VEGANISMO

Una psiquiatra de Harvard, afirmó que comer carne es esencial para la buena salud mental

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La Dra. Georgia Ede una psiquiatra titulada en Harvard, afirmó que es necesario el consumo de carne, para mantener una buena salud mental. La profesional abrió el debate en redes.

La psiquiatra, Dra. Georgia Ede planteó que el consumo de carne es necesario para una buena salud mental, lo que provocó una ola de mensajes en redes, debatiendo sobre las expresiones de la profesional.

El interés de la profesional, se ve reflejado en los números que son cada vez más alarmantes de casos de jóvenes que de manera frecuente presentan síntomas de depresión y ansiedad, los cuáles recurren a consulta por sus comportamientos autolesivos, o intentos de suicidio. Así como ataques de pánico, psicosis, anorexia nerviosa. Además de las cifras en crecimiento de trastornos mentales, que se espera se tripliquen para el 2050 en todo el mundo. De allí, que la profesional centra sus estudios a la influencia de la dieta en estas afecciones mentales.  

La profesional, realizó sus planteos en base a varios estudios científicos, afirmando qué, hay dos tipos de dieta que la preocupan como dañinas y que están de moda. Una es “la dieta occidental”, que tiene una fuerte presencia de carbohidratos, grasas refinadas procesadas, alimentos ultraprocesados, edulcorantes, colorantes, la cual es bastante deficiente y produce mucho daño. Sin embargo las personas que prefieren una dieta mediterránea, mejoran notablemente los síntomas de depresión y ansiedad.

La dieta occidental, o “dieta triste” como la llama, con sus componentes profundiza la oxidación y la inflamación, por lo que tendría que ver con ciertos trastornos -aunque la especialista sostiene que aún la psiquiatría es niña con respecto a la relación entre la dieta occidental y sus efectos en la salud mental-, están aprendiendo sobre ella. Pero, algo que está comprobado es que los carbohidratos desestabilizan la química cerebral por una subida y bajada de la insulina en sangre, por una montaña rusa hormonal, que causa entre otras cosas el insomnio, la ansiedad, la necesidad de consumir más carbohidratos -adicción-, estrés, nerviosismo.

Otra de las dietas que preocupa a la especialista, es la dieta vegetariana, dieta vegana o dieta basada en plantas.  Sosteniendo que las comparaciones con las dietas que consumen alimento animal, no tienen un asidero, ya que estás incluyen carbohidratos y alimentos refinados. Lo justo al comparar este tipo de dieta basada en plantas, con una que incluye carne sería que la segunda sea saludable y sin aditivos, ni carbohidratos, ni azucares refinados. Una dieta omnívora sana, como la mediterránea, o la cetogénica.

La psiquiatra sostiene que si uno quiere gozar de buena salud mental, debería pensar en todos los micronutrientes que los alimentos de origen animal poseen. Además, las plantas poseen muchos antinutrientes, afectando la síntesis de otros alimentos que se consumen junto con ellos. La soja, que es la base de la alimentación a base de plantas, es un ejemplo de ello, ya que suele ser perjudicial para la absorción del yodo, además de afectar a la función tiroidea, la cual es imprescindible para una buena salud mental. Por ello la importancia de conocer cómo se comportan en el organismo el consumo de alimentos, más que nada de la síntesis de minerales y nutrientes claves para la salud mental, como el hierro, el zinc, el magnesio y la DHA (que se produce por grasas sanas).

En resumen, la psiquiatra expresa “Las plantas pueden darnos buenas proteínas, pero otros nutrientes esenciales es imposible obtenerlos de los vegetales”.  Y apunta que el consumo de carne es saludable, no necesariamente tiene que ser carne roja, cualquier tipo de carne animal puede aportar los nutrientes que el cerebro necesita.

El público que más le preocupa, es el femenino, porque es el culturalmente predispuesto a privarse de consumir carne y grasas, por cuestiones estéticas por sobre la salud, por compasión a los animales y al planeta. Pero resalta que esto es un riesgo, ya que las mujeres son las que alimentan los cerebros de la siguiente generación. Enfatizando la necesidad de conocer qué proporciona cada alimento, dejar de lado lo estético y pensar en la salud y el bienestar general.

Afirmando, además, que no consumir carne podría entre otras cosas favorecer a las afecciones mentales., no solo la depresión y la ansiedad, sino trastornos como el alzheimer, la esquizofrenia, etc.  “La carne es el único alimento que contiene todos los nutrientes que necesitamos en su forma adecuada y es el más seguro para mantener los niveles adecuados de azúcar e insulina”

 Pero ¿Qué dicen los estudios, que utilizó la psiquiatra?

Una investigación que analiza 18 estudios diferentes que abordan esta materia con más de 160.000 participantes demostró que hay una asociación entre no comer carne y una mala salud psíquica.

La mayoría y los estudios más confiables relacionaron dieta sin carne con depresión, ansiedad y comportamientos auto lesivos. En general, la evidencia sugiere que evitar la carne puede no ser una estrategia para mejorar la salud mental.

Otra investigación realizada en Brasil, que investiga la relación entre la dieta vegetariana y la depresión en adultos brasileños, con más de 14.000 participantes, encontró que Quienes no comen carne experimentan el doble de episodios depresivos que los consumidores de carne (razón de prevalencia entre 2.05 y 2.37).

El ajuste por factores sociodemográficos y de estilo de vida no modifica la asociación. Este resultado es Independiente de otros factores como el socioeconómico y el estilo de vida.

La ciencia, sostiene además que hay una correlación entre una dieta sin carne y riesgo de ictus.  Un estudio, que se llevó adelante durante 18 años de seguimiento, estableció que los vegetarianos tenían un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular hemorrágico (sangrado en el cerebro) en comparación con los consumidores de carne. El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular total (incluido el accidente cerebrovascular isquémico) también fue ligeramente mayor en los vegetarianos que en los consumidores de carne, un hecho sin duda alarmante.

