Detectan una yaguareté posiblemente preñada en Foz

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UNA GRAN NOTICIA PARA LA PRESERVACIÓN DEL FELINO MÁS GRANDE DE SUDAMÉRICA

“¡Mira esta imagen de Angá! Vieron su panza? Todo indica que está preñada…” Esto fue lo que escribieron en una publicación de Facebook desde el Proyecto Onças Do Iguaçu acompañado por el video que estamos viendo.

Angá significa afecto, ternura, agradable sorpresa… Y acaba de ganarse el nombre trayendo esta hermosa sorpresa para la vida silvestre y la conservación de la especie en la región.
Fue registrada por primera vez a finales de 2019, siendo una cachorra, con su hermano, Sapeca.
Angá es la hija de la super esposa del Parque Nacional Iguaçú, Cacira.
Acabo de alcanzar la madurez sexual y probablemente esté embarazada.

Ademas desde la asociación agregan que “Si hay algo que nos hace absolutamente encantados es ver que una onza que vigilamos desde que era un cachorro ha sobrevivido y probablemente traerá nuevos cachorros a este mundo.

Fuente Projeto Onças do Iguaçu

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Campaña argentina-brasilera de captura y seguimiento de yaguaretés en el Parque Nacional do Iguaçu, Brasil

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Proyecto Yaguareté (CeIBA-CONICET) en conjunto con investigadores del Projeto Onças do Iguaçu y del CENAP/ICMBio lograron capturar un yaguareté y colocarle un collar equipado con tecnología GPS.

La captura de yaguaretés y su seguimiento a través de collares de transmisión por satélite es un gran reto, el objetivo de estas prácticas científicas es lograr datos de la especie y desarrollar estrategias de conservación. Ambos equipos en conjunto con muchos socios de instituciones nacionales e internacionales, utilizan las capturas específicamente para evaluar el estado corporal y la salud de los individuos, para entender sus movimientos en el territorio, determinar el uso del espacio, sus actividades diarias, entre otros factores importantes para su supervivencia.

En esta oportunidad se logró capturar a una hembra que llaman Indira, tiene 4 años de edad y fue monitoreada por el equipo de Projeto Onças do Iguaçu desde que era una pequeña cachorra. En 2020 Indira alcanzó la madurez sexual, y fue registrada junto a su cachorro Aritana.

Indira es una verdadera sobreviviente: empezó a ser registrada sin su madre, Atiaia, cuando sólo tenía un año de edad, una fase en la que los jóvenes yaguaretés siguen dependiendo de sus madres para aprender, para ser protegidos y sobrevivir. Y aun así persistió, llegó a la edad adulta y hoy cría a su cachorro de aproximadamente un año y medio.

Indira es símbolo de la fuerza femenina, fue capturada en el Día Internacional de la Mujer, y a partir de ahora será monitoreada por los científicos hora a hora.

Los primeros datos de los análisis realizados indican que Indira pesa 40 kg., y que tiene un estado de salud general muy bueno. Tras recuperarse de la anestesia, Indira volvió a la selva y a partir de ahora tendremos la posibilidad de descubrir algunos secretos que esconden esos ojos dorados.

La información proporcionada por este estudio y seguimiento satelital se utilizará para componer diversas estrategias para la conservación de ella, de sus descendientes y de otros yaguaretés del Bosque Atlántico o Selva Paranaense.

El Parque Nacional do Iguaçu, Projeto Onças do Iguaçu, el Instituto Pro-Carnívoros y el Proyecto Yaguareté (CeIBA-CONICET) de Argentina, organizaron esta campaña en colaboración con el Centro Nacional de Investigación y Conservación de Mamíferos Carnívoros (CENAP) del ICMBio.

