dijo.
Explicó que “nosotros como asociación de productores no tuvimos oportunidad de hablar con los legisladores, pero seguramente que otros sectores u otras asociaciones que tienen más contacto con los políticos lo estarán haciendo. Todos aquellos que tengan contacto con los políticos sería bueno que los convoquen y que les expliquen por qué no deben desregular la actividad yerbatera. Nosotros con un grupo de asociaciones hemos llevado un tractor a la plaza nueve de julio en forma testimonial recordando al presidente Milei lo que ocurrió en la época de Menem, la época de Ramón Puerta que se desreguló nuestra actividad, los precio bajaron y esa historia ya la conocemos y no queremos que se que se vuelva a repetir”.
“Sabemos cuando salimos pero no sabemos cuándo regresamos a la chacra, yo creo que con el tiempo los colonos van a ir tomando conciencia de lo que está ocurriendo. Hacemos un llamado a todos los colonos, a todos los productores, a todas las asociaciones de productores que comience a prepararse, a concientizarse, a que no tenemos instituto, que estamos a la fuerza del mercado, que van a pagar lo que quieran y como quieran. Y que se van a quedar con las chacras. Si no salimos a defender”, sostuvo.
Ante la posible desaparición del INYM, y con la propuesta de la provincia de crear un instituto provincial, Sand dijo que “en principio quedaría liberado Corrientes donde existe un gran capital uno de los grandes yerbateros, con grandes extensiones para plantar yerba mate y va a ser totalmente contraproducente tener nuestra actividad regulada y en Corrientes liberado. Para sostener el precio hay que equilibrar ofertas y demandas, entonces necesariamente debemos limitar plantaciones, si en Corrientes se libera todo y plantan, los precios van a caer, va a ocurrir exactamente como ocurre con el té, hoy están arrancando plantaciones de té porque no tiene precio, eso va a ocurrir con la yerba”.
“Los colonos cuando, Duhalde autorizó de que la reglamentación de la ley se realiza acá en la ciudad de Posadas, fue una de las pocas leyes que se que se reclamaron fuera de de la capital, uno de los objetivos nuestro era que el precio sea por unanimidad, nosotros pedíamos eso, porque somos los únicos que vendemos yerba, hojas verdes, todos los otros son compradores, los secaderos privados, las cooperativas, los molinos, entonces, nosotros nunca vamos a ser mayoría, la mayoría está del otro lado, es obvio que esto ocurra, por eso es que nosotros pusimos y nos aferramos a la unanimidad. Nosotros no vamos a lograr un precio por mayoría acá, porque vamos a tener que consensuar un precio bajísimo con la industria, sí es que queremos que salgan de misiones”, expresó.
“Como buscamos siempre un precio justo que sea rentable para el pueblo, no vamos a lograr un consenso en la provincia de Misiones, no vamos a lograr mayoría. Entonces tiene que ir del lado de la nación y ahí llevamos todo nuestro costo y muchas veces la nación, como los últimos tiempos, falló a favor de la verdad. Y ha fallado bien y por eso distribuido las riquezas. En el informe de Coninagro se puede ver que la actividad yerbatera estuvo regulada a tiempo pasado, entonces qué necesidad tiene Milei para desregular la actividad de los misioneros y correntinos, en vez de escucharle tanto a sus perros, por qué no nos escucha a los colonos, nosotros queremos que nos escuchen, tenemos derecho a que nos escuchen, que nos pregunten, por qué no viene él como nuestro presidente a hablar con los argentinos acá donde comienza la patria, vamos a explicar cómo nosotros conseguimos una solución a la actividad yerbatera, que va a hacer él ahora con todos los obreros rurales sin el convenio corresponsabilidad gremial, vendrán juicios tras juicios laborales y la tierra va a pasar a manos de otros, ese es el objetivo, quedarse con la tierra de los misioneros”.
Hugo Sand, el reconocido dirigente agrario y uno de los fundadores de la Asociación Productores Agrícolas de Misiones(APAM) dialogó con Economissobre la producción misionera y destacó que el productor debe dejar de pensar en hectáreas solo con yerba mate, solo con pino o té y pensar en la diversificación productiva. Refloto el pensamiento de Alberto Roth con la chacra misionera como una extensión inteligente del monte.
Para Sand estamos en un momento clave donde “hay muchas cosas que tenemos que conversar para el futuro, me parece que este es el momento de tomar fuerza entre todas las organizaciones ambientalistas sociales y pensar en una provincia totalmente distinta porque el rumbo por el que vamos nos lleva al desierto y el desierto es muerte”.
