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Ventas minoristas cayeron 2,6% y suman cinco meses negativos

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La economía argentina transita un escenario complejo en el que el consumo de los hogares, las ventas minoristas y la producción industrial avanzan con señales contradictorias, marcadas por una fragilidad que todavía condiciona cualquier perspectiva de recuperación sostenida. Tras el fuerte retroceso vivido en 2024, algunos indicadores muestran un repunte estadístico frente a aquella base muy baja, pero la tendencia de los últimos meses revela que tanto comercios como industrias siguen enfrentando un panorama cargado de incertidumbre, con un consumidor cauteloso, salarios que apenas acompañan a la inflación y sectores productivos, como el textil y el calzado, que se convierten en claros termómetros de la debilidad de la demanda interna.

De acuerdo con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en agosto las ventas minoristas de las pymes cayeron 2,6% interanual a precios constantes y 2,2% respecto a julio en la serie desestacionalizada. Con excepción de marzo, que había mostrado un ínfimo repunte del 0,1%, todos los meses de 2025 reflejaron bajas, lo que configura una tendencia preocupante para un sector que sostiene buena parte del empleo en el país. No obstante, al comparar con el mismo período del año pasado, el balance enero-agosto todavía arroja un crecimiento del 6,2%, explicado más por la muy baja base de comparación que por un verdadero impulso sostenido de la demanda.

Los comerciantes encuestados por CAME reflejan un panorama de expectativas mixtas. El 55% consideró que su situación se mantuvo estable respecto a 2024, mientras que el 35% dijo que empeoró, cinco puntos más que en la medición anterior. Mirando hacia 2026, casi la mitad (49%) espera una mejora, aunque también aumentó el grupo de quienes prevén un deterioro, que ya llega al 9%. 

En ese escenario, las fechas especiales como el Día del Niño aportaron algo de oxígeno, pero no alcanzaron a revertir la tendencia. Las ventas presenciales predominaron sobre las digitales y el peso de las promociones y planes de pago volvió a ser decisivo para atenuar, en parte, la retracción del consumo. Y es que presión tributaria, la falta de crédito accesible y la volatilidad económica derivaron en estrategias defensivas de los comercios, que priorizaron liquidez, achicaron stocks y postergaron decisiones de inversión

En el análisis por sectores, la situación fue dispar, aunque mayoritariamente negativa. Farmacia fue el único rubro que logró un resultado levemente positivo, con un alza del 0,2% interanual. El resto mostró retrocesos: bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles se desplomó 10,4%; perfumería retrocedió 8,9%; textil e indumentaria bajó 4,8%; ferretería, materiales eléctricos y construcción cedió 1,9%; alimentos y bebidas retrocedió 0,9%; y calzado y marroquinería cayó 0,8%. 

En la comparación mes contra mes, tres categorías se hundieron más del 4%: textil e indumentaria, perfumería y bazar. La baja en indumentaria, de 4,3% frente a julio, vuelve a poner en evidencia la debilidad de un sector que depende estrechamente del poder adquisitivo.

En esta misma línea, el consumo de bienes y servicios de los hogares, medido por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), aporta matices. En julio el Indicador de Consumo registró un alza de 1,1% interanual, aunque con una caída desestacionalizada de 0,1% frente al mes anterior. Se trata de un crecimiento que parte de una base extremadamente baja, ya que 2024 fue un año de fuerte contracción. 

En ese marco, rubros como indumentaria y calzado registraron un notable repunte del 16,6%, en gran medida explicado por el derrumbe del año previo, cuando habían caído 16%. El precio relativo a la baja de la categoría colaboró para que los consumidores se animaran a renovar vestuario y calzado, en un fenómeno que también fue alentado por las liquidaciones de temporada y los planes de financiación.

Otros rubros también aportaron al repunte parcial del consumo. Transporte y vehículos mostró un incremento de 7%, impulsado por un aumento del 57% en el patentamiento de automóviles, el nivel más alto desde 2018. Recreación y cultura avanzó 8%, aunque sigue en niveles reducidos frente a consumos esenciales. En cambio, vivienda, alquileres y servicios públicos apenas subió 0,2%, sostenido por una demanda eléctrica estable.

