Naciones avanzan en tratado para limitar contaminación por plásticos

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Escribe Alejandra Cuéllar de Dialogo Chino – Tras las conversaciones de París, los delegados de más de 170 países se comprometieron a escribir un borrador del acuerdo jurídicamente vinculante para finales de 2023

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os delegados de más de 170 países fijaron un plazo para redactar el tratado de las Naciones Unidas para acabar con la contaminación por plásticos, tras las negociaciones que terminaron el 2 de junio en París.

Este es un paso importante para lo que se convertirá en el primer acuerdo mundial para regular el plástico, con un borrador inicial que se elaborará antes de noviembre, cuando las naciones vuelvan a reunirse en Kenia.

Las conversaciones de París establecieron un plazo ambicioso para el tratado en un momento crucial, ya que los países se enfrentan a crecientes problemas de residuos tanto en tierra como en los océanos, así como a la preocupación cada vez mayor por los problemas de salud relacionados a los plásticos y las sustancias químicas utilizadas para su fabricación.

“Estamos trabajando a contrarreloj, tenemos que acabar con la contaminación del plástico”, dijo Inger Andersen, Directora Ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en la apertura del evento. En última instancia se declaró “alentada por los avances”, pero instó a los países a mantener este impulso.

“El mundo reclama un acuerdo que sea amplio, innovador, inclusivo y transparente… y que garantice el apoyo a los países en desarrollo”, dijo Andersen, señalando la necesidad de replantear de manera sistémica el diseño y el uso del plástico para que la justicia sea un aspecto central.

Los miembros del Comité Internacional de Negociación (INC por sus siglas en inglés) sobre la contaminación por plásticos, tienen ahora de poco más de cinco meses para elaborar el primer borrador del tratado antes de reunirse en Nairobi. Los países ya habían fijado en 2022 el ambicioso objetivo de firmar un acuerdo definitivo y jurídicamente vinculante para finales de 2024.

En poco más de medio siglo, los plásticos se han convertido en una presencia casi omnipresente en la vida moderna. Son baratos y han mejorado de muchas maneras la calidad de vida en todo el mundo, pero la contaminación causada por sus residuos es ahora imposible de ignorar.

La producción mundial de plástico ha pasado de menos de 2 millones de toneladas en 1950 a casi 400 millones en la actualidad. Menos del 10% de los productos plásticos se reciclan, y grandes cantidades de residuos acaban en vertederos, incineradoras o en el medioambiente.

Según un informe publicado por la organización WWF en mayo, cerca de la mitad del plástico se destina a productos de corta duración o de un solo uso, la mayoría de los cuales se consumen en países de renta alta y media-alta, y que tardan cientos de años en degradarse.

“Si no actuamos ahora mismo, la situación no hará más que empeorar”, declaró Marco Lambertini, Enviado Especial de WWF, con motivo de la publicación del informe. “Si seguimos la trayectoria actual, en 2040 la producción mundial de plásticos se duplicará, las fugas de plástico a nuestros océanos se triplicarán y el volumen total de contaminación por plástico en nuestros océanos se cuadruplicará. No podemos permitir que esto ocurra”.

En medio de la proliferación del plástico, crece la preocupación no sólo por la salud del medioambiente, sino también por la de los seres humanos. Según un estudio de la Universidad de Medicina de Viena, los seres humanos pueden estar ingiriendo en promedio 5 gramos de microplásticos a la semana —aproximadamente el peso de una tarjeta de crédito— a través de los alimentos, el aire y el agua, lo que provoca problemas de salud con repercusiones a largo plazo que aún se desconocen.

Dada la magnitud de este problema internacional, expertos temen que el tratado no tenga el alcance, la ambición y las medidas rigurosas suficientes para abordar sus diversos aspectos.

Un nuevo documento de Chatham House y la Asociación Mundial para el Agua sostiene que, si bien el tratado sobre los plásticos servirá como herramienta crucial para mejorar la gobernanza mundial del material, un acuerdo internacional al estilo del “Acuerdo de París” puede fracasar, basándose en las lecciones aprendidas de las negociaciones sobre climáticas.

“Es posible que el tratado no pueda abordar todos los problemas de la contaminación por plásticos, y en ese caso los gobiernos nacionales tendrán que seguir haciendo la parte más dura del trabajo”, afirmó Niamh Brannigan, responsable de comunicación de la Asociación Mundial para el Agua. En su opinión, su posible impacto podría verse limitado, entre otros factores, por la falta de datos fiables sobre la contaminación por plásticos, así como por la “falta de alineación” de las prioridades económicas y las infraestructuras de los distintos países.

Por otra parte, observadores han expresado su preocupación por el hecho de que se centre la atención en el reciclado de plásticos y la gestión de residuos, en lugar de hacer frente a una producción cada vez mayor y promover una reducción de su uso.

En un documento de 2021, Tallash Kantai, investigadora del Centro Strathclyde de Derecho y Gobernanza Medioambientales de la Universidad de Strathclyde, afirma que ocuparse del plástico sólo cuando se convierte en residuo y confiar en el reciclaje como solución milagrosa, “podría dejar al mundo en un ciclo de residuos interminable”.

