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COP: La hoja de ruta Bakú–Belém, entre la esperanza de financiamiento y la falta de un rumbo claro

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Escribe Alonso Martínez Sequeira / Inter Press Service – Las presidencias de las COP29 y COP30 (Azerbaiyán y Brasil) lanzaron conjuntamente el miércoles 5 la Hoja de Ruta de Bakú a Belém, que debería señalar caminos para ampliar el financiamiento climático, en la antesala de la Cumbre de Líderes sobre el clima, que acoge la ciudad amazónica de Belém desde este jueves 6.

Entre recomendaciones, un marco de acción y un impuesto a los “superricos”, la propuesta carece de obligaciones legales y no entrega la tan solicitada definición de financiamiento climático, que sería importante para garantizar transferencias directas y no generadoras de deudas.

La Cumbre de Líderes, de dos días y en la que deben participar unos 57 jefes de Estado y de gobierno, de las 196 Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Cmnucc), antecede a la COP30 (30 Conferencia de las Partes), que acogerá la ciudad amazónica de Belém, entre el 10 y el 21 de noviembre.

La crisis del clima la expresa Costa Rica, por ejemplo, donde el aumento del nivel del mar, una de las principales consecuencias del cambio climático, afecta a ciudades costeras del Pacífico y Caribe. Para 2100 se estima que este fenómeno alcance a, por lo menos27 000 personas en el país.

En la actualidad, cerca de 1000 millones de personas a nivel mundial ven cómo el mar le va ganando terreno a la costa y provoca una serie de problemas para las comunidades. La reubicación u otros tipos de soluciones significan grandes montos de dinero para los países con menor capacidad de adaptación debido a la falta de recursos. 

Con el objetivo de que los países más vulnerables y menos contribuyentes al cambio climático puedan contrarrestar sus problemáticas, y también avanzar en la transición energética, la Cmnucc busca impulsar metas de financiamiento desde hace diez años a través del Acuerdo de París, bajo el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”.

Este concepto se refiere a que todos los países deben actuar, pero los países desarrollados del Norte global, responsables históricos de la mayor parte de las emisiones y que poseen, además, más recursos, deben liderar la acción climática y apoyar financieramente a los países del Sur en desarrollo.

En la última Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP29, realizada en 2024 en Bakú, Azerbaiyán, se acordó un nuevo objetivo de financiamiento climático (NCQG, en inglés).

El documento fija como meta que los países desarrollados “lideren” la entrega de 300 000 millones de dólares anuales hasta 2035 para las naciones en desarrollo. Además, se llama a todos los actores a escalar el financiamiento climático hacia los países en desarrollo hasta al menos 1,3 billones (millones de millones) de dólares. 

Sin embargo, la cifra de 300 000 millones quedó muy por debajo de las expectativas iniciales. La sociedad civil organizada, los países en desarrollo y diversos actores habían solicitado que el NCQG estableciera precisamente los 1,3 billones de dólares anuales como meta vinculante. 

La brecha entre esa demanda y el monto finalmente acordado provocó varios días de estancamiento en las negociaciones. Como salida a esa discusión, se adoptó la llamada “Hoja de ruta de Bakú a Belém”. Una acción con el objetivo de señalar caminos para ampliar el financiamiento hasta alcanzar los mencionados 1,3 billones de dólares.

En la última Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) realizada en 2024 en Bakú, Azerbaiyán, se acordó un nuevo objetivo de financiamiento climático. Imagen: Cmnucc

La hoja de ruta Bakú-Belém aún con dudas

Este miércoles 5 se publicó la Hoja de Ruta presentada por Azerbaiyán y Brasil como presidencias de la COP29 y COP30, respectivamente. El informe de 75 páginas ofrece recomendaciones amplias y un marco de acción en cinco ejes: reabastecimiento, reequilibrio fiscal, redirección, reestructuración y reconfiguración.

El roadmap centra gran parte de su atención en bancos multilaterales y el FMI. Dejando en segundo plano la responsabilidad directa de los países desarrollados, establecida en el artículo 9 del Acuerdo de París. Además, sugiere vías de acción externas a la Convención, como canjes de deuda y mercados de carbono.

El plan incluye solo dos compromisos formales: promover diálogos con países y actores financieros para continuar el proceso. Y crear un grupo de expertos para refinar los datos sobre los flujos de dinero.