También participaron en la campaña veterinarios del Refúgio Bela Vista-Itaipu Binacional y del Parque das Aves

Fotos gentileza Projeto Onças do Iguaçu

Acerca del Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA):

Proyecto Yaguareté es un programa de investigación perteneciente al CeIBA. Es una organización no gubernamental, de bien público y sin fines de lucro creada en Puerto Iguazú en el año 2005. Su principal objetivo es la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible y armónico con la naturaleza. Para más información http://www.ceiba.org.ar/

Acerca del Instituto de Biología Subtropical:

El Instituto de Biología Subtropical es un instituto dependiente del CONICET y la Universidad Nacional de Misiones. Desde el Instituto se desarrollan principalmente investigaciones relacionadas a la ecología, genética y conservación del Bosque Atlántico del Alto Paraná y otras regiones. Para más información: https://ibs.conicet.gov.ar/

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“Ruta viva, fauna presente” la iniciativa de instituciones y organizaciones contra el atropellamiento animal

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Instituciones gubernamentales y ONGs se unen en la lucha contra el atropellamiento de fauna en rutas nacionales y provinciales de Misiones

En el inicio a un nuevo fin de semana largo que atraerá un gran número de turistas a la provincia de Misiones, instituciones gubernamentales y ONGs de la provincia lanzaron virtualmente la campaña “Ruta viva, fauna presente”, una iniciativa que busca generar conciencia sobre la presencia de fauna silvestre en las rutas y sus áreas de influencia y con ello informar a los conductores sobre las acciones que deben tomar para prevenir el atropellamiento de animales.

Esta campaña de comunicación surge como una iniciativa de la Dirección Provincial de Vialidad en conjunto con el Distrito Misiones de Vialidad Nacional, el Ministerio de

 Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Además participan activamente el Parque Nacional Iguazú y organizaciones como Aves Argentinas, Vida Silvestre Argentina, Güira Oga, Proyecto Yaguareté, Red argentina de monitoreo de fauna atropellada, la Red Yaguareté y el Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico.

La iniciativa consta de varias etapas. La primera de ellas será una campaña de comunicación digital de publicaciones periódicas con un claro mensaje para promover la conservación de la biodiversidad y concientización hacia los conductores que circulen por rutas que atraviesan zonas protegidas. Posteriormente se distribuirá folletería alusiva en la zona de influencia de parques y se intervendrán algunos de los sectores más críticos de las rutas, como una manera de advertir a los usuarios sobre la presencia de animales en los tramos que sobre los que circulan. 

Una de las principales fortalezas de “Ruta viva, fauna presente” es que reúne a distintos actores, para ponerlos en diálogo y generar una agenda de acciones conjunta. Las rutas nacionales 12 y 101 y la ruta provincial 19 son los corredores que atraviesan áreas protegidas en la provincia. Lamentablemente sobre estas rutas se registran periódicamente atropellamientos de todo tipo de especies. Teniendo en cuenta que la provincia de Misiones alberga el 52% de la biodiversidad del país y muchas especies amenazadas es imperioso tomar acciones concretas que pongan un freno a este flagelo.

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La historia de Jatobazinho, el yaguareté adulto que camina libre en el Parque Nacional Iberá

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por Yvette Sierra Praeli, Mongabay.

En solo tres años Jatobazinho ha superado muchas dificultades antes de regresar a la vida silvestre. Su historia empezó en agosto del 2018, cuando este jaguar (Panthera onca) que ahora tiene alrededor de cuatro años llegó exhausto y hambriento a la escuela rural llamada Jatobá, en el Pantanal de Brasil, luego de cruzar el río Paraguay. Nadie supo que le había pasado, pero fue auxiliado por la gente del lugar que alertaron al gobierno sobre su presencia. Además, le dieron su nombre en honor al lugar al que llegó.

Se recuperó con la ayuda de especialistas de la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul y fue trasladado al refugio Ecológico Caimán, también en el Pantanal brasilero, donde un equipo de expertos inició el trabajo para su retorno a la libertad.

El 1 de enero de 2022, Jatobazinho salió del recinto de 30 hectáreas para andar libre en el Parque Nacional Iberá. Foto: Matias Rebak.

Sin embargo, en el 2019 nuevamente tuvo que enfrentar la adversidad cuando los devastadores incendios forestales en el Pantanal brasileño alcanzaron el lugar donde estaba Jatobazinho por lo que tuvo que ser evacuado de urgencia. Poco después de este incidente, y tras coordinaciones entre instituciones de Brasil y Argentina, fue llevado al Centro de Reintroducción del Yaguareté de Iberá, en la provincia de Corrientes, Argentina.

