SEQUIA

Hemisferio sur se secó más que el norte en los últimos 20 años

Compartí esta noticia !

Por Renata Fontanetto en SciDevNet – El hemisferio Sur es el que más contribuyó al declive mundial de la disponibilidad hídrica terrestre en las dos primeras décadas de este siglo, revela un artículo en Science.

Esta reducción genera presión sobre los ecosistemas debido a la posibilidad de más sequías o inundaciones, la consiguiente emisión de dióxido de carbono almacenado en plantas y también impacta sobre los sistemas alimentarios.

Según el estudio, las áreas más afectadas son América del Sur, África, y el centro y noroeste de Australia.

La estimación de la disponibilidad hídrica en la Tierra es el resultado de la diferencia entre el agua de lluvia que cae a la tierra y el agua capturada en la atmósfera por el proceso de evapotranspiración, es decir, la evaporación del agua en el suelo junto con la transpiración de las plantas. El agua terrestre disponible se almacena en cuencas hidrográficas, ríos y acuíferos.

En las últimas décadas, cambios en el régimen de lluvias y fenómenos climáticos derivados de procesos oceánicos y atmosféricos, principalmente El Niño Oscilación del Sur (Enos), modificaron este ciclo, dice el estudio.

Esto ejerció más presión sobre los sistemas hídricos, aunque no se conoce con precisión cuánto están cambiando las reservas y qué causas contribuyen más al problema a nivel global.

Para comprender la magnitud de la situación, la investigación combinó datos de 2001 a 2020, derivados de imágenes satelitales de cuencas hidrográficas, información sobre niveles de lluvia, evapotranspiración y niveles de los ríos.

“El declive global en la disponibilidad de agua proviene principalmente del hemisferio Sur. En 20 años, el declive en el Sur fue de 70 milímetros de agua por año, lo que equivale a una reducción del 20 por ciento”, dijo a SciDev.Net el primer autor del estudio, el geógrafo Yongqiang Zhang, de la Academia China de Ciencias.

En el hemisferio norte, en cambio, el estudio indica una reducción de 12 milímetros por año.

Las causas varían. Por ejemplo, en áreas áridas del Sur, el motivo es el aumento de la evapotranspiración, mientras que en áreas húmedas, como en la Amazonía, los niveles de lluvia están disminuyendo. En comparación, el hemisferio Norte mostró estabilidad en la disponibilidad hídrica a pesar de tener casi 50 por ciento más de tierras que el Sur.

Dado que la lluvia es uno de los componentes principales de la ecuación, el artículo advierte que ENOS es un importante determinante para las fluctuaciones en los niveles de lluvia en varios lugares del hemisferio Sur, “con alta disponibilidad de agua durante La Niña y baja disponibilidad de agua durante El Niño”.

“Con los cambios climáticos y el empeoramiento de la intensidad de El Niño, es posible que la disponibilidad hídrica en el hemisferio Sur baje más”, señala Zhang.

En un análisis firmado en la misma edición de Science, el hidrólogo Günter Blöschl, de la Universidad Técnica de Viena (Austria), y el ingeniero ambiental Pedro Chaffe, de la Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil), evalúan las consecuencias de la reducción hídrica señalada por Zhang y colaboradores.

Afirman que cuando los niveles de agua en ríos y acuíferos disminuyen considerablemente, diferentes ecosistemas y poblaciones experimentan condiciones de sequía.

Además de las variaciones a lo largo de las décadas, los autores destacan la importancia de considerar la disponibilidad hídrica en plazos cortos de unos pocos meses para entender la dinámica de las sequías e inundaciones.

“Más sequías e inundaciones representan una aceleración de la parte terrestre del ciclo del agua (almacenamiento y movimiento más rápido del agua entre la tierra, el océano y la atmósfera)”, explican.

Para reducir los efectos catastróficos de sequías e inundaciones más frecuentes, Blöschl y Chaffe enumeran algunas iniciativas, como la construcción de embalses, desviaciones de riego para la agricultura, mejoras en el sistema de captación de agua de lluvia para recargar aguas subterráneas, así como el cultivo de alimentos que requieran menos agua.

El ingeniero ambiental brasileño Vinicius Chagas, estudiante de posgrado en la Universidad Técnica de Viena orientado por Blöschl y Chaffe que no participó del estudio de Science, evalúa que el mayor mérito del artículo fue mostrar precisamente las diferentes condiciones de cambio climático.