Una de las recomendaciones llamativas del documento es el llamado impuesto a los “superricos”. Que cifran en un rango de recaudación desde los 200 000 millones de dólares hasta los 1,364 billones. Dependiendo de la tasa aplicada a los umbrales de ingresos y la participación geográfica.

Otro texto anexo al Roadmap, que resume las recomendaciones realizadas por expertos, aborda una “tributación mínima a multimillonarios” que podría recaudar hasta USD 550 mil millones anuales y que podría asignarse al fondo de pérdidas y daños producto del cambio climático a países pobres.

La Hoja de Ruta presentada utiliza un lenguaje “voluntario”, en el sentido de que no es un mandato explícito para los países. Si bien se lanzará oficialmente durante la COP30 con un evento especial, no es un espacio formal de las negociaciones.

Críticas 

La coordinadora del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe (GFLAC), Sandra Guzmán, advirtió que faltó transparencia al proceso liderado por Brasil para presentar la ruta, que además carece de respaldo político para avanzar durante la COP.

“A pocos días de la cumbre, no existía un documento público ni un borrador formal que permita a los países discutir su contenido”, explicó Guzman.

Según la especialista, la decisión de la COP no obliga a los países a aprobar o adoptar formalmente la ruta. Pero sí abre la posibilidad de que la comunidad internacional “la reciba” y establezca un mecanismo de seguimiento.

La experta explicó que, con la presentación, los países podrían decidir si aceptan el documento y abren un proceso formal para su implementación o si simplemente lo reciben sin adoptarlo.

“Si los países no logran un consenso, la ruta podría quedar varada, en letra muerta. Su avance depende completamente del acuerdo político entre las partes”, alertó Guzmán.

También la discusión podría ser incluida en el documento final integrador, pero no parece que sea un objetivo de la presidencia de la COP30.

“No hay un plan concreto. Tenemos muchos asuntos que debemos negociar y aprobar en la COP. Estamos muy satisfechos de haber cumplido con lo solicitado en la decisión (de la NCQG). Y no hay ninguna prioridad en que la COP lo apruebe, reconozca o lo que sea”, dijo André Corrêa do Lago, presidente  de la COP30 durante el lanzamiento del informe.

Por su parte, el activista y abogado costarricense Adrián Martínez, director de La Ruta del Clima, cuestiona la hoja de ruta. Según explica, el documento presenta graves deficiencias estructurales, carece de obligaciones legales y excluye las verdaderas necesidades de los países más vulnerables.

Uno de los principales errores es que sus metas, ya sean los 1,3 billones o los 300 000 millones de dólares, no son jurídicamente vinculantes.

Otro de los problemas es que aún no existe una definición de qué es financiamiento climático y este nuevo objetivo tampoco lo establece. 

“No hay una definición clara de qué es financiamiento climático, y al incluir fuentes privadas sin regulación ni objetivos claros, se corre el riesgo de que los recursos no lleguen donde más se necesitan: las comunidades afectadas por el cambio climático”, comenta.

Martínez recuerda que el nuevo esquema deja por fuera el tercer pilar de la acción climática: pérdidas y daños, un tema urgente para los países más expuestos a desastres climáticos. Solo para ese rubro se necesitarían 300 mil millones de dólares, pero el Roadmap no lo contempla, afirma.

El experto considera que la hoja de ruta responde más a intereses geopolíticos que a un esfuerzo genuino de cooperación internacional. “Este es un ejercicio de poder. No se basa en las obligaciones legales ni en las necesidades reales de adaptación o mitigación. Los países desarrollados imponen las cifras y las condiciones”, dijo.

También alerta sobre el riesgo de que el tema se desplace de la CMNUCC hacia instituciones financieras. Como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde los países en desarrollo “no tienen voz ni voto”.

“Eso sería desastroso: las comunidades que viven los impactos directos del cambio climático quedarían sin representación política. Sin poder decidir sobre los recursos que les corresponden por justicia”, advierte.

La posición de Ailac 

En las COP, los países se agrupan en bloques con los que negocian en ciertos temas. Por ejemplo, la Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (Ailac), que conforman Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá y Perú.

Como parte del proceso, Ailac presentó en septiembre su propuesta oficial para el “Roadmap de Bakú a Belém”.

Entre sus aspiraciones a corto plazo, a 2028, el grupo plantea como prioridad inmediata diferenciar las responsabilidades entre los países desarrollados. Y otros actores como bancos multilaterales, el sector privado y fundaciones, cuyas contribuciones serían voluntarias pero rastreables. 