Otra investigación realizada por 20 años en el Reino Unido, habla de la tendencia de las mujeres vegetarianas a sufrir fracturas de cadera. En este estudio, se muestra una mayor predisposición de aquellas mujeres vegetarianas a las fracturas de cadera, mientras que las que consumen carne o pescado, reducen significativamente este suceso. Un factor podría ser el menor peso corporal de las vegetarianas, que provocaría un mayor riesgo. Otro punto importante a destacar, es la edad, ya que las fracturas se producían a una edad más temprana que lo esperado, por ello esta investigación sugería realizar cambios en la dieta, para evitar riesgos futuros.

Otra de las fuentes utilizadas por la psiquiatra, establece que la anemia inducida por la falta de hierro está más presente si se obvia la carne de la dieta. Esta deficiencia afecta al 30% de mujeres en edad fértil del mundo y al 14% en España.

Otro estudio, demuestra que la capacidad de las personas para sobrevivir sólo comiendo vegetales tienen que ver con factores genéticos que afectan al metabolismo y a la función cerebral. Por este motivo, este tipo de dieta podría servir para algunas personas que tienen más tendencia genética a asimilar todos los micro y macro nutrientes de manera justa, para equilibrar sus necesidades, pero otros individuos no.

Si bien, elegir una dieta es una decisión personal, la psiquiatra advierte sobre los riesgos, la responsabilidad individual al elegir lo que se consume y la necesidad que a la hora de recurrir a estas dietas lo hagamos con la mayor información posible, así evitar enfermedades futuras.

¿Quién es la Dra Georgia Ede?

La Dra. Georgia Ede, es una psiquiatra formada en Harvard con certificado de especialidad y afincada en Northampton, Massachusetts, Estados Unidos. Esta psiquiatra se volcó a investigar sobre la nutrición surgió después de descubrir una nueva forma de comer que corrigió varios problemas de salud que desarrolló al principio de la cuarentena, incluyendo fibromialgia, migrañas, síndrome de fatiga crónica y síndrome del intestino irritable.

Ede obtuvo su grado en Biología en Carleton College en Minnesota. Por otro lado, trabajó durante siete años como asistente de investigación en los campos de la bioquímica, diabetes y curación de heridas. Se licenció en medicina en la Universidad de Vermont y realizó la residencia en psiquiatría general para adultos en el Hospital Cambridge en 2002.

Después de cinco años de medicina de familia, se unió a los Servicios Médicos de la Universidad de Harvard de 2007 a 2013 como personal de psicofarmacología y fue la primera psiquiatra allí en ofrecer consultas de nutrición como opción a los estudiantes, profesorado y personal con preocupaciones por la salud mental.

De 2013 a junio de 2018 fue la psiquiatra para el Smith College en Northampton, Massachusetts, donde proporcionó consultas nutricionales, además de medicación y servicios de psicoterapia a los estudiantes de Smith.

Con una vasta experiencia, la doctora dedica todo tu tiempo a la psiquiatría nutricional y dirige sus esfuerzos a estudiar, escribir y hablar sobre la fuerte conexión científica entre la comida y la salud del cerebro.

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El veganismo y su impacto en las tendencias plant-based: similitudes, diferencias y cómo pueden dialogar

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 El término “vegano” fue creado en 1944 por Donald Watson, un defensor inglés de los derechos de los animales y fundador de The Vegan Society, para describir a una persona que evita el uso de animales por razones éticas. Desde aquella época a hoy el fenómeno se fue masificando y, aunque la práctica más estricta del veganismo es significativa pero aún minoritaria, es palpable que su irradiación ha provocado que un número cada vez mayor de personas opte por reducir o eliminar los productos animales de su dieta, como uno de sus principales efectos culturales. 

Así, se nota desde hace un tiempo una mayor selección de opciones a base de plantas en las tiendas de comestibles, restaurantes, eventos públicos y cadenas de comida rápida. Algunas personas, de hecho, optan por una dieta “basadas en plantas”, mientras que otras utilizan el término “vegano” para describir su estilo de vida. Las diferencias entre estos dos términos son nítidas y pueden sintetizarse en que, por un lado, la tendencia plant based es un fenómeno eminentemente gastronómico, mientras que, por el otro, el veganismo supone todo un estilo de vida que, en forma integral, suprime cualquier hábito, no solo la comida, que suponga el uso de materias primas provenientes de animales muertos. 

Según la última edición de la investigación Taste  Tomorrow, realizada por Puratos en base a consultas con más de 20.000 personas en 50 países, los consumidores de Latinoamérica, especialmente en Argentina, están adoptando cada vez más dietas basadas en plantas. Taste Tomorrow es un estudio global sobre las tendencias de consumo en Panadería, Pastelería y Chocolatería. 

El informe destaca, por ejemplo, que “el 53% de los argentinos muestra un interés creciente en las opciones a base de plantas, especialmente en productos de panadería y repostería”. Esto refleja una tendencia mundial, que se sitúa en un 56%. Aunque Argentina está en línea con la media global, se encuentra por debajo de países como Perú con un 79%, Colombia con un 74%, o Brasil con un 73%.

Veganos y basados en plantas, las diferencias y el diálogo

Pese a que las diferencias entre vegano y los que solo consumen alimentos basados en plantas son marcadas, entre los estilos hay puntos compartidos. El cuidado del medio ambiente es, en ambos, uno de los grandes factores que empujan a su adopción. Por ejemplo, para producir 1 kilo de carne, se utilizan, aproximadamente, 15.000 litros de agua. Bajar los kilos per cápita favorece, entonces, al cuidado del agua, un bien que empieza a encender las alarmas de todo el mundo por su potencial escasez. 

Precisamente, un dato relevante de Taste Tomorrow es que el 76% de los latinoamericanos está de acuerdo en que la alimentación basada en plantas tiene un efecto positivo en el medio ambiente, en comparación con el 63% a nivel mundial. Además, el 72% de los latinoamericanos considera que la alimentación basada en plantas es más saludable que la de origen animal, en contraste con el 58% a nivel global.