Consideró que “si nosotros hacemos un paralelo en la vida y la muerte, hoy usamos muchos insecticidas herbicidas, fungicidas que es muerte y nosotros debemos apostar a la vida. A la vida en todos sus conceptos y nuestro objetivo es mirar a la selva misionera, al monte misionero que ya está en vías de extinción, pero nosotros también formamos parte de ese entorno”.
“Así que entre todos tenemos que volver a a repensar el futuro de esta de esta provincia”, afirmó.
Destacó lo que se viene haciendo desde la provincia con la legislación para erradicar el glifosato de la zona productiva. Pero explicó que no es suficiente con cambiar una empresa multinacional por otra que abastezca de bioinsumos, sino que planteó que “hay que darle el conocimiento al colono, el colono no tiene que ir a la agropecuaria a comprar los bioinsumos, no tiene que esperar que la camioneta del Ministerio del Agro, le entregue los bioinsumos, porque va a seguir siendo dependiente”.
Por ello planteó que “hay que darle el conocimiento al colono para que a partir del estiércol de sus animales a partir de la guarapa de caña de azúcar, a partir de algunas especies vegetales a partir del agua a partir de el polvo de piedra o de la harina de roca que es la la roca madre original de la cual se por la evolución se logra la tierra roja, profunda hacer un pequeño laboratorio en sus chacras”.
Indicó que este laboratorio “consiste en un tambor de 200 litros en donde por anaerobiosis, o sea con la ausencia de Oxígeno, esto se fermenta y en 40 a 60 días de acuerdo a las temperaturas y depende de qué época del año vos estás realizando tenés biofertilizante. Podés también hacer repelentes de insectos”.
El productor agrario remarcó que “tenemos todos los mecanismos que nos brinda la agroecología para hacerle libre a los productores y también le debe interesar esto a ustedes que viven en las grandes ciudades porque van a tener un producto sano”.
Sand recordó que hay un informe del “año 2018 donde la estadística nos dice que por cada argentino le correspondía 7 litros de Roundup, 7 litros de glifosato y a los Pueblos Fumigados más de 40 litros, después cuando nos sorprendemos de los labios leporino, de las columnas bífidas, de los cánceres, de las leucemias, dónde está el origen. El origen está en que todo lo que nosotros le hacemos a la Madre Tierra, nos estamos haciendo eso a nosotros mismos. De la tierra venimos. somos tierra y por eso tenemos que proteger la tierra, el agua, el ambiente, los vegetales, los animales”.
Para Sand las premisas para producir son la “Sustentabilidad ambiental, social y económica“. Reconoció que el sistema capitalista solo pone foco en lo económico, por ello llamó a replantearse los conceptos y los fines de para que producimos, porque “este este pensamiento netamente capitalista está destruyendo el mundo, nos está destruyendo a nosotros“.
Explicó que en el caso de los productores yerbateros, deben dejar de pensar en usar herbicidas para eliminar las “malezas” ya que primero tenemos que pensar que “la maleza tiene que ser bueneza, tenemos que cambiar de nombre primero. Y luego esas buenezas son un excelente alimento para las ovejas, sí, animales que son livianos que con potreros rotativos vos podés manejarlos dentro del yerbal y van transformando esas buenezas en estiércol, en orín y en carne de cordero excelente para el consumo familiar y para la venta”.
“Ese es un principio el otro principio es que nunca nosotros vamos a tener que clasificar a una hectárea por un monocultivo. Nunca tenemos que pensar que es solamente pino o solamente yerba, o solamente té. Si vos sacás 3.500 kilos de yerba es muy poco contra los 15 mil kilos que saca el que usa todos los fertilizantes. Pero si a esos 3.500 kilos de yerba por hectárea, le estas agregando varios kilos de carne de cordero, le sumas varios kilos de miel de abeja, le estás agregando varios metros cúbicos de leña de las ramas que van cayendo, ves que es mucho más rentable que hacer solo el monocultivo”.
“A esto hay que sumarle todo el valor del cuidado ambiental que significa este tipo de producción diversificada”, remarcó Sand.
El productor explicó que “además, lo que nosotros llamamos maleza y que vamos a la agropecuaria desesperados y compramos veneno y las matamos son simplemente los carteros que nos están trayendo la información de que estamos trabajando mal”.
“A ver, si dentro de un yerbal, te encontrarás gramilla, la pata parrilla, el pasto común digamos así. Significa que estás trabajando mal el yerbal. ¿Por qué? Porque estas especies son amantes del sol, quiere decir que está entrando demasiado sol al yerbal. Eso quiere decir que tenés pocas plantas por hectárea, quiere decir que tenés que replantar con más plantas de yerba o que en vez de poner yerba, podes poner naranja común, limón, banana, pone frutas para tu consumo, para la venta y para todos los pájaros”, expresó.