El bloque también propuso establecer hitos claros y cuantificables que definan cómo se alcanzará la meta anual de 1,3 billones de dólares. Incluyendo cronogramas, distribución por instrumentos financieros (donaciones, préstamos concesionales, garantías). Y el compromiso de triplicar las salidas anuales de fondos como el Fondo Verde para el Clima y el Fondo de Adaptación para 2030.

Además, Ailac urge a los países a adoptar una definición oficial de “financiamiento climático”, lo que no ocurrió. Esta definición debería excluir los préstamos a tasas de mercado, los flujos norte-norte y la cooperación tradicional. Asegurando que los fondos sean nuevos, adicionales y asequibles.

Para 2030 el grupo enfatiza la necesidad de reformar los bancos multilaterales de desarrollo para ampliar su capacidad crediticia sin generar más deuda. Propone ajustar sus criterios de riesgo, utilizar más capital exigible y establecer metas explícitas de concesionalidad, priorizando préstamos blandos, donaciones y herramientas sin deuda. 

También pide garantizar mayor participación de los países en desarrollo en las decisiones de gobernanza de estas instituciones.

Además, AILAC solicita facilitar el acceso directo a los fondos climáticos para comunidades locales, pueblos indígenas, mujeres y afrodescendientes, mediante la simplificación de requisitos y la creación de ventanillas específicas.

En el largo plazo, el bloque identifica como desafío central movilizar capital privado mediante modelos de riesgo compartido y financiamiento combinado. Propone incentivos como bonos verdes, seguros climáticos y asociaciones público-privadas equilibradas, que no generen cargas fiscales excesivas.

El grupo negociador subraya, además, la importancia de crear plataformas nacionales de financiamiento climático, lideradas por los propios países. Que vinculen los planes climáticos nacionales con fuentes de inversión. Que permitirían aprobar programas integrales, acelerar desembolsos y garantizar que el financiamiento responda a las prioridades nacionales.

Este reportaje se elaboró con el apoyo de Climate Tracker América Latina, con el respaldo especial de la Oxfam.

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COP30: Alcaldes reclaman protagonismo y fondos en la lucha climática

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Escribe Mario Osava / Inter Press Service – El Foro de Líderes Locales tuvo lugar entre el lunes 3 y este miércoles 5, promovido por la brasileña presidencia de la 30 Conferencia de las Partes (COP30) de la convención sobre el clima y la fundación Bloomberg Philanthropies, creada por el empresario y exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.

Fue un encuentro previo que llevará a la COP30 que empieza el 10 de noviembre y termina el 21, en Belém, una capital amazónica en el norte de Brasil, los reclamos y propuestas de las ciudades.

También lo harán llegar a la Cumbre de Líderes políticos, que será el jueves 6 y el viernes 7 la excepcional antesala de la COP decidida por Brasil, para así poder paliar los problemas logísticos de la reunión climática anual, donde se esperan más de 40 000 personas.

El rol destacado de los alcaldes ganó dimensiones dramáticas en Estados Unidos, donde el gobierno central, presidido por Donald Trump, niega el cambio climático y desactiva los programas y fondos ambientales.

Por eso tuvo una fuerte presencia en el foro la coalición America is all in (Estados Unidos está totalmente comprometido), que busca reafirmar el compromiso de Estados Unidos con el Acuerdo de Paris, pese al retiro de su gobierno.

El acuerdo mundial firmado en 2015 en la capital francesa fijaba como meta contener el recalentamiento planetario a 1,5 grados centígrados, para evitar efectos incontrolables como los crecientes eventos extremos.

Trump abandonó el acuerdo en 2017, durante su primer gobierno de 2017 a 2021, y volvió a hacerlo en este primer año luego de su segunda administración.  La coalición, una respuesta a esa decisión, cuenta actualmente con 368 alcaldes y 10 gobernadores de estados, además de 4724 líderes empresariales, religiosos y culturales.

Está presente en todos los 50 estados del país y representa dos tercios de la población y tres cuartos de la economía, según el sitio web del movimiento, que asumió las metas nacionales acordadas en Paris, de reducir las emisiones de los gases invernadero en 50 % hasta 2030, en comparación con las de 2005, y 100 % en 2050.

La lucha climática se hace desde abajo, donde “sucede la magia”, y en Estados Unidos muchos estados y ciudades se adelantaron en las metas de mitigación, dijo a IPS Gina McCarthy, exadministradora de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés) quien copreside la coalición junto con dos gobernadores y un alcalde.