Hace unos días, Jatobazinho caminó nuevamente en libertad en el Parque Nacional de Iberá. Este yaguareté —así llaman al jaguar en Argentina—, que sorteó las aguas del río Paraguay, que escapó del fuego y que se convirtió en el padre de cuatro cachorros durante su permanencia en el centro de reintroducción, salió la madrugada del 1 de enero de 2022 de su último refugio para convertirse en el primer jaguar adulto macho que regresa a la vida silvestre en el parque nacional después de 70 años de la extinción local de esta especie.

Una nueva vida en la isla San Alfonso

Aunque Jatobazinho es el primer macho adulto que regresa al Parque Nacional Iberá, en el área protegida ya habitan otros siete jaguares provenientes del Centro de Reintroducción del Yaguareté de Iberá, un lugar creado por la Fundación Rewilding Argentina en coordinación con la Tompkins Conservation.

Son varios los recintos donde viven los jaguares en el Centro de Reintroducción del Yaguareté de Iberá antes de ser liberados. Foto: Rafael Abuín.

En las 11 mil hectáreas de la Isla San Alfonso —dentro del Parque Nacional Iberá— están Mariua con sus dos cachorros Karai y Porã y Juruna también con sus dos cachorros Sãso y Sagua’a. Los cuatro, hijos de Jatobazinho. Además, en San Alfonso también hay otro jaguar hembra que llegó de Brasil.

“El jaguar estaba extinto en toda la provincia de Corrientes desde hace 70 años. En el 2012 empezó este proyecto super ambicioso que es traer de regreso a los felinos”, dice Marisi López, coordinadora de Parques y Comunidades del Proyecto Iberá en la Fundación Rewilding Argentina.

La liberación de los yaguaretés se inició en el año 2021. En enero, Mariua y sus dos cachorros salieron del último recinto en el que viven los jaguares en el centro de reintroducción antes de regresar a la vida silvestre. En abril del mismo año, Juruna y sus crías hicieron lo mismo.

Jatobazinho fue rescatado cuando llegó a la escuela rural Jatoba luego de cruzar el río Paraguay. Foto: Rewilding Argentina.

López explica que los jaguares viven en varios recintos mientras están en el centro de reintroducción, siendo el último un espacio de 30 hectáreas en el que disponen de animales vivos. “Es el paso previo a la liberación”. Y cuando llega el momento de su liberación simplemente “se abre el gran panel que cierra el recinto y se deja abierto hasta que sale el jaguar. Además, se tienen dos cámaras que graban las 24 horas del día y permiten ver el momento en que los animales dejan el lugar”, señala López.

En el caso de Jatobazinho, el recinto se abrió el 30 de diciembre y el yaguareté recién se animó a salir dos días después, el 1 de enero de 2022, durante la noche, como lo han hecho la mayoría de los jaguares que estuvieron en este centro de reintroducción y ahora caminan en la Isla San Alfonso del Parque Nacional Iberá.

Sebastian Di Martino, director de Conservación para Rewilding Argentina, explica que el retorno de los jaguares a la vida silvestre debe tomar en cuenta tres puntos clave. El primero, que el individuo puede conseguir sin problemas su alimento, es decir, cazar. Por ello, en los recintos más grandes en los que se mantiene a los jaguares previamente a su liberación, se asegura que cuenten con animales vivos para cazar.

Jatobazinho también estuvo en riesgo durante los incendios forestales de 2019, en Brasil. Foto: Rafael Abuin.

El segundo punto a tener en cuenta es que los jaguares no desarrollen vínculo con las personas. Y el tercer elemento a considerar es que los animales logren fidelidad a los lugares donde son liberados. Por este motivo —explica Di Martino— primero se liberan a las hembras, que se desplazan por espacios más pequeños y los definen de acuerdo a la disponibilidad de las presas, además, con sus cachorros no se movilizan grandes distancias. Después salen los machos que define su territorio por la disponibilidad de presas y por la presencia de las hembras.