Sand recordó que “nosotros tenemos la ayuda de las aves, de los pájaros para el control de muchísimos insectos. Fíjate en el tema del rulo de la Yerba Mate están todos desesperados porque hay ataque de rulo, entonces hay que aplicar Dimetoato (un organofosforado) un veneno fuertísimo. Pero resulta ser que hay 30 especies benéficas en la yerba y 27 que podrían llegar a causar daño; si nosotros preparamos el ambiente para que estén en estas 30 especies benéficas y ya se van a controlar, ese es el equilibrio biológico. Ese es el equilibrio que existe en la selva Paranaense”.
“Por eso tenemos que volver a a a releer los conceptos de don Alberto Roth, ese gran suizo ecologista, no que nos decía que la que la chacra misionera tiene que ser una extensión inteligente del monte. Sí, el monte tiene que entrar dentro de los yerbales tiene que entrar dentro de los teales. Porque al entrar el monte trae toda la vida y volvemos de vuelta a que la vida es necesaria en la chacra”, dijo.
Al ser consultado sobre las empresas yerbateras que están optando por instalar plantas industriales en Paraguay para poder exportar en mejores condiciones desde allí la yerba mate, Sand aseveró que “ante todo aquel que deja una silla, vamos a ocuparla nosotros. Yo le invito a los colonos a que vuelvan a construir los barbacuas, esos sistemas antiguos entre dos o tres vecinos, hay muchas ventas, mucha demanda de yerba a barbacua con estacionamiento natural. A eso tenemos que apuntalar”.
Cerró con un reclamo a las autoridades, expresando que “habría que pedirle al gobierno a Bromatología no sé a quién que investigue las cargas de yerba que están trayendo de los países vecinos, la cantidad de cadmio y de plomo que tienen y preguntémonos de dónde sale, porque el suelo rojo que tenemos acá no tiene cadmio, ni plomo. Posiblemente sea por el uso de fertilizantes químicos fosforados y Brasil y Paraguay están por sobre los niveles máximos permitidos, por eso es que quieren que en el Mercosur autorice elevar los valores permitidos de esos metales, porque esas empresas envenenarte a vos y a mí y no dejar de ganar plata”.
Emiliano Viana
Aclaró que “volvemos al principio la sustentabilidad es solamente económica, para algunos pocos o tenemos que luchar por la sustentabilidad social, la sustentabilidad ecológica o natural y eso no lo van a hacer los industriales, no lo va a hacer el gobierno lo tiene que hacer la gente a través del conocimiento”.
“Y tenemos que comenzar ya porque el Cambio Climático ya nos clavó las garras en la espalda. Ya lo vimos el año pasado. Y seguramente que este año podrían haber grandes inundaciones o grandes sequias nuevamente. Ya se instaló el Cambio Climático“, aseveró Sand.
¿Qué hacemos con la yerba mate? El 2018 cerró con un récord de exportaciones y un consumo por el techo en el mercado interno. El último laudo de la Nación fue superior a la inflación acumulada en el año. Pero el productor sigue penando miserias y el sector industrial está a un peso o dos de diferencia de no poder cerrar un balance, con deudas acumuladas por 3.627 millones, 50 por ciento más que en 2017, como consecuencia de las tasas por las nubes para contener la inflación. Parece eterna la pelea por el precio, pero este último acuerdo tuvo la particularidad de tener a los dos extremos de la cadena acosados por la suba de precios, que dispara los costos de producción y al mismo tiempo le pone techo al consumo con precios que pesan en bolsillos cada día más deprimidos. ¿Cómo salir de la coyuntura? ¿Cómo recuperar el esplendor del bautizado oro verde? Las respuestas son múltiples y este artículo de Economis no pretende darlas todas, sino generar nuevas preguntas y nuevos debates en un sector que tiene dos o tres elementos externos de riesgo: la yerba es hoy un incipiente commodity cuya producción se expande en Paraguay, Brasil y… en Kenia (a modo de prueba). Como toda commodity, compite por precio en un mercado global. Como punto de partida, el vicegobernador Oscar Herrera Ahuad -candidato a gobernador por la Renovación- sugiere, en tiempos de alta volatilidad financiera, establecer un mecanismo de actualización permanente de costos y precio, para eludir discusiones perennes sobre el valor de la materia primera y evitar que se paralice la actividad. Sería un mecanismo similar al índice de la construcción, que permite, mediante los valores de insumos, determinar un promedio que rige para toda la actividad. Despejado ese debate, se podrán sentar las bases para fortalecer al sector. “No puede ser que vos tengas un precio anual fijo con una volatilidad cambiaria e inflacionaria del 50 por ciento. Obvio que eso se ajusta solo en las áreas superiores y las intermedias quedan relegadas, porque todas sus variables se ajustan a la base de precio”, argumenta Herrera Ahuad. Un directivo de una de las principales