El Museo de Arte Moderno, un símbolo de la arquitectura modernista brasileña, acogió el Foro de Líderes Locales, la mayoría alcaldes, de todo el mundo para un encuentro de tres dias con debates sobre el rol de las ciudades en la lucha climática y la necesidad de financiamiento a sus acciones para adaptarse y mitigar los efectos del alza de las temperaturas. Imagen: Mario Osava / IPS

Trump realza rol de las ciudades

En cambio, en el gobierno central “no pasa nada” actualmente, acotó en uno de los debates que encabezó en el foro. Las críticas reiteradas al presidente Trump durante el encuentro acentuaron la necesidad de fortalecer la acción climática de los gobiernos subnacionales.

Trump es “el principal destructor del clima”, definió el alcalde de Londres, Sadiq Khan, al inaugurar, el 3 de noviembre, la cumbre mundial del C40 Ciudades, una red de concertación de 97 ciudades de todos los continentes que suman 920 millones de habitantes.

El grupo promovió varias reuniones temáticas en el ámbito del Foro de Líderes Locales, sobre transición energética, el agua, la basura y las ciudades del futuro.

“La crisis del clima es una crisis de desigualdades”, destacó en sus discursos la alcaldesa Yvonne Aki-Sawyerr, de Freetown, capital de Sierra Leona, quien copreside el C40 junto con Khan e introdujo así el tema de la justicia climática y las distintas necesidades del Sur global.

La dramática carencia de financiamiento para las ciudades de los países en desarrollo se reflejó en la declaración del alcalde Carlos Piedrahita, de Mocoa, capital del estado de Putumayo, en el sur de Colombia, que tiene 63 000 habitantes y sufrió una avalancha a causa de lluvias torrenciales en 2017, que provocó al menos 336 muertes.

“Hasta hoy no fue posible reconstruir las viviendas para 2000 personas que viven en cambuches, en situación difícil, sin agua”, señaló el alcalde en el Foro de ciudades de la Amazonia, que reúne municipalidades de los ocho países de la región.

Falta capacidad de inversiones para las necesarias obras de infraestructura, el financiamiento climático debe considerar que las vidas humanas también son importantes, no solo la preservación del agua y la selva amazónicas, reclamó.

Finanzas son el tema central de las COP del clima hace varios años. En la COP29, celebrada hace un año en Bakú, quedó acordada la meta de alcanzar 300 000 millones de dólares de aportes anuales al mundo en desarrollo hasta 2035, lejos de la meta pretendida de 1,3 billones (millones de millones) de dólares.

En la COP30 se tratará especialmente de la “implementación” de las metas ya acordadas y de la adaptación a los eventos climáticos extremos que proliferan en el mundo y tienden a intensificarse ante la batalla ya considerada perdida de contener el recalentamiento en 1,5 grados.

El grupo de alcaldesas y representantes de la coalición America is all in, de alcaldes, gobernadores de estados y lideres empresariales, religiosos y culturales de Estados Unidos, que impulsan acciones climáticas en oposición al negacionismo del presidente Donald Trump. En el medio la copresidente del movimiento, Gina McCarthy. Imagen: Mario Osava / IPS

Agua, termómetro de la crisis

El agua refleja la gravedad de la crisis, sea por su escasez o el exceso en algunos momentos.

Bogotá sufrió una sequia en 2024 y enfrenta el riesgo permanente de deslizamientos cuando recibe un flujo excesivo de lluvias amazónicas, de las cuales depende, destacó a IPS el alcalde de la capital colombiana, Carlos Galán.

Los fenómenos La Niña y El Niño, provocados por el enfriamiento o el calentamiento del agua superficial en el Pacífico y que llevan más lluvias o sequías en las distintas partes de Sudamérica, tienen efectos más intensos en los países andinos, advirtió.

Son efectos que afectan también a Lima, donde pasan décadas sin llover, pero los riesgos de derrumbes fueron destacados por su alcalde, Renzo Reggiardo.

Es que bajan desde los Andes hacia la capital de Perú las aguas de tres cuencas con flujos más variables, debido al cambio climático, explicó a IPS.

Ante la intensificación de los eventos extremos, el Foro de las Ciudades Amazónicas elaboró un plan de trabajo para 2026-2027, volcado a la adaptación climática, a la asistencia técnica para aprovechar mejor los recursos y la cooperación regional.

Una “Guía de buenas prácticas en la gestión ambiental urbana en municipios de la Amazonia Legal” fue presentado por el Ministerio de las Ciudades de Brasil.