“Hay otros jaguares que están en el proceso para ser liberados este año. Jatobazhino y las tres hembras han sido los cuatros primeros jaguares adultos que se liberaron de varios más que serán llevados al Iberá para constituir este núcleo inicial”, explica Di Martino.

Di Martino menciona que se espera llegar a tener entre 15 y 20 ejemplares en el Parque Nacional Iberá para que la población empiece a crecer. “Cuando empieza un proyecto de reintroducción lo primero que se mira es la demografía, es decir, que los animales se reproduzcan. Cuando la demografía va bien y la población crece, entonces hacemos estudios de variabilidad genética y, si está disminuida, se puede plantear liberar nuevos ejemplares para que haya más variabilidad genética en la población”.

La restauración de las áreas protegidas

“El jaguar se extinguió de casi toda Argentina. Habitaba el centro y todo el norte del país y, hace 120 o 130 años atrás, llegaba hasta el norte de la Patagonia. Ahora nos fijamos metas de restauración o de recuperación en Iberá, pero en realidad se perdió más del 95 % de su área de distribución en Argentina. Y nadie se está planteando que falta el depredador tope [jaguar] en casi todos los parques del centro y norte de Argentina”, dice Di Martino sobre por qué es importante la reintroducción del yaguareté en Iberá y en otras partes de Argentina.

Jatobazinho en el Centro de Reintroducción de Yaguaratés. Foto: Rafael Abuín.

La idea del retorno de los jaguares al Parque Nacional Iberá, en Corrientes, empezó incluso antes de que se construyera el centro de reintroducción en el año 2012, pero como era un proyecto ambicioso, osado y complejo —dice Di Martino— se inició con otras especies como el oso hormiguero (Myrmecophaga tridactyla), el pecarí de collar (Pecari tajacu) y el venado de las pampas (Ozotoceros bezoarticus). “Eso nos permitió tener una historia de reintroducciones y acostumbrar a Argentina al rewilding. Ha sido un proceso muy largo casi 10 años y nunca antes, en ninguna parte del continente, se había reintroducido al jaguar en un lugar donde estuvo extinto”.

El rewilding —continúa Di Martino— es una estrategia de restauración de la naturaleza y se focaliza en restaurar los niveles tróficos superiores, los que están en la cima de la cadena alimentaria, como el yaguareté, el puma o una nutria gigante, que tienen roles ecológicos importantísimos en el ecosistema para mantenerlos saludables, y cuando estos animales no están, los ecosistemas empiezan a degradarse y colapsan. “Nosotros esperamos que el Iberá, a partir de la reintroducción de los jaguares tenga más diversidad de vida, porque va a ser un paisaje más diverso por efecto de la presencia del yaguareté”.

En Corrientes los jaguares desaparecieron hace aproximadamente 70 años. La caza indiscriminada por su piel, los conflictos entre humanos y la vida silvestre y la pérdida y fragmentación de su hábitat principalmente por el cambio de uso de suelo llevó a la extinción local del felino más grande de América en esta provincia y en otras partes de Argentina.

Jatobazinho fue trasladado de Brasil a Argentina. Foto: Rafael Abuín.

Para la bióloga Talía Zamboni, coordinadora de Conservación del Proyecto Iberá en Rewilding Argentina, el regreso del yaguareté ha sido clave en el proyecto para lograr que los ecosistemas vuelvan a ser completos y funcionales”.

Zamboni explica que la ausencia del yaguareté generó efectos marcados, pues al no estar presente en el ecosistema sus presas aumentaron y, por ejemplo, si éstas son herbívoras generan mayor presión en la vegetación. “Es lo que se llama el efecto en cascada”, aclará.

La bióloga menciona también las otras especies con las que se inició la restauración en el Parque Nacional Iberá. “Observamos ciertas evidencias como que de las fecas del guacamayo rojo o el moitú, que es un ave bastante grande, germinan las plantas que consumen estos  animales”, así explica Zamboni como estos animales dispersores de semillas ayudan a generar bosques nuevos o regenerar los existentes.