El factor inflacionario aparece como determinante para este escenario. Según la CAC, julio cerró con una suba de precios del 36,6% interanual, la más baja desde la pandemia, y una inflación acumulada del 17,3% en lo que va del año. Este alivio relativo en los precios fue acompañado por una evolución salarial en línea, aunque sin mejoras reales que impulsen con fuerza la demanda.

El otro componente clave para entender la coyuntura es la producción industrial manufacturera, que en julio retrocedió 1,1% interanual y 2,3% respecto a junio, de acuerdo con el INDEC. Así, la industria volvió a terreno negativo tras siete meses consecutivos de alzas, lo que interrumpe una racha que había comenzado en diciembre de 2024. En el acumulado de enero a julio, la producción todavía se sostiene con una mejora de 5,8% frente al mismo lapso del año pasado, pero el retroceso reciente abre interrogantes sobre la solidez de la recuperación.

En concreto, 9 de las 16 divisiones industriales relevadas mostraron caídas en julio. Entre las más afectadas figuran prendas de vestir, cuero y calzado (-10,7%) y productos textiles (-10,1%), dos ramas particularmente sensibles al consumo interno y a la informalidad en el mercado laboral. También registraron bajas significativas la industria automotriz (-8,4%), los productos de metal (-8,5%) y la maquinaria y equipo (-4,7%). La contracción en alimentos y bebidas (-3%) confirma que la retracción no se limita a bienes durables o semidurables, sino que impacta también en la canasta básica.

Dentro de este panorama, el caso del calzado resulta ilustrativo. Según la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), la producción de calzado y partes acumuló entre enero y mayo una baja de 2% interanual, que se profundizó en mayo con un desplome del 15,3% respecto al mismo mes de 2024. Este derrumbe refleja tanto la pérdida de poder de compra de los consumidores como las dificultades que enfrentan las fábricas para sostener su actividad en un contexto de costos crecientes, demanda irregular y crédito escaso.

El sector textil y de calzado, que ya venía golpeado desde años anteriores, aparece nuevamente como termómetro del humor económico de los hogares. Mientras las ventas minoristas muestran caídas en la comparación inmediata y la producción fabril se contrae, el consumo de indumentaria y calzado registra alzas interanuales que esconden más un efecto rebote que una verdadera expansión. 

CyberMonday 2025

En un escenario donde las ventas minoristas acumulan caídas y el consumo de los hogares se sostiene con dificultad, los eventos masivos de compras online se vuelven un salvavidas para el comercio. Primero fue el Hot Sale, realizado en mayo, que mostró la fuerza del canal digital incluso en un contexto de salarios ajustados y cautela en los gastos. Ahora, con la confirmación oficial del CyberMonday 2025, las expectativas vuelven a renovarse, ya que el evento se perfila como otra oportunidad clave para dinamizar el mercado y captar a un consumidor que, pese a las restricciones, aún responde cuando se le ofrecen precios atractivos y facilidades de pago.

La Cámara Argentina de Comercio Electrónico confirmó que el CyberMonday 2025 se llevará a cabo del lunes 3 al miércoles 5 de noviembre, en lo que será la edición número 23 desde su primera realización en 2012. Desde las 00 horas del primer día, los usuarios podrán ingresar al sitio oficial para acceder a miles de productos con descuentos especiales. La expectativa no solo está puesta en las rebajas de hasta el 50%, sino también en los planes de financiación en cuotas, los beneficios adicionales de bancos y billeteras digitales, y los envíos gratuitos que suelen marcar la diferencia en este tipo de jornadas.

El antecedente inmediato es alentador. El Hot Sale de mayo cerró con cifras récord: facturó $66.765.864.373, un 63% más que en 2024, superando incluso la inflación acumulada de 43,27% en ese período. El ticket promedio ascendió a $97.294, con un aumento del 43%, y se vendieron 11.141.268 unidades, lo que representó un 9% más que el año anterior. Para la CACE, el dato más relevante fue el crecimiento en unidades, porque refleja un incremento real en la participación de los consumidores y no solo un efecto de precios más altos.

Esa performance dejó algunas conclusiones interesantes. Si bien la tecnología y los electrodomésticos fueron los grandes ganadores en términos de facturación, el calzado deportivo fue la estrella en cantidad de unidades vendidas, mostrando la vigencia del rubro incluso en tiempos de ajuste. A esto se sumaron los suplementos alimenticios, los productos de belleza y los artículos de cuidado personal, lo que configura una fotografía clara de las prioridades actuales del consumidor argentino: bienestar, estética, comodidad y tecnología accesible.