“Puede esperarse que los cambios en las próximas décadas tengan una variación mucho mayor en el Sur, porque es donde hay más océanos que influyen en las condiciones terrestres. El punto clave es que tenemos menos previsibilidad sobre lo que sucederá en el futuro”, señala a SciDev.Net.

Para Chagas, las obras de infraestructura que almacenan y transfieren agua a largas distancias pueden ser una vía eficiente, así como los modelos de simulación de escenarios. Sin embargo, en su evaluación, para mejorar la previsibilidad de los modelos se necesitan más datos de medición por satélite.

Renata Fontanetto periodista científica radicada en Río de Janeiro
Compartí esta noticia !

Pérdidas por desastres naturales se disparan en 2023 y ya han costado más de 120,000 millones de dólares a nivel mundial

Compartí esta noticia !

En el primer semestre del 2023, las catástrofes naturales ya han costado más de 120,000 millones de dólares a nivel mundial, de acuerdo con Swiss Re, siendo Latinoamérica y el Caribe una de las regiones más impactadas. Tan solo en lo que llevamos de 2023 se contabilizan siete grandes desastres naturales en la región, entre los que se encuentran los incendios de Chile, las seguías de Uruguay, las inundaciones de Argentina, entre otros. 

Ante este panorama y en el marco del Día Mundial de la Prevención de Catástrofes Naturales (13 de octubre), vuelve a ser relevante algunas conclusiones del Informe Global de Riesgos 2023, publicado por el World Economic Forum y Marsh Mclennan, donde las empresas latinoamericanas coinciden en que la principal amenaza para sus negocios en los próximos diez años son los fenómenos meteorológicos extremos, siendo crítica la preparación y construcción de resiliencia para una región que, a lo largo de la historia, ha enfrentado una serie de desastres naturales devastadores que han dejado cicatrices profundas y costos económicos considerables. 

Tan solo hay que ver que, en 2022, las pérdidas materiales a nivel mundial ocasionados por los desastres naturales ascendieron a 270.000 millones de dólares. Una gran parte de esos daños se concentraron en Estados Unidos y Cuba, donde solo el huracán Ian, que afectó a ambos países, causó daños valorados en más de 100.000 millones.

A esto sumemos que la inflación se ha disparado en los dos últimos años, alcanzando un promedio del 7% en las economías avanzadas y del 9% en las economías emergentes, lo que ha tenido como consecuencia el incremento en  el valor nominal de los edificios, equipos y otros bienes asegurables.

El costo que estos desastres naturales no es solamente en propiedades sino también en vidas y el total es realmente impactante, más de 10.000 personas en 2021 y pérdidas materiales por $280.000 millones en 2021, de los cuales solo aproximadamente $120.000 (43%) fueron cubiertos por (rea)seguros, de acuerdo a Guy Carpenter, líder global de corretaje de reaseguros y negocio de Marsh McLennan.

“A pesar del creciente interés en gobiernos de todo el mundo por situar la vulnerabilidad climática en la agenda pública, así como de las evidencias científicas sobre el impacto de la actividad humana en el cambio climático, la realidad es que los riesgos Medioambientales no están siendo identificados ni cuantificados correctamente, por lo que la capacidad de resiliencia y respuesta antes crisis es, en términos generales, sigue siendo aún muy limitada”, comenta Gerardo Herrera Perdomo, líder regional de Consultoría de Riesgos y Riesgos ESG para Marsh  Latinoamérica y El Caribe. “El camino hacia la verdadera sostenibilidad no es posible sin un manejo adecuado de los riesgos “E“, añade. 

La clave es la colaboración público-privada

La capacidad de anticipación, prevención, protección y respuesta ante los eventos catastróficos debe ser parte del compromiso con la sostenibilidad global, y un objetivo prioritario para gobiernos y como sector privado. 

“El pequeño comercio, la gran industria, los gobiernos, las personas… ninguno podemos hacer frente a estas catástrofes solos. Por eso la colaboración es más necesaria que nunca. Estamos convencidos de que una distribución apropiada del riesgo entre asegurados, re/aseguradores y Estados, es la mejor respuesta a estos riesgos”, aclaró Country Head País.