firmas yerbateras tiene una idea revolucionaria en el contexto actual: fijar el precio en planta y dejar el resto de la cadena al libre mercado. ¿Por qué? “Porque el precio de la materia prima se fija teniendo en cuenta una producción de 2.496 kilos por hectárea y la mayoría hoy produce seis mil por hectárea. Un promedio ideal sería 4.875 kilos por hectárea. Menos que eso es ineficiente y a ese productor hay que asistirlo para que mejore su productividad, no subsidiarlo”, explica. Lo mismo sucede con los secaderos: el precio se fija tomando en cuenta una productividad de dos mil kilos por hora, cuando la mayoría está consiguiendo diez mil kilos/hora. Y eso eleva los costos, encareciendo el producto. En el sector industrial consideran que sin una reforma impositiva de fondo, la situación seguirá siendo endeble en todo el sector, ya que hay mucha informalidad laboral -en la escala más baja se calcula que hay 4.500 tareferos en negro- e impositiva, en la más alta, ya que un productor con buenos rindes, queda atrapado rápidamente en el impuesto a las Ganancias y termina ganando menos que el que está más abajo en la escala. “No hay una solución sola. Hay que empezar a hacer cambios estructurales”. El ministro del Agro, José Luis Garay está convencido de que el primer paso es transparentar toda la cadena. El Centro de Transacción Electrónico -como ocurre con el trigo o la soja- permitirá seguir las operaciones online y ahí termina el 90 por ciento de los problemas, sostiene Garay. También advierte que los representantes de cada sector sentados en el Instituto Nacional de la Yerba Mate, deben ser “genuinos”, es decir, elegidos por el voto directo para que voten en defensa de sus intereses, al mismo tiempo que se debe quitar la unanimidad en la definición del precio dentro del organismo. “Que sea por dos tercios o tres cuartos en un directorio de doce”, indica. “Con estas medidas se transparenta el mercado y se termina con la marginalidad, que perjudica al resto”, insiste. Para Garay, la transparencia en el sector y culminar el registro de productores, son pilares fundamentales para pensar en la yerba del futuro. El mapa de la yerba indica que hay 166.737 hectáreas, pero puede haber más no incorporadas. El presidente del Instituto Nacional de la Yerba Mate, Alberto Re, deja varias definiciones. La primera, contundente, es que “la yerba no nos salva”. Lo que quiere decir es que no se puede pensar a la yerba como si fuera la cosecha que esperanza al Gobierno nacional con la lluvia de dólares, sino como la parte de una chacra que debe producir otras cosas. “Cuando digo que no podemos vivir solo de la yerba, digo que tenemos que analizar el tema yerbatero en un contexto de desarrollo industrial también de las otras actividades agrícolas y forestales”, insiste. Re lamenta que parezca que el sector yerbatero siempre esté intentando apagar incendios, en lugar de proyectarse a futuro. Pero trae algunos elementos a la mesa. Hay un plan maestro, desarrollado en 2013, con una visión de largo plazo, con algunos puntos que se están cumpliendo y otros todavía en proceso. Sin embargo, pocos recuerdan ese trabajo. Entre las misiones de ese documento, aparecen ser proveedores confiables y trabajar por condiciones sociales que hagan al desarrollo del productor. Re reconoce que “falta una mirada integral para alcanzar metas comunes”. “Vivir (sólo) de la yerba, no es posible. No somos el ombligo del mundo. Y al mismo tiempo, hay que defender una producción que le genera a Misiones, a precios actuales, ingresos por cerca de ocho mil millones de pesos. El tabaco es un tercio de eso”, argumenta. El presidente del INYM admite que la ley sancionada en 2002 puede revisarse, pero “La idea del oro verde no es del todo buena. No es petróleo. Ya no estamos solos en el mundo. Hace unos años, en un Congreso de Brasil sobre la yerba mate se planteó que hoy es una commodity y que se globalizó. Varios países plantan y compiten por precios. En Chile, la yerba de Brasil entra más barata que la nuestra y es una competencia agresiva. Es decir, el mercado también fija el precio”. Por eso, insiste en que es necesario posicionar a la producción yerbatera como una alimenticia, con los mejores estándares de calidad. Pero, advierte, “eso no necesariamente paga más”. “Para el futuro, es necesario que el colono tenga mayor productividad y defienda el precio asociado en cooperativas”, proyecta. Y alienta. “Es necesario incorporar tecnología y crear nuevos productos a base de la yerba mate. Hay mercados potenciales en bebidas, energizantes, cosmética y hasta en la salud”, explica. “Pero hay que animarse a experimentar e invertir”, pide. “La publicidad tácita de tener a Messi, Dybala, Ronaldo, Antoine Griezmann, el Papa, Obama o Xi Jinping es invalorable y hay que saber aprovecharlo. Pero entre todos”, sentencia.