Con esos resultados frescos en la memoria, el CyberMonday de noviembre aparece como el próximo gran desafío. La comparación entre ambos eventos permite entender cómo, en medio de un consumo retraído, estas propuestas funcionan como verdaderos incentivos para reactivar las ventas. 

De hecho, tanto en el Hot Sale como en el CyberMonday, los sectores de indumentaria (ropa urbana y deportiva) y calzado en general se han consolidado como protagonistas. La posibilidad de acceder a marcas líderes con rebajas significativas y la opción de pagar en cuotas explica buena parte del atractivo. Para la industria, golpeada por la caída de la producción, es también una chance concreta de recuperar terreno en un trimestre que suele definir el balance anual.

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Consumo en supermercados bonaerenses cayó 7,6% en dos años por pérdida salarial

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Consumo e ingresos en la Provincia de Buenos Aires: ventas en supermercados caen 7,6% en dos años según un informe del centro CEPA.

El último informe del CEPA advierte que, pese a una leve mejora interanual de 1,3% en 2025, el consumo en supermercados de la Provincia de Buenos Aires sigue 7,6% por debajo de 2023. La contracción está directamente vinculada a la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores registrados, que retrocedió hasta un 10,8% al ajustar por la canasta recomendada por el FMI.

Consumo en retroceso y pérdida de ingresos

El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) publicó en septiembre de 2025 un análisis sobre la evolución del consumo y los salarios en la Provincia de Buenos Aires, tomando como base los datos del INDEC y del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE).

El relevamiento indica que en el primer semestre de 2025 las ventas en supermercados crecieron apenas 1,3% respecto a 2024, pero siguen muy por debajo de los niveles previos: -7,6% frente a 2023 y -6,8% frente a 2022Consumo_e_Ingresos_en_Provincia…. En términos absolutos, esto significa una pérdida de $345.898 millones de facturación en comparación al primer semestre de 2023, medida en pesos constantes de junio de 2025.

En junio de este año, el consumo cayó 3% interanual y acumula una merma de $47.529 millones frente al mismo mes de 2023.

Impacto sectorial: alimentos en baja, ropa y electrónicos en alza

La caída del consumo no afectó de manera uniforme a todos los rubros:

  • Almacén: -6% vs. 2024, -11,7% vs. 2023.
  • Carnes: -1,5% vs. 2024, -8,5% vs. 2023.
  • Bebidas: -2,6% vs. 2024, -25,9% vs. 2023.
  • Verdulería y frutería: +20,4% vs. 2024, +17,2% vs. 2023.
  • Indumentaria y calzado: +23,8% vs. 2024, +34,6% vs. 2023.
  • Electrónicos y artículos para el hogar: +38,7% vs. 2024, aunque aún -12,4% vs. 2023Consumo_e_Ingresos_en_Provincia….

El informe atribuye el repunte en indumentaria a la apertura importadora y el de electrónicos a un rebote tras la fuerte contracción de 2024. En contraste, los alimentos básicos continúan siendo los más golpeados por la pérdida de ingresos de los hogares.

Salarios: la clave detrás de la caída del consumo

El CEPA señala que entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024 los trabajadores registrados de la Provincia perdieron -7,3% de poder adquisitivo medido con el IPC oficial del INDEC.

Aunque a fines de 2024 y principios de 2025 hubo una recuperación parcial, en marzo de 2025 los salarios seguían -3,4% por debajo de noviembre de 2023. Si la inflación se calcula con la canasta de la ENGHo 2017/18 (recomendada por el FMI), la caída es aún mayor: -10,8% en el mismo período.

Esto implica un ingreso no percibido por trabajador de entre $1,4 millones (IPC actual) y $2,2 millones (IPC ENGHo 17/18) entre noviembre de 2023 y marzo de 2025. La pérdida total para los hogares bonaerenses asciende a entre $2,98 billones y $4,7 billones, según la metodología utilizada

El deterioro del consumo y de los salarios revela una correlación directa: mientras el poder adquisitivo no se recupere, la demanda en supermercados seguirá deprimida.

La caída acumulada de las ventas desde noviembre de 2023 hasta marzo de 2025 alcanza los $716.189 millones, lo que refleja el impacto sobre la actividad comercial formal y anticipa tensiones en el tejido productivo bonaerense.