Marsh McLennan, firma líder global en riesgos, estrategia y personas, lleva 40 años promoviendo esta colaboración público-privada, desarrollando herramientas y soluciones capaces de mitigar y gestionar mejor estos riesgos catastróficos y complejos, que se han mostrado especialmente efectivas para terremotos, inundaciones, huracanes y terrorismo, entre otras. Todas estas soluciones de mitigación facilitan:

  • Acceso a capital y coberturas de seguro para empresas y particulares
  • Acceso de las aseguradoras a nuevos esquemas de reaseguro
  • Retorno de inversión, al aportar mayor confianza al mercado de capitales
  • Implantación de mejores medidas de prevención y de entendimiento/modelación del riesgo 

Respaldo de parte de las pérdidas (de forma más o menos limitada) por los gobiernos.

Compartí esta noticia !

Sequía= Saqueo

Compartí esta noticia !

En estos días sin dudas una de las situaciones más críticas en Latinoamérica ambientalmente es la crisis hídrica del hermano país de Uruguay. De ahí sale el título de esta nota, así se manifestaban un grupo de ciudadanos que se sentían: saqueados.

Edgardo Ortuño, director de Obras Sanitarias del Estado (OSE) de Uruguay, aseguró que la escasez de agua potable es la “situación más crítica” que enfrentó su país y criticó al Gobierno de Luis Lacalle Pou, por sus “decisiones políticas equivocadas” en la gestión de la crisis.
“Es la situación más crítica que enfrentó Uruguay, no hay registro de una dificultad en el abastecimiento de agua potable tan duradera y crítica como la que estamos viviendo”.
“Nunca existió un nivel tan bajo de reservas de agua dulce para el abastecimiento de la población metropolitana, están por debajo del 1%”, la situación que enfrentan 1.800.000 uruguayos, el 60% de la población total del país, es parte de lo que sucede con el cambio climático. 

Esto afecta en lo sanitario y en lo social porque muchas personas no tienen condiciones económicas para adquirir agua embotellada. Es que ante la escasez de agua dulce se la mezcló con agua del Río de la Plata que tiene alto nivel de salinidad, eso hace que el agua que sale de la canilla posee índices de salinidad que son desaconsejados para niños menores de 1 año, enfermos renales e hipertensos. Este mes salió en medios nacionales la terrible noticia de que empleados de un hospital fueron echados de sus trabajos por robar agua embotellada, estos aludieron que con sus magros salarios no podían hacer frente a dicho costo teniendo personas a su cargo con necesidades especiales.

 Al respecto hoy los ciudadanos uruguayos sienten que “fue un error la interrupción del proyecto de construcción de la represa de Casupá, que debió iniciarse en 2021“, pero es que se trata de decisiones políticas donde se priorizan otras necesidades y como buena parte del mundo deciden ignorar el cambio climático y su complejidad.

Como si no fuera suficiente esta crisis afecta también a la producción, por lo que verá disminuida su exportación de soja en un 63%, más los bajos precios, hacen prever que la situación empeorará a corto plazo. El impacto económico según previsiones del Ministerio de Ganadería, agricultura y Pesca (MGAP) de Uruguay será de al menos U$S1800 Millones, y es que se prevé que los números sigan empeorando a medida que se levanten las cosechas, la ganadería también está en crisis. 

En nuestro país también hay efectos serios por la sequía, la negociación que está llevando a cabo el ministro de Economía Sergio Massa con el Fondo Monetario, busca que el organismo tenga presente las pérdidas de U$S 20.000 millones según la Bolsa de Rosario, de granos solamente, lo cual afecta claramente nuestra balanza comercial. 

El Cambio Climático está aquí, los dirigentes políticos, empresariales, sociales, Sindicatos, etc., deben empezar a ver la totalidad de la foto, no solo la que le interesa a su actividad.

La gestión del Agua (recursos hídricos) debe hacerse de manera integrada y panorámica. La escasez de Agua también tiene que ver con la deforestación, el desvío de cursos de agua para diferentes producciones sin autorizaciones ni estudios ambientales, desaparición de humedales por diversas actividades económicas, que se hagan pozos de agua en forma clandestina sin autorizaciones ni registros, y la lista continua. 

Evitar y/o mitigar los efectos del cambio climático debe estar en la agenda de nuestros gobernantes, no solo declarativamente sino en los hechos haciendo uso de su poder de policía regulando y controlando las distintas actividades económicas privadas.