Además, ser vegano y de origen vegetal puede ir de la mano. Algunas personas pueden comenzar con uno y adoptar las intenciones o ideas del otro enfoque, aplicando consideraciones éticas, de salud y ambientales a su estilo de vida en su conjunto.

Sofia Mallaviabarrena, gerenta de Marketing de Puratos para Argentina, Paraguay y Uruguay, se apoya en las conclusiones de Taste Tomorrow para hablar sobre la tendencia ‘plant forward’, que sin ser vegana va más allá de la mera eliminación de ingredientes de origen animal. “Es una tendencia que celebra la abundancia y diversidad de las fuentes vegetales, ofreciendo experiencias culinarias ricas. A medida que esta tendencia sigue evolucionando, los consumidores tienen mayores expectativas en cuanto a la calidad y el sabor de los productos vegetales. La competencia por crear las mejores ofertas a base de plantas es alta, lo que impulsa a la industria a llegar a nuevos niveles de creatividad y excelencia”, explica.

El veganismo en Argentina

La Unión Vegana Argentina (UVA) es la primera ONG en Argentina creada para promover y difundir exclusivamente el veganismo, resaltando y promoviendo el respeto hacia los animales, el planeta y las personas. Según una encuesta realizada en 2020 por la UVA, la población vegana y vegetariana en Argentina había aumentado de 9% a 12%. Sin embargo, sondeos recientes de la misma ONG siguen mostrando un importante aumento en estos porcentajes.

Un estudio realizado por la consultora Kantar Insights Division a pedido de UVA reveló que 4.005.000 personas eligen este tipo de dieta en Argentina. Desde UVA afirman también que, según los últimos conteos y relevamientos realizados en 2022, la población vegana en el país se duplicó desde 2019, representando entre un 20% y un 21% del total poblacional. Entre ellos la mayoría pertenece al rango etario entre 35 y 49 años. Además, el 52% son mujeres, mientras que el 48% son hombres.

El mundo de la alimentación está experimentando un cambio significativo hacia dietas basadas en plantas y el veganismo. Las tendencias detectadas por Taste Tomorrow 2023 muestran que cada vez más personas están interesadas en productos a base de plantas, tanto por razones de salud como por su impacto positivo en el medio ambiente. En Argentina, el veganismo y las dietas basadas en plantas están ganando terreno rápidamente, con un crecimiento sustancial en la cantidad de personas que eligen este estilo de vida.

“A medida que continuamos avanzando hacia un mundo más consciente de la sostenibilidad, es probable que veamos un aumento en la popularidad de las dietas basadas en plantas lo que podría llevar a tener un impacto positivo en nuestro planeta”, concluye Según Mallaviabarrena

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¿La carne vacuna está perdiendo terreno en Sudamérica?

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Por Natalie Alcoba, Paula Bianchi y Li Yedan en Dialogo Chino – La carne vacuna sigue dominando las dietas en la región, pero las alternativas vegetales aumentan en Argentina y Brasil en un contexto de cambio mundial.

Detrás de paredes verdes y mesas naranjas, una parrilla grasienta atrae al público. En una esquina, hay una máquina dispensadora de bebidas con todas las opciones clásicas y conocidas que suele haber en un local de comida rápida. En otra, las palabras #BeTheChange pintadas en estilo grafitti.

Al fondo, sobre una mesa de plástico reciclado, Agustín Amarilla muerde dos tiernas hamburguesas que sobresalen de un pan brioche con una cara sonriente en la parte superior. Parecen de ternera, incluso tienen un sabor y una textura familiares, pero no tienen ni un gramo de carne roja: es una receta especial a base de legumbres, con un alto contenido de proteínas.

Este desarrollador web de 24 años se crió con una dieta típica argentina a base de carne, en un suburbio de la capital, Buenos Aires. En su familia se seguía religiosamente la tradición del asado, que se celebra prácticamente todos los domingos.

Pero Amarilla dice que hace tiempo que cuestiona la moralidad de una dieta basada en la matanza de animales, lo que le llevó a suprimir la carne de cerdo. Hace poco, a la hora de comer, acompañó a un amigo a Joy Burgers & Plants, la primera cadena de comida rápida vegana de Latinoamérica, para probar una de sus hamburguesas vegetales. Una salida así habría sido inaudita hace sólo unos años, dice.

un cartel con una gran planta verde al lado

“Felices las vacas”, dice un cartel en Joy Burgers & Plants en Buenos Aires, Argentina, la primera cadena de comida rápida vegana de Latinoamérica. Felices las vacas es el nombre de la marca que fabrica las hamburguesas vegetales que se venden en el restaurant, con una receta exclusiva (Imagen: Anita Pouchard Serra / Diálogo Chino)

una persona con una hamburguesa con papas fritas en la mesa

Un combo en Joy Burgers & Plants que incluye una falsa hamburguesa de pollo y nuggets veganos (Imagen: Anita Pouchard Serra / Diálogo Chino)

“Sandwichs de jamón, choripan [un sandwich de chorizo popular en Sudamérica]… Todo tenía carne”, dice Amarilla. “Un lugar vegano como éste es nuevo, como tantas otras cosas nuevas que se van incorporando poco a poco”.

El hecho de que Joy Burgers & Plants haya abierto en Argentina -un país cuya identidad está indisolublemente ligada a la carne vacuna- es un reflejo de la evolución de los hábitos alimentarios en el mundo a medida que convergen la volatilidad de las economías y las preocupaciones por el medioambiente, la salud y el bienestar de los animales. Los países de renta alta que tradicionalmente han impulsado el consumo de carne están viendo estancadas sus cifras, mientras que en lugares como Argentina y el vecino Brasil, donde la carne vacuna tiene un importante peso cultural y económico, las dietas basadas en plantas están en alza.