Los analistas advierten que, de no revertirse la tendencia en los ingresos, el leve repunte observado en algunos rubros no será suficiente para compensar la retracción general del consumo en la provincia más populosa del país.

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Supermercados y autoservicios mayoristas: incertidumbre y cautela en el consumo masivo

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El sector de supermercados y autoservicios mayoristas atraviesa un escenario de marcada cautela. Según la Encuesta de Tendencia de Negocios publicada por el INDEC, en agosto de 2025 el 36,1% de los empresarios calificó como “mala” la situación comercial, frente a solo un 12,5% que la consideró “buena”. La mayoría, el 51,4%, la ubicó en un rango de normalidad, lo que arrojó un balance negativo de -23,6%

.La mirada hacia adelante tampoco mejora sustancialmente: para el trimestre septiembre-noviembre, uno de cada cinco empresarios espera un empeoramiento en la situación comercial, mientras que apenas el 11,1% proyecta mejoras. El balance de expectativas se mantiene en terreno negativo, con -9,7%

En materia de inventarios, el 26,4% reportó stocks por debajo de lo normal, mientras que un 20,8% indicó niveles por encima, con un balance también negativo. Al mismo tiempo, el acceso al crédito aparece como un factor crítico: el 38,9% lo calificó de difícil, frente a un escaso 1,4% que lo consideró fácil.

La situación financiera general acompaña esta tendencia: solo el 8,3% la percibió como buena, contra un 20,8% que la evaluó negativamente. A ello se suma que más de la mitad de los encuestados (51,4%) reconoció aumentos en los precios de venta durante el último mes, reflejando la presión inflacionaria en el rubro.

Limitantes estructurales

El 54,2% de los empresarios señaló la insuficiencia de demanda como el principal freno a la actividad comercial, seguido por el costo laboral (25%) y el financiamiento (11,1%). La competencia sectorial y el acceso al crédito aparecen en niveles marginales.

El Indicador de Confianza Empresarial (ICE) de supermercados y autoservicios mayoristas cerró agosto en -9,3%, confirmando una tendencia de debilidad en las expectativas y en el presente. En un contexto de consumo golpeado, el sector opera con un bajo nivel de optimismo y sin señales claras de recuperación inmediata

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Precios mayoristas calientan el piso inflacionario

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En agosto, los precios mayoristas volvieron a marcar el pulso de la economía, aunque sin desbordes. Según el informe oficial, el índice de precios internos al por mayor (IPIM) subió 3,1% mensual, mientras que el índice sin impuestos (IPIB) avanzó 3,3% y el de precios básicos del productor (IPP) lo hizo en 3,5%. En la comparación interanual, las variaciones rondaron entre el 21% y el 23%, con acumulados cercanos al 16% en lo que va del año.

La dinámica estuvo impulsada por algunos sectores muy puntuales. El agro se encareció 5,5%, los refinados del petróleo avanzaron 5,2%, los vehículos también marcaron un +5,2%, y el tabaco trepó 6%. Estos incrementos explicaron buena parte de la suba general. En contraste, los alimentos y bebidas manufacturados apenas aumentaron 1,6%, y la energía eléctrica prácticamente no se movió (+0,1%).

En la región, donde el tabaco y la madera son relevantes, el dato es más sensible: el tabaco acumuló un aumento interanual de 45,9% y la madera de 17,9%, mientras que los alimentos se ubicaron en un 26,1% anual.

El interrogante es cómo estas variaciones impactarán en la inflación minorista. Por un lado, el freno en alimentos mayoristas da cierto alivio a la canasta básica, lo que reduce la presión inmediata sobre los bolsillos. Por el otro, la suba en combustibles y refinados anticipa posibles ajustes en los surtidores, con efecto en transporte, logística y, en consecuencia, en precios finales de bienes y servicios. Lo mismo ocurre con vehículos y químicos, que empujan a los durables y a productos de consumo masivo como limpieza y medicamentos.

El panorama, entonces, es mixto. Agosto no dejó señales de un shock mayorista que dispare la inflación minorista de forma inmediata. Sin embargo, el avance de los combustibles y el salto del tabaco en la primera venta al mercado interno constituyen focos de riesgo para septiembre. En definitiva, el traspaso a góndola será moderado en alimentos, pero el frente energético puede endurecer el índice minorista si los aumentos se trasladan plenamente.