Escuché una frase que me impresionó y decía algo así: “Pensamos que el fin del mundo como lo conocemos sería a causa de la tercera guerra mundial con bombas nucleares, sin embargo, hoy en un mundo donde la naturaleza es cada vez más pequeña, la tercera guerra se va a producir por la escasez de los recursos naturales más básicos, el agua y la comida“. 

Es momento de acciones y no de intenciones. Hasta la próxima. 

Compartí esta noticia !

¡Agua, por favor!

Compartí esta noticia !

Uruguay en crisis hídrica, España con inundaciones, conflictos mundiales por ríos y países que oficializan el lanzamiento de radioactividad al mar. Todo esto en una semana y en un mismo mundo. El gran drama del H2O.

El vecino país charrúa está atravesando un duro contexto de faltante de agua. Según datos oficiales, le queda apenas el 1% de capacidad de abastecimiento hídrico, el cual podría alcanzar para menos de dos semanas. La preocupación aquí se eleva a la enésima potencia y las críticas apuntan a un gobierno nacional inactivo. En Montevideo, la poca agua potable que brota con un hilo de delgadez de las canillas capitalinas sale con un gusto salado, a tal punto que los uruguayos, con un tono irónico, oficializaron el nuevo “mate salado”. Protestas varias, abarrotamiento de supermercados en búsqueda de agua mineral (la cual se encuentra sobrevendida) y un sector agrario completamente empobrecido.

El atónito avance de esta sequía se conjuga con la falta de acción de política a largo plazo en término de resguardo ambiental y ese es el caso de Uruguay. Los habitantes de ese país se fugan hasta Argentina para comprar agua o inclusive alquilan en Entre Ríos, por ejemplo, y cruzan la frontera a su país de origen solamente para ir a trabajar. No hace falta ir a África para ver como el faltante de agua es parte del día a día de un país.

Por otro lado, cruzando el Atlántico, a España le pasa todo lo contrario. Mientras Lacalle Pou dice que, si no llueve en Uruguay, van a quedarse sin recursos hídricos, en la península Ibérica, el contexto es antagónico, inclusive. Fuertes lluvias torrenciales, seguidas de granizo, desataron una tormenta casi apocalíptica. Esto sucedió en la región de Zaragoza y provocó inundaciones masivas. Las calles se transformaron en ríos y la gente se tuvo que refugiar en los techos de sus autos para ser rescatados. Todo esto en el marco del fenómeno “El Niño”.

Casi como si fuera el mundo del revés, el significa de “agua” pareciera variar de país en país, y con ello la importancia que se le brinda. Solo basta con ver lo que sucede en Japón. Su gobierno nacional decidió tomar la medida de arrojar agua radioactiva al mar, agua, que, además, proviene de la central nuclear de Fukushima. El ejecutivo surcoreano respalda esta práctica cuasi – ecocida de Tokio, aunque su población no esté muy contenta. De hecho, las protestas se hicieron escuchar en las calles de Seúl, en contra de la contaminación del agua del mar. Dicha toxicidad genera miedo, a tal punto que se comienza a ver como una práctica habitual, el hecho de medir la radioactividad en los pescados que se comercializan en mercador surcoreanos.

Hace no mucho tiempo, Afganistán e Irán se fueron “a las manos” por varios cauces fluviales. Ríos fronterizos importantes generan recursos para esos países, y ante el afán de uno de ellos de poder quedarse con el excedente del otro, generó fuego cruzado en la frontera. Tal y como si fuese una frase hecha de finales del siglo XX y principios del siglo XXI, en donde se repetía hasta el hartazgo que “la próxima guerra va a ser por el agua”, hoy es realidad.

Varias cuestiones vienen a colación cuando uno va recorriendo el significado que se le da en distintas partes del mundo al agua. En principio, sequías y tormentas severas tienen un responsable: el cambio climático. El desmejoramiento de las condiciones ambientales guarda relación también con el calentamiento global. Esta etapa en la que nos encontramos mundialmente, va dictaminando que los temporales sean cada vez más fuertes. Eso explica porque una simple lluvia causas inundaciones en lugares en donde, habitualmente, no sucedían dichos fenómenos.

Esto, en medio de veranos ultra calurosos e inviernos polares, al menos en el hemisferio norte. Otra arista digna de análisis es el papel de los gobiernos. ¿Qué hace la clase política a nivel mundial para resguardar el ambiente? Es cierto que hay ejemplo de estados que toman cartas en el asunto sobre ese tema, como Misiones, en calidad de estado subnacional.