La Amazonia no es solo bosques y agua, sino que es principalmente urbana, destacaron varios ponentes en el foro. Cerca de 70 % de sus 50 millones de habitantes viven en las ciudades, realzaron.

El alcalde de Londres, Sadiq Khan, copresidente del C40 Ciudades, red que promueve la concertación entre 97 municipalidades del mundo, especialmente en la acción climática, rodeado de otros líderes locales. Imagen: COP30 Local Leaders Forum: Bloomberg Philanthropies

Buenas prácticas climáticas

El foro mundial de los alcaldes, que incluyó varios gobernadores de Brasil y Estados Unidos, enfatizó la necesidad de políticas multiniveles, de cooperación entre los gobiernos nacionales, provinciales y municipales, para lidiar con la crisis climática.

Fue principalmente un encuentro para divulgación de buenas experiencias de ciudades a lo largo de todos los continentes.

La ciudad india de Mumbai, por ejemplo, informó que sus planes para alcanzar cero emisiones netas de gases invernadero cuentan con un presupuesto de 25 500 millones de dólares para 2025-2026 destinado especialmente a energía renovable y a la construcción.

Chengdu, una de las megaciudades de China, apoya 32 de sus comunidades a eliminar sus emisiones con energía solar y reformas de los edificios.

Londres, bajo la gestión de Sadiq Khan, logró reducir la contaminación del aire a un punto que se preveía alcanzar solo dentro de 200 años.

En Accra, capital de la Ghana, en África, el problema de los residuos sólidos sigue preocupante, pero la recolección de la basura aumentó de 75 % a 87 % en dos años y el reciclaje de 5 % a 18 %.

Pero datos impresionantes indican un fuerte enganche la cultura artística con la acción climática, en 45 ciudades creativas que participan en un Foro cultural mundial. El 88 % de las grupos culturales colaboran con las autoridades ambientales y 76 % apoyan la descarbonización de los transportes.

En Brasil un grupo de 3 organizaciones sociales identificó y compiló el Banco de Soluciones Climáticas con 55 casos ejemplares de acciones en energía, transporte, infraestructura urbana, agua, agricultura, sistemas alimentarios y otros rubros.

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El Sur global puede reequilibrar la agenda climática en Belém

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Por Joyce Chimbi / Inter Press Service – El principal negociador de Gambia en materia de mitigación cree que la 30 Conferencia de las Partes (COP30) sobre cambio climático ofrece una oportunidad única para reequilibrar el liderazgo climático mundial.

«Esta COP no puede quedar envuelta en la vaguedad. Hay demasiado en juego», afirma Malang Sambou Manneh en una entrevista con IPS, cuando se acercan las nuevas negociaciones sobre el clima. Identificó una amplia gama de cuestiones que se espera que definan las COP30, que acogerá la ciudad de Belém do Pará, en el norte de Brasil, entre el 10 y el 21 de noviembre.

La comunidad climática mundial se congregará por primera vez en la Amazonia, la selva intacta más grande del mundo, donde viven más de 24 millones de personas solo en Brasil, incluidos cientos de pueblos indígenas. Aquí, los delegados se enfrentarán cara a cara con la realidad del cambio climático y verán lo que está en juego.

La COP30, la cumbre anual sobre el clima de las Naciones Unidas, promete ser inclusiva y centrada en las personas. Pero con una geopolítica fragmentada y frágil, las negociaciones para alcanzar el mejor acuerdo climático no serán fáciles.

Sambou, un destacado negociador climático que ha asistido a todas las COP, afirma que un Sur global unificado está a la altura de la tarea.

El entrevistado, Malang Sambou Manneh, en una actividad con las becarias de She-Climate en su país, Gambia. Imagen: Clean Earth Gambia / Facebook

Destacó en particular la necesidad de un «enfoque inquebrantable en la mitigación o en las acciones para reducir o prevenir las emisiones de gases de efecto invernadero».

El problema de la financiación climática

Consideró que el Programa de Trabajo sobre Mitigación es fundamental, ya que es un proceso establecido por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) en la COP26 para ampliar urgentemente la ambición y la implementación de los esfuerzos para mitigar el cambio climático a nivel mundial. Esa COP se celebró en la ciudad escocesa de Glasgow en 2021.

Sambou habló sobre las diferencias entre la COP30 y las conferencias anteriores por las especiales expectativa del Sur global, el problema de los combustibles fósiles y la tantalesca financiación climática.