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La inflación no cede: 1,9 por ciento en agosto, con el NEA como la región con menores subas

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La inflación de agosto volvió a marcar 1,9 por ciento, mismo porcentaje que en el mes de julio, con el NEA por debajo, en 1,7, mismo piso que el mes anterior y nuevamente el dato más bajo del país.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró en agosto de 2025 un alza mensual del 1,9%, lo que llevó la variación acumulada en los primeros ocho meses del año al 19,5%. En la comparación interanual, el incremento fue del 33,6%.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la región del NEA subió un 1,7% en agosto de 2025, por debajo de las proyecciones previas que estimaban un 2,0%. En la comparación interanual, el incremento fue de 29,9%, mientras que la variación acumulada en los primeros ocho meses del año alcanzó el 17,0%. En todos los casos, las variaciones se ubicaron como las más bajas del país, según un informe de Politikon Chaco en base a datos del INDEC.

La suba mensual fue idéntica a la de julio (1,7%) y se mantuvo en línea con el nivel nacional (1,9%), logrando por cuarto mes consecutivo permanecer por debajo del 2,0%. En términos acumulados, el aumento del 17,0% en enero-agosto marcó la menor alza de precios desde 2017 (cuando fue de 14,7%), mientras que el 29,9% interanual de agosto constituye el nivel más bajo desde junio de 2018.

Sectores que más incidieron

En agosto, Restaurantes y Hoteles lideró la suba con 3,8%, seguido por Vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles (2,9%), Transporte (2,6%), Educación (2,6%), Salud (2,4%), Bebidas alcohólicas y tabaco (2,1%) y Bienes y servicios varios (1,9%).

Las divisiones con alzas menores al promedio regional fueron Comunicación (1,6%), Alimentos y bebidas no alcohólicas (1,4%), Recreación y Cultura (0,8%) y Equipamiento y Mantenimiento del Hogar (0,6%). En tanto, Prendas de vestir y calzado mostró una caída de precios del -0,5%, en línea con la tendencia nacional.

En la comparación interanual, Educación continúa al frente con 77,6%, muy por encima de Restaurantes y Hoteles (53,4%) y Vivienda y Servicios Públicos (49,3%). En el otro extremo, Equipamiento y mantenimiento del hogar (16,6%) mostró la menor suba.

Regulados y Estacionales

Los precios Regulados registraron la mayor alza en agosto con 2,8%, acelerando respecto de julio (2,2%) y acumulando tres meses consecutivos de incremento en su ritmo. Los Núcleo mostraron un alza de 1,5%, igual que el mes anterior. En contraste, los Estacionales crecieron apenas 0,5%, desacelerando fuerte frente al 2,1% de julio y ayudando a contener el índice general.

El comportamiento de los Alimentos

La división Alimentos y Bebidas no alcohólicas creció 1,4%, apenas 0,2 puntos más que en julio, aunque se mantuvo por debajo del promedio regional por cuarto mes consecutivo. Dentro de este rubro, los mayores incrementos se dieron en Frutas (3,6%), Verduras, tubérculos y legumbres (2,7%) y Aceites, grasas y mantecas (2,3%). En cambio, Leche, lácteos y huevos (0,4%) y Pan y cereales (0,3%) fueron los que menos aumentaron, mientras que Azúcar, dulces, chocolate y golosinas mostró una baja del -0,1%.

Precios relativos en la era Milei

El análisis de precios relativos —que mide variaciones en comparación con el índice general regional, tomando noviembre 2023 como base 100— muestra que Educación (+60,8%) y Vivienda y Servicios Públicos (+60,1%) lideran el encarecimiento en el NEA.

Otros sectores con encarecimiento relativo fueron Salud (+7,0%), Transporte (+17,5%), Comunicación (+29,7%), Restaurantes y Hoteles (+12,4%) y Bienes y servicios varios (+19,9%).

Por el contrario, cinco divisiones presentan abaratamiento relativo: Prendas de vestir y calzado (-22,2%), Alimentos y bebidas no alcohólicas (-9,8%), Bebidas alcohólicas y tabaco (-8,4%), Equipamiento y mantenimiento del hogar (-17,1%) y Recreación y Cultura (-2,8%).

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