Sin embargo, en otras latitudes del mundo, al no haber previsibilidad a futuro de la protección ambiental, suceden situaciones críticas como las de Uruguay sin agua, o la contaminación indiscriminada de Japón. Este “estigma” en los gobiernos nivel mundial es algo recurrente. Donald Trump fue un crítico del cambio climático, y no por los efectos de este fenómeno, sino por dudar de su existencia. Con ese tipo de argumentos, no hay forma de sostener algún tipo de debate y, en parte, explica la desidia de cierta parte del mundo.

El trabajo gubernamental se basa en dos partes: la protección mediante leyes efectivas y la acción concreta de los organismos del Estado con un financiamiento que les de cintura en las intervenciones que realizarán. Asimismo, hay otro segmento que hay que tener en cuenta. La ciudadanía mundial. Aquí también hay posturas encontradas. El traspaso generacional viene con la conciencia climática a cuestas. Millennials y centennials son los apuntados para ir gestando ese cambio. Sin embargo, generaciones previas no toman este apartado como prioritario, y no es responsabilidad total de las personas. Quizás crecieron con cuestiones educativas nulas acerca del ambiente y eso motiva que hoy no sea un tema de agenda para ellos. Más allá de todo eso, hay cierta postura de cuidado del medioambiente con acciones como privilegiar los transportes no contaminantes, separación de residuos y reciclaje.

La única certeza aquí es que el agua es un bien natural del hombre. El ser humano no puede vivir sin agua y no se necesitan demasiados especialistas para poder respaldar esta afirmación. En otros tiempos, nuestros antepasados pasaron de ser nómades a sedentarios y, justamente, las grandes civilizaciones primarias tuvieron como característica a los ríos de los cuales se abastecían para poder nutrirse, dícese el Tigris, Éufrates y el Nilo.

Sea agua dulce, agua salá, el mundo no puede hacer pasar por desapercibido a la situación que actualmente se vive con el recurso hídrico.

¿Hasta cuándo disfrutaremos de un buen vaso de agua fría sin que eso signifique un lujo?

Compartí esta noticia !

Sequía: el sector cerealero-oleaginoso liquidó menos de la mitad que en 2022

Compartí esta noticia !

En el primer cuatrimestre del año, el sector cerealero-oleaginoso liquidó menos de la mitad que en 2022 por la sequía. Emergencia en municipios e impacto en tambos

Se siguen conociendo más datos del impacto de la histórica sequía en el campo y en las arcas del Estado en momentos en que el Gobierno nacional está más necesitado de divisas. Según el último informe de Ciara-CEC, en el primer cuatrimestre el sector cerealero-oleaginoso acumuló US$ 5.200 millones, menos de la mitad, 47,27%, de lo registrado en los primeros cuatro meses de 2022. Además, se declaró el estado de emergencia agropecuaria en 68 distritos de la Provincia de Buenos Aires y se estima que la producción en los tambos caerá hasta un 14%.Caída de la liquidación

Según el último informe de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), en el primer cuatrimestre de este año el sector cerealero-oleaginoso acumuló US$ 5.200 millones, cifra que resultó menos de la mitad, 47,27%, de lo registrado en el mismo período de 2022.

“El ingreso de divisas de abril es el refle jo de un mercado fuertemente afectado por la extrema sequía que ha reducido drásticamente las producciones de la cosecha fina, la producción de maíz de primera y la soja, esta última además con retraso de cosecha. A su vez, la inestabilidad del mercado cambiario condiciona el normal flujo de la oferta”, afirmaron desde Ciara y CEC en un comunicado.

Del total ingresado en abril, US$ 1.605 millones correspondieron a las liquidaciones realizadas bajo el denominado ‘dólar agro’.

El complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, aportó el año pasado el 48% del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

En ese contexto, el principal producto de exportación del país es la harina de soja, con el 14,2% del total, que tiene actualmente una elevada capacidad ociosa cercana al 50%.

Se estima que esta merma en la liquidación significó para las reservas del Banco Central una pérdida de unos US$ 6.000 millones de divisas menos en el primer cuatrimestre y se calcula que para todo 2023 las pérdidas superarán los US$ 18.000 millones.Emergencia agropecuaria

Ante las consecuencias de la sequía, el Ministerio de Economía declaró este miércoles (3/5) el estado de emergencia agropecuaria en distintos partidos y localidades d e la Provincia de Buenos Aires.