Una encuesta a 1.000 personas encargada por la Unión Vegana de Argentina reveló que, en 2019, el 9% de los argentinos se identificaba como vegano o vegetariano. Un año después, ese número era del 12%, el equivalente a más de 5 millones de personas, mientras que otro 12% se consideraba “flexitariano”, alguien que ha alterado drásticamente su consumo de carne, pero sin renunciar a ella por completo.

En 2018, se estimaba que el 14% de los brasileños eran vegetarianos, según la Sociedad Vegetariana Brasileña. Para 2022, el grupo informó de que hasta el 46% de las personas en el país estaban reduciendo su consumo de carne al menos un día a la semana.

una persona cocinando en una cocina con paredes azules

Filipe Catto, cantante, preparando una cena vegana con sus amigos en el centro de São Paulo (Imagen: Dan Agostini / Diálogo Chino)

la mano de una persona condimentando un plato de papas

Filipe Catto condimentando un plato de papas. Dejó de comer carne por su preocupación por el bienestar animal, pero también por el impacto medioambiental de la producción cárnica (Imagen: Dan Agostini / Diálogo Chino)

una persona que sostiene un trozo de pan y un cuchillo

Una mesa sólo con platos veganos. Filipe Catto cree que los brasileños deberían dejar atrás las tradiciones carnívoras y recurrir a las numerosas opciones veganas disponibles (Imagen: Dan Agostini / Diálogo Chino)

“El paradigma de la comida está cambiando”, dice Matías Cabrera, copropietario de Joy Burgers & Plants, que abrió cinco locales en Buenos Aires en el lapso de seis meses, y planea una expansión a Chile. “Creo que las nuevas generaciones nos están dando un llamado de atención en cuanto a lo que debemos consumir, y cómo debemos tratar al planeta”.

El papel de la carne vacuna

Sin embargo, en medio de estos cambios de comportamiento, está claro que la carne vacuna sigue dominando la dieta de grandes sectores del planeta. En 2022, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación pronosticó que la producción mundial de carne ascendería a 360 millones de toneladas, un 1,4% más que en 2021. Casi 74 millones de toneladas corresponderían a carne vacuna.

Mientras Norteamérica y Oceanía reducen el consumo de carne roja, China, segundo consumidor mundial de carne vacuna, ve aumentar su consumo gracias al crecimiento de la clase media. Países como India, Pakistán, Filipinas, Vietnam y la región subsahariana de África también impulsarán el volumen de carne, según la FAO, que lo vincula a un aumento tanto de la renta como de la población. En total, se espera que el consumo mundial de carne per cápita aumente un 2% en 2032, un ritmo similar al de la década anterior, señala la organización.

un hombre con un casco rojo comiendo fideos

Liao, un trabajador migrante, desayuna fideos con carne vacuna en una tienda de Xinping, provincia china de Sichuan. El consumo de carne vacuna ha aumentado en China con el crecimiento de la clase media, aunque la carne de cerdo sigue siendo más popular (Imagen: Xiao Ye / Diálogo Chino)

La FAO señala, sin embargo, que el impacto medioambiental de la producción de carne vacuna, junto con la deforestación necesaria para criar el ganado, ha llevado a un mayor número de consumidores a optar por el pollo u otras opciones. “A nivel mundial, existe una tendencia creciente entre los consumidores a ser cada vez más sensibles a las preocupaciones sobre el bienestar animal, el medioambiente y la salud, y las aves de corral son las que tienen una menor huella de carbono”, señala el informe Perspectivas agrícolas 2032.

La economía es otro factor. Tanto Brasil como Argentina han visto disminuir el consumo per cápita de carne vacuna en la última década. Los cambios en el comportamiento de los consumidores y los precios de la carne en Brasil, el mayor exportador de carne vacuna del mundo, están relacionados con los ciclos de producción de carne vacuna y el aumento de la demanda de China desde 2019, afirma Thiago Bernardino de Carvalho, investigador ganadero de Esalq, la escuela agrícola de la Universidad de São Paulo.

Entre 2016 y 2019, un aumento de la producción en Brasil hizo bajar el precio de la carne vacuna en el mercado interno y aumentar el consumo, según Carvalho. Con precios más bajos, los productores comenzaron a invertir menos en carne vacuna. A su vez, la disminución de la oferta provocó un aumento de los precios. Entre 2020 y 2022, el precio de la carne en general subió un 30% en Brasil, según el Índice de Precios al Consumidor Amplio, el indicador oficial de inflación de Brasil. En 2023, bajó casi un 6%.

“Los brasileños prefieren la carne vacuna, pero si no tienen ingresos, no la compran”, dice Carvalho. “Cuando hay un aumento del PIB y la renta, el consumidor vuelve a consumir proteínas [animales]. Esto es cierto en Brasil y en todo el mundo”.

un hombre con una camina negra sentad en una mesa con platos con carne y una copa de vino

Juan Francisco Moretti, profesor, come un rib-eye y un churrasco de carne vacuna madurada en Corte Comedor, un restaurante de carne gourmet de Buenos Aires. En general prefiere comer menos carne, por razones económicas y medioambientales, pero elige cortes de buena calidad cuando lo hace (Imagen: Anita Pouchard Serra / Diálogo Chino)

La tendencia es visible en Argentina, sumida en una crisis económica desde hace varios años y con uno de los niveles de inflación más elevados del mundo (124% en agosto). Aunque la cantidad de carne vacuna consumida ha vuelto a aumentar, con 53 kg per cápita en 2023, sigue estando muy por debajo de los 67 kg registrados durante el pico de 2007-2009. El Ministerio de Agricultura argentino informó de que las exportaciones de carne vacuna aumentaron un 13% en los cinco primeros meses de 2023, en comparación con el mismo periodo del año anterior, impulsadas por la demanda de China, que compra el 78% de la carne argentina.