No es el único que plantea la necesidad de una concertación. Juan José Szychoski sostiene que la clave del futuro pasa por dejar de lado las ambiciones sectoriales. “De otro modo, las crisis va a ser cada vez peor. Con la modificación del código alimentario, estamos yendo a un producto de mejor calidad, que aumenta lentamente el consumo local e internacional. Pero trabajando juntos podemos encontrar un mercado mayor en el que el único límite es el mundo. Pero lamentablemente caemos en la pelea del día a día”, reflexiona. Para Szychoski, el pedido de 13,50 pesos para la hoja verde era irracional “para el momento”, pero quizás en un par de meses, si la inflación sigue desbocada, puede ser justo. Pero no quiere decir que el productor no deba recibir un mejor precio, aclara, sino que al plantear precios sin justificaciones técnicas, lo que hace es dispararse hacia arriba los valores en la cadena productiva. “Cuando se comenzó a hablar de ese precio, los supermercados aumentaron para cubrirse y los molinos aumentaron su stock a precio más bajo. ¿Quién pierde?”, argumentó. Según sus datos, la yerba aumentó en góndola a 120 pesos el kilo porque los supermercados se cubrieron de los 13,50 pesos eventuales, es decir, por expectativas que no se cumplieron, pero que perjudican al consumidor y, en última instancia, al mismo productor si caen las ventas. “Debemos ponernos de acuerdo en cosas básicas, no más trabajo en negro, mejorar calidad, nos faltan controles, muchos y buenos. Con eso, tenemos las dos puntas de la cadena solucionadas”, indica. El candidato a gobernador del Frente Popular, Agrario y Social, Isaac Lenguaza, discrepa con el precio laudado y asegura que los 13,50 pesos eran razonables. “Dos pesos menos es una barbaridad que mata al sector”, cuestiona. El abogado coincide en que hay que eliminar la unanimidad para fijar el precio en el INYM y sostiene que es necesario un estudio de costos más objetivo, con intervención del Estado provincial. “Después se respetar y controlar. Por eso insistimos en rápida puesta en funcionamiento del Mercado Concentrador para asegurar el precio fijado y si es necesario, que suba el precio en góndola”, sentencia. El delegado de Agricultura Familiar de la Nación, Jerónimo Lagier, también quiere que el INYM fije el precio de salida de molino porque “la competencia entre marcas por el mercado hace que el precio a salida de molino sea mas bajo. Esto origina el “planchar” el precio”. Considera que si no hay cartelización, toda la cadena puede mejorar su situación.
“El precio actual es razonable, implica un 67 por ciento de incremento interanual. Pero es probable que a fin de mayo los secaderos y molinos estén pagando incluso por encima de ese precio, porque hay poca yerba en stock (canchada), entonces van a salir a pagar por encima del valor oficial”, dijo Lagier, miembro de la Asociacion Rural de la Yerba Argentina (ARYA).
Desde la chacra, Cristian Klingbeil, es la nueva camada de la histórica Apam (Asociación de Productores Agrícolas de Misiones) plantea otra revolución para pensar en la yerba de las futuras generaciones. “Hay que eliminar los agroquímicos e ir hacia una producción orgánica, como está haciendo el té, que consigue insertarse en mercados más exclusivos y caros. También plantea que hay que asistir a los pequeños productores, pero con mejor genética y conocimiento para que se puedan equiparar a los más grandes. “No es lo mismo el tratamiento de un secadero al productor de menos de cinco hectáreas que al resto”, explica. “Hay que buscar darle valor agregado a la yerba tradicional. Hay que buscar nuevos mercados y productos y que la política escuche más a los productores que conocemos lo que pasa en la chacra. El productor tiene miedo a la diversificación porque ya está quemado con planes que no llegan a nada. Quienes tienen yerbales de baja productividad, apenas sobreviven con bajos precios. Por eso debemos ir hacia una producción de mayor densidad, orgánica, que genera mayor valor agregado y se puede cobrar más, al mismo tiempo que protege el ambiente. que todos debemos cuidar”, culmina.