Detacó que «al igual que ocurrió en Bakú, Azerbaiyán, con la COP29, Belém será una ‘COP financiera’, ya que la financiación climática sigue siendo el principal obstáculo. Las negociaciones serán difíciles, pero preveo un mejor resultado en esta ocasión».

Se espera que pronto se publique la Hoja de ruta de Bakú a Belém hacia 1,3 billones (millones de millones) de dólares, en la que se esboza un marco de las presidencias de la COP29 y la COP30 para ampliar la financiación climática para los países en desarrollo hasta al menos 1,3 billones de dólares anuales para 2035.

A diferencia de conferencias anteriores, la COP30 se centra en cerrar la brecha de ambición identificada por el Balance Mundial, una revisión periódica que permite a los países y otras partes interesadas, como el sector privado, hacer un inventario para evaluar el progreso colectivo del mundo en el cumplimiento de sus objetivos climáticos.

El primer balance se completó en la COP28 en 2023, celebrada en Dubái, revelando que los esfuerzos actuales son insuficientes y que el mundo no está en camino de cumplir el Acuerdo de París, alcanzado en la capital francesa en la COP21, en 2015.

Oportunidades de acción climática sostenibles

Pero aunque el Acuerdo de París, un tratado internacional jurídicamente vinculante sobre el cambio climático, partió con muy buen pie cuando entró en vigor en noviembre de 2016, esa unidad está hoy lejos de estar garantizada.

Siempre iba a ser difícil encontrar oportunidades de acción climática sostenibles y de gran impacto en medio de la turbulencia geopolítica. El presidente Donald Trump no solo retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, sino que ahora se ha reactivado en contra de los programas climáticos y apoya firmemente los combustibles fósiles. Y peor aún hay quienes escuchan su mensaje.

Sambou afirma que, aunque esta postura «podría afectar a la transición de los combustibles fósiles a las energías limpias, son muchos más los países que están a favor de las energías renovables que los que se oponen a ellas».

«Pero las cuestiones energéticas son complejas porque los combustibles fósiles han sido una forma de vida durante siglos, y los países desarrollados los han aprovechado para acelerar su desarrollo», renoce.

Más tarde, añade, «los países en desarrollo también comenzaron a descubrir su petróleo y gas, pero no deben tocarlos para acelerar su propio desarrollo y, en cambio, deben pasar a las energías renovables. Es una situación compleja».

Ilham Aliyev, presidente de Azerbaiyán, describió el petróleo como un «regalo de Dios» en la COP29 para defender la dependencia de su país de los combustibles fósiles a pesar de las preocupaciones por el cambio climático.

Transición energética

Esta declaración pone de relieve la complejidad de la situación, sobre todo porque se produjo solo un año después de que el histórico Consenso de los Emiratos Árabes Unidos, logrado en Dubái con gran esfuerzo en la COP28, incluyera la primera referencia explícita a «transición para abandonar todos los combustibles fósiles en los sistemas energéticos» en un acuerdo de la COP.

Como negociador, Sambou afirma que es muy consciente de esta dinámica, pero aconseja que la comunidad internacional «no combatirá con éxito los combustibles fósiles diciendo que son malos y perjudiciales; debemos hacerlo a través de la tecnología».

«Mostrando alternativas que funcionan, esta es una oportunidad para que el Sur global tome la iniciativa y presente las mejores prácticas en materia de energías renovables», aduce.

Y parece que hay pruebas que respaldan su optimismo. Un informe reciente muestra que la adopción de las energías renovables superará a la generación de carbón por primera vez en la historia en la primera mitad de 2025, y que la energía solar y eólica superarán el crecimiento de la demanda.

En esta ocasión, el Sur global tiene mucho trabajo por delante, ya que se espera que dé un paso al frente y proporcione el liderazgo que tanto se necesita, mientras los líderes occidentales se retiran para abordar los problemas urgentes de sus países, definidos por la escalada de las crisis económicas, los problemas de inmigración, los conflictos y el malestar social.

Sambou ve oportunidades en el liderazgo del mundo en desarrollo, especialmente a medida que se acumulan las pruebas científicas sobre los efectos de la crisis climática.

La Organización Meteorológica Mundial prevé que se mantengan las temperaturas globales récord, lo que aumentará los riesgos climáticos y podría marcar el primer quinquenio, 2025-2029.

Sambou afirma que no todo está perdido a la luz de los nuevos y ambiciosos planes de acción climática nacionales o las contribuciones determinadas a nivel nacional, las NDC.