Per cápita, los chinos consumen aproximadamente un tercio de la cantidad de carne vacuna que consumen los británicos, una sexta parte de lo que comen los estadounidenses y los brasileños, y una novena parte de la dieta promedio de los argentinos. El cerdo y las aves de corral han sido las carnes preferidas en China, y siguen siendo las más consumidas por una amplia diferencia. Pero el aumento de los ingresos y el cambio de los hábitos alimentarios, así como la escasa oferta interna, han influido en el aumento de las importaciones de carne vacuna, que han crecido alrededor de un 25% en solo 11 años, según la FAO, hasta superar los 4 kg per cápita en 2022.

una mujer comiendo una hamburguesa

Yang Lan, trabajadora autónoma, comiendo hamburguesas juntos a sus hermanas en un barrio de moda de Beijing (Imagen: Xiao Ye / Diálogo Chino)

una mujer sentada frente a una mesa con diversos platos

Xiao Qing, encargada de una librería en Songlin, provincia de Sichuan, China, muestra los platos veganos que acaba de cocinar, entre ellos fideos de arroz vietnamita con brotes de bambú agrio, arroz pegajoso al vapor en hojas de plátano, y pastel de plátano y cacao Hace seis años decidió volver a su pueblo natal y hacerse vegetariana (Imagen: Xiao Ye / Diálogo Chino)       

“Las vacas han tenido una gran importancia en la cultura china desde la antigüedad, ya que simbolizan el trabajo duro, la docilidad y la abundancia”, afirma Z*, una mujer de 44 años que vive en Beijing y es vegetariana desde hace 11 años. Mientras trabajaba en el campo del desarrollo sostenible, Z identificó un “cambio” en su “percepción de la vida”, y empezó a sentir que “adoptar una dieta vegetariana era una buena opción, especialmente evitar el consumo de seres vivos”.

Aunque dice no haber visto una fuerte tendencia hacia el veganismo o el vegetarianismo en China, tampoco ha sentido ningún tipo de reacción en contra. Los vegetarianos pueden encontrar restaurantes en las grandes ciudades que ofrecen platos de carne “falsa” basados principalmente en derivados de la soja, preparados con métodos de cocina tradicionales chinos, asegura. Lo que falta, dice Z, es una mejor comprensión de cómo el consumo de alimentos se relaciona con cuestiones como la conservación de los bosques y la ganadería.

Para Deng, dejar de comer carne nunca ha sido una opción. Esta mujer de 37 años dejó de comer carne vacuna durante tres años, pero volvió a hacerlo. Dice que las restricciones “aumentaron su deseo de comer carne”, mientras que los hábitos culinarios chinos también dificultaban su consumo: “En realidad, es posible consumirla accidentalmente, sobre todo cuando se sale a cenar fuera, algo muy habitual en la vida urbana”. Dice que hay menos platos exclusivamente vegetarianos en la cocina china, y que muchos restaurantes utilizan aceites de origen animal, lo que dificulta seguir una dieta estrictamente vegana.

un hombre sentado frente a una mesa, comiendo

Pu Jing, un monje budista, comiendo un plato de apio salteado con piel de tofu, en el templo de Wanfu, en la provincia china de Sichuan. El tofu es uno de los principales ingredientes de la cocina vegetariana tradicional china, muy vinculada al budismo (Imagen: Xiao Ye / Diálogo Chino)

“Creo que en China no se ha hablado mucho en serio del vegetarianismo. La mayoría de la gente piensa que es algo que sólo practican los monjes”, dice. “La vida es corta, así que como lo que quiero”, añade.

En las afueras de São Paulo, en el barrio de favelas de Paraisópolis, un pequeño puesto de comida instalado en un garaje resume la constante atracción de la carne. Aquí, Erbenes Alves, de 43 años, y Geanes Maria de Souza, de 46, venden cortes de ternera asada, así como pollo asado, su producto más popular. Cerca de allí, los carniceros anuncian sus precios a los transeúntes, y sus tiendas están repletas tanto de clientes como de productos.

En la favela, la relación entre precios y consumo es clara e inmediata. Alves puede medirla no sólo por las ventas, sino por el humo: cuando los precios son bajos, las estrechas calles están llenas de humo de las parrillas encendidas. Sin embargo, la carne vacuna, un alimento tradicional, es difícil de abandonar para algunos, incluso cuando suben los precios: “Nunca he pensado en dejar de comerla”, dice Cleiton Araújo, pintor, mientras mastica un churrasquinho.

un hombre que sujeta un pincho con un trozo de carne y saluda a otra persona

Geanes Maria de Souza, propietario de un puesto callejero que vende pollo y carne de ternera asados, junto a un cliente en la favela de Paraisópolis, São Paulo, Brasil. Los residentes han vuelto a comer carne -especialmente vacuna- como de costumbre, tras una caída de los precios en 2023 (Imagen: Dan Agostini / Diálogo Chino)      

una persona con un cuenco con papas en su mano

José Frazão da Silva con un plato de pollo asado con papas comprado en las calles de Paraisópolis, São Paulo (Imagen: Dan Agostini / Diálogo Chino) 

pollo y chorizos

Carne asada y salchichas en Paraisópolis, São Paulo. Entre 2020 y 2022 el precio de la carne subió un 30% en Brasil, y llevó a muchos consumidores a elegir pollo o incluso huevos como proteínas animales (Imagen: Dan Agostini / Diálogo Chino)

La tradición es un hueso duro de roer. En una casa de estilo neotudor del barrio de Villa Urquiza, en Buenos Aires, un grupo de amigos se reunió en torno a las brasas humeantes de un asado dominical en el que se degustaron diversos cortes de ternera, chorizo, pollo y verduras. No era sólo el amor por la carne lo que les unía, sino el placer de estar en comunidad, y hablar sobre política, economía y problemas familiares.