Los países latinoamericanos han tenido hasta ahora una presencia y un papel significativos en los debates del tratado, encabezados por el economista peruano Gustavo Meza-Cuadra, que ha presidido el INC sobre contaminación por plásticos durante sus dos primeras sesiones. Al parecer, tras la reunión de noviembre en Nairobi, la presidencia pasará a Luis Vayas, viceministro de Asuntos Exteriores de Ecuador.

Se espera que el tratado se firme bajo una presidencia latinoamericana o caribeña del INC, según Gonzalo Muñoz, empresario chileno y miembro de la secretaría de dicho comité, que ha sido representante de América Latina durante las negociaciones. Dijo que esto enfatiza la posición central que la región ha desempeñado en el proceso del tratado.

“Hay países que destacan por su presencia en voz y liderazgo en esta materia”, dijo Muñoz. “Chile, Ecuador y Colombia han tenido históricamente un nivel de avanzada en estos temas”.

Alejandra Cuéllar es editora de Diálogo Chino para México y América Central

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Sri Lanka prohibió productos plásticos no biodegradables de único uso, para cuidar el medio ambiente

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El gobierno de Sri Lanka prohibió hoy de manera total los productos plásticos no biodegradables de un solo uso, como medida de protección del medio ambiente, entre otras razones por la muerte de elefantes y ciervos salvajes causada por residuos plásticos, se informó oficialmente.

Según el portavoz del gabinete y ministro de Medios, Bandula Gunawardana, la fabricación y venta de productos de plástico, como cubiertos, vasos o flores artificiales, entre otros, “estarán prohibidas en el país a partir de junio”.

La medida responde a las recomendaciones de un comité de expertos, nombrado algunos meses atrás para estudiar “el impacto de los residuos plásticos en el medio ambiente y la fauna”.

En el país, las bolsas de plástico no biodegradables están prohibidas desde 2017 debido a “preocupaciones relacionadas con inundaciones repentinas”, consignó la agencia de noticias AFP.

Asimismo, la importación de cubiertos, vasos, envoltorios de alimentos e incluso juguetes de plástico está prohibida desde 2021 debido a “varias muertes de elefantes y ciervos” en el noreste de esta isla asiática.

Los animales fallecidos se habían alimentado en vertederos de basura al aire libre y las autopsias de sus cuerpos revelaron que “habían ingerido cantidades de plásticos mezclados con desperdicios de alimentos”.

Motivado por estos hechos, a partir de hoy la fabricación y venta locales de productos de plástico de un solo uso tampoco será permitida en el país.

La máxima autoridad de Sri Lanka en relación con los elefantes asiáticos, Jayantha Jayewardene, recibió “con satisfacción” la medida, pero consideró que la prohibición “debería aplicarse también a las bolsas de plástico biodegradables”.

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Conforman un consorcio petroquímico para promover el reciclaje sustentable del plástico

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Entidades y compañías de la industria petroquímica conformaron un consorcio de investigación, exploración de alternativas y coordinación de protocolos, para promover el reciclado y recuperación del plástico en el país.

Es el primer consorcio de este tipo entre empresas líderes y entidades de la Argentina, que participan de las distintas etapas de la cadena de valor de los envases plásticos con el objetivo de abordar los desafíos de la economía circular de los plásticos a nivel nacional,.

La idea es llevar adelante un proyecto de reciclado químico (pirólisis), que sería de gran valor agregado y complementario a las actividades de reciclaje mecánico existentes en el sector, informó hoy el Instituto Petroquímica Argentino a dar a conocer la confirmación del consorcio.

El acuerdo alcanza al Instituto Petroquímico Argentino (IPA), Ecoplás (Entidad Especializada en Plásticos y Medio Ambiente) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet); y empresas como YPF, Dow Argentina, PetroCuyo, BASF Argentina, Pampa Energía, Air Liquide Argentina, Braskem Argentina y Benito Roggio ambiental,

En el lanzamiento de la iniciativa se explicó que las nuevas tecnologías de reciclado, como el químico, llevarían el rendimiento a un nivel superior y aceleraría la economía circular de los residuos plásticos posconsumo, especialmente con aquellos que poseen cierta complejidad para su reciclado vía mecánica.

El proceso de reciclado químico a partir de pirolisis es una solución innovadora que le brinda un mejor destino a aquellos residuos plásticos que no pueden ser procesados a través del reciclado convencional.

Esta tecnología utiliza altas temperaturas, cercanas a las 500°C, para convertir residuo plástico en un producto líquido con valor agregado, que puede ser utilizado como combustible alternativo para motores de baja complejidad, por ejemplo, para alimentar generadores eléctricos.

Este líquido también puede continuar su transformación química en una Refinería o Complejo Petroquímico y de esta manera obtener combustibles de alta calidad o productos químicos que regresen a la cadena de valor de los plásticos, cerrando así el circuito de la economía circular.

Según un informe conjunto, entre la Facultad de Ingeniería de la UBA (FIUBA) y Ecoplas, el 47% de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) son generados en la Ciudad de Buenos Aires y los 47 municipios del conurbano; lo cual de ese total se considera que entre el 12 y 15% son plásticos.

De esta manera, se estima que en Argentina existiría disponibilidad de residuos plásticos como para alimentar 23 plantas de reciclado químico de 25.000 toneladas/año cada una.

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