En septiembre venció el plazo para presentar un nuevo conjunto de estas contribuciones, que servirán de guía para las negociaciones de la COP30.

En busca de soluciones escalables

Cada cinco años, se pide a los gobiernos signatarios del Acuerdo de París que presenten nuevos planes nacionales sobre el clima en los que se detallen objetivos más ambiciosos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de adaptación.

«La ambición nunca ha sido un problema; lo que sigue siendo una cuestión apremiante es la falta de aplicación. Los planes de acción no pueden aplicarse sin financiación. Por eso es preocupante la fragmentación política actual, ya que si alguna vez ha habido un momento para permanecer unidos, es ahora. La supervivencia de la humanidad depende de ello», subraya.

Y añade: «En lugar de limitarnos a establecer nuevos objetivos en Belém, esta vez es mejor que impulsemos unas pocas soluciones escalables, compromisos de los que podamos responsabilizarnos firmemente, que 200 páginas de resultados que nunca se traducirán adecuadamente en acciones climáticas».

A pesar de los numerosos retos que se plantean y de dar un paso adelante y dos atrás aquí y allá, desde el corazón de la selva amazónica, se espera que el énfasis de la COP30 en el papel fundamental de los bosques tropicales y las soluciones basadas en la naturaleza impulse de manera significativa las medidas en favor del crecimiento medioambiental y económico.

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Elon Musk ofrece un billón de dólares por cambiar el nombre de Wikipedia

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El dueño de X, aprovechó el pedido de Wikipedia de donaciones, para burlarse de la enciclopedia libre.

Elon Musk en varias ocasiones ha menospreciado a los contenidos que se encuentran en la enciclopedia libre Wikipedia. Recientemente el magnate aseguró que donaría un billón de dólares si la plataforma se cambia el nombre a Dickipedia (o Penepedia, siguiendo el juego de palabras en inglés.)

La oferta la realizó a través de su cuenta de X, ante el clásico mensaje del sitio web de la enciclopedia solicitando donaciones a sus usuarios para seguir subsistiendo. Este fue firmado por Jimmy Wales, su fundador, y en él se aclara que el sitio no está en venta, pero solicita aportes de 2 dólares para The Wikimedia Foundation, una organización sin ánimo de lucro cuya financiación está basada en donaciones.

Uno de los mensajes de Musk, mostraba un emoji durmiendo, mientras que otro afirmaba, en tono de burla, que su sugerencia sobre el cambio de nombre era “en aras de la precisión”, exponiendo su desconfianza en cuanto a la fiabilidad del contenido que se sube a esta plataforma.

Años atrás, el empresario no tuvo ningún reparo en pedir cambios en un artículo sobre él que se encontraba en la enciclopedia web, porque no estaba satisfecho con todo lo que se decía ahí.

El desafío del periodismo ante la ironía del empresario

El periodista Ed Krassenstein preguntó si la plataforma podría aceptar los fondos y más tarde regresar a su nombre original, aceptando la propuesta irónica del empresario. A lo que el dueño de Tesla especificó que el cambio de nombre debería mantenerse por lo menos durante un año. Incluso pidió que incluya un emoticón de la vaca y otro con forma de excremento. Jimmy Wales no ha contestado ni parece que lo vaya a hacer.

¿Por qué Elon Musk ataca Wikipedia?

Elon Musk ha insinuado constantemente que Wikipedia tiene un sesgo izquierdista, comparándolo con medios de comunicación como The Washington Post, The New York Times y CNN, entre otros.

En otra oportunidad, cuestionó la solicitud de donaciones repetidas a los usuarios, alegando que no entendía por qué la Fundación Wikimedia deseaba “tanto dinero”. “Ciertamente, no es necesario para operar Wikipedia. ¡Literalmente puedes colocar una copia del texto completo en tu teléfono! Entonces, ¿para qué es el dinero? Las mentes inquisitivas quieren saber”, advirtió.

Sin embargo, Wikipedia sostiene que los gastos de la fundación superan los 146 millones de dólares, de los cuales un 45% se destina a mejoras de ingeniería, desarrollo de productos, diseño e investigación y soporte legal. Y un 32% se va a subvenciones, proyectos, capacitaciones, herramientas para la capacidad de los contribuyentes y apoyo para la defensa legal de los editores; un 13% va a costos administrativos y otro 12% a solventar los costos relacionados a la recaudación de fondos.