En términos prácticos, Ervin Jesús, médico, dice que come carne vacuna porque es sabrosa, fácil de preparar y, según él, sigue siendo la opción más barata para una comida nutritiva. “Hay quien dice: ‘plantemos lechugas para no matar vacas’. Pero para plantar lechugas hay que transportarlas, lo que consume combustible y contamina”, afirma este hombre de 41 años. “Objetivamente hablando”, afirma, “no hay una realidad en la que vayamos a comer alimentos orgánicos y no contaminemos el país”.

una persona sosteniendo un cuchillo con un trozo de carne, y carne sobre una tabla de cortar

Leandro Meiners recibe a amigos y familiares para un asado tradicional en su casa de Buenos Aires. Cocinó diversos cortes de ternera, chorizo, pollo y verduras a la parrilla (Imagen: Anita Pouchard Serra / Diálogo Chino)

una mesa con diferentes platos con cortes de carne, verduras y bebidas

El asado es una tradición argentina que se celebra regularmente los domingos, y es una forma de reunirse con seres queridos, comer y hablar de política, economía y problemas familiares (Imagen: Anita Pouchard Serra / Diálogo Chino) 

A pesar de esta percepción, los estudios han demostrado que un trozo de 50 gramos de carne roja está asociado con al menos 20 veces más emisiones de gases de efecto invernadero que una ración de 100 gramos de verduras, y 100 veces más uso de la tierra.

De vuelta a Brasil, en Pompéia, barrio de clase media de São Paulo, Maria Pia Banchieri reflexionaba sentada con sus amigos, mientras muerde iscas de carne, tiras de carne roja que suelen comerse como entradas en los bares. “Al reducir el consumo de carne, he empezado a comer mejor”, dice esta publicista y profesora de 51 años, que aún come carne vacuna dos o tres veces por semana, ya que se crió consumiéndola a diario. “Hago viandas, y ahora son mucho más variadas [que con mi dieta anterior]. También siento que mi salud ha mejorado”.

mesa de madera con un plato ovalado con carne

Tiras de iscas de ternera, mandioca frita, varias salsas y cerveza en una mesa del bar Pompeu y Pompéia, en São Paulo. Actualmente, alrededor del 30% de sus clientes no consumen carne con su pedido, según el personal (Imagen: Dan Agostini / Diálogo Chino)          

una mujer sentada frente a una mesa con comida en un bar

Maria Pia Banchieri se reúne con amigos para tomar algo en un bar del barrio de Pompéia, São Paulo. Decidió reducir su consumo de carne y siente que su salud ha mejorado gracias a ello (Imagen: Dan Agostini / Diálogo Chino)   

Una realidad cambiante

Para Manual Martí, vegano desde hace 49 años, el cambio hacia una dieta más basada en plantas ya está en marcha. Fundó la Unión Vegana de Argentina hace 20 años, en una época en la que nadie sabía lo que significaba ser “vegano”. “Encontrar a otro vegetariano era como un acontecimiento”, dice, solemne.

Ahora, llama al veganismo “la mayor revolución de la historia de la humanidad, porque es algo global, pacifista, amoroso, basado en una posición ética”.

Cuando la gente empieza a entender las estadísticas relacionadas con el consumo de productos animales, dice, “toma conciencia, reflexiona y cambia sus hábitos. Y eso es incontrolable”.

Aunque es un cambio que se está produciendo desde la base, cree que sería mucho más fuerte si el Estado se implicara en la promoción de esas opciones. Pero la lucha sigue siendo ardua. Su organización ha intentado en repetidas ocasiones que el gobierno de Buenos Aires incorpore una opción vegana o vegetariana en los menús de los comedores escolares públicos, sin éxito. Mientras tanto, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) ha convocado un concurso de “pasión por la carne argentina” para estudiantes, como forma de animarlos a estudiar la industria ganadera.

“Todos los días [los estudiantes] comen algún tipo de animal. A lo mejor lo acompañan con puré de papas, pero están comiendo ternera, o cerdo, o pescado, o pollo”, dijo Martí, prueba para él de que el veganismo es algo que sigue estando “discriminado”, a pesar de las advertencias de organizaciones internacionales y científicos del clima que identifican la producción ganadera como uno de los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Sin embargo, la disponibilidad de información sobre opciones veganas y la transformación del comportamiento de los consumidores son evidentes, afirma Martí: “Hoy, después de dos décadas, todo el mundo tiene un vegano en su familia o en su círculo de amigos. Es increíble”.

Para Cabrera, propietario de Joy Burgers & Plants, sus restaurantes son innovación, no activismo. Él no es vegano; uno de sus dos socios sí lo es. Pero lo que más les interesa es atraer al consumidor no vegano -ese consumidor experimental dispuesto a probar algo nuevo- y ver adónde los lleva. Su objetivo es romper con la idea de que la comida vegana no es sabrosa, y lo hacen con honestidad. “No somos una cadena de comida sana, pero recreamos los sabores, las texturas y las experiencias de las grandes cadenas que conocimos cuando éramos chicos”, dice.

“Sentimos que nadie nació vegano, sino que se hizo vegano por una cuestión de ideales, y porque la era de la información es mucho más inmediata, efímera y constante”, dice Cabrera. “Buscamos una revolución alimentaria e invitamos a todo el mundo”.

*La entrevistada pidió que no se mencionara su nombre.

Natalie Alcoba, 

Paula Bianchi, 

Li Yedan

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Un aplauso para el asado

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Unos meses atrás, en las fiestas de fin de año, participé de una cena familiar en la que nos deleitamos con el típico asado acompañado de múltiples ensaladas instaladas en una mesa grande propiciando una conversación variada.