Las localidades en las que se estableció el estado de emergencia y/o desastre agropecuario son: desde el 30 de junio de 2022 y hasta el 31 de diciembre de 2022, en el Partido de San Cayetano; desde el primero de julio de 2022 y hasta 31 de diciembre de 2022, en el Partido de Azul; desde el primero de agosto de 2022 y hasta el 31 de diciembre de 2022, en algunas circunscripciones del Partido de Coronel Pringles; entre el primero de junio de 2022 y el 31 de marzo de 2023 en el Partido de Adolfo Gonzáles Cháves; desde el 30 de junio de 2022 y hasta el 31 de marzo de 2023 en el Partido de Tres Arroyos; desde el primero de julio de 2022 y hasta el 31 de marzo de 2023, en el Partido de General Pueyrredón, y desde el 1° de octubre de 2022 y hasta el 31 de marzo de 2023, en el Partido de Benito Juárez.

Asimismo, se prorrogó el estado de emergencia a las siguientes explotaciones agropecuarias: desde el primero de julio de 2022 y hasta el 31 de octubre de 2023, en el Partido de Necochea; desde el primero de octubre de 2022 y hasta el 31 de octubre de 2023, en el Partido de Saladillo; desde el primero de enero de 2023 y hasta el 31 de octubre de 2023, en los Partidos de Zárate, General Lavalle y General Pinto, desde el primero de abril de 2023 y hasta el 31 de octubre de 2023, en los Partidos de Marcos Paz, Cañuelas, General Belgrano, 25 de Mayo, Las Flores, Arrecifes, Baradero, Capitán Sarmiento, Carmen de Areco, Chacabuco, Colón, Campana, Exaltación de la Cruz, General Arenales, Junín, Ramallo, Rojas, Salto, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco, San Nicolás, San Pedro, Brandsen, Chascomús, General Las Heras, General Paz, La Plata, Luján, Magdalena, Pila, Punta Indio, San Vicente, Alberti, Bragado, Chivilcoy, Lobos, Mercedes, Monte, Roque Pérez, Navarro, Suipacha, 9 de Julio, General Viamonte, Lincoln, Leandro N. Alem, General Rodríguez, Pergamino, Maipú, Ayacucho, Castelli, Dolores, General Guido, Rauch, Lezama, Tordillo y en el Partido de Laprida.Tambos, también afectados

La sequía no solo afecta a las cosechas. El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) difundió un informe elaborado por el INTA Rafaela en el que se midió el impacto sobre los tambos.

La proyección para este año muestra una situación compleja financiera, sobre todo para establecimientos pequeños y medianos, porque con los valores actuales que reciben por litro no alcanzan a cubrir sus costos de corto plazo.

De acuerdo con el trabajo, el valor mínimo requerido para cubrir estos costos es de $87,9 por litro. Para medir el impacto de la seca, se establecieron dos escenarios, uno base y otro con sequía. En ninguno de los dos esquemas se llega a ese precio: el valor más cercano es el medido en establecimientos grandes, que reciben $83,2, por litro.

Para elaborar el escenario de sequía, se calculó una reducción forrajera de 12,6% para todo el año y una disminuc ión en la producción anual de leche, en base a la reducción en el plantel de vacas. El modelo permitió visualizar el mayor impacto en los establecimientos de pequeña escala.

En el escenario base, calcularon que un tambo de 118 cabezas con una producción diaria de 1.684 litros y un precio de $81,4 por litro, factura unos $54,3 millones al año. Pero si se aplica “el factor sequía”, el ordeñe por día cae a 1.448 litros (un 14% menos), al pasar a 112 vacas.

Además, la productividad por animal pasa de 18,5 litros/día a 16,7 litros/día. Con esta merma, los ingresos anuales de un tambo pequeño en 2023 caerán a $47 millones, un 13,4% menos, destacó el portal especializado Infocampo.

En el caso de los medianos, el golpe también es significativo. De una producción por día calculada en 3.528 litros, en base a un rodeo de 215 vacas, cae a 3.179 litros, con 204 cabezas. En ese contexto, la productividad por vaca cae de 21 litros diarios a 20 litros y la facturación -con una industria que paga $81,7 por litro- cae de $113 millones por año a $102 millones, un 9,8% menos.

Compartí esta noticia !

Categorías

Solverwp- WordPress Theme and Plugin