“Para Parques Nacionales el proyecto de reintroducción del yaguareté en el Parque Nacional Iberá es parte de nuestra estrategia de restauración del ambiente, y justamente la creación de esta área protegida nacional responde a eso. Una estrategia de conservación de los ambiente de este gran humedal que son los esteros del Iberá”, acota Daniel Rodano, intendente del Parque Nacional Iberá.

El 1 de enero de 2022, Jatobazinho dejó el último recinto del Centro de Reintroducción de Yaguaretés. Foto: Matias Rebak.

El Parque Nacional Iberá fue creado en el año 2018 y, junto con el Parque Provincial Iberá, conforman un territorio de 709 717 hectáreas. Esta zona reservada forma parte de los Esteros del Iberá, un extenso humedal en la provincia de Corrientes con más de un millón de hectáreas, el segundo más grande del mundo después del Pantanal.

Rodano explica que actualmente, con la creación del parque nacional y el parque provincial, así como la presencia de guardaparques la mayoría de amenazas que desembocaron en la extinción local de la especie están minimizadas o eliminadas.

Dentro del Parque Nacional Iberá está prohibida la caza y el cambio de uso de suelo. El jaguar ha sido declarado Monumento Natural Nacional en Argentina y por tanto está prohibida la caza en todo el país.

Jatobazinho ahora recorre el Parque Nacional Iberá. Foto: Matías Rebak.

“No es cualquier especie, es el regulador del ecosistema, porque al faltar este predador ocurre un desbalance en las poblaciones de sus presas. Los yacarés [caimán] (Caiman yacaré) y los capibara (Hydrochoerus hydrochaeris) —llamados carpinchos— son sus principales presas. Las costas están llenas de yacarés y eso causa erosión, igualmente, cuando hay más carpinchos hay un desbalance en la vegetación del ecosistema y ahí hay microfauna que no se puede desarrollar, todo porque falta el predador tope que es el yaguareté”, aclara Rodano.

Un símbolo de la cultura

El intendente del Parque Nacional Iberá también destaca la revalorización de esta especie entre la población local y comenta que la cultura local tenía una fuerte relación con esta especie. “Desde hace muchos años hay canciones, ciudades y lugares que llevan la palabra yaguareté como parte de su nombre”, menciona Rodano. “La gente está entendiendo que no es una especie solo de la selva, de la Amazonía o de México, sino que aquí había jaguares, por algo Concepción de Yaguareté Corá se llama así, y ahora vas a esa ciudad y ves por todos lados la figura del yaguareté”, agrega.

Tobuna fue el primer jaguar que llegó a Corrientes. Foto: Marisi López.

Marisi López, de Rewilding Argentina, reafirma lo que dice Rodano y explica que el yaguareté cumple un rol fuerte en la cultura del correntino, pues está presente en su música, en su folclore, en la poesía y hasta hay murales en honor a esta especie. López pone como ejemplo el chamamé, un ritmo del folclore correntino que tiene canciones dedicadas al yaguareté. “Cuando empezamos a pensar en la reintroducción del yaguareté en Iberá hicimos una encuesta en la ciudad y en el campo y el resultado fue que el 90 % de las personas quería que regrese el jaguar porque se sentían representados por esa figura, por la bravura y el coraje del jaguar”, cuenta.

López también recuerda la expectativa y la gran fiesta que hubo en el pueblo de San Miguel, en Corrientes cuando llegó Tobuna, el primer jaguar hembra que retornó a la provincia en el año 2015. “La gente del pueblo le preparó una bienvenida y salió a recibirla con las caritas pintadas de yaguareté, globos, mensajes, habían preparado una canción de bienvenida. Fue como si llegase una celebrity a la provincia”.

Las comunidades son una parte importante de este proceso —continúa López— y no solo en la convivencia con el jaguar, sino porque se fueron involucrando en servicios relacionados con el turismo de naturaleza. “El jaguar además de tener un rol ecológico muy importante por ser el predador tope y un rol cultural, tiene también un rol económico, pues su presencia en Iberá aumenta el interés de visitar el parque, que significa más ingresos para la quienes viven alrededor del área protegida y se dedican al turismo de naturaleza”.

Niños con sus caritas pintadas de jaguar recibieron a Tobuna en 2015. Foto: Marisi López.