A lo que se suma que el pasado 13 de mayo de 2023, Musk y Wales, tuvieron una trifulca en X, después de que el segundo acusó a primero de haber cedido ante el gobierno turco y de restringir contenido en su red social. Esto lo hizo a través de un tweet en el que señalaba que al magnate “no le importa la libertad de expresión si interfiere con ganar dinero”.

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La transformación de la economía mundial: un vistazo al futuro de las transacciones

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A medida que avanzamos en el siglo XXI, el mundo financiero se está transformando de maneras que apenas podríamos haber imaginado hace unas pocas décadas. Desde la transición del bitcoin a dólar en mercados digitales hasta la adquisición de tecnología de vanguardia en el sector bancario, estamos presenciando una evolución que promete cambiar fundamentalmente la economía global.

El impacto de la digitalización en la banca

La digitalización está provocando un cambio de paradigma en el mundo de la banca. Los bancos tradicionales, que durante mucho tiempo han sido las piedras angulares de la economía mundial, ahora se encuentran en un proceso de adaptación, buscando adoptar y optimizar tecnologías digitales para mantenerse competitivos.

La inteligencia artificial y el aprendizaje automático están proporcionando a los bancos herramientas para mejorar su eficiencia, ofrecer servicios personalizados y reducir los costes operativos. 

Además, la tecnología blockchain promete proporcionar una mayor transparencia y seguridad en las transacciones, lo que es especialmente relevante en un mundo cada vez más globalizado y digital.

Neobancos: La ola del futuro

Mientras tanto, los neobancos están emergiendo como una fuerza a tener en cuenta en el sector financiero. Operando completamente en línea, estas instituciones financieras digitales están desafiando a los bancos tradicionales al ofrecer servicios eficientes, accesibles y a menudo más baratos.

Además de las ventajas obvias de comodidad y accesibilidad, los neobancos a menudo pueden ofrecer tasas de interés más competitivas y menores tarifas de transacción. Para los consumidores que viven en áreas donde los servicios bancarios tradicionales son limitados o inexistentes, los neobancos pueden proporcionar una alternativa vital.

Blockchain: La revolución de las transacciones

La tecnología blockchain ha sido una de las mayores disruptoras en el mundo financiero en los últimos años. Originada con la criptomoneda Bitcoin, la blockchain promete una transparencia, seguridad y eficiencia sin precedentes en las transacciones.

Esta tecnología descentralizada permite la creación de registros de transacciones inmutables, verificables y permanentes. Para las empresas e instituciones financieras, esto significa una mayor seguridad y eficiencia en las transacciones, especialmente en las transacciones internacionales, donde la falta de un marco regulatorio unificado puede ser un desafío.

La ascensión de la economía compartida

Quizás una de las transformaciones más notables en la economía mundial es el auge de la economía compartida. Plataformas como Airbnb y Uber han demostrado que el concepto de compartir recursos puede ser no solo viable, sino también increíblemente lucrativo.

La economía compartida está cambiando la forma en que pensamos sobre la propiedad y el consumo. Está proporcionando oportunidades para generar ingresos a personas que no las tendrían de otra manera, y está creando una nueva generación de empresarios digitales.

La influencia de las tecnologías emergentes

La adopción de tecnologías emergentes no se limita a la banca y las finanzas. En casi todas las industrias, las empresas están buscando aprovechar los avances tecnológicos para mejorar la eficiencia, reducir costes y ofrecer mejores productos y servicios.

En la sanidad, por ejemplo, la tecnología de telemedicina está permitiendo a los pacientes acceder a atención médica de calidad desde la comodidad de sus hogares. En el comercio minorista, las tecnologías de comercio electrónico y analíticas están permitiendo a las empresas personalizar su oferta y llegar a los consumidores de formas nuevas y emocionantes.

Un vistazo al futuro financiero

A medida que avanzamos en este nuevo milenio, las posibilidades parecen ser infinitas. La economía mundial está cambiando de formas que eran inimaginables hace solo unas pocas décadas, y estas transformaciones están creando oportunidades emocionantes y desafíos significativos.

Las empresas que logren adaptarse a estos cambios emergentes y aprovechar las nuevas tecnologías serán las que triunfen en la economía del futuro. Sin embargo, estos cambios también traerán consigo nuevos desafíos y cuestiones éticas que deberán ser abordados. A medida que nos adentramos en este emocionante nuevo mundo, será fundamental mantener una mentalidad de adaptabilidad, innovación y responsabilidad.

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