En un momento dado, alguien hace mención a el porque no había ningún corte de carne en su plato, cenando una conjunción de las ensaladas allí distribuidas. Matías, ya hace un tiempo, habría decidido volverse vegetariano debido a una razón curiosamente popular, tras encontrarse entre miradas cruzadas, dudas y murmullos, decide explicar el porqué. “…Un día, por pura curiosidad, decidí investigar cómo es que llega un producto cualquiera a nuestra mesa y particularmente me incliné por averiguar cómo eran sacrificados los animales para luego ser convertidos en cortes comerciales, conocidos por todos particularmente por su protagonismo en la dieta cotidiana del consumidor promedio”, comentaba, “Me dejó indescriptiblemente espantado la manera en la que le quitaban la vida a las vacas, las gallinas y demás. Sin piedad, sin consideración, como simple materia prima…”.

Gastronómicamente hablando, un filete obtenido de una vaca sacrificada de manera convencional o industrial es al paladar extraordinariamente inferior al de uno obtenido de un animal sacrificado por un pequeño productor de manera tradicional, o bien, como le enseñó su padre y a su vez el padre de su padre. Paso a explicar, cuando un animal crece en un criadero masivo, su alimentación estará sistematizada en función de abaratar costos y suplir los requisitos nutricionales del animal. Por este motivo, la composición de la carne será notablemente diferente a la de la carne de la vaca que, tranquila y feliz, pasta durante toda su vida en la libertad del campo. Mas allá de eso, al momento del sacrificio, el campesino o bien el productor que mantenga un mínimo vínculo con el animal, primero le tranquiliza, previo al momento dado. Esto con el fin de que en la carne no queden residuos de “Adrenalina”, la hormona de la alerta natural, desagradable al gusto y habitualmente dañino en los consumidores.

No voy a detallar la manera en la que se sacrifica a la vaca en el matadero, pero hay algo que puedo ratificar sin el menor rincón a la duda, no son tranquilizadas ni mucho menos. Este simple detalle, no solamente nos significará una nota diferente en el asado del 25 de diciembre, el problema es mucho más profundo y abarcativo que esto. Para averiguar el porqué, debemos remontaros a los años 60, donde el estereotipo de científico loco estaba personalizado en un profesor con orejas de duende y un galvanómetro conectado a una planta de interiores. Cleve Backster, fue el creador del convencionalmente conocido “detector de mentiras” o polígrafo. Justo detrás de este revolucionario invento, hay una historia poco contada, donde este mismo hombre lograría demostrarle al mundo la fascinante capacidad de las plantas de sentir cosas que, incluso hoy en día, se empujan hacia el rubro de la parafísica y “Esa gente rara que cree en telepatía y fenómenos extrasensoriales”.

Sin la intención de Juzgar a Matías, ser vegetariano no le permitiría evadir, por ejemplo, la razón por la que ya no come carne. Backster no solo lograría demostrar, mediante una minuciosa implementación del método científico, que las plantas podían intuir quien y de qué manera podría llegar a hacerle daño o a influir en ella de alguna manera. Sino que más tarde, accidentalmente, logra probar la aparente diferencia entre una planta o fruta que “Desea ser comida” y un trato más bien desaprensivo o mecanizado. Es decir, las células aún vivas en una manzana del super, preferirían ser comidas “Con amor”, “Algo así como lo ocurrido en el rito de la comunión cristiana” especifica Backster.

“Puede ocurrir – aventura el Científico – Que una hortaliza aprecie más convertirse en otra forma de vida, antes que pudrirse en la tierra, como el ser humano puede experimentar al morir cierto alivio al encontrarse en un nivel más elevado”.

Acercándonos al final de este recorrido por las profundidades de la neurobiología vegetal, quiero dejar en claro que hay veces en las que, incluso sin desearlo, subestimamos la inteligencia de una simple espinaca en nuestra huerta. Donde quizás diremos, si son tan perceptivas las plantas, quizás al cortarlas cree un cambio bioquímico que altere el vínculo con la misma, es decir, “se enoje conmigo”. Esa planta, creció hasta su punto culmine sabiendo perfectamente quien la mantuvo con vida y se encargó de que estuviera bien hidratada y a salvo de las plagas que le asechaban. El propósito de su vida, para ella, es ser comida por este ser. “Su planta quiere que se la almuerce” porque ve en usted una diferencia a quien quizás envasó el atún en su alacena, a quien arranco de su árbol la manzana en su mesa y al que cortó los árboles que conforman sus muebles. No habrá un final más satisfactorio para tu espinaca, que transformarse en una parte tuya, antes que quizás ser dejada ahí hasta pudrirse. Un sabio ejemplo a seguir por parte de todas las formas de vida, excepto nosotros, donde a veces no le tememos a la muerte, pero si a lo desconocido, a lo que hay después.

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Dietas veganas en escuelas, el nuevo debate de la alimentación

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En Nueva York las escuelas públicas ofrecen dietas veganas los viernes, la nutricionista Mónica Katz expresa que “La dieta vegana requiere de controles y cuidados profesionales”.

Eric Adams, el alcalde que quiere cambiar los hábitos alimentarios de los niños en Nueva York.

La implementación de esta tendencia en Nueva York de “Viernes Veganos” en escuelas primarias públicas, generó diversas polémicas. El responsable de esta decisión es el alcalde Eric Adams. Muchos padres están en desacuerdo ya que no consideran que la experiencia del funcionario como vegano, puede compararse con el diseño de una política pública que involucra a menores vulnerables.

Pero la promesa de su campaña apuntaba a esto: ser un campeón en la alimentación basada en plantas. Como alcalde de la ciudad, anunció que las escuelas públicas de la ciudad, el sistema escolar más grande del país, reservarían un día a la semana para servir sólo comidas veganas. Los viernes veganos, comenzaron en febrero 2022.

Los defensores de la implementación explican que es un solo día, que si se trata de efectos negativos habría que mirar a las galletas que consumen los niños los 7 días a la semana. Además del fast food.

A través de este apoyo, el alcalde no se sintió amedrentado, en su decisión de mejorar la nutrición de los neoyorkinos, además como vegano autoproclamado.

