Las Marías invierte 8 millones de dólares en la pata forestal del grupo
Bichos de Campo. Cuando se nombra Establecimiento Las Marías, la referencia inmediata suele ser la yerba mate y el té: marcas emblemáticas como Taragüi, Unión, Mañanita o La Merced forman parte del imaginario nacional. Sin embargo, detrás de esa identidad agroindustrial hay un engranaje menos visible pero cada vez más estratégico: el negocio forestal.
En Gobernador Virasoro, epicentro foresto-industrial del nordeste argentino, Las Marías avanza en la modernización integral de su aserradero. Con una inversión cercana a los ocho millones de dólares, la compañía instalará una línea europea de aserrado de alta automatización, equipada con escáneres tridimensionales que optimizan el corte y maximizan el rendimiento.
“Estamos hablando de una línea que operará con diez personas por turno, frente a las veinticinco actuales, con un rendimiento ocho por ciento superior. Es tecnología de punta, comparable con la de los principales aserraderos del mundo”, explicó Stuart Navajas, presidente del aserradero de Las Marías.
A esto se suma un secadero continuo de última generación, único en el país. “Funciona con un sistema contraflow que mejora el tiempo, el volumen y, sobre todo, la calidad del secado. La calidad de nuestra madera no la iguala nadie”, afirma Navajas.
“Es una inversión que nos pone al nivel de los mejores aserraderos del mundo”, resume Navajas, antes de deslizar una sonrisa: “La parte forestal es la menos conocida de Las Marías, pero queremos que se sepa que también hacemos madera, y la hacemos bien”.
Las Marías inició su actividad forestal en los años sesenta con 500 hectáreas de pino y eucalipto. Hoy el patrimonio supera las 6.700 hectáreas implantadas, con especies como Pino taeda, Pino elliottii, híbridos y eucaliptos de alto rendimiento.
El aserradero produce unos 70.000 metros cúbicos anuales, de los cuales el 70 % se exporta a destinos como China, Vietnam, Filipinas, Estados Unidos y Centroamérica. El resto abastece al mercado interno, que atraviesa una etapa de retracción por la caída del consumo y el freno en la construcción.
“Estamos trayendo contenedores vacíos desde Buenos Aires, lo que implica casi dos mil kilómetros de flete. Solo el traslado al puerto cuesta tres mil dólares por contenedor, mientras que el flete marítimo a Malasia cuesta quinientos”, detalló Navajas, subrayando la necesidad de soluciones logísticas.
Las Marías busca replicar en la foresto-industria el esquema que la consolidó en el agro: control de toda la cadena, desde la plantación hasta el producto final seco y clasificado.
La empresa cuenta con certificación FSC de manejo forestal responsable y aplica prácticas de sustentabilidad basadas en el uso racional del recurso, mejoramiento genético y mecanización. Los turnos de corta varían entre 18 y 25 años, bajo criterios ambientales y sociales.