En marzo del 2020 el Parque Nacional Iberá recibía alrededor de 40 mil personas —señala Rodano, intendente del Parque Nacional Iberá— con la pandemia bajó. Tras la apertura en agosto de 2020 se fueron incrementando las visitas del turismo local. “Cuando vas caminando vez carpinchos, yacarés, espátulas rosadas, bandadas enormes de patos. Aunque no es el más visitado de Argentina, es un parque con muchísimo potencial”.

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Uruguay se suma al proyecto de Rewilding en el Iberá: llegó Malú, una yaguareté que será madre de más cachorros

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Malú, una hembra de yaguareté de siete años proveniente del cautiverio se  unió al Proyecto de Reintroducción de la especie en el Parque Iberá, Corrientes.  Al igual que Tania, la madre de Arami y Mbarete, se espera que Malú dé a luz  a nuevos cachorros de yaguareté para ser liberados en el área protegida. 

Malú fue donada por la Estación de Cría de Fauna Autóctona “Uruguay Tabaré  González Sierra”, ubicada en Piriápolis, en la República Oriental del Uruguay.  Con este acto, el país vecino se suma a los esfuerzos de cooperación  internacional con fines de conservación que son claves para llevar adelante  un proyecto tan ambicioso como la reintroducción del yaguareté en  Corrientes. 

Gerardo Evia, Director Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del  Ministerio de Ambiente de Uruguay señaló que “este es un hito en los  esfuerzos de conservación del yaguareté. Estamos muy contentos de poder  contribuir con ellos, y seguros de que este paso será un impulso para que las  instituciones de conservación ex-situ se potencien para contribuir al rewilding  en la región.” 

Malú atravesará un período de cuarentena en las instalaciones ubicadas en San  Cayetano, Corrientes, y luego será trasladada al Centro de Reintroducción del  Yaguareté ubicado en Isla San Alonso, en el corazón del Gran Parque Iberá. La  misión de Malú es reproducirse y generar nuevas crías que puedan ser liberadas en el Parque Iberá, contribuyendo además a la variabilidad  genética de la población fundadora de la especie. 

El gobernador Gustavo Valdés expresó que “Corrientes, una vez más a la vanguardia en materia de conservación y reintroducción de especies, esta vez trabajando junto a un país vecino demostrando que no hay barreras a la  hora de trazar un rumbo certero para el futuro de nuestros hijos. Un Parque  Iberá más completo es sinónimo de desarrollo local y de orgullo para todos los  Correntinos”. 

Con una población estimada en 200 a 250 individuos silvestres en Argentina, el  yaguareté se encuentra en Peligro de Extinción en nuestro país. Desapareció de  Corrientes hace más de 70 años hasta comienzos de 2021, cuando se inició el  proceso de liberación de individuos silvestres del Proyecto Iberá: actualmente  ocho yaguaretés, cuatro adultos y cuatro cachorros, viven libres en los esteros  correntinos. En Uruguay la especie está completamente extinta desde 1905 y  hoy únicamente existen individuos en cautiverio para la cooperación con  Argentina y otros países de la región en iniciativas de conservación. 

El yaguareté es el depredador tope, y por lo tanto una especie clave, de los  ecosistemas que habita, regulando poblaciones de grandes herbívoros, otros  depredadores de menor tamaño e incluso, indirectamente, a la vegetación. Su  presencia contribuye a la salud y buen funcionamiento de los ecosistemas,  características necesarias para combatir los efectos de las crisis ambientales  que amenazan la vida en el planeta, como la crisis climática, la crisis de  pérdida de biodiversidad y la crisis sanitaria. Además, el regreso del yaguareté consolidará a Iberá como un destino de  turismo de naturaleza de primer nivel en el mundo, donde actualmente más  de cincuenta mil visitantes al año llegan para experimentar el encuentro con  la vida silvestre. El turismo de naturaleza es un motor de desarrollo de las  comunidades vecinas al parque, quienes llevan adelante emprendimientos  vinculados al turismo de observación de fauna. En Pantanal, Brasil, este tipo de  turismo produce siete millones de dólares al año, superando con creces los  ingresos de las actividades productivas tradicionales.

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