La visión de una experta con respecto a los diferentes tipos de dietas alimentarias:

La Dra Mónica Katz destacada médica especializada en Nutrición, egresada de la Universidad de Buenos Aires, ex presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición, fundadora de instituciones que refieren al área de la alimentación, autora de los libros: “No Dieta, Puentes entre la alimentación y el placer”; “Somos lo que comemos”; “Más que un cuerpo”; y co-autora del libro “Comer”. Expresó ante una entrevista su postura sobre esta política.

Mónica Katz, profesional destacada en el ámbito de la nutrición y la alimentación.

Sobre la decisión del alcalde de generar una política pública, basado en su experiencia. La profesional sostuvo: “Tiene que haber mucha evidencia profesional, sobre todo en el área infantil. Estos niños serán los adultos de mañana, el recambio como ciudadanos del mundo. Yo no puedo transformar una idea, práctica o ideología personal, en recomendación nutricional sin la evidencia fuerte correspondiente. Es decir, estudios controlados, análisis, revisiones sistemáticas, que apoyan fuertemente ese patrón -en este caso vegano- para la población infantil”.

La nutricionista, agregó además “Actualmente, diferentes sociedades médicas del mundo -inclusive la que yo presidí (S.A.N) favorecen la alimentación vegetariana, en la que se incluyen huevos y leche: la vegana tiene carencias que hay que chequear muy fuertemente, de manera cercana. Por ejemplo, la vitamina B12, los Omega 3 de cadena larga- tan importante para el desarrollo del cerebro. Por tanto, recomendar veganismo masivamente como alcalde de una ciudad tan importante -aparte lo mira el mundo- pareciera ser riesgoso, al menos sin la evidencia fuerte correspondiente”.

A su vez, con respecto del reemplazo de alimentos, explicó: “Los humanos no necesitamos un alimento en particular, pero sí los nutrientes adentro de ellos. Lamentablemente, las bebidas que intentan reemplazar las leches de origen animal, no tienen la misma biodisponibilidad. Ejemplo: las bebidas de almendras no pasan el 15% de calcio que aprovecha el cuerpo, mientras que la leche de vaca ronda el 35 al 40%. O sea, que la biodisponibilidad baja mucho en aquel tipo de consumos no lácteos. (Biodisponibilidad: es la parte del nutriente que el cuerpo digiere, absorbe y utiliza en sus funciones fisiológicas). La persona debería tomar mucha más cantidad para aprovechar el calcio”.

Otro factor importante en este reemplazo, es el costo y la costumbre del consumo, lo ideal es el vegetarianismo parcial: “Asimismo, culturalmente uno se debería preguntar cuántos niños de Nueva York, en este caso, están acostumbrados a la bebida de almendra o arroz en lugar de la leche. Muy pocos. Otro aspecto a tener en cuenta es el precio de este tipo de productos: muy caros porque no son masivos, son de nicho. Por último, no se aprovecha la biodiversidad derivada de cualquier fuente. Hasta el ovolactovegetarianismo es complejo como recomendación general. Lo que sí me parece muy saludable es que todos seamos vegetarianos a tiempo parcial: la mitad de tu comida que sea verdura o legumbres y la mitad de tu postre, aunque sea helado o torta, que contenga fruta”.

Eric Adams, la controversia de su experiencia personal, sobre los requerimientos nutricionales generales.

Ahondando, sobre la experiencia personal del alcalde que se transformó en ejemplo (declaró que tenía diabetes tipo 2 y se curó de ella), pero que está dirigida a niños con una situación de vulnerabilidad, expresó: “En sectores vulnerables se torna más peligroso porque quizá, ese poco de proteína animal, fuente de hierro, de anticuerpos -importantísimo en épocas de pandemias infecciosas- no va a poder reemplazarse en casa por el costo de la carne, huevos, etc. Debería haber alertas más potentes de nuestro ámbito para que sea opcional. Es decir: opción vegana o vegetariana para el que lo quiera y otra opción con todos los alimentos para los chicos que lo necesiten”.

Además, la profesional recomienda la selección sobre lo que utilizamos como ejemplo determinante en nuestros hábitos de alimentación. “Hoy es muy común que la experiencia personal se transforme en recomendación. Alguien superó un cáncer y saca un libro. La gente lo compra, lo toma como ejemplo. En este caso es un alcalde, no un autor o una celebridad, por su rol habrá leyes que bajen línea y recomendaciones. Me parece, al menos, peligroso”.

La recomendación que da la profesional a las mamás con niños pequeños, que han tomado esta filosofía de vida, es la siguiente: “La gente adopta patrones veganos y vegetarianos por razones filosóficas, ideológicas, son respetables. Los que quieran saber un poco más, hay excelentes publicaciones de la Universidad de los Ángeles (California). Refieren a que el veganismo, sobre todo, tiene que ver con el armado de la identidad. La gente se presenta como “Soy mamá de fulano”, “soy profesional en tal trabajo”, etc y está el “Yo soy vegana”, constituye su identidad. Como filosofía de protección animal -no usar cuero, por ejemplo- la respeto absolutamente. Reconvertir no es una opción. Las sociedades médicas del mundo sí dicen que la elección vegana requiere de controles y cuidados de profesionales. En el caso de menores: pediatras. Publicaciones de Países Bajos y Bélgica, expresan que cuando alguien está con el cerebro y el cuerpo en formación, es mucho más cercano el cuidado y el control que necesita, más que su mamá, salvo que esa mujer estuviera embarazada. Necesitan un chequeo para saber qué deficiencia tienen y cómo cubrirlas para quitarlas”.

Los chequeos durante el embarazo, así como la debida consciencia sobre el cuidado de la mamá que elige ser vegana, es muy importante para el desarrollo, por lo que advierte: “Con respecto al embarazo, es dramático lo observado en el Hospital Garrahan de Buenos Aires: han llegado chiquitos con deterioro cognitivo y deficiencias graves no reversibles de mamás veganas que nunca se controlaron”